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INFORME DEL SECRETARIO GENERAL SOBRE
LA EJECUCION DE LAS INICIATIVAS DE LA CUMBRE DE BOLIVIA

Washington, D.C.
Marzo, 1998

  1. AVANCE EN DISTINTOS �MBITOS DE LA INICIATIVA DE LA CUMBRE DE BOLIVIA

En este cap�tulo se resumen los avances logrados desde la reuni�n de Santa Cruz en cuanto a la realizaci�n de las 65 iniciativas adoptadas en el Cap�tulo II del Plan de Acci�n. La informaci�n destinada a este informe fue proporcionada por algunos pa�ses y por varios organismos internacionales, que tambi�n han hecho aportes valiosos a la tarea de seguimiento. El aporte de esos organismos es la expresi�n del papel activo que han cumplido, y en algunos casos refleja la labor que han realizado en el marco del Grupo de Trabajo Interagencial de Apoyo al Seguimiento de la Cumbre de Bolivia, coordinado por la Secretar�a de la OEA. El alcance de ese grupo, constituido por varias instituciones del sistema de las Naciones Unidas y del sistema interamericano, ha sido ampliado de modo de incluir respaldo para la aplicaci�n de las secciones pertinentes del Plan de Acci�n de la Cumbre de Miami.

  1. Salud y Educaci�n

    En las Am�ricas a�n subsisten graves problemas de salud. La tasa media de mortalidad infantil es del 43 por mil en Am�rica Latina y el Caribe y en algunos de los pa�ses m�s pobres llega a un 70 por mil. Las enfermedades transmisibles son todav�a la principal causa de morbilidad y mortalidad en la regi�n. En el a�o pasado se registr� el primer gran brote de sarampi�n en una d�cada. La regi�n de las Am�ricas debe enfrentar dificultades adicionales provocadas por enfermedades infecciosas nuevas y que reaparecen, como el SIDA y el c�lera, el aumento de la violencia y peligros ambientales. La regi�n enfrenta tambi�n dificultades importantes en el �mbito de la educaci�n, que debe cumplir un papel clave para la creaci�n de la conciencia social necesaria para una identificaci�n con el desarrollo sostenible. Las iniciativas de la Cumbre de Bolivia en materia de salud y educaci�n se refieren a la salud ambiental (iniciativas 1, 3 y 4), a las enfermedades emergentes e infecto-contagiosas (iniciativas 2 y 6) y a la educaci�n para un desarrollo sostenible (iniciativa 5).

    1. Salud ambiental

      Se han adoptado varias medidas encaminadas a incrementar el acceso al agua potable:

      • Se han establecido datos que sirven de indicadores del acceso a niveles de desinfecci�n y calidad del agua en el marco de la evaluaci�n de mitad de la d�cada realizada por la OPS. En 1996 se celebr� en Per� una reuni�n regional sobre calidad del agua potable.
      • En varios pa�ses de Am�rica Latina se est�n ejecutando proyectos sobre prevenci�n del c�lera, que promueven la movilizaci�n social de las comunidades y el desarrollo de tecnolog�as b�sicas y de peque�as empresas para mejorar el saneamiento. Se ha elaborado un proyecto para el mejoramiento de los servicios de saneamiento b�sicos en las poblaciones ind�genas, para hacer frente a los problemas del suministro de agua.
      • La OPS, la Asociaci�n Interamericana de Ingenier�a Sanitaria y Ambiental (AIDIS) y la Caribbean Water and Wastewater Association (CWWA) han establecido un D�a Interamericano del Agua. El mismo brinda la oportunidad de que los responsables de pol�ticas y las comunidades analicen sus problemas, informen a la poblaci�n sobre problemas de suministro del agua y calidad de la misma y refuercen su participaci�n en esos asuntos.
      • Recientemente se estableci�, en el marco del Grupo de Trabajo Interagencial de Apoyo al Seguimiento de la Cumbre de Bolivia, un grupo de trabajo sobre coordinaci�n de la cooperaci�n t�cnica para la ampliaci�n del acceso al agua potable y el mejoramiento de la calidad de la misma. Ese grupo est� formado por la OPS, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Banco Mundial, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (CIDA), la OEA, el BID, la Fundaci�n Nacional de Saneamiento y la Agencia de los Estados Unidos para la Protecci�n del Medio Ambiente (USEPA). La finalidad del grupo consiste en preparar un plan de acci�n para hacer frente a problemas clave de calidad del agua y para dise�ar una conferencia.
      • El Ministerio de Salud P�blica de El Salvador est� preparando una nueva reglamentaci�n en materia de desechos industriales y s�lidos y calidad del agua y el aire. En coordinaci�n con varias universidades y con el apoyo de la OPS se est� realizando un proyecto de investigaci�n que abarca todo el pa�s, para determinar los niveles de contaminaci�n del agua, el aire y el suelo.

      Se est�n aplicando medidas de mejoramiento de la salud infantil, que contribuir�n a reducir los efectos de los problemas ambientales sobre la salud de los ni�os:

      • Los pa�ses de la regi�n y la OPS han avanzado, en 1997, en la elaboraci�n de un marco com�n: la Estrategia de Asistencia del Ni�o Enfermo, que respaldar� el desarrollo integral del ni�o, haciendo hincapi� en la promoci�n de la salud y la prevenci�n de la enfermedad en el proceso de crecimiento y desarrollo.
      • Se est�n estableciendo modelos de salud infantil, que ser�n sometidos a prueba en Brasil para determinar su aplicabilidad y las dificultades para usarlos, antes de extenderlos a otros pa�ses.
      • En varios pa�ses se est�n revisando las leyes referentes a los ni�os de corta edad y a los derechos de los ni�os, a la ampliaci�n del acceso a servicios de salud y nutrici�n y su cobertura, y a las oportunidades educativas.
      • Los coeficientes de inmunizaci�n han aumentado como consecuencia de decisiones de pol�tica referentes a la ampliaci�n de la cobertura. Los ni�os han sido protegidos frente a enfermedades de transmisi�n ambiental, incluido el t�tanos neonatal.
      • Se han realizado reuniones regionales para promover el intercambio de estrategias sobre promoci�n de la salud. Est� pr�ctica ser� llevada a las escuelas a trav�s de la iniciativa "Escuelas Promotoras de la Salud". Varios pa�ses est�n realizando campa�as en materia de promoci�n y protecci�n sanitaria en los medios de difusi�n masiva, incluida la educaci�n sobre alcoholismo, drogadicci�n y tabaquismo. Todos los pa�ses de la regi�n han elaborado programas para el desarrollo integral de los adolescentes.

      Los gobiernos procuran tambi�n mejorar la cobertura y la calidad de los servicios de salud disponibles. Est�n dando prioridad a los aspectos preventivos y educativos y ofreciendo acceso a informaci�n y servicios sobre planificaci�n de la familia. Las siguientes medidas se han realizado para alcanzar esos objetivos:

      • Muchos pa�ses est�n utilizando los temas de ciudades, municipalidades, islas, etc., saludables, para mejorar la promoci�n sanitaria. En varios pa�ses se est� elaborando un conjunto b�sico de medidas de cuidado de la salud que deben ser garantizadas a todos los ciudadanos. El Gobierno de Venezuela ha asignado prioridad a un programa, basado en la equidad y la participaci�n universal, de suministro de medicamentos a pacientes externos. Se presta especial atenci�n a los grupos vulnerables; especialmente ni�os, ancianos y mujeres embarazadas. Nicaragua ha elaborado tambi�n un conjunto de servicios b�sicos para los grupos m�s vulnerables, basado en la salud preventiva para reducir la mortalidad infantil. Las mujeres y los ni�os son los objetivos prioritarios de los programas de salud p�blica en el pa�s. La USAID respalda programas en ocho pa�ses "que hacen hincapi� en la supervivencia infantil", de Am�rica Latina y el Caribe: Bolivia, Ecuador, Per�, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Hait�.
      • Tanto las organizaciones no gubernamentales (ONG) como los grupos femeninos se han mostrado activos en la aplicaci�n de las pol�ticas nacionales, especialmente en cuanto a la prestaci�n de servicios de salud reproductiva y cuidados prenatales y postnatales.
      • Una estrecha coordinaci�n entre los donantes y otros organismos internacionales ha dado lugar a actividades m�s intensas y eficientes dentro de los pa�ses y a que se preste mayor atenci�n a las prioridades de los planes de acci�n de cada pa�s.
      • Se est�n aplicando medidas encaminadas a hacer realidad la prestaci�n de servicios integrados de salud de la reproducci�n, que comprenden, como m�nimo, planificaci�n de la familia, maternidad segura y prevenci�n del HIV y el SIDA y del c�ncer del cuello uterino, as� como instrucci�n sexual y prevenci�n de la violencia.
      • La OPS respalda a los pa�ses para la creaci�n de capacidad de an�lisis y formulaci�n de pol�ticas y planes de salud, el fortalecimiento de la colaboraci�n mutua y la promoci�n de intercambios entre instituciones y grupos. La OPS ha emitido un documento en que se establecen los par�metros de reforma del sector de la salud; en �l se hace hincapi� en el logro de una cobertura universal acompa�ada de equidad.
    2. Enfermedades emergentes e infecto-contagiosas

      Los siguientes han sido los elementos clave de las medidas referentes a este tema:

      • El Plan de Acci�n Regional de la OPS es un instrumento importante que brinda orientaci�n a los pa�ses para la prevenci�n y el control de las enfermedades emergentes y reemergentes. Un grupo de trabajo convocado en 1996 emiti� directrices para su aplicaci�n, as� como recomendaciones detalladas sobre las medidas que deben adoptar los pa�ses y la OPS. La aplicaci�n respectiva est� en sus etapas iniciales. En 1997 se estableci�, con car�cter piloto, un sistema de vigilancia para un reducido n�mero de enfermedades y s�ndromes.
      • Se realiz� una encuesta sobre capacidad nacional de vigilancia de las enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes en Am�rica Latina y el Caribe. Los resultados servir�n de base para el establecimiento de prioridades de cooperaci�n t�cnica.
      • Un grupo de trabajo que se reuni� en Caracas en abril de 1997 prepar� un plan hemisf�rico para luchar contra el dengue. No obstante, su alto costo hace dif�cil aplicarlo.
      • Con respecto a la reacci�n frente a los brotes de enfermedades y la planificaci�n y preparaci�n para desastres, y su mitigaci�n, todos los pa�ses han seguido revisando sus planes nacionales y del sector de la salud en esos �mbitos.
      • En el Caribe han sido reforzados los mecanismos de reacci�n mediante una coordinaci�n m�s estrecha entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Organismo del Caribe para el Socorro de Emergencias en Casos de Desastre, la Federaci�n Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y la OPS. El Sistema de Seguridad del Caribe y la CARICOM colaboran en programas de capacitaci�n para administraci�n sanitaria en casos de desastres. El programa anual multidisciplinario "Trade Winds in the Caribbean" proporciona a cada pa�s anfitri�n la posibilidad de poner a prueba su plan de preparaci�n para desastres.
      • En 1996 se llev� a cabo en M�xico un simposio sobre preparaci�n para emergencias producidas por desastres qu�micos. En septiembre de 1997 Per� organiz� un curso de capacitaci�n para el manejo de emergencias epid�micas causadas por "El Ni�o". Todos los pa�ses andinos, varios organismos especializados de las Naciones Unidas y el Acuerdo Hip�lito Unanue participaron en este curso. Se est� organizando un curso similar para Am�rica Central, con apoyo de la OPS. Esa labor es complementada por la OEA, el BID y el Banco Mundial, que respaldan la labor de los Estados miembros encaminada a evaluar la vulnerabilidad de la infraestructura econ�mica y social y definir estrategias de mitigaci�n. Varios organismos regionales, subregionales y nacionales han unido esfuerzos para establecer un centro de documentaci�n sobre desastres. El objetivo consiste en reducir la vulnerabilidad facilitando el acceso a la informaci�n t�cnica y cient�fica y su divulgaci�n.
      • El Comit� Internacional de Expertos en Mitigaci�n en Hospitales, establecido como seguimiento de la Conferencia Internacional sobre Mitigaci�n de Desastres, brinda asesoramiento para la definici�n de pol�ticas t�cnicas de ejecuci�n de programas de mitigaci�n. La Uni�n Europea ha respaldado estudios en este campo en varios pa�ses. Adem�s, una serie de m�dulos de capacitaci�n t�cnica orientados a profesionales en ingenier�a estructural y dise�o de hospitales ha sido preparado conjuntamente por la Comisi�n Econ�mica para Am�rica Latina y el Caribe de la ONU (CEPAL) y el Decenio Internacional para la Reducci�n de los Desastres Naturales.
      • Tambi�n en relaci�n con los desastres, la OPS ha elaborado una gu�a sobre la vulnerabilidad de los sistemas de suministro de agua. Adem�s se prepararon documentos t�cnicos basados en estudios de casos de da�os causados por terremotos en los sistemas urbanos en Costa Rica y Ecuador, por la erupci�n volc�nica en Montserrat y por deslizamientos e inundaciones en Brasil, entre otros.
    3. Educaci�n para un desarrollo sostenible

      La reforma de la pol�tica educativa y de comunicaciones comprende la capacitaci�n en desarrollo sostenible adaptada a las diferentes necesidades y realidades del hemisferio. Los siguientes han sido los avances logrados a esos efectos:

      • Varios pa�ses han elaborado planes de acci�n multisectoriales para programas de promoci�n de la salud. Como seguimiento de acuerdos internacionales tales como la Cumbre Mundial en Favor de la Infancia, la Conferencia Internacional sobre Poblaci�n y Desarrollo, la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Mujer y la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, tambi�n se ha promovido la participaci�n de diferentes segmentos de la sociedad civil.
      • En Per� se promueven iniciativas innovadoras en el �mbito de la educaci�n. La meta del Gobierno es diversificar a�n m�s las opciones educativas y aumentar su calidad en las escuelas p�blicas. Se est� elaborando en varios centros de capacitaci�n de docentes un proyecto sobre educaci�n ecol�gica y ambiental en la regi�n andina.
      • Las iniciativas de mejoramiento de las condiciones de vida de la poblaci�n ind�gena han estimulado estudios y capacitaci�n dentro del sector salud en muchos pa�ses. Se comprende mejor la necesidad de elaborar modelos alternativos de comunicaci�n y prestaci�n de servicios para llegar a diversas comunidades. Se est�n utilizando m�s ampliamente los medios de difusi�n para una transmisi�n eficaz de informaci�n como respuesta frente a las necesidades de la poblaci�n que van detect�ndose.
      • Se han elaborado modelos de capacitaci�n en materia de calidad de la asistencia, preparaci�n de recursos humanos, salud de los adolescentes y otros temas, que se basan en una evaluaci�n inicial y el conocimiento de las necesidades tal como las conciben los sectores de poblaci�n tomados como objetivo.
      • La b�squeda de un desarrollo sostenible ha conducido, en la mayor�a de los pa�ses, a la creaci�n de alianzas con ONG y con el sector privado y a la redefinici�n del papel de los Ministerios de Salud P�blica. Esas nuevas alianzas en muchos casos han determinado una mayor eficiencia y una conciencia m�s clara de la responsabilidad.
      • En Nicaragua, por ejemplo, en 1994 se estableci� un Comit� Nacional de Educaci�n Ambiental con la participaci�n de los ministerios de educaci�n y salud p�blica, otros organismos p�blicos y representantes de la sociedad civil. El Comit� es una instituci�n interdisciplinaria que analiza, prepara, propone y aplica pol�ticas nacionales en los campos de la protecci�n ambiental y la salud. Actualmente se est�n realizando varias actividades sobre el tema de la educaci�n ambiental.
      • El Ministerio de Educaci�n de El Salvador promueve pol�ticas orientadas a la transformaci�n de la educaci�n en todos los niveles acad�micos. Un tema del plan de estudios se refiere a la ciencia, la salud y el medio ambiente. Se ha prestado especial atenci�n a grupos femeninos, juveniles e infantiles, entre otros, a los efectos de brindar una adecuada capacitaci�n en desarrollo sostenible. Se ha confeccionado un programa para lograr un acceso equitativo a la educaci�n y se ha dado respaldo a otros mecanismos innovadores de mejoramiento cualitativo de la educaci�n.
      • Un proyecto sobre "Acceso Equitativo a los Servicios Sanitarios B�sicos" recibir� el apoyo de recursos de la USAID y la OPS. Este proyecto quinquenal (1997-2002) promover� actividades regionales e internacionales encaminadas a elaborar mecanismos, brindar respaldo y dise�ar, aplicar y controlar procesos de reforma. El Instituto Centroamericano de Administraci�n y Supervisi�n de la Educaci�n (ICASE) elaborar� un programa para el grado de Master en educaci�n ambiental, en el marco de un proyecto de Educaci�n Ambiental para Am�rica Latina y el Caribe recientemente aprobado por la OEA. La Organizaci�n de las Naciones Unidas para la Educaci�n, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la OEA ayudar�n a capacitar docentes sobre el tema del desarrollo sostenible. Tambi�n se elaborar�, a trav�s de la Internet, un registro internacional de pr�cticas innovadoras de promoci�n de la educaci�n, la conciencia p�blica y la informaci�n sobre el desarrollo sostenible.
    4. Obst�culos

      Muchos pa�ses experimentan dificultades similares a las que identific� Nicaragua al evaluar el sector salud: la necesidad de aclarar las funciones de diferentes participantes que act�an en los campos de la regulaci�n, el financiamiento y la prestaci�n de los servicios. Se plantean problemas de falta de suministros m�dicos y no m�dicos, infraestructura inadecuada y equipos insuficientes y en malas condiciones. Existe una demanda no atendida en algunos servicios, y la capacidad de prestaci�n de servicios hospitalarios est� saturada. Adem�s, en la mayor�a de los pa�ses, el acceso a los servicios por parte de los grupos desfavorecidos, como la poblaci�n ind�gena y rural, es muy limitado.

      El brote de sarampi�n que tuvo lugar en San Pablo, Brasil, en 1997, compromete el �xito del programa de erradicaci�n de esa enfermedad, que hab�a logrado progresos destacados. Recientes evaluaciones han identificado las principales fallas de los sistemas de vigilancia del sarampi�n en la regi�n. Algunos de ellos, que deben superarse, son comunes a varios lugares.

      La educaci�n carece de financiamiento adecuado, especialmente en los primeros a�os, en las escuelas p�blicas que atienden a grupos de bajos ingresos. El mejoramiento del acceso a una educaci�n de buena calidad contribuir� una mayor identificaci�n con el desarrollo sostenible. No existe una conciencia generalizada sobre los da�os causados por los h�bitos contaminantes, y los planes de educaci�n encaminados a crear un comportamiento alternativo son inadecuados.

    5. Recomendaciones

      Deber�an canalizarse recursos humanos y financieros adicionales a algunos sectores clave que es preciso fortalecer, como la educaci�n p�blica para los grupos de bajos ingresos y el mejoramiento de los sistemas de vigilancia del sarampi�n y otras enfermedades. Deber�a asumirse el compromiso de hacer llegar los servicios sanitarios y educativos a los sectores desfavorecidos.

      Merece pleno respaldo el subequipo del Grupo de Trabajo Interinagencial de Apoyo al Seguimiento de la Cumbre de Bolivia encargado de preparar un plan de acci�n que haga frente a los principales problemas de la calidad del agua. Esta iniciativa aunar� la labor de los gobiernos y organismos pertinentes en 1998 para adoptar un plan de acci�n que conjugue diversos componentes de programas vinculados con la salud y elabore proyectos espec�ficos.

      Un problema importante en el hemisferio es el de reducir la exposici�n a la contaminaci�n ambiental provocada por desechos peligrosos y el aumento del uso de productos qu�micos t�xicos. La decisi�n de establecer centros regionales y subregionales de capacitaci�n y transferencia de tecnolog�a sobre manejo de desechos peligrosos contribuir�, previsiblemente, a lograr avances en esta materia.

  2. Agricultura y silvicultura sostenibles

    El sector rural, que tradicionalmente constituye la mayor fuente de empleo en Am�rica Latina y el Caribe, padece los efectos de una pobreza generalizada. La falta de t�cnicas y conocimientos adecuados entre los productores rurales, as� como la nececidad que �stos experimentan de captar beneficios econ�micos a corto plazo, promueven pr�cticas que causan erosi�n del suelo, desertificaci�n y otros efectos perniciosos para el medio ambiente. La agricultura, tal como se practica actualmente en muchas partes del hemisferio, no es sostenible. En Santa cruz se encar� este problema como uno de los m�s graves de la regi�n.

    El Hemisferio Occidental tiene la mayor cobertura de bosques del planeta, que comprende especies boreales, de climas templados y de clima tropical. En ellos se encuentra la biodiversidad m�s rica del mundo, que se concentra principalmente en las regiones tropicales de las Am�ricas. Ese rico acervo, sin embargo, se ve amenazado por una grave deforestaci�n, principalmente en las regiones tropicales, y por la degradaci�n forestal, que est� teniendo lugar en muchas partes del hemisferio. En el Plan de Acci�n de Bolivia se previ� una serie de actividades encaminadas a avanzar hacia un uso y manejo sostenibles de la diversidad biol�gica. Las iniciativas constituyen un programa regional encaminado a alcanzar los objetivos establecidos en la Convenci�n sobre Diversidad Biol�gica firmada en R�o de Janeiro. Los acuerdos de Bolivia se encaminaron tambi�n a reforzar las medidas adoptadas en la Segunda Conferencia de las Partes, celebrada en Buenos Aires a fines de 1996. El Plan de Acci�n comprende iniviativas sobre agricultura sostenible (7 a 16), silvicultura sostenible (17 a 22) y conservaci�n de la diversidad biol�gica (23 a 31).

    1. Agricultura sostenible

      El siguiente ha sido el progreso alcanzado en la esfera de la agricultura sostenible:

      • Tres temas principales referentes al manejo de la tierra, a los que se hizo referencia en la Cumbre, fueron el uso de productos agroqu�micos, la conservaci�n del suelo y la desertificaci�n, y la preservaci�n de las pr�cticas tradicionales. Una de las metas fue un mejor manejo de los productos agroqu�micos a nivel mundial, regional, nacional y local. A escala mundial est� pr�ximo a realizarse un acuerdo sobre un Instrumento Internacional sobre Sustancias Peligrosas y Plaguicidas en el Comercio Internacional. Tambi�n est�n pr�ximos acuerdos de agrupamientos subregionales --Am�rica del Norte, Centroam�rica, el MERCOSUR y la Organizaci�n de los Estados del Caribe Oriental (OECO)-- en cuanto a productos qu�micos de uso agr�cola. Uruguay, Costa Rica y Ecuador lograron avances notables en cuanto a la reducci�n de la intensidad del uso de productos qu�micos en la agr�cultura, en tanto que otros pa�ses realizaron campa�as contra plagas y enfermedades espec�ficas que causan problemas. Para reducir la necesidad de productos qu�micos en la agricultura, los pa�ses del Caribe y Am�rica Central introdujeron mecanismos integrados de control de plagas y substitutos biol�gicos de plaguicidas, o establecieron sistemas de agricultura org�nica.
      • En los programas encaminados a la conservaci�n y el restablecimiento del suelo y la reducci�n de la desertificaci�n participan 20 gobiernos, que en muchos casos cooperan estrechamente con ONG. Catorce pa�ses participan en la Red de Cooperaci�n Internacional sobre Zonas �ridas y Semi�ridas. Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Per� participan en el Programa de Acci�n para el Desarrollo Sostenible de la Puna Americana. Esos programas tienen tambi�n consecuencias importantes en cuanto a reforma agraria y bienestar social. Otros pa�ses han establecido organismos especiales, tales como comisiones de lucha contra la sequ�a o comisiones nacionales para las tierras �ridas. Argentina estableci� un sistema nacional de diagn�stico de degradaci�n del suelo y aplica varios proyectos de manejo de suelos y de la desertificaci�n, para lograr un uso sostenible del suelo en zonas �ridas, semi�ridas y subh�medas. Venezuela ha establecido un programa de estabilizaci�n de las riberas fluviales, con plantaciones de bamb�es.
      • Entre otras pr�cticas tradicionales que pueden suscitar repercusiones beneficiosas sobre la biodiversidad figuran la utilizaci�n de fertilizantes org�nicos, restos vegetales y tracci�n animal. Otras pr�cticas incluyen una agricultura sin arados, un control integrado de plagas y enfermedades, el cultivo de productos alimenticios nativos que favorezcan la conservaci�n de la biodiversidad y la aplicaci�n, por parte de peque�os productores, de m�todos de manejo sostenible de especies de flora y fauna poseedoras de potencial comercial.
      • Conforme al llamamiento de la Cumbre a reforzar la labor dirigida a la conservaci�n de los recursos gen�ticos y realizar investigaciones adecuadas en apoyo a enfoques "de sistema completo" (es decir, ecosistemas, o sistemas para la totalidad del establecimiento o cuenca), M�xico estableci� un programa de Diversificaci�n Productiva y Vida Silvestre en el Sector Rural, que ofrece nuevas oportunidades de desarrollo econ�mico mediante una diversificaci�n de la producci�n de cultivos y animales basada en la conservaci�n del germoplasma. En el programa se utilizan la flora y la fauna silvestres para la industria nacional de productos qu�micos, farmac�uticos y cosm�ticos. Argentina, Costa Rica, Chile, Paraguay, Per�, la Rep�blica Dominicana y Venezuela est�n fomentando la investigaci�n de los recursos gen�ticos nacionales. En la regi�n angl�fona del Caribe se est� trabajando en el mejoramiento gen�tico de la uva de mesa, los c�tricos y la palma nativa. En los niveles hemisf�rico y subregional, el IICA, la Organizaci�n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci�n (FAO), el Centro Agron�mico Tropical de Investigaci�n y Ense�anza (CATIE) y otros organismos internacionales respaldan investigaciones sobre recursos gen�ticos de plantas y animales nativos.
      • Se han adoptado medidas importantes para conectar la investigaci�n agraria en forma m�s estrecha con la conservaci�n de los ecosistemas. Canad� investiga nuevas variedades de cultivos y �rboles que promuevan la biodiversidad y adem�s aporten beneficios tales como la resistencia frente a las enfermedades, un uso m�s eficiente de elementos nutritivos y el secuestro del CO2. Conforme a la pauta de elaborar enfoques "de sistema completo", se realiza una investigaci�n cada vez m�s intensa sobre el cronograma y los m�todos de plantaci�n, fertilizaci�n, rotaci�n, abonos verdes y correctivos org�nicos en cultivos, pasturas y �rboles. Se han establecido bancos de semillas y especies forestales, como fuentes de semillas de calidad para preservar las masas forestales. Se estableci� una red hemisf�rica de investigaci�n sobre producci�n de cocos, en que participan 12 pa�ses.
      • Uno de los enfoques para la expansi�n de las exportaciones agr�colas consiste en dar respaldo a la producci�n por cultivos y por regiones. Se concede apoyo para la comercializaci�n de productos andinos y para incrementar el �rea plantada con ellos; para el incremento de las exportaciones agr�colas del Caribe; para el mejoramiento de la producci�n y la productividad de los cultivos tradicionales, y para el aprovechamiento de ventajas comparativas, as� como para productos individuales, como frutas, pimientos, tuberosas, algod�n sea-isle y peque�os rumiantes.
      • Se est�n aplicando mejores tecnolog�as y servicios, tales como sistemas de informaci�n, per�odos de cuarentena para plantas y animales, t�cnicas que garantizan la utilizaci�n sostenible de los recursos agr�colas y mejoras anteriores y posteriores a la cosecha, para mejorar cualitativamente los productos entregados. Am�rica Central, con el apoyo t�cnico del IICA, ha establecido centros de intercambio agr�cola con sistemas de informaci�n electr�nica que aproximan al productor rural los servicios de capacitaci�n, extensi�n y respaldo para la comercializaci�n. Las nuevas tecnolog�as ponen de manifiesto la conciencia lograda en materia ambiental: Argentina ha promovido cultivos que suscitan beneficios ambientales y en la regi�n del Caribe se ha dado respaldo a procesos agroindustriales m�s "limpios".
      • En varios pa�ses se ha ayudado a las comunidades rurales y a los pueblos ind�genas promoviendo mercados extranjeros para sus cultivos, creando mecanismos de exportaci�n, protegi�ndoles de la competencia desleal, llevando a cabo la reforma agraria y estableciendo incentivos y subsidios para fomentar la exportaci�n. El IICA, la FAO, Estados Unidos, China, Alemania y la Uni�n Europea han dado respaldo a esos esfuerzos.
      • Un enfoque innovador para el incremento de las exportaciones agropecuarias fue el desarrollo del ecoturismo en granjas y ranchos individuales. Paraguay est� a la vanguardia a ese respecto.
      • Frente a la necesidad de superar la pobreza en el sector agropecuario, varios pa�ses han incrementado el respaldo crediticio y t�cnico para los peque�os productores rurales, han mejorado el acceso de los campesinos a los factores de producci�n y a los "paquetes" de tecnolog�a y han promovido la agricultura org�nica. En algunos se han creado centros agr�colas que muestran a los peque�os productores rurales c�mo incrementar los beneficios a largo plazo mediante la incorporaci�n de t�cnicas de protecci�n ambiental en sus sistemas de producci�n. Varios gobiernos han ayudado a sus productores rurales en materia de cr�a de peces y producci�n de cultivos forestales. Otros han dedicado hasta el 1% de su PNB a investigaciones agr�colas. Un nuevo concepto denominado "cadenas de actividad" ha ayudado a los peque�os productores rurales a coordinar las actividades en el proceso agr�cola, desde la adquisici�n de insumos, pasando por la preparaci�n de la tierra, la producci�n y el transporte, hasta la comercializaci�n de cultivos seleccionados.
      • Los gobiernos de la regi�n ofrecen numerosas reuniones y programas de capacitaci�n para la poblaci�n ind�gena, los campesinos y los peque�os empresarios, sobre temas tales como "Uso de Herramientas Necesarias para Operar Empresas Rurales" e "Incremento de los Ingresos y la Competitividad". Se procura descentralizar y privatizar las actividades de capacitaci�n. Esta �ltima suele centrarse en el manejo de las empresas para mujeres rurales y empresarios j�venes. En el marco de actividades de alcance general se utilizan granjas integradas para la capacitaci�n de peque�os operadores. Se hace hincapi� en la transferencia de tecnolog�a, a fin de incrementar la productividad y la competitividad. Canad� ha respaldado programas de intercambio de productores rurales provenientes de Am�rica Latina y el Caribe. En 1997 se convocaron 24 reuniones y conferencias internacionales sobre temas vinculados con las iniciativas de Santa Cruz en materia agraria.
      • En varios pa�ses se reforzaron las comunidades locales y las organizaciones rurales de modo de promover la conservaci�n y la agricultura sostenible. Bolivia estableci� programas sobre igualdad de oportunidades para mujeres y sobre desarrollo de comunidades rurales, que ayudan a la mujer a asumir un papel m�s activo en la toma de decisiones. Para incrementar la asistencia financiera y t�cnica a nivel familiar, Argentina promueve la consolidaci�n de asociaciones de productores. El Programa de Vivienda Rural de Colombia respalda a las familias de bajos ingresos de las comunidades rurales. Paraguay ofrece a los dirigentes locales capacitaci�n en materia de manejo del suelo. Per� ayuda a los peque�os productores con fertilizantes y semillas certificadas para los principales cultivos. Uruguay proporciona respaldo para el control integrado de plagas y la diversificaci�n de los cultivos. En los pa�ses angl�fonos del Caribe se ofrece una gama similar de mecanismos de respaldo para peque�os productores.
      • La principal caracter�stica de la reforma agraria es la distribuci�n de la tierra con certeza del t�tulo, pero diversos programas nacionales de ese g�nero ofrecen muchas otras caracter�sticas, como el reconocimiento de los derechos de la poblaci�n ind�gena, la modernizaci�n de la producci�n, la ayuda financiera, la realizaci�n de catastros rurales y la inscripci�n de los inmuebles rurales en el registro p�blico. Muchos pa�ses han reforzado sus sistemas de derecho agrario, en algunos casos sancionando leyes de titulaci�n o referentes a empresas agrarias, as� como disposiciones en favor de la mujer en materia de derechos sobre la tierra.
      • En algunos pa�ses se han mejorado la eficiencia y calidad de los proyectos en sus programas de reforma agraria descentraliz�ndolos. Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, la Rep�blica Dominicana y Santa Luc�a incorporaron la reforma agraria en programas amplias de desarrollo regional o rural, alivio de la pobreza o reforma agroindustrial, como la sustituci�n del az�car por otros cultivos.
    2. Silvicultura sostenible

      Los hechos siguientes indican el avance logrado en esta materia:

      • Conforme con la recomendaci�n de la Cumbre de Bolivia, los gobiernos de la regi�n participaron activamente en las deliberaciones del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Bosques (IPF), copresidido por un pa�s del hemisferio (Colombia), y en las actividades organizadas entre sus reuniones sucesivas. Las partes no lograron establecer una posici�n com�n sobre el pol�mico tema de una convenci�n sobre los bosques.
      • Las diversas actividades organizadas entre las reuniones comprendieron el Examen de Organizaciones Internacionales, Instrumentos e Instituciones, patrocinado por Suiza y Per�; el Taller Internacional sobre la Aplicaci�n Integrada de las Pr�cticas para el Ordenamiento Sostenible de los Bosques, patrocinado por M�xico, Canad� y Jap�n, y el Foro Global de las Poblaciones Originarias y Otros Pueblos Dependientes de los Bosques sobre la Conservaci�n y la Ordenaci�n Sostenible de los Bosques, organizado por la Alianza de Pueblos Originarios de los Bosques del Tr�pico, en colaboraci�n con el Consejo Ind�gena de la Cuenca del Amazonas, con el patrocinio de los gobiernos de Colombia y Dinamarca.
      • Despu�s de la Conferencia de R�o, todos los pa�ses de la regi�n reforzaron sus programas de silvicultura. Esta labor cobr� impulso como resultado de recomendaciones sobre el tema efectuadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Bosques. En algunos pa�ses se formularon programas nacionales y se elaboraron actividades conexas basadas en acuerdos de cofinanciamiento en que participaron el Banco Mundial y el BID. Tambi�n se usaron recursos obtenidos en condiciones favorables, procedentes de fuentes bilaterales y multilaterales de asistencia para el desarrollo . Esas actividades comprendieron un programa piloto referente a la Amazonia brasile�a, financiado a trav�s de un fondo especial establecido por el G-7. La FAO tambi�n cumpli� un papel importante en apoyo a esos esfuerzos; organiz� diversos seminarios en que participaron expertos subregionales o nacionales en Brasil, Ecuador y el Caribe, en el marco del Foro Regional sobre Programas Nacionales de Silvicultura para Am�rica Latina y el Caribe.
      • Tambi�n se logr� cierto progreso en cuanto a la participaci�n de la ciudadan�a en actividades vinculadas con el manejo sostenible de los bosques. En varios pa�ses se adoptaron nuevas pol�ticas y leyes, y se han tomado medidas de protecci�n de la diversidad cultural de las comunidades ind�genas y sus conocimientos y aptitudes especializados tradicionales. El Consejo Centroamericano sobre Bosques y Zonas Protegidas ha introducido diversos mecanismos encaminados a hacer que todos los interesados participen en la toma de decisiones que afecten a los bosques. Tambi�n se han identificado numerosos proyectos participatorios para el manejo sostenible de los bosques. Los mismos son promovidos por gobiernos nacionales, organismos internacionales --como el Programa de la FAO sobre Bosques y Comunidades Locales-- y organismos no gubernamentales. Algunos pa�ses han otorgado a comunidades ind�genas derechos de propiedad sobre la tierra habitada tradicionalmente por sus ancestros, o han adoptado medidas encaminadas a organizar la apertura de fronteras agr�colas y la aclaraci�n de t�tulos de propiedad sobre nuevas parcelas de tierras. Conforme a ambos planes, se han dise�ado estrategias destinadas a crear condiciones que favorezcan el manejo sostenible de zonas boscosas por parte de propietarios rurales. El supuesto b�sico es que la tenencia de la tierra y los derechos a su uso cumplen un papel decisivo en el manejo sostenible de las zonas boscosas, y que el proceso de regulaci�n y legalizaci�n de esos derechos debe ser acompa�ado por asistencia t�cnica y programas de cr�dito. Adem�s, si bien las zonas protegidas han aumentado en n�mero y extensi�n, aumenta tambi�n el reconocimiento del hecho de que, para manejarlas adecuadamente, las comunidades que viven en ellas o en las zonas vecinas deben participar en esa labor de administraci�n. A esos efectos se han preparado diversos planes participatorios.
      • En la regi�n se han elaborado varios programas de cooperaci�n bilateral y multilateral sobre manejo sostenible de los bosques. El Programa Internacional de Bosques Modelo, cuyo fortalecimiento fue recomendado por la Cumbre de Santa Cruz, est� destinado a promover el intercambio de experiencias locales, el saber t�cnico y la tecnolog�a, para lograr un desarrollo sostenible. Representantes de Argentina, Canad�, Costa Rica, Chile, Estados Unidos y diversas regiones del pa�s anfitri�n asistieron al Primer Foro de la Red Internacional de Bosques Modelo, celebrada en M�xico en 1997.
      • En Am�rica Central y en la cuenca del Amazonas se est�n elaborando numerosos programas de cooperaci�n bajo los auspicios de la Comisi�n Centroamericana sobre Medio Ambiente y Desarrollo y el Tratado de Cooperaci�n Amaz�nica, respectivamente.
      • Algunos pa�ses de la regi�n participan activamente en programas internacionales de definici�n y aplicaci�n de criterios e indicadores para el manejo sostenible de los bosques. En enero de 1997 comenz� el proceso de definici�n de criterios e indicadores para los siete pa�ses que pertenecen a la Comisi�n Centroamericana sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
      • A mediados de 1997 se celebr� la novena reuni�n de la Iniciativa de Montreal. Cuarenta y cinco pa�ses, incluidos los seis de las Am�ricas que forman parte de ese proceso --Argentina, Canad�, Chile, Estados Unidos, M�xico y Uruguay-- asistieron a la reuni�n.
      • La Iniciativa de Tarapoto, en que participan los ocho pa�ses que son partes del Tratado de Cooperaci�n Amaz�nica, recomend� a los gobiernos de los pa�ses miembros la adopci�n de una Propuesta sobre Criterios e Indicadores para la Sostenibilidad del Bosque Amaz�nico. La Propuesta de Tarapoto comprende un enfoque general y multidisciplinario que podr�a promover considerablemente los esfuerzos nacionales y regionales de creaci�n de un instrumento adecuado para la planificaci�n del desarrollo sostenible de los bosques.
    3. Conservaci�n de la biodiversidad

      Pueden destacarse los siguientes logros en este �mbito clave:

      • Aun antes de que se firmara en R�o de Janeiro la Convenci�n sobre Diversidad Biol�gica otros acuerdos cumplieron un papel importante en la promoci�n de la labor realizada a este respecto en el hemisferio; por ejemplo: la Convenci�n Internacional sobre el Comercio de las Especies en Extinci�n (CITES); el Convenio sobre Humedades de Importancia Internacional (RAMSAR); la Convenci�n sobre la Protecci�n del Patrimonio Mundial Cultural y Natural; la Convenci�n sobre Derecho del Mar; el Tratado Internacional de Comercio de Maderas Tropicales (ITTA); el Programa del PNUMA para los Mares Regionales; el Programa de la UNESCO sobre el Hombre y la Biosfera, y el Tratado Amaz�nico. M�s recientemente, la Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible puso en marcha tambi�n varias iniciativas encaminadas a la preservaci�n de la biodiversidad.
      • La ejecuci�n de la Convenci�n sobre Diversidad Biol�gica no ha sido satisfactoria, aunque se ha avanzado en algunos campos espec�ficos. El Programa UNGASS de las Naciones Unidas para la aplicaci�n de la Agenda 21 subray� el hecho de que "existe una urgente necesidad de garantizar la preservaci�n y el desarrollo sostenible de la diversidad biol�gica y la distribuci�n justa y equitativa de los beneficios derivados de la utilizaci�n de los componentes de los recursos gen�ticos". El Programa UNGASS destac� ciertos peligros espec�ficos, como la destrucci�n del habitat, la excesiva explotaci�n del medio ambiente mar�timo y terrestre, la contaminaci�n y la introducci�n inapropiada de plantas y animales ex�ticos. Tambi�n fueron objeto de acuerdos celebrados en Santa Cruz diversos mecanismos destinados a evitar esos peligros.
      • Se est�n realizando negociaciones para aprobar un Protocolo sobre Bioseguridad referente a la movilizaci�n transfronteriza de organismos vivientes que hayan sido modificados mediante la utilizaci�n de la moderna biotecnolog�a y que puedan afectar desfavorablemente a la preservaci�n y el uso sostenible de la biodiversidad, e inclusive a la salud humana. Al mismo tiempo se est� avanzando en las negociaciones destinadas a armonizar la Iniciativa Internacional sobre Recursos Vegetales Gen�ticos con la Convenci�n sobre Diversidad Biol�gica. A fin de proteger los recursos gen�ticos de las plantas a nivel nacional, regional y mundial, ese an�lisis comprende los temas del acceso a los recursos gen�ticos y los derechos de los productores rurales. Est�n participando activamente en ambas negociaciones pa�ses de Am�rica Latina y el Caribe.
      • Muchos pa�ses del hemisferio han adoptado estrategias nacionales de biodiversidad, fortaleciendo su capacidad de investigaci�n y desarrollo en el �mbito de los recursos biol�gicos e introduciendo normas legales sobre el acceso a los recursos gen�ticos. Los pa�ses andinos han sancionado leyes regionales y est�n elaborando normas legales nacionales. Argentina, Brasil, Costa Rica y M�xico tambi�n se proponen introducir o modificar la legislaci�n referente a este tema.
      • A principios de 1997 el PNUMA comenz� a analizar la legislaci�n existente en la regi�n, como componente esencial para un intercambio de informaci�n que sirva de base de un desarrollo ulterior del cuerpo de normas referentes a la materia, a fin de que puedan aplicarse las numerosas y complejas disposiciones de la Convenci�n. Tambi�n se est�n realizando diversos estudios encaminados a aumentar el valor econ�mico de la biodiversidad, as� como un proyecto de investigaci�n sobre la demanda industrial de recursos gen�ticos y un an�lisis del mercado europeo.
      • Conforme con la Convenci�n sobre Diversidad Biol�gica, se han definido, o est�n siendo preparadas, estrategias espec�ficas de nivel mundial o regional encaminadas a incrementar el conocimiento cient�fico de la biodiversidad de los bosques, la agricultura y las zonas mar�timas y costeras. La Conferencia de las Partes respald� la Iniciativa Global sobre Taxonom�a, y se prev� que la venidera conferencia adopte las medidas necesarias para llevarlas a la pr�ctica. Adem�s, en la tercera reuni�n del grupo cient�fico de la Conferencia de las Partes, se recomend� la adopci�n de una serie preliminar de indicadores de la biodiversidad. Se trata de un campo en que est�n trabajando varios pa�ses del hemisferio.
      • Un importante logro en las Am�ricas en las �ltimas d�cadas ha sido la creaci�n de sistemas de zonas protegidas, que refleja una estrategia clave para la preservaci�n a largo plazo de la biodiversidad. Su importancia se refleja en el hecho de que la diversidad de los ecosistemas s�lo puede garantizarse in situ. Otro hecho, m�s reciente, ha sido la identificaci�n y el establecimiento de zonas protegidas transfronterizas. Reconociendo la importancia de la red de zonas protegidas, la Convenci�n sobre Diversidad Biol�gica indic� su intenci�n de que ese sea uno de los �mbitos principales de financiamiento para proyectos a trav�s del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM). Se mencionan los siguientes proyectos entre los que ser�n financiados en la regi�n: el sistema regional mesoamericano de zonas protegidas, zonas de amortiguaci�n y corredores biol�gicos; el establecimiento de un sistema mundial representativo de zonas mar�timas protegidas; actividades encaminadas a lograr una regi�n amaz�nica sostenible; estrategias regionales de preservaci�n y uso sostenible de los recursos naturales en el Amazonas, y proyectos nacionales de respaldo del establecimiento y el desarrollo de sistemas de zonas protegidas, como el Fondo para la Biodiversidad, de Brasil, la conservaci�n de la biodiversidad y el desarrollo sostenible en las zonas de La Amistad y La Osa, en Costa Rica, y los programas de zonas protegidas de M�xico y Guyana.
      • Adem�s de proyectos para zonas protegidas, el FMAM ha financiado tambi�n diversos proyectos nacionales para la protecci�n de la biodiversidad como, por ejemplo, los referentes a la consolidaci�n y aplicaci�n del programa de manejo de la zona costera de la Patagonia, para preservar su biodiversidad; la protecci�n y el uso sostenible de la diversidad biol�gica en la zona biogeogr�fica del Choc�, en Colombia; la preservaci�n de la biodiversidad en la cuenca del Lago Titicaca; el proyecto integrado para la protecci�n de la biodiversidad en la regi�n de Sarts�n-Montagua, de Guatemala. Finalmente, el Banco Mundial y el BID han cofinanciado en Am�rica Latina y el Caribe diversos proyectos vinculados con la preservaci�n de la biodiversidad.
      • El Primer Congreso Latinoamericano sobre Parques Naciones y Otras Zonas Protegidas, que tuvo lugar en Santa Marta, Colombia, en 1997, subray� la importancia de las iniciativas acordadas en la Cumbre de Bolivia y la estrecha relaci�n entre preservaci�n de la biodiversidad y manejo de parques nacionales. Destac� tambi�n el papel que debe cumplir la OEA como foro para avanzar en la aplicaci�n de las diversas recomendaciones emanadas del Congreso, especialmente las vinculadas con la biodiversidad.
      • Se han identificado como metas prioritarias para las Am�ricas la protecci�n y el uso eficaces del saber t�cnico tradicional, las innovaciones y las pr�cticas de los pueblos ind�genas y otras comunidades locales y la distribuci�n equitativa de los beneficios consiguientes, seg�n lo acordado en la Convenci�n sobre Diversidad Biol�gica. Este tema fue analizado ampliamente en el Taller Mundial sobre Pueblos Ind�genas y Bosques, que tuvo lugar en Leticia, Colombia, en diciembre de 1996. Se ha analizado ese objetivo en diversos foros y seminarios patrocinados, en su mayor parte, por organizaciones no gubernamentales locales. Adem�s, en noviembre �ltimo se celebr� en Madrid un Taller sobre Conocimientos T�cnicos Tradicionales y Biodiversidad. No obstante, cinco a�os despu�s de la celebraci�n de la Convenci�n, es escaso el progreso logrado en esta materia, que reviste especial importancia para las Am�ricas, un habitat en que existe una gran diversidad de pueblos ind�genas.
      • En septiembre de 1998 se pondr� en marcha la Red Interamericana de Informaci�n sobre Biodiversidad (IABIN), en una conferencia internacional de la que ser� anfitri�n el Gobierno de Brasil. Para respaldar la cooperaci�n multilateral a los efectos del desarrollo de esta iniciativa, la OEA convoc� una Reuni�n de Expertos en octubre de 1997, y una segunda reuni�n a principios de 1998. De ese modo se ha logrado establecer un entendimiento y una aceptaci�n comunes en torno a IABIN y se ayuda a Brasil a preparar la reuni�n de 1998. En la primera reuni�n, expertos de siete pa�ses efectuaron algunas recomendaciones a la OEA, una de las cuales determin� un llamamiento a todos los pa�ses miembros de la Organizaci�n para el establecimiento de puntos focales. La segunda reuni�n se ampli� de modo de incluir a otros pa�ses y organizaciones no gubernamentales que trabajan en la esfera de la biodiversidad de Am�rica Latina y el Caribe. Tambi�n se consider� la manera de establecer una mejor coordinaci�n en el mecanismo de intercambio de informaci�n de la Convenci�n sobre Diversidad Biol�gica. En ese per�odo de aplicaci�n no menos de ocho pa�ses han comprometido recursos y capital intelectual a IABIN, como parte de este proceso de organizaci�n.
    4. Obst�culos

      En el campo de la agricultura sostenible, como en el �mbito m�s amplio del desarrollo sostenible, un problema de gran envergadura es el de la insuficiencia del financiamiento interno e internacional, de los recursos humanos y de la infraestructura para la investigaci�n y la transferencia de tecnolog�as. El proceso de reforma de la legislaci�n para racionalizar el uso de los productos agroqu�micos se realiza en forma lenta. La pr�ctica de exportar a los pa�ses en desarrollo productos qu�micos prohibidos en los pa�ses desarrollados dificulta a�n m�s esa labor. No existe suficiente coordinaci�n entre los gobiernos y las empresas para encontrar alternativas adecuadas para los plaguicidas inconvenientes. El progreso en esta materia se ve dificultado por escasez de recursos que permitan hacer frente a los problemas vinculados con la conservaci�n del suelo, la desertificaci�n y las pr�cticas tradicionales, a lo que se agregan fallas de los sistemas nacionales de informaci�n y escasa atenci�n a los indicadores en los �mbitos en que los procesos de transformaci�n conducen a la desertificaci�n.

      Deben superarse graves fallas del marco institucional y de pol�ticas para reforzar las medidas referentes a los recursos gen�ticos a los efectos de valorar el rico acervo de que dispone la regi�n de las Am�ricas. La exportaci�n de productos agropecuarios de Am�rica Latina y el Caribe sigue tropezando con importantes obst�culos. La liberalizaci�n del comercio es a�n un proceso inconcluso. Es dif�cil encontrar tecnolog�as que a la vez incrementen las ganancias y protejan el medio ambiente, lo que hace de la erradicaci�n de la pobreza una meta a�n m�s elusiva. En algunos casos, la ambig�edad de las disposiciones legales ha suscitado efectos negativos sobre los programas de reforma agraria.

      Los principales obst�culos que impiden poner l�mites a la deforestaci�n y la degradaci�n de los bosques guardan relaci�n con la falta de una firme identificaci�n, al nivel pol�tico pertinente, con la meta de combatir sus causas nacionales e internacionales b�sicas. Se llegar� a una determinaci�n en la esfera pol�tica si las comunidades logran participar en los procesos de adopci�n de decisiones que afectan al medio ambiente, enfoque que ha ido ganando considerable terreno en las Am�ricas.

      Diferencias entre los pa�ses desarrollados y en desarrollo en cuanto a la interpretaci�n de determinados acuerdos contenidos en la Convenci�n sobre Diversidad Biol�gica han dificultado su aplicaci�n. El hecho de que Estados Unidos, que es el principal usuario de la biodiversidad en el mundo, no haya ratificado la Convenci�n, reduce la posibilidad de que la misma logre alcanzar su objetivo principal. Adem�s, el financiamiento internacional est� lejos de ser suficiente para alcanzar todos los objetivos y compromisos previstos en la Convenci�n. El FMAM y los pa�ses donantes individuales han otorgado recursos a t�tulo gratuito a pa�ses en desarrollo para aplicar proyectos que suponen la protecci�n y el uso sostenible de la biodiversidad, pero el financiamiento internacional est� lejos de ser adecuado para alcanzar todos los objetivos y compromisos previstos en la Convenci�n. Es muy poco lo que se hace para combatir las causas nacionales e internacionales b�sicas de la disminuci�n de la biodiversidad, y �ste se ha convertido en uno de los obst�culos m�s formidables para poner freno a ese deterioro.

    5. Recomendaciones

      Al adoptar el c�digo de la FAO sobre plaguicidas a nivel nacional y regional se mejorar�a, previsiblemente, el manejo de los productos agroqu�micos y se reducir�an sus efectos nocivos para el medio ambiente. Con el respaldo del IICA, los gobiernos deber�an intensificar la labor que realizan para promover pr�cticas integradas de control de plagas y otros programas de capacitaci�n de agricultores, asociaciones de productores y sindicatos en cuanto al uso seguro de los plaguicidas. Para incrementar las necesarias investigaciones sobre productos agroqu�micos y salud vegetal y animal, debe promoverse la asociaci�n de esfuerzos entre el Estado y las entidades privadas.

      Si bien las entidades nacionales encargadas de la capacitaci�n, la transferencia de tecnolog�a y la extensi�n deben atender mejor las necesidades de los productores y tener m�s en cuenta los indicadores del mercado, tambi�n debe promoverse una mayor participaci�n del sector privado en actividades de extensi�n y asistencia t�cnica. Deben adoptarse medidas que permitan a las comunidades locales participar en mayor medida en las decisiones de conservaci�n de recursos, incluido el dise�o de mecanismos de control de la desertificaci�n y la adopci�n de pr�cticas de desarrollo sostenible.

      Podr�a estudiarse la posibilidad de reformar la legislaci�n existente para lograr una mayor apertura del mercado de tierras agr�colas. A este respecto, deber�an adoptarse medidas que aclaren los derechos de propiedad sobre las peque�as parcelas.

      Dada la importancia que reviste la exportaci�n de productos del agro para muchos pa�ses de las Am�ricas, as� como los r�pidos cambios que sufre el comercio mundial, el sector agropecuario debe participar en mayor medida en negociaciones comerciales multinacionales y estar mejor dotado de aptitudes de negociaci�n.

      Debe procurarse que los pa�ses apliquen las recomendaciones de medidas de IPF. Para lograr este objetivo debe reforzarse la Comisi�n Regional de Silvicultura para Am�rica Latina y el Caribe coordinada por la FAO. Todos los pa�ses de Am�rica deben participar activamente en el Foro Intergubernamental sobre Bosques, que ser� copresidido por Colombia y Per�. Debe estudiarse la posibilidad de organizar un di�logo continental a los efectos de intercambiar de informaci�n sobre puntos clave del temario e identificar aquellos en que puede lograrse una posici�n com�n. Como se espera que el Foro Intergubernamental sobre Bosques formule sus recomendaciones en la octava reuni�n del Comit� Interamericano sobre Desarrollo Sostenible, es conveniente que se incluya en el temario del Foro de las Am�ricas sobre Desarrollo Sostenible de 1999 un punto referente a los bosques, como estrategia de preparaci�n del Foro Intergubernamental, y que se identifiquen mecanismos de aplicaci�n de las iniciativas aprobadas en Bolivia en el contexto de acuerdos mundiales.

      Debe solicitarse a la OEA que coordine actividades regionales que promuevan el proceso de intercambio de experiencia e informaci�n sobre la identificaci�n y creaci�n de zonas protegidas transfronterizas en el Hemisferio. La OEA deber�a tambi�n examinar la posibilidad de incluir en la Estrategia Interamericana sobre Participaci�n P�blica un proyecto piloto sobre manejo sostenible de los bosques, que vincular�a los acuerdos celebrados en el contexto de la Convenci�n sobre Diversidad Biol�gica con los adoptados por el Foro Intergubernamental sobre Bosques.

      Tambi�n podr�a solicitarse a la OEA que adoptara las medidas necesarias para poner en marcha las conversaciones sobre la biodiversidad a nivel interamericano que se especifican en la iniciativa 29. Esto constituir�a una actividad de respaldo de la iniciativa 31 y de la creaci�n de IABIN. El FMAM deber�a proporcionar respaldo a IABIN, lo que constituye una prioridad para el Hemisferio. Adem�s deber�an reforzarse las actividades que realiza el BID para explorar nuevas alternativas de financiamiento de la protecci�n y el uso sostenible de la biodiversidad.

  3. Ciudades y comunidades sostenibles

    Las ciudades de la regi�n est�n experimentando cambios extraordinarios y acelerados. Los gobiernos canalizan m�s recursos y conceden mayores facultades a las jurisdicciones subnacionales. A su vez, muchos gobiernos regionales y locales facilitan iniciativas empresariales y comunitarias destinadas a ampliar y mejorar los servicios en cuanto a cobertura, calidad y eficiencia. Esos cambios est�n siendo respaldados por programas internacionales de asistencia t�cnica y financiera. El Plan de Acci�n se refiere a cuatro �mbitos enmarcados en este tema: desarrollo econ�mico (iniciativas 32 a 35), vivienda (iniciativas 36 a 40), prevenci�n de la contaminaci�n y protecci�n ambiental (iniciativas 38 a 45), y transporte sostenible (iniciativas 43 y 46).

    1. Desarrollo econ�mico

      Las municipalidades procuran una mayor coordinaci�n con los gobiernos nacionales y regionales y con el sector privado, as� como cooperaci�n internacional, para hacer frente a los problemas del desempleo urbano:

      • Se ha logrado cierto progreso en cuanto a la aplicaci�n de nuevos enfoques para la administraci�n urbana, o la aplicaci�n de los mismos en forma experimental. La USAID, por ejemplo, ha patrocinado varios programas y proyectos de fomento de la transici�n hacia una descentralizaci�n democr�tica. En 1997 siguieron aplic�ndose en Honduras y Nicaragua programas de fortalecimiento de los gobiernos municipales, y en Guatemala se puso en marcha un nuevo programa sobre participaci�n de las comunidades locales en el desarrollo. En septiembre de 1997, con los auspicios de la USAID y de la Federaci�n de Municipalidades del Istmo Centroamericano (FEMICA), se celebr� una conferencia sobre descentralizaci�n democr�tica en la ciudad de Guatemala.
      • Los alcaldes de las Am�ricas se han reunido en varias ocasiones en los �ltimos a�os. En esas reuniones se han examinado temas de desarrollo urbano en forma integrada. Organismos multilaterales (la OEA, el BID, el Banco Mundial) y bilaterales (la USAID) han respaldado esas reuniones, siendo la m�s reciente la de Miami, en octubre de 1997.
      • La descentralizaci�n ha abierto el camino a enfoques multidisciplinarios destinados a hacer frente a los problemas de una urbanizaci�n sostenible. Autoridades locales de Am�rica Latina y el Caribe procuran crear ciudades equilibradas, sostenibles, que gocen de ciertas ventajas comparativas, en un entorno en que los intereses individuales y los servicios colectivos sean mutuamente compatibles. Mendoza, Argentina; Curitiba y Porto Alegre, Brasil; Manizales, Colombia, y Quito, Ecuador, han sido ciudades pioneras en este enfoque multidisciplinario e integrado de administraci�n municipal.
      • Se ha logrado cierto progreso en la descentralizaci�n de los programas de educaci�n y capacitaci�n laboral. En Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile y Per�, los programas de educaci�n han sido combinados exitosamente con capacitaci�n en servicio. Se trata de un �mbito en que las autoridades municipales podr�an contribuir, porque tienen un conocimiento de los trabajadores y potencial de producci�n locales que servir�a de aporte a la formulaci�n de los programas educativos y de capacitaci�n.
      • En Venezuela se ha dado respaldo a la descentralizaci�n seg�n lo previsto en el IX Plan Nacional y en la Agenda Venezuela. Varias actividades y servicios, como los de salud, educaci�n, deporte, juventud y nutrici�n, han sido transferidos a gobiernos provinciales y municipales. El Fondo Intergubernamental de Descentralizaci�n suministra respaldo financiero destinado a descentralizar la administraci�n p�blica, evaluando y financiando proyectos presentados por gobiernos provinciales y locales.
      • En Lima, ciudad de M�xico, R�o de Janeiro, Chinandega y Le�n (Nicaragua), y Medell�n (Colombia) se han puesto en marcha programas encaminados a facilitar el acceso de los municipios a los mercados de capital. Tambi�n se han iniciado programas de mejoramiento de la capacidad de los grupos de bajos ingresos para que puedan obtener cr�dito para el financiamiento de actividades productivas mediante de la regularizaci�n de los t�tulos de propiedad y el mejoramiento de la infraestructura y la vivienda urbanas. Tanto en la ciudad de M�xico como en Medell�n se prepararon planes estrat�gicos generales en 1997, que comprenden el fortalecimiento de su competitividad, y en Bogot� se est� realizando un plan similar.
      • En Bolivia, Honduras y Nicaragua se han establecido incentivos para promover la participaci�n de las comunidades y gobiernos locales en la planificaci�n conjunta de proyectos de construcci�n y mantenimiento de la infraestructura urbana. En Porto Alegre, Brasil, se ha logrado --lo que constituye una innovaci�n-- la participaci�n de diferentes sectores sociales en la preparaci�n del presupuesto de capital para la ciudad. Otras ciudades en que se aplica esa pr�ctica son Mendoza, Argentina; La Florida, Chile; Cali, Colombia; Tijuana, M�xico, y Ciudad Guayana, Venezuela.
      • Bajo el patrocinio de la USAID, en 1997 se puso en marcha un nuevo plan trienal de US$3 millones para respaldar la creaci�n de empleos, la productividad laboral, la actividad de las microempresas y las inversiones para las peque�as econom�as del Caribe Oriental. La asistencia de la USAID, que se proporciona mediante el Programa de Diversificaci�n Econ�mica del Caribe, en asociaci�n con la CARICOM, comprende respaldo para las microempresas, capacitaci�n t�cnica a corto plazo para estudiantes preuniversitarios que se preparan para ingresar en el mercado de trabajo, proyectos de base comunitaria para la creaci�n de oportunidades de autoempleo, etc.
    2. Vivienda

      Se han adoptado algunos enfoques innovadores para hacer frente a la demanda insatisfecha de vivienda en el hemisferio:

      • Varios pa�ses y muchas municipalidades han diversificado los instrumentos y mecanismos aplicables a la adquisici�n, zonificaci�n, utilizaci�n y regulaci�n de terrenos urbanos. Colombia, por ejemplo, ha sancionado una ley que autoriza a las municipalidades a hacer uso, como recursos propios del gobierno local, de parte del incremento de los valores de los inmuebles provocado por decisiones administrativas. En M�xico se han adoptado planes de redistribuci�n de las ganancias emanadas de la incorporaci�n a las ciudades de tierras suburbanas o zonas rurales adyacentes entre los propietarios anteriores, el financiamiento de la infraestructura y las zonas de protecci�n ambiental.
      • Algunos pa�ses centroamericanos han puesto en marcha programas encaminados a facilitar el acceso a los mercados inmobiliarios y de capitales y a la vivienda, en beneficio de sectores de bajos ingresos. El desarrollo urbano ha dejado de ser un monopolio estatal en Am�rica Latina y el Caribe, ya que se conocen y utilizan mejor los instrumentos que promueven la participaci�n del sector privado. En las zonas metropolitanas se tiene conciencia de la necesidad de una mayor coordinaci�n entre los gobiernos locales y nacionales en cuanto a planificaci�n, desarrollo urbano y protecci�n ambiental.
    3. Prevenci�n de la contaminaci�n y protecci�n ambiental

      Se ha avanzado en cuanto a la participaci�n de todos los actores potenciales en materia de pol�ticas, actividades y financiamiento de la protecci�n ambiental:

      • Per� es uno de los pa�ses que han sancionado leyes que ofrecen incentivos econ�micos y fiscales, as� como pr�rrogas de plazos para cumplir con las nuevas normas, a quienes observan las disposiciones de regulaci�n ambiental vigentes. Brasil, Colombia y M�xico est�n estableciendo ciertos incentivos para inducir a las comunidades, los medios de difusi�n y los mercados financieros a combatir la contaminaci�n industrial.
      • Recientemente, organismos bilaterales y multilaterales de desarrollo han establecido nuevos principios y modelos operativos para controlar la contaminaci�n industrial. Esos modelos se basan en la interrelaci�n entre los gobiernos, los productores y los consumidores; entre las empresas y las comunidades, y entre el sector p�blico y los mercados. Ciertos organismos internacionales est�n aportando nuevas ideas en cuanto a regulaci�n de la contaminaci�n industrial, y nueva informaci�n sobre la manera de reducirla.
      • Una parte considerable del financiamiento que otorga el BID se orienta hacia proyectos referentes al medio ambiente urbano y el control de la contaminaci�n. En 1996, por ejemplo, proyectos de saneamiento metropolitano en gran escala, en M�xico, Uruguay, Bolivia y Guatemala, constituyeron el grueso de la cartera ambiental de ese banco. Tambi�n se han financiado grandes proyectos para programas de limpieza en la Bah�a de Guanabara, en la Bah�a de Todos los Santos y en el Lago Managua, y el Banco ha respaldado una labor innovadora de mejoramiento de asentamientos de personas de bajos ingresos en Brasil.
    4. Transporte sostenible

      Se han puesto en marcha nuevas pol�ticas en ese contexto:

      • En algunas ciudades, especialmente en Brasil, se han adoptado pol�ticas integradas de uso de la tierra y transporte urbano encaminadas a reducir los altos costos de expropiaci�n vinculados con la adquisici�n de tierras para la construcci�n de la infraestructura de transporte urbano. Cali, Colombia, aplicar� un m�todo similar para la construcci�n de su subterr�neo.
    5. Obst�culos

      La acelerada urbanizaci�n plantea graves problemas en cuanto a infraestructura y vivienda, espacios comunes y transporte sostenible, prevenci�n y correcci�n de la contaminaci�n, eliminaci�n de desperdicios industriales, promoci�n de h�bitos de consumo no contaminantes y manejo de tecnolog�as sostenibles. El acelerado ritmo de urbanizaci�n crea nuevas formas de marginalidad social y econ�mica que alimentan el crimen y la violencia a niveles epid�micos. En los mayores centros urbanos reci�n comienza a hacerse frente al delito urbano y se est�n conociendo las modalidades especiales de violencia metropolitana. En ellos comienzan a experimentarse nuevas medidas que permitan poner freno a la violencia.

      La descentralizaci�n es un medio encaminado a un fin; no un fin en s� mismo. En la mayor�a de los gobiernos nacionales a�n se mantienen las estructuras establecidas cuando el Estado era el responsable del desarrollo urbano. Las municipalidades a�n no son reconocidas plenamente como contrapartidas v�lidas en los debates nacionales o internacionales sobre el desarrollo urbano. Muchos reglamentos y tradiciones de larga data, de car�cter restrictivo, que establecen una administraci�n centralizada, las privan de atribuciones administrativas en �mbitos en que podr�an actuar, como los programas educativos y de capacitaci�n profesional. Tambi�n existen limitaciones injustificadas en cuanto al manejo de las finanzas locales o a la asociaci�n de esfuerzos entre el gobierno local y el sector privado.

      Los gobiernos municipales sufren los efectos de marcos estructurales y operativos imperfectos. As�, las autoridades locales se ven obligadas a consumir tiempo y recursos excesivos para establecer la base org�nica necesaria para la planificaci�n, el financiamiento, la aplicaci�n y el control de proyectos de infraestructura social y programas de cr�dito para actividades de generaci�n de ingresos.

      El acceso a los mercados de capital para el desarrollo infraestructural y urbano sigue siendo objeto de restricciones indebidas, y a�n no se han dise�ado suficientes nuevas modalidades de financiamiento a esos efectos. Deber�an usarse recursos financieros externos para promover el ahorro interno y financiar programas de vivienda de bajo costo en conjunci�n con recursos internos. Una burocracia excesiva y la falta de participaci�n popular para el dise�o y la aplicaci�n de planes de vivienda reducen sus posibilidades de �xito.

      Es frecuente que las ciudades se expandan m�s all� de sus l�mites programados, y que los sistemas, oficiales y extraoficiales, de suministro de agua, saneamiento, eliminaci�n de desperdicios y otros servicios comunes a esos �mbitos tiendan a ser insuficientes e ineficientes.

      Las pol�ticas fiscales y de uso de la tierra vigentes no promueven el establecimiento de adecuados sistemas de transporte urbano, ni existe un entorno favorable para la participaci�n privada en el sistema de transporte. Diferentes grupos de intereses aplican medidas de presi�n para evitar la actualizaci�n y modernizaci�n de las normas de tr�fico urbano.

    6. Recomendaciones

      Los enfoques m�s promisorios para el manejo del medio ambiente urbano consisten en establecer iniciativas financieras y hacer participar a las comunidades, las empresas y los gobiernos en la creaci�n de consenso con respecto a metas y actividades compartidas. Deber�a revisarse la legislaci�n para hacer posible la participaci�n del sector privado en inversiones urbanas y tambi�n para promover un financiamiento conjunto de programas municipales por parte del Gobierno nacional, el sector privado y las comunidades locales. Deber�an sancionarse leyes tributarias que tengan en cuenta la participaci�n local en el ingreso fiscal. Tambi�n deber�an revisarse los marcos institucionales, de modo que sean compatibles con la creciente descentralizaci�n. Deber�a perseverarse en los esfuerzos destinados a insertar los temas referentes a las zonas urbanas en los objetivos de los organismos internacionales y los gobiernos nacionales.

      La OEA deber�a continuar apoyando la labor del Grupo de Trabajo Interagencial de Apoyo al Seguimiento de la Cumbre de Bolivia y sus grupos de trabajo en materia de ciudades sostenibles y producci�n m�s limpia, a trav�s de la cual se procura conjugar la labor de los organismos internacionales y hacer frente a los complicados problemas del medio ambiente urbano. Un Seminario Interinstitucional sobre Ciudades Sostenibles que tuvo lugar en febrero de 1998 con el auspicio del Banco Mundial ayud� a identificar �mbitos prioritarios para la adopci�n de medidas.

      Deber�a aplicarse una combinaci�n de medidas coercitivas e incentivos para reducir la contaminaci�n. Deber�a hacerse hincapi� en pol�ticas y medidas beneficiosas para todas las partes interesadas, que lleven a cada agente potencial de contaminaci�n a cumplir sus obligaciones en cuanto a protecci�n del medio ambiente.

      Con respecto al sector transporte, las municipalidades deber�an dar participaci�n al sector privado en la construcci�n y el funcionamiento de los sistemas de transporte p�blico. Los pa�ses deber�an enfrentar con decisi�n los problemas de la vivienda de los sectores de bajos ingresos y la regularizaci�n de la propiedad de la tierra, con la participaci�n directa y activa de instituciones financieras.

  4. Recursos h�dricos y zonas costeras

    El manejo de los recursos h�dricos constituye un aspecto decisivo para el futuro econ�mico del hemisferio. Tres de las mayores cuencas fluviales del mundo (la del Amazonas, la del Mississippi y la del Plata) riegan la mayor parte de las tierras de las Am�ricas. Sudam�rica es, de todos los continentes, el que posee corrientes de agua dulce de mayor volumen, y el agua dulce producida en el hemisferio es casi dos veces mayor que la de todos los otros continentes combinados. La comunidad de intereses en cuanto a los temas del manejo de los vastos recursos del Mar Caribe brinda la oportunidad de un intercambio constructivo entre los estados insulares y continentales. En el Plan de Acci�n se incluyen actividades vinculadas con los recursos h�dricos y las zonas costeras, consistentes, por ejemplo, en planes referentes al agua potable (iniciativas 1 y 47), manejo integrado de los recursos h�dricos (iniciativas 48 a 54), y recursos costeros y mar�timos (iniciativas 55 a 58).

    1. Agua potable

      Se ha producido una considerable variaci�n con respecto a tendencias anteriores, que se reflejaban en proyectos tradicionales sobre alcantarillado, recolecci�n y eliminaci�n de aguas residuales y manejo de desperdicios s�lidos. Actualmente en los proyectos de agua se prev�n enfoques generales de manejo de cuencas fluviales y programas integrados pluriinstitucionales de protecci�n ambiental. El Programa de Agua Limpia, en M�xico, y el Proyecto de Agua Segura, en Brasil, destinados a procurar un agua adecuada para el consumo humano, son ejemplos elocuentes de esos nuevos enfoques. En los programas se prev� la protecci�n de las fuentes de agua, la instalaci�n y rehabilitaci�n de los equipos, y la realizaci�n de actividades de control. En el Caribe, Barbados, Belice, Jamaica y Trinidad y Tobago est�n realizando notables esfuerzos en los �mbitos del control de la contaminaci�n y las zonas costeras. Los siguientes son algunos ejemplos de actividades realizadas en el hemisferio:

      • Colombia est� estructurando un Sistema de Informaci�n sobre Agua Limpia, como instrumento de planificaci�n destinado a establecer prioridades de inversi�n. De ese modo se facilitar� la coordinaci�n de las medidas que confieran a las entidades encargadas del suministro de agua mayores responsabilidades en cuanto a conservaci�n de las cuencas hidrogr�ficas.
      • Tomando como base un acuerdo de 1994, USEPA y la Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible (ALIDES) trabajan con varios pa�ses centroamericanos para establecer sistemas mutuamente compatibles en materia de legislaci�n, reglamentaci�n y establecimiento de pautas ambientales.
      • La mayor parte de los pa�ses de Am�rica Latina y el Caribe han mejorado o est�n en proceso de elaborar su legislaci�n en materia de aguas, incorporando conceptos originados en Dubl�n (1991) y R�o (1992), e inclusive superando las recomendaciones de la Agenda 21 en cuanto a la identificaci�n de mecanismos de ejecuci�n.
    2. Manejo integrado de los recursos h�dricos

      Los pa�ses de Am�rica Latina y el Caribe est�n adoptando enfoques integrados y amplios de manejo de aguas en cuencas hidrogr�ficas y zonas costeras. Los cambios introducidos en el marco legal incluyen nuevos conceptos, como el principio de que el manejo de los recursos h�dricos debe descentralizarse, incluir la participaci�n de los gobiernos, los usuarios y las comunidades, y considerar al agua como un activo econ�mico. Esas tendencias promueven el desarrollo de mercados de agua, favorecen la conservaci�n de ese recurso y promueven la participaci�n del sector privado. En Per�, en las cuencas costeras del Pac�fico se est�n estableciendo cinco organismos aut�nomos de manejo de cuencas fluviales. En Brasil, el Sistema de Manejo de Recursos H�dricos promover� la descentralizaci�n de las actividades gubernamentales mediante la creaci�n de comit�s de cuencas fluviales y organismos de manejo del agua. La elaboraci�n de pol�ticas y normas legales sobre manejo integrado de los recursos h�dricos y conservaci�n constituye un objetivo prioritario en el marco de la Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible. Como seguimiento de la Cumbre de Bolivia, en 1997 se celebraron varias reuniones en el marco de la Red Interamericana de Recursos H�dricos (RIRH). En ellas se incluy� un Seminario sobre Manejo de Recursos H�dricos para el Caribe, que comprendi� el tema de la gesti�n de las zonas costeras y se celebr� en Puerto Espa�a (Trinidad y Tobago); un Taller sobre Manejo Integrado de Recursos H�dricos en Mesoam�rica, realizado en la Ciudad de Panam�, y una Reuni�n Interamericana sobre Recursos H�dricos, que tuvo lugar en Fortaleza, Brasil. Se celebr� en Panam� en octubre de 1997 un taller encaminado a examinar el avance en la aplicaci�n de las iniciativas 47 a 58 del Plan de Acci�n. Seg�n se prev�, se realizar� en Montevideo en 1998 un foro regional sobre manejo de recursos h�dricos en el contexto del MERCOSUR. La RIRH, establecida en 1994, constituye un importante programa regional que conjuga la labor de entidades gubernamentales, no gubernamentales, acad�micas e internacionales con grupos de investigaci�n, empresas y el sector privado, para transmitir e intercambiar informaci�n y experiencias vinculadas con los recursos h�dricos.

      • Jamaica ha aprobado normas legales de fortalecimiento del manejo de los recursos h�dricos. Desde el 1 de enero de 1997, un sistema de permisos y otorgamiento de licencias ambientales permite controlar y reducir al m�nimo las consecuencias negativas del desarrollo sobre el medio ambiente mediante un proceso eficaz basado en auditor�as ambientales y evaluaci�n de impactos desfavorables.
      • Per� est� adoptando normas legales innovadoras en materia de aguas, que respaldan al sector privado y favorecen la descentralizaci�n. En el nuevo marco legal, la actividad del Estado se reorientar�, pas�ndose de una total incumbencia en cuanto a la asignaci�n del agua y la construcci�n y operaci�n de proyectos de desarrollo h�drico a un papel limitado principalmente a actividades de respaldo y control, confiri�ndose a los usuarios privados la responsabilidad de administrar el uso del agua.

      En cuanto a la participaci�n de la poblaci�n y los interesados, un mayor acceso a la informaci�n sobre proyectos y actividades ha reforzado la participaci�n de las comunidades en la adopci�n de decisiones sobre manejo de los recursos h�dricos. Las comunidades y los grupos interesados directamente afectados por proyectos h�dricos espec�ficos tienen la posibilidad de expresar su preocupaci�n, proponer alternativas y brindar soluciones para una mejor gesti�n de los recursos h�dricos. Muchos pa�ses han elaborado extensos programas de educaci�n que abarcan un amplio espectro de actividades vinculadas con el medio ambiente, no s�lo a trav�s de instituciones p�blicas, sino tambi�n de centros acad�micos, entidades del sector privado, sociedades profesionales, asociaciones comunitarias y ONG. Los siguientes son unos pocos ejemplos de los proyectos que se est�n ejecutando en el Hemisferio:

      • En Brasil, la Secretar�a de Recursos H�dricos hace hincapi� en la participaci�n de las comunidades en el desarrollo de recursos h�dricos a trav�s del Movimiento "Ciudadanos para el Agua" y la preparaci�n y divulgaci�n de publicaciones y folletos informativos para escolares.
      • Argentina est� aplicando un plan de alcance nacional de actividades educativas para centros de estudios y comunidades de usuarios, a fin de que los alumnos y los usuarios conozcan la importancia de la racionalizaci�n del uso del agua. Per� est� elaborando y aplicando programas de capacitaci�n para usuarios del agua. En diferentes zonas del pa�s se realiza en forma anual un ciclo de seminarios sobre "Medio Ambiente: Participaci�n Institucional y Ciudadan�a".

      En relaci�n con los temas del agua transfronteriza, Canad� y Estados Unidos cooperan desde hace mucho tiempo en temas de ese g�nero. La informaci�n disponible sobre protecci�n de los Grandes Lagos permiti� la realizaci�n, en octubre de 1997, de una conferencia de una Red de Informaci�n de los Grandes Lagos. La colaboraci�n entre M�xico y Estados Unidos se ha centrado en los recursos h�dricos compartidos y la calidad del agua en las cuencas de zonas �ridas. La conservaci�n y el manejo del agua subterr�nea y superficial es objeto de debates binacionales referentes a varias cuencas hidrogr�ficas compartidas a lo largo de la frontera, como la del Alto San Pedro, la del R�o Santa Cruz y la del R�o Bravo. Adem�s, a trav�s de acuerdos colaterales del NAFTA sobre el medio ambiente, Estados Unidos y M�xico est�n trabajando en com�n para certificar e imprimir un efecto multiplicador al financiamiento de una planta de tratamiento de aguas residuales. El Plan Integrado del Medio Ambiente de la Zona de Frontera, de 1992, est� entrando en una segunda fase encaminada a reducir la contaminaci�n y mejorar el conocimiento del tema. Belice y M�xico est�n negociando un acuerdo de control conjunto del R�o Hondo. La Rep�blica Dominicana y Hait� han reactivado la Comisi�n T�cnica Conjunta encargada del desarrollo de la zona fronteriza, que comprende la cuenca del R�o Artibonite. Colombia y Venezuela est�n realizando actividades comunes a lo largo de zonas de frontera, especialmente en el R�o Orinoco. El mismo enfoque se prev� para las cuencas de los r�os Catatumbo, Carraip�a-Paraguach�n, T�chira, Arauca y Meta. En la cuenca del Amazonas se est�n llevando a cabo, con asistencia de la Secretar�a General de la OEA, actividades conjuntas en las zonas fronterizas, que comprenden el Programa de Desarrollo Integrado de las Comunidades Fronterizas de I�apari-Assis (Brasil-Per�), Oedenamiento Territorial y Zonificaci�n Ecol�gica-Econ�mica en la Regi�n Fronteriza entre Santa Elena de Uair�n-Pacaraima (Brasil-Venezuela), y el Plan de Desarrollo Integrado de la Cuenca del R�o Putumayo (Colombia-Per�). Las siguientes son otras recientes iniciativas realizadas en Am�rica Latina:

      • Un proyecto financiado por el FMAM para la elaboraci�n del Plan de Acci�n Estrat�gico de la Cuenca del R�o Bermejo entre Argentina y Bolivia. La OEA es el organismo ejecutor, conjuntamente con el PNUMA.
      • Un proyecto conjunto entre Brasil y Uruguay para el manejo integrado de la cuenca del R�o Cuareim.
      • Doce proyectos de manejo coordinado e integraci�n de zonas fronterizas en Mesoam�rica.
      • El Proyecto del Caribe para la Planificaci�n para la Adaptaci�n al Cambio Clim�tico, financiado por el FMAM y ejecutado por la OEA, que ayuda a 11 pa�ses del Caribe a hacer frente a los efectos desfavorables del cambio clim�tico mundial --especialmente al aumento del nivel del mar en las zonas costeras—mediante evaluaciones de vulnerabilidad, planificaci�n para la adaptaci�n y creaci�n de capacidad. Se est�n preparando incentivos para un uso m�s eficiente del agua en esas zonas.

      Para mejorar la asignaci�n de los recursos h�dricos y la eficacia del control de la contaminaci�n, varios pa�ses, como Argentina, Brasil y M�xico, han adoptado el principio de que "el usuario y el contaminador pagan". Varios proyectos de suministro de agua y saneamiento, en Am�rica Latina y el Caribe, promueven la conservaci�n del agua mediante de la racionalizaci�n de las tarifas y la reducci�n del consumo inexplicado del agua. Per� introduce principios econ�micos para la asignaci�n de los recursos h�dricos por medio de un sistema de derechos de propiedad negociables sobre ese recurso. En virtud de dos proyectos que se est�n ejecutando --el Proyecto de Manejo de los Recursos Terrestres e H�dricos y el Proyecto de Manejo de Aguas y Control de la Contaminaci�n Costera-- se promover� el establecimiento de mercados de agua. M�xico ha aplicado un sistema de cargos por efluentes en que se tiene en cuenta la calidad del cuerpo de agua como mecanismo de control de la contaminaci�n. Este sistema est� siendo puesto a prueba en la cuenca de Lerma-Chapala.

    3. Recursos costeros y mar�timos
      • Pese a los esfuerzos realizados en los �ltimos a�os, los pa�ses del Caribe se ven confrontados con muchas dificultades para manejar sus recursos h�dricos en forma socialmente aceptable, sostenible desde el punto de vista ambiental y econ�micamente eficiente. La degradaci�n ambiental constituye un grave peligro, causado por actividades petrol�feras y por la liberaci�n en el ambiente de aguas residuales urbanas y desechos industriales. En los �ltimos a�os es mucho lo que se ha hecho para superar esas condiciones, y las instituciones ambientales son generalmente adecuadas, pero sufren restricciones en materia de financiamiento, administraci�n y capacidad de aplicaci�n de normas. Un ejemplo elocuente de cooperaci�n es el Proyecto de Planificaci�n para la Adaptaci�n al Cambio Clim�tico arriba mencionado. Las recomendaciones del Seminario Conjunto del BIRF, la CEPAL y la OEA, sobre Manejo Integrado de los Recursos H�dricos: Reforma Institucional y de Pol�ticas, celebrado entre el 24 y el 27 de junio de 1997 en Puerto Espa�a, Trinidad, centr� la atenci�n en la urgencia del manejo integrado de los recursos h�dricos: la necesidad de adoptar medidas estrat�gicas, m�s bien que reactivas, de gestionar en forma cordinada los recursos de agua dulce, mar�timos y costeros, y para elaborar asociaciones y redes estrat�gicas para promover la divulgaci�n y el intercambio de informaci�n.
      • En el Caribe se hace cada vez m�s hincapi� en el manejo de las zonas costeras explorando las posibilidades de reforzar las entidades y mecanismos de colaboraci�n existentes entre las instituciones competentes o estableciendo unidades especializadas encargadas de coordinar la gesti�n de las zonas costeras. Se ha obtenido respaldo de donantes, incluidos el FMAM, el BID, el Banco de Desarrollo del Caribe, la FAO y la CIDA, as� como los gobiernos de Francia, la Rep�blica de China, Jap�n y Estados Unidos, para proyectos que atienden aspectos seleccionados del manejo de los recursos costeros.
      • Jamaica ha venido participando en la negociaci�n del Protocolo sobre Fuentes y Actividades Terrestres que Contaminan el Medio Marino, que est� siendo elaborado en relaci�n con el Convenio para la Protecci�n del Medio Marino de la Regi�n del Gran Caribe (Convenci�n de Cartagena).
      • En marzo de 1995 el Gobierno de Santa Luc�a suscribi� una carta de acuerdo con el PNUMA a los efectos de un proyecto integrado de manejo de zonas costeras para la costa sudoriental de la isla. El objetivo general de este proyecto es preparar un plan de manejo integrado para el uso sostenible de los recursos de esa costa. Previsiblemente, los resultados de ese estudio podr�n ser aplicados en otras partes de la isla. El Gobierno puso en marcha adem�s, recientemente, la segunda fase de un proyecto de conservaci�n de costas encaminado a elaborar un plan de manejo de zonas costeras para la costa noroccidental de la isla.
    4. Obst�culos

      En el futuro persistir�n los problemas cr�nicos de la calidad y cantidad del agua, la salud humana, las calamidades naturales y la degradaci�n de los ecosistemas. La mayor�a de ellos pueden mitigarse por medio de un manejo integrado de recursos h�dricos que comprenda la integraci�n de las fuentes y de la demanda de agua, coordinaci�n del planeamiento de los recursos h�dricos, descentralizaci�n de servicios p�blicos, participaci�n de los interesados y atenci�n de las necesidades de los ecosistemas acu�ticos. Para cubrir los crecientes costos de operaci�n y mantenimiento de los sistemas h�dricos es necesario establecer el precio del agua en funci�n del mercado, pero ello no basta para garantizar una asignaci�n eficiente de ese recurso y mejorar los servicios de suministro respectivos.

      Deben evaluarse los temas referentes a los recursos h�dricos transfronterizos de las Am�ricas para identificar las principales dificultades y oportunidades a fin de mejorar el manejo de los recursos compartidos. Deber�an utilizarse al m�ximo mecanismos de administraci�n tales como tratados internacionales, entidades encargadas de los recursos h�dricos, comisiones u otros marcos institucionales. La primera etapa de esas evaluaciones podr�a realizarse en Sudam�rica. En esa regi�n, tan s�lo tres de las cuencas internacionales (la del Plata, la Amaz�nica y la del Orinoco) abarcan m�s del 73% del �rea total. Los tratados de Cooperaci�n Amaz�nica y de Desarrollo de la Cuenca del R�o de la Plata vinculan a 11 de los 12 pa�ses sudamericanos y constituyen un marco institucional adecuado.

      En relaci�n con los recursos costeros y mar�timos, los pa�ses del Caribe han identificado cuatro �mbitos de acci�n clave: coordinaci�n institucional, pol�ticas de recursos h�dricos, informaci�n y educaci�n p�blica y financiamiento innovador.

    5. Recomendaciones

      Para lograr un manejo integrado de los recursos h�dricos se requieren varias pautas de acci�n generales. Es necesario coordinar la planificaci�n de los recursos h�dricos y los sectores de usuarios e integrar esos recursos con el planeamiento del desarrollo a nivel regional, provincial y nacional. Otras metas consisten en coordinar el manejo de los recursos h�dricos con el ambiental y con el uso de la tierra e integrar el manejo de las cuencas fluviales con el de los sistemas de estuarios y zonas costeras.

      Debe promoverse la coordinaci�n entre gobiernos provinciales y nacionales para elaborar estrategias de recursos h�dricos y programas de acci�n, y considerar su armonizaci�n, cuando sea pertinente, para zonas transfronterizas y mares regionales.

      Es necesario evaluar los temas referentes a los recursos h�dricos transfronterizos de la Am�ricas. A esos efectos deben utilizarse al m�ximo mecanismos tales como la RIRH, que opera bajo los auspicios de la OEA, y el recientemente creado Programa Global de Acci�n para la Protecci�n del Medio Marino contra Actividades Terrestres, auspiciado por el PNUMA. Una vez que haya finalizado la primera etapa, deber�a realizarse una serie de reuniones internacionales para intercambiar experiencias y extraer ense�anzas de las Am�ricas y otras regiones. La Secretar�a de la OEA podr�a ser el agente catalizador de la realizaci�n de esas actividades, con la participaci�n activa de pa�ses interesados y otras entidades internacionales.

      En cuanto a los recursos costeros y mar�timos, las pautas de acci�n deber�an incluir la identificaci�n y el establecimiento de unidades de coordinaci�n apropiadas para promover la cooperaci�n a nivel regional y nacional. Las metas b�sicas de la colaboraci�n regional deber�an consistir en promover la creaci�n de redes profesionales que se ocuparan de los diversos componentes del manejo de los recursos h�dricos, tales como el manejo y el control de la contaminaci�n de las divisorias de aguas, y para divulgar e intercambiar informaci�n a trav�s de redes electr�nicas.

      En el Caribe se requieren pol�ticas y estrategias integradas de manejo de los recursos h�dricos para cada isla, basadas en el principio de que las actividades referentes a los recursos h�dricos deben autofinanciarse y que la gesti�n de la demanda constituye una alternativa de pol�tica dotada de eficacia de costos.

      Deben elaborarse y aplicarse programas de informaci�n y educaci�n p�blica apropiados. Entre las medidas espec�ficas pueden incluirse proyectos piloto de manejo de cuencas, estrategias de sensibilizaci�n de los responsables de pol�ticas y de promoci�n del cambio de la actitud y el comportamiento p�blico, as� como la elaboraci�n de planes de estudios primarios y secundarios orientados especialmente a sensibilizar a los estudiantes.

      En relaci�n con la valoraci�n econ�mica del agua parece conveniente procurar, como objetivo prioritario, una mayor eficiencia de la agricultura de riego y los sistemas de agua potable, mejorar la legislaci�n y establecer sistemas regulatorios eficaces y crear la capacidad institucional necesaria a los efectos de una mejor atenci�n local de la demanda.

      Para reforzar la participaci�n de los interesados deber�an dise�arse y realizarse cursos, seminarios, talleres y publicaciones, de modo de lograr la participaci�n activa de las numerosas comunidades que viven en cuencas o determinados ecosistemas, a fin de que est�n mejor informadas sobre los problemas ambientales, evitar la perturbaci�n del equilibrio ecol�gico y promover la protecci�n de sus habitats.

      Deber�a reconocerse la importancia de la RIRH, y conced�rsele un papel m�s importante como foro americano de asuntos h�dricos.

      Los programas de informaci�n p�blica del Banco Mundial, el BID, la CAF y otras entidades internacionales deber�an estar encaminados a dar a conocer a la poblaci�n en general, en forma oportuna, los proyectos previstos, sus repercusiones sociales y ambientales y su costo.

      Las principales entidades nacionales de manejo de recursos h�dricos y los centros de informaci�n respectivos deber�an establecer p�ginas en la Internet para dar a conocer en formato electr�nico sus pol�ticas, normas legales, informes sobre repercusiones ambientales, descripciones de proyectos y otras informaciones de inter�s para la poblaci�n y para la comunidad de los recursos h�dricos.

  5. Energ�a y minerales

    El Hemisferio Occidental constituye el principal consumidor de energ�a del mundo, lo que se debe principalmente al alto nivel de utilizaci�n per c�pita existente en EE.UU. y Canad�. Paralelamente, en este regi�n las emisiones de los gases que causan el efecto invernadero son las m�s cuantiosas del mundo. Se prev� que en los pr�ximos 15 a�os el ritmo de utilizaci�n de la energ�a en Am�rica Latina y el Caribe ser� uno de los m�s acelerados del mundo. La producci�n y gesti�n de la energ�a ser�n factores importantes que determinar�n la capacidad de la regi�n de atraer inversiones e incrementar la producci�n, como ha sucedido en el pasado. En la �ltima d�cada, el sector de la electricidad de muchos pa�ses se ha caracterizado por una reforma institucional que ha dado lugar a un cambio orientado hacia una mayor participaci�n del sector privado. En el mismo per�odo, la regi�n ha aumentado su producci�n de recursos energ�ticos brutos, y sigue siendo una fuente clave de combustibles f�siles para el mundo. Cinco iniciativas de la Cumbre se refieren a la energ�a. En ellas se atienden los principales problemas que enfrenta este sector en toda la regi�n: el reconocimiento y el apoyo del Comit� Gu�a Hemisf�rico de Energ�a de la Cumbre de las Am�ricas, en que se hace hincapi� en la promoci�n de la cooperaci�n hemisf�rica, regional y transfronteriza en materia de energ�a (iniciativas 59 y 63); la promoci�n de marcos regulatorios e institucionales e iniciativas de intercambio de tecnolog�a para facilitar las inversiones en proyectos de energ�a limpia, como la eficiencia energ�tica y la energ�a renovable (iniciativas 60 y 62), y un mayor acceso a los servicios de energ�a para las zonas no atendidas, especialmente las comunidades rurales e ind�genas (iniciativa 61).

    Los recursos minerales --met�licos, no met�licos y carbon�feros-- siguen siendo muy importantes para la estabilidad econ�mica de varios pa�ses del hemisferio. La miner�a es una fuente de empleo e ingresos que promueve el alivio de la pobreza y el desarrollo regional. Simult�neamente, crea problemas sociales y ambientales. En la Cumbre de Santa Cruz se trataron estos temas (iniciativas 63-65).

    1. Cooperaci�n regional y transfronteriza en materia de energ�a

      Los siguientes han sido los adelantos clave en cuanto a la promoci�n de la cooperaci�n regional y transfronteriza en materia de energ�a:

      • Las oportunidades de cooperaci�n en materia de energ�a mencionadas en Santa Cruz reflejan la importancia de la integraci�n y la cooperaci�n para que el hemisferio logre atraer inversiones para el sector de la energ�a y ampliar su capacidad. La colaboraci�n entre las autoridades de mayor jerarqu�a del sector energ�tico ha aumentado extraordinariamente como resultado de las Cumbres de Miami y Santa Cruz. Los Ministros de Energ�a del Hemisferio se han reunido tres veces en los tres �ltimos a�os (Washington, Santa Cruz y Venezuela) para promover las metas de las Cumbres y examinar posibles �mbitos de cooperaci�n. Adem�s han autorizado el establecimiento del Comit� Gu�a Hemisf�rico de Energ�a y, m�s recientemente, la creaci�n de una Secretar�a de Coordinaci�n en esa materia, para facilitar mejores comunicaciones entre los diversos pa�ses del Hemisferio.
      • En varias regiones del hemisferio se est� evaluando la posibilidad de una integraci�n de la infraestructura de la electricidad. En Sudam�rica se han puesto en marcha deliberaciones y estudios serios referentes a la factibilidad de una interconexi�n continental. La demanda comercial e industrial ya ha conducido a interconexiones entre Chile y Argentina y entre Venezuela y Colombia. La expansi�n prevista para la usina hidroel�ctrica de Guri, en la regi�n meridional de Venezuela, permitir� la venta de electricidad a los estados septentrionales de Brasil mediante una interconexi�n de 1.500 km. Se prev� una expansi�n a�n mayor de esta interconexi�n regional a trav�s de l�neas de transmisi�n entre Ecuador y Colombia.
      • En Am�rica Central el debate sobre la interconexi�n regional respectiva se inici� en 1976, pero los recientes avances sobre este tema hacen factible establecer el Sistema de Interconexi�n El�ctrica de Am�rica Central (SIEPAC) en el a�o 2002 a m�s tardar. Esto puede abrir posibilidades para una conexi�n que se extienda de M�xico a Sudam�rica. A trav�s de un primer v�nculo de la l�nea de SIEPAC se interconectar� a M�xico con Guatemala a m�s tardar en 1999.
      • Se est�n realizando interconexiones de gas natural que comprenden el gasoducto Bolivia-Brasil y dos gasoductos programados de Argentina a Chile. La l�nea Bolivia-Brasil ir� de Santa Cruz a San Pablo, Curitiba y Porto Alegre. El total de la inversi�n se estima en US$2.000 millones.
      • Se est�n construyendo las l�neas que conducen de Argentina a Santiago de Chile. Una l�nea parte de Mendoza, siendo su costo estimado de US$600 millones; la otra parte de Lomo La Lata, estim�ndose su costo en US$1.700 millones. Tambi�n Santiago est� ampliando su red de distribuci�n. Adem�s, tres propuestas, cuyos costos oscilan entre US$600 millones y US$790 millones, compiten por la adjudicaci�n del suministro de electricidad generada en usinas t�rmicas alimentadas con gas natural de Argentina a la industria del cobre de Chile septentrional.
      • El Banco Mundial ha realizado estudios referentes a dos l�neas de gas natural que vincular�an a diversos pa�ses de la regi�n. La primera conectar�a con Florida las reservas existentes en Trinidad y en islas del Caribe Oriental. La segunda conectar�a a la regi�n oriental de Venezuela y Colombia con Am�rica Central, M�xico y, por �ltimo, Texas.
      • El aumento de la preocupaci�n referente al cambio clim�tico mundial ha dado lugar a una mayor cooperaci�n hemisf�rica y a inversiones transfronterizas en proyectos de energ�a limpia. Muchos de esos proyectos han surgido de la Iniciativa de Aplicaci�n Conjunta, que es un programa inspirado por el Acuerdo de R�o de la ONU de 1992. Esa iniciativa promueve inversiones en proyectos de energ�a y uso de la tierra que eviten o secuestren emisiones de gases que producen el efecto invernadero. Se procura que inversionistas de pa�ses desarrollados participen en esos proyectos en pa�ses en desarrollo. De los 28 proyectos aprobados por la Iniciativa referida de los EE.UU. en todo el mundo, 21 corresponden a Am�rica Latina y el Caribe. Se han aprobado proyectos en Belice, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, M�xico, Nicaragua y Panam�, incluidos 10 proyectos de energ�a renovable por un total de aproximadamente 180 MW, con lo cual podr�an evitarse hasta 20 millones de toneladas de emisiones de di�xido de carbono durante la vida de esos proyectos.
      • La OLADE ha contribuido al proceso de integraci�n energ�tica regional respaldando los proyectos arriba descriptos, y a otros que comprenden una interconexi�n el�ctrica entre Am�rica Latina y el Caribe, interconexiones entre M�xico y Am�rica Central, alternativas de expansi�n de las refiner�as de Am�rica Latina y el Caribe y un estudio sobre la eliminaci�n del plomo en la gasolina.
    2. Iniciativas regulatorias, institucionales y de cooperaci�n para proyectos de energ�a limpia

      Se han adoptado las siguientes medidas de la reforma regulatoria e institucional e intercambio de tecnolog�a para facilitar inversiones entre proyectos de energ�a limpia, como los de eficiencia energ�tica y energ�a renovable:

      • En varios pa�ses, como Costa Rica, Bolivia, Per�, Guatemala, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Estados Unidos, se han establecido marcos m�s adecuados en materia de pol�ticas y reglamentaci�n para el desarrollo de la energ�a renovable. En los �ltimos tres a�os han comenzado a ejecutarse proyectos de energ�a renovable alternativa vinculados con redes. Por ejemplo, se han realizado proyectos de energ�a e�lica en Costa Rica (20MW), Argentina (6,5 MW), Estados Unidos (61 MW), Brasil (2 MW) y M�xico (1,6 MW). Se prev�n proyectos adicionales en M�xico (54 MW), Honduras (60 MW), Brasil (hasta 320 MW), Ecuador (30 MW), Per� (10 MW), Costa Rica (47 MW) y Estados Unidos (800 MW). Tambi�n se ha acelerado el aprovechamiento de la energ�a geot�rmica, estando en marcha proyectos importantes en M�xico (agregaci�n de 100 MW a los 800 MW actuales), Nicaragua (70 MW), San Vicente y las Granadinas (20 MW), Costa Rica (24 MW) y El Salvador (mejora de 105 MW).
      • Se han ampliado las alternativas de financiamiento de los bancos multilaterales de desarrollo para proyectos de energ�a sostenible con la creaci�n del Programa de Mercados Sostenibles para Energ�a Sostenible, del BID, y la Iniciativa de Energ�a Solar del Banco Mundial. El primero de esos programas fue establecido en 1996 para respaldar la creaci�n de mercados sostenibles para una "energ�a sostenible" (sistemas, tecnolog�as y pr�cticas eficientes en materia energ�tica y fuentes de energ�a limpias) mediante la creaci�n de un entorno de financiamiento suficiente de escala completa para gran n�mero de proyectos de eficiencia energ�tica y de fuentes de energ�a limpias.
      • La Iniciativa de Energ�a Solar fue establecida en el Banco Mundial en 1994 para que cumpliera una funci�n de coordinaci�n, estrat�gica y catalizadora en cuanto a la eliminaci�n de las barreras que impiden la introducci�n de tecnolog�as de energ�a renovable y otras de car�cter sostenible para el medio ambiente en pa�ses en desarrollo. Actualmente incluye proyectos de energ�a renovable por valor de US$163 millones para Am�rica Latina.
      • Actualmente 17 pa�ses del hemisferio --Argentina, Brasil, Bolivia, Canad�, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, M�xico, Nicaragua, Paraguay, Per� y Venezuela-- mantienen programas activos de promoci�n de la conservaci�n de la energ�a y el uso de tecnolog�as dotadas de eficiencia energ�tica.
      • La OLADE cumple un papel importante respaldando la creaci�n de contextos regulatorios e institucionales positivos para reducir las barreras a la inversi�n en materia de eficiencia energ�tica y promover proyectos de energ�a renovable y otras tecnolog�as de energ�a limpia, factibles desde el punto de vista econ�mico y convenientes desde el punto de vista social. Ha trabajado en esta materia en varios pa�ses, como Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras y Per�.
    3. Electrificaci�n rural

      Los siguientes adelantos han dado lugar a un mayor acceso a los servicios de energ�a por parte de zonas insuficientemente atendidas; especialmente comunidades rurales e ind�genas:

      • Mayor acceso a los servicios de electricidad para la poblaci�n rural de Am�rica Latina y el Caribe es uno de los m�s grandes desaf�os con los que se ve confrontado el sector de energ�a en este hemisferio. M�s de 50 millones de personas, o sea 10 millones de hogares, a�n carecen de servicios el�ctricos b�sicos. En los �ltimos cuatro a�os se han adoptado medidas importantes para hacer frente a este problema. Aproximadamente la mitad de los pa�ses del hemisferio mantienen programas activos de electrificaci�n rural. Argentina, por ejemplo, ha puesto en marcha un programa de US$300 millones para brindar una cobertura universal de servicios el�ctricos en el curso de la pr�xima d�cada. Este programa se basa en la cooperaci�n activa de los sectores p�blico y privado con apoyo del Banco Mundial. El programa de electrificaci�n rural brasile�o, PRODEAM, invertir� US$50 millones para electrificar los servicios comunitarios con tecnolog�as de energ�a renovable en 5.000 comunidades, a m�s tardar en 1999. El Gobierno mexicano ha brindado electricidad mediante energ�a solar a aproximadamente 34.000 hogares rurales en los �ltimos seis a�os.
    4. Miner�a

      En el sector de la miner�a se registran algunos avances:

      • Dado el car�cter no renovable de los recursos del sector minero y las crecientes presiones que se ejercen sobre la industria para que opere sin perturbar el medio ambiente, los ministros de minas han iniciado deliberaciones sobre varios temas que ayudar�n a acelerar la reforma que se requiere en este sector.
      • En la Reuni�n de Ministros de Minas de las Am�ricas, celebrada a mediados de 1997 en Santiago, un grupo de expertos examin� las iniciativas de Bolivia vinculadas con el sector minero. Ulteriormente se designaron seis grupos de trabajo, que dieron a conocer sus conclusiones en la reuni�n de septiembre de 1997 realizada por los ministros en Arequipa, Per�. Sigue siendo activa la colaboraci�n regional con respecto a una amplia gama de temas que afectan a la industria, incluido un intercambio regular de estrategias de tecnolog�a limpia, controles de agua subterr�nea a trav�s de un mejor manejo de los vertederos, evaluaci�n de peligros para el medio ambiente y creaci�n de mercados de subproductos.
      • La creaci�n de normas ambientales comunes, incluidos incentivos para el restablecimiento de lugares de explotaci�n minera y zonas de recarga de aguas subterr�neas y control de la contaminaci�n de suelos y entornos acu�ticos adyacentes, constituye un objetivo destacado de la pr�xima reuni�n de los ministros.
    5. Obst�culos

      La regi�n de Am�rica Latina y el Caribe est� dotada de abundantes recursos energ�ticos naturales. El petr�leo, el gas natural, las reservas h�dricas, la radiaci�n solar y otros recursos le ofrecen enormes oportunidades de generaci�n de electricidad, alimentaci�n de veh�culos con energ�a solar y suministro de combustible para otros servicios basados en la energ�a. No obstante, la regi�n sigue enfrentando graves problemas en la materia, como la baja tensi�n y los apagones en las zonas urbanas, inadecuados servicios de electricidad para los pobres rurales y graves problemas ambientales. Parte de la soluci�n consiste, tal como lo se�al� la Cumbre, en atender esos y otros problemas por medio de una mayor integraci�n y cooperaci�n hemisf�rica, reforma de pol�ticas y del marco reglamentario y un mayor uso de tecnolog�as de energ�a sostenibles. Esas soluciones, sin embargo, tropiezan con grandes obst�culos.

      La integraci�n y cooperaci�n en materia de energ�a han aumentado considerablemente con posterioridad a la Cumbre de las Am�ricas y a la Cumbre de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, para lograr una integraci�n m�s substancial hay que hacer frente al problema de que los pa�ses del hemisferio presentan grandes disparidades en cuanto a renta per c�pita y estilo de vida. Esto significa que las caracter�sticas del problema var�an enormemente de un pa�s a otro, y lo mismo sucede con la contribuci�n de cada pa�s a los problemas ambientales mundiales y locales. Por otra parte, subsisten barreras comerciales espec�ficas, as� como normas de productos desiguales en lo que respecta al suministro de combustibles y electricidad, todo lo cual se opone a la integraci�n.

      Si bien en la �ltima d�cada se ha tendido hacia una mayor privatizaci�n del sector de la energ�a, la pol�tica y la reglamentaci�n energ�ticas a�n var�an substancialmente de un pa�s a otro. En muchos casos, pa�ses vecinos tienen enfoques contrapuestos con respecto al sector: unos siguen operando un monopolio p�blico en materia de producci�n y suministro de energ�a, mientras que otros han privatizado totalmente el sector y practican una competencia abierta. Dadas esas diferencias en todos los niveles de pol�ticas y reglamentos, resulta sumamente dif�cil lograr una integraci�n que rebase las fronteras nacionales y abarque toda la regi�n.

      La utilizaci�n de fuentes de energ�a limpias y eficientes constituye una soluci�n potencial para muchos problemas, como la degradaci�n ambiental, la seguridad de la energ�a a largo plazo y la imposici�n de l�mites a la urbanizaci�n mediante el mejoramiento de las condiciones de los pobres rurales. Un mayor uso de tecnolog�as de energ�a renovable, tecnolog�as avanzadas limpias de combustibles f�siles y tecnolog�as y servicios dotados de eficiencia energ�tica requiere la modificaci�n de la pol�tica y la regulaci�n de modo que esas alternativas sean m�s atractivas en comparaci�n con un suministro de energ�a convencional. Si bien esas reformas no son necesariamente muy costosas, s� requieren una seria dedicaci�n de parte de los principales responsables de la elaboraci�n de pol�ticas, y que se haga frente a una fuerte oposici�n de una gran proporci�n de las empresas de energ�a convencional existentes.

      El sector minero se ve confrontado con graves dificultades para lograr un desarrollo sostenible. En los diversos pa�ses existe una gran diversidad en cuanto a las normas de la actividad minera con respecto a reclamaci�n, titulaci�n y derechos y obligaciones referentes a la propiedad. Los salarios del sector minero son bajos y el personal profesional es escaso. Son pocos los centros de ense�anza que ofrecen programas de capacitaci�n especializados en Am�rica Latina y el Caribe. En muchos casos el sector ha tenido que hacer frente a dilatados procedimientos judiciales, ya que en algunos casos existen yacimientos minerales intactos en parques nacionales o tierras agr�colas sumamente productivas, lo que crea conflictos de intereses.

      La miner�a en peque�a escala suele darse en comunidades que, si no gozan de econom�as de escala que les permitan competir con operaciones de gran escala de car�cter multinacional, se ven ante graves dificultades.

    6. Recomendaciones

      El logro de una mayor integraci�n hemisf�rica en materia de energ�a y de una mayor sostenibilidad del sector son los aspectos cardinales de los cap�tulos de la Cumbre de las Am�ricas y de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible referentes a la energ�a. La cooperaci�n mutua de los protagonistas del sector de la energ�a del hemisferio para alcanzar las metas de la Cumbre deber�a reforzarse mediante la labor del Comit� Gu�a Hemisf�rico de Energ�a y su Secretar�a de Coordinaci�n y de la OLADE.

      Los pa�ses del hemisferio deber�an evaluar las posibles aplicaciones de tecnolog�as de energ�a sostenibles y medidas dotadas de eficiencia energ�tica a los efectos de desarrollar a�n m�s el sector de que se trata y al mismo tiempo manejar sus repercusiones sobre el medio ambiente y el contexto social y econ�mico. Para ello se podr�a revisar las pol�ticas vigentes, brindar capacitaci�n y efectuar evaluaciones de repercusiones ambientales locales y mundiales y llevar a cabo un intercambio de informaci�n que permita utilizar en mayor medida esas alternativas. Organismos internacionales como la OLADE, la OEA, el Banco Mundial y el BID deber�an contribuir al �xito de ese proceso.

      La competencia en procura de capital de inversi�n para el sector de la energ�a ha asumido proporciones mundiales. Lograr�n atraer inversiones las regiones y los pa�ses que establezcan condiciones de mercado m�s transparentes, estables y equitativas. La OEA puede colaborar en cierta medida, ayudando a los pa�ses a reformar sus pol�ticas, facilitando un di�logo entre la comunidad de los inversionistas, los responsables de la elaboraci�n de pol�ticas y otros expertos. Tambi�n est� en condiciones de trabajar con las instituciones bancarias multilaterales para orientar el financiamiento hacia �mbitos en que es m�s necesario, y tambi�n para procurar que respalden proyectos que confieran mayor sostenibilidad a este sector.

      El sector minero, los gobiernos y el sector acad�mico deber�an colaborar para mejorar la legislaci�n, los recursos humanos y la investigaci�n en tecnolog�as innovadoras y establecer instrumentos de pol�tica que mitiguen los efectos negativos de las emisiones, los l�quidos contaminantes, los desperdicios s�lidos y un uso de la tierra derivado de la producci�n, la transformaci�n, el transporte y el uso de metales y minerales, prestando especial atenci�n a los vaciaderos, los escapes de �cidos, el control de las aguas subterr�neas y la comercializaci�n de subproductos.

      La OEA podr�a ayudar a los gobiernos a celebrar una reuni�n para dise�ar pautas y pol�ticas de resoluci�n de conflictos. Los gobiernos deber�an tratar de coordinar sus esfuerzos para dise�ar y aplicar una serie de cursos de capacitaci�n con respaldo de una entidad apropiada, como la Corporaci�n Andina de Fomento.