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4. Demanda de agua para riego

4.1 Introducción
4.2 Antecedentes
4.3 Areas y sistemas agrícolas actuales
4.4 Composición y cualificación de la producción agropecuaria
4.5 Dotaciones y eficiencias de los sistemas
4.6 Mercado de productos representativos
4.7 Sistemas de riego en proceso de habilitación
4.8 Evolución previsible de la demanda de agua para riego

4.1 Introducción

En este acápite se analiza la situación de la producción agropecuaria de la ACRB, con particular referencia a la producción obtenida en áreas bajo riego, así como la proyección de dicha producción en el horizonte del estudio con miras a establecer las demandas potenciales de agua para dicho propósito. El objetivo de este análisis es compatibilizar los requerimientos con los recursos disponibles y programar los aprovechamientos hidráulicos a realizar para atender tales demandas.

Tal como fuera establecido en apartados anteriores, se plantean dos horizontes:

a) El de corto plazo, en 1980
b) El de largo plazo, fijando como tope el año 2000

Cuadro III-3-17. Sistema del NOA Relación energía/potencia

Rango de operación* %

Energía requerida** %

Relación energía/potencia

90-100

1

0,05

80-90

3

0,15

70-80

4

0,20

60-70

5

0,25

50-60

10

0,50

* Expresado en porcentaje de la potencia de pico
** Expresado en porcentaje de la energía total producida

El área de influencia del estudio, a los efectos de determinar la demanda de agua para riego, ha sido definida considerando las restricciones técnicas y económicas que existen para la conducción de grandes volúmenes de agua a larga distancia. El área considerada es:

a) Todo el espacio inscrito dentro de los límites de la Alta Cuenca, en particular las zonas con suelos aptos dominadas por distintos cursos de agua que componen la red hidrográfica del río Bermejo.

b) Las aguas de la cuenca media e inferior, que pueden ser dominadas por el río Bermejo regulado en su cuenca superior.

No se han considerado posibles trasvases de cuenca para atender situaciones deficitarias de agua para riego, en áreas externas y vecinas.

4.2 Antecedentes

Los estudios detallados más recientes, con vistas al desarrollo de nuevas áreas bajo riego en la Cuenca, se refieren sólo a zonas cercanas a la ciudad de Tarija, a través de la regulación de los ríos San Jacinto y Sola, y al área de Las Maderas, dentro del Polo de Desarrollo del sector argentino, que sería alimentada por el embalse homónimo, actualmente en construcción.

En la cuenca baja del río Bermejo, la SRH ha encarado el desarrollo de zonas de producción agropecuaria bajo riego como uno de los propósitos del embalse en Zanja del Tigre.

Existen otros estudios en áreas marginales a la de la ACRB; algunos de ellos se encuentran en etapa de implementación, como los que resultan de la regulación del río Dulce (embalse Río Hondo), el río Juramento (embalse Gral. Belgrano) y el río Itiyuro. Tales antecedentes han aportado informaciones sobre el mercado de la producción agropecuaria y evaluaciones respecto a la viabilidad económico - financiera de los afincamientos agrícolas con distintos planes de cultivo.

Otro antecedente importante está constituido por el estudio "Operación Zonas Aridas", encarado por el CFI, que efectúa un análisis global de las áreas bajo riego a nivel nacional y una evaluación del mercado de productos, así como las posibilidades de desarrollo de las diferentes regiones, con proyección a 1980, incluyendo los actuales regadíos en operación en la ACRB.

4.3 Areas y sistemas agrícolas actuales

A pesar de que en la ACRB existe vocación de riego que data de la época precolombina, el aprovechamiento actual de los recursos hídricos, con tal propósito, dista mucho de ser racional. La infraestructura de riego es modesta en relación con el área total regada, y las inversiones más importantes hasta la fecha - casi siempre de iniciativa privada - se aplicaron fundamentalmente a obras de toma y canales de aducción que sirven a los complejos agroindustriales de la región.

En general, se derivan para riego los aportes naturales de los ríos de la Cuenca, los cuales tanto por las fluctuaciones anuales y mensuales de los caudales, como por la estacional derivada de sus características especiales, establecen sensibles restricciones o limitaciones en el uso del recurso, incidiendo en los rendimientos y eficiencia de los regadíos y cultivos.

En el sector argentino existe un elevado porcentaje de concesiones eventuales de riego, con derecho a uso de los caudales naturales, cuando estos superan ciertos valores críticos.

Dentro de un sistema regional de tales características, las áreas actualmente bajo riego en la ACRB son importantes: 105000 ha en el área argentina y casi 12000 ha en el área boliviana. Estas áreas se encuentran centralizadas a lo largo de un eje que parte del Polo de Desarrollo y sigue casi paralelamente el cauce del río San Francisco, utilizando mayoritariamente los afluentes de este sistema.

En el área boliviana, las zonas bajo riego son dispersas, utilizándose generalmente las terrazas aluviales y planicies de inundación de los cursos de agua. Las explotaciones en general se localizan en zonas cercanas a la ciudad de Tarija.

El cuadro III-4-1 señala la participación de las áreas regadas de la Cuenca con relación a los totales de cada país.

No existen estadísticas que indiquen la evolución en el tiempo de los usos de agua para riego o de la habilitación de tierras para ese fin, ni por lo tanto tasas de crecimiento anual. En la década del 60, el sector agropecuario de las provincias de Salta y Jujuy se ha presentado con una fuerte dispersión en cuanto a área regada, pero en general, ha mantenido una tendencia estacionaria, por lo cual su participación relativa en el PBI de la región ha verificado tasas decrecientes.

Otro índice que muestra la tendencia hacia el desarrollo de las áreas de riego está dado por el número de concesiones para uso de aguas que fuera otorgado en la Cuenca. El total del área servida por las concesiones asciende a 217400 ha, o sea algo más del doble de las efectivamente regadas. A pesar de ello las provincias tienen en trámite un gran número de concesiones a otorgar en diferentes áreas. Estas concesiones especifican fuente, área servida, caudal y beneficiario.

Cuadro III-4-1. Participación de áreas regadas de la ACRB en los totales nacionales

País

Provincia o Departamento

Superficie cultivada ha

Porcentaje

Argentina





1075000

100

Jujuy

62420

5,8

Salta

42250

3,9

Subtotal

104670

9,7

Bolivia



80000

100

Tarija

11900

14,9

Las concesiones sobre ciertos cauces superan las posibilidades de derivación resultantes del régimen natural de los ríos. Otros ríos cuentan con capacidad natural disponible, pero sobre los mismos no se ejerce demanda en razón de la posición geográfica relativa y del régimen de tenencia de la tierra.

Los ingenios azucareros poseen una elevada cantidad de concesiones que no han sido traducidas en áreas bajo riego, en previsión de una evolución positiva del mercado azucarero. En algunos casos, se están desarrollando trabajos de habilitación de áreas importantes, lo cual es indicativo de una tendencia favorable en el desarrollo agrícola regional.

4.4 Composición y cualificación de la producción agropecuaria

4.4.1 Agricultura bajo riego. Las superficies regadas en la Cuenca ascienden a 116574 ha y se distribuyen en diferentes proporciones. Salta lo hace con 42250 ha, que representan el 45,9% del total irrigado en la Provincia. Jujuy cultiva 62420 ha, o sea la casi totalidad del área provincial bajo riego. En Tarija puede considerarse también que el 100% del área regada está dentro de la Cuenca. El mapa III-4-1 ilustra sobre la distribución general de las áreas cultivadas en la ACRB.

i. Area argentina. De las actividades agropecuarias desarrolladas en el sector argentino de la ACRB, cabe señalar que la agricultura bajo riego es la que presenta mayor importancia económica.

A su vez, dentro de ésta, se destacan los cultivos industriales de la caña de azúcar y el tabaco, que en conjunto cubren el 54,7% de las tierras bajo riego. Del resto de la producción se destina una parte (17,4%) al consumo de la población de las provincias de Salta y Jujuy, (especialmente hortalizas y forrajes) y otra (27,9%) al cultivo de citrus y hortalizas de primicia, frutas no tradicionales en el país y especias, cuyo mercado consumidor mayoritario es el nacional.

El cuadro III-4-2 establece el uso de las superficies cultivadas bajo riego en la ACRB, área argentina, para el año 1970.

El cultivo predominante en la Cuenca es la caña de azúcar, con 39800 ha en el sector argentino, que representa el 38% del total bajo riego (TBR); se concentra en los departamentos de Oran en Salta, y Ledesma y San Pedro en Jujuy, con el 90% de la superficie total sembrada con dicha sacarígena. Además, la casi totalidad de esta superficie ha sido cultivada por cinco grandes ingenios azucareros locales.

Esta tendencia tiende a afirmarse en el futuro; las concesiones de agua otorgadas a los ingenios y plantaciones azucareras en los tres departamentos citados y en el de Güemes, suman 95000 ha, o sea el 43% del total de concesiones, lo cual dice de una firme tendencia hacia el predominio del cultivo y la tenencia extensiva.

Una situación diametralmente opuesta presenta el cultivo industrial que aparece segundo en cuanto a área cultivada: el tabaco. Este cultivo se practica preferentemente en minifundios.

Cuadro III-4-2. Superficies cultivadas bajo riego en el sector argentino Año 1970

Cultivo

Salta

Jujuy

ACRB

ha

ha

ha

%

Caña de azúcar

17700

22100

39800

38,0

Tabaco

3401

14100

17501

16,7

Cítricos

6560

6009

12569

12,0

Tomate

3292

3157

6449

6,2

Maíz

1950

1400

3350

3,2

Papa

609

2295

2904

2,8

Pimiento

1455

1070

2525

2,4

Alfalfa

1300

835

2135

2,0

Banana

1950

37

1987

1,9

Garbanzo

205

900

1105

1,1

Otras frutas y hortalizas

3404

5477

8881

8,5

Otros cereales, industriales y forrajeros

428

5040

5468

5,2

Total

42254

62420

104674

100,0

Fuente: MAG - INTA - AyEE

El tabaco aparece con 17500 ha cultivadas en 1970, o sea el 16,7% del TBR. El predominio neto de este cultivo recae en la Provincia de Jujuy y específicamente en el departamento El Carmen, que participa casi con el 74% de la superficie sembrada de la provincia y con algo más del 59% de la superficie total sembrada dentro de la ACRB.

La superficie cultivada con tabaco ha tenido pequeños pero continuos incrementos a partir de 1960, con tendencia hacia la estabilización a partir de 1970. Respecto a las concesiones para uso del agua en 1970, en el departamento de Güemes, el total cubría 18000 ha. Suponiendo que las tendencias en dicha provincia sean indicativas de la previsible evolución del futuro, la participación del tabaco en la producción agrícola futura bajo riego tendería a disminuir, por cuanto el área regable (18000 ha) en el departamento en relación con la total regada bajaría del 14,7% actual al 8,5% en el futuro.

Las especies cítricas ocupan el 12% de la superficie cultivada de la Cuenca. Este cultivo se ha venido incrementando en los últimos años y la tendencia que se insinúa es la de ampliar la superficie cultivada. Las posibilidades de expansión se fundamentan en su carácter de primicia en el mercado interno por razones ecológicas y por las buenas perspectivas de colocación en el mercado internacional.

De los cultivos hortícolas, el tomate es el que mayor superficie ocupa tanto en Salta como en Jujuy, cubriendo 6450 ha en total, que representan el 6,2% del TBR. Su expansión es notable si se mide a nivel de los ciclos agrícolas 1960/61 y 1965/69. Las perspectivas de expansión son mejores en Salta y se fundamentan en las características estacionales de la oferta, pues la casi totalidad de la producción tomatera entra a los mercados en calidad de primicia y el volumen ofertado, en general, no alcanza a satisfacer la demanda interna nacional.

Iguales consideraciones ofrece el pimiento, con un área cultivada equivalente al 2,4% del TBR. Su superficie sembrada ha experimentado la misma evolución que la del tomate y las perspectivas de expansión son similares.

Productos representativos del mercado local son la papa y el maíz, con una marcada estacionalidad de las áreas cultivadas en la década del 60.

El garbanzo, producto que en su mayor parte se exporta a otros mercados consumidores del país, ha mostrado un crecimiento significativo en la década del 60, llegando a ocupar en la Cuenca 1105 ha, o sea un 1,1% del TBR. Posteriormente, el área sembrada ha ido disminuyendo por dificultades de orden cultural en el manejo del cultivo, las que podrían desaparecer en el futuro si se toman medidas adecuadas.

Respecto a frutos no tradicionales de la zona subtropical saltona, la disponibilidad de áreas con posibilidades ecológicas adecuadas es escasa, por lo cual las perspectivas de expansión son limitadas. La participación de estos productos en el área cultivada no se ha incrementado sensiblemente en la década del 60.

El cultivo de cereales y forrajes para alimentación de ganado no tiene en la actualidad gravitación importante. Los forrajes se destinan casi exclusivamente para pastoreo directo en la época seca.

ii. Area boliviana. Al contrario del sector argentino de la ACRB, en Bolivia la agricultura bajo riego tiene relevancia económica inferior frente a las otras actividades agropecuarias.

Las áreas bajo riego totalizan 11900 ha y están casi en su totalidad dentro de los límites físicos de la Cuenca. Dichas áreas son destinadas fundamentalmente a productos para el consumo local de la población del Departamento de Tarija, siendo los mayoritarios el maíz, el trigo y la papa. Las hortalizas ocupan también un área importante, con cosechas que se mantienen durante todo el año; las especies principales están constituidas por porotos, arvejas, cebollas, ajo, pimientos, lechugas y tomates. Los forrajes son cultivados para pastoreo directo del ganado. La gama de productos se completa con frutales y frutos de carozo y pepita.

El régimen de producción es, en su mayoría, extensivo.

No existen estadísticas respecto a las áreas ocupadas por cada producto, ni a su evolución en el tiempo o en la última década.

4.4.2 Agricultura en secano. La agricultura en secano no tiene trascendencia económica. Básicamente, se efectúa en las mismas tierras bajo riego y en el período de intensas precipitaciones.

i. Area argentina. Las áreas marginales a las de riego cultivadas en secano, han mostrado diversidad de especies y grandes fluctuaciones anuales en la superficie explotada y en sus rendimientos, todo lo cual hace a estas explotaciones menos relevantes que las de riego. Las especies cultivadas son fundamentalmente maíz en grano, con el 30% del total de secano, sorgos con el 7,9% y cereales de grano fino con el 5,6%. El detalle por provincia y cultivo se indica en el cuadro III-4-3a.

El área ocupada por la agricultura en secano, en 1970, ha ocupado 33770 ha, o sea la tercera parte de la dedicada al riego.

Un grupo importante de cultivos en secano está constituido por los "pastoreos, cultivos de cobertura, industriales y otros", que ocupa el 44,4% del área cultivada. En general, casi todas las especies de este grupo tienden a satisfacer pequeños mercados locales, o bien son cultivos de rotación cuyo desarrollo es necesario para los cultivos intensivos.

ii. Area boliviana. De acuerdo con las estimaciones realizadas para el Departamento de Tarija, surge que la explotación de cultivos en secano es la de mayor relevancia en la actualidad y la que define la vocación del sector agrícola de la zona.

En el cuadro III-4-3b se aprecia la distribución de las superficies cultivadas según los rubros de explotación (año agrícola 1968/69).

Cuadro III-4-3a. Superficies cultivadas en secano y su distribución (Sector argentino)

Cultivo

Salta

Jujuy

Total

ha

ha

ha

%

Maíz en grano

6760

3390

10150

30,1

Sorgo

1850

820

2670

7,9

Cebada, avena y centeno

730

1150

1880

5,6

Poroto seco

350

660

1010

3,0

Hortalizas varias

508

2400

2908

8,6

Pasturas y cultivos de cobertura, industriales y otros

2275

12880

15115

44,8

Total

12473

21300

33733

100,0

Fuente: MAG - INTA

Cuadro III-4-3b. Superficies cultivadas en secano y su distribución (Departamento de Tarija)

Cultivo

ha

%

Maíz en grano

38880

75,0

Trigo

4300

8,3

Caña de azúcar

2500

4,8

Cebada

1600

3,1

Papa

1200

2,3

Alfalfa

800

1,6

Cultivos varios

2515

4,9

Total

51795

100,0

Corresponde señalar que aproximadamente el 30% de la superficie total está dentro de la cuenca hidrográfica.

Al igual que en el área argentina, el maíz constituye el rubro más importante de este sector agrícola, y según las estimaciones oficiales, el 40% de la superficie cultivada está dentro de la Cuenca.

El trigo es el segundo cultivo en importancia en condiciones de secano, y se localiza con preferencia a orillas del río San Juan de Oro (fuera de la Cuenca) y en las localidades del valle central de Tarija.

La caña de azúcar es cultivada casi en su totalidad bajo este régimen; algunas plantaciones al sur de la provincia de Arce aplican algo de riego. Las condiciones accidentadas de la zona no hacen económicamente factible el riego en superficies mayores que las de los valles angostos de los ríos Bermejo y Tarija.

Las áreas plantadas con caña se localizan en la provincia de Arce en la zona conocida como "Triángulo Bermejo" en el extremo sur del área boliviana. Existen perspectivas de ampliar dichas áreas, algunas con el concurso del riego.

El cultivo se explota, en su mayor parte, por el ingenio azucarero Stephan Leigh y la producción actual apunta hacia una economía de mercado cuyo ámbito se extiende a todo el país.

La cebada se cultiva íntegramente en secano y se destina tanto para forraje como para producción de alimentos.

La papa es uno de los componentes básicos de la dieta alimenticia de Tarija y el 50% se cultiva dentro de la Cuenca.

El cultivo de alfalfa está muy difundido en todas las áreas de la zona subtropical y de valles templados, destinándose parte para pastoreo directo y el resto para producción de semillas. En muchos lugares del departamento se siembra en asociación con cebada.

Entre los cultivos varios se destacan diferentes especies de hortalizas para satisfacer mercados locales y algunos cultivos industriales como el girasol, maní, soya, algodón y sorgo, cuyo destino abarca además las demandas extradepartamentales.

4.4.3. Ganadería. La ganadería en la ACRB ocupaba, en 1970, un área total de 1000000 de hectáreas, con un incremento de un 31% respecto a 1960 (ver mapa III- 4-2).

i. Area argentina. A pesar de las cifras arriba mencionadas, las reservas ganaderas han disminuido ligeramente, lo cual indica una involución en la extensividad de las explotaciones y en la receptividad de los campos de pastoreo. La actividad ganadera dominante es la muy extensiva, que ocupa el 80% de la superficie; la extensiva ocupa el 11% y la medianamente extensiva el 9%.

La extracción ganadera para el consumo ha ido decreciendo con el tiempo; el consumo de carne regional se ha incrementado continuamente, lo que ha colocado a la Cuenca en un área de bajo consumo en relación con el país y con una elevada importación de ganado en pie o industrializado.

La existencia total de ganado vacuno en el año 1969 era de 209600 cabezas. La extracción anual para la faena puede estimarse en 25000 unidades. El consumo de la Cuenca debe ubicarse a razón de 50 kg/hab/año, con un total bruto de 31460 toneladas, equivalente a la faena de 164000 cabezas. En consecuencia, el déficit de 139000 cabezas para faena debe compensarse por medio de la importación de otras áreas ganaderas del país.

Las razones de esta baja productividad ganadera regional se deriva de la forma primitiva de explotación: ganadería de monte, con razas criollas en un 80/90% del total, inexistencia de alambrados o potreros de explotación, profilaxis deficiente o nula, elevada mortalidad por enfermedades endémicas, como la tristeza y la rabia paresiante; ausencia de técnicas adecuadas en el manejo de los animales, selección de vientres y otras.

Esta insuficiencia regional en la producción ganadera incide directamente en la severa limitación de la oferta de leche fluida para el consumo, lo cual se manifiesta de doble manera: una muy baja tasa de consumo de leche en la población, (que sólo alcanza a 12 l/hab/año, o sea un 25% del promedio nacional) y una elevada importación del producto de otras áreas, estimada en un 50% del consumo.

ii. Area boliviana. A pesar de que la existencia de ganado vacuno del país muestra un índice de crecimiento relativamente constante, el Departamento de Tarija acusa actualmente una menor participación que en el año 1964, para el cual su población ganadera significó el 10% de la del país.

La existencia ganadera llega actualmente a 200000 cabezas según estimaciones del Ministerio de Asuntos Campesinos y Agricultura de Bolivia, y la reducción del mismo a partir de la década del 50 obedece a causas bastante similares a las de la zona argentina, como por ejemplo al mal manejo de los rebaños y a la incidencia de enfermedades que provocaron pérdidas de hasta un 30% de la población vacuna.

Se estima que del total anterior, aproximadamente 80000 cabezas se encuentran dentro de los límites de la Cuenca y su mayor concentración se localiza en la provincia de Cercado y en otras del Valle.

Al igual que en el área argentina, la totalidad de la población bovina se encuentra en la zona de secano y en general se desarrolla "a monte". Predomina la raza "criolla", producto de cruzas indiscriminadas, que representa el 90% del stock. El desarrollo de la ganadería intensiva bajo riego es muy incipiente.

En lo que respecta a ganado ovino, las existencias no han experimentado grandes variaciones y se estiman en 230000 cabezas. Dentro de la Cuenca, los rebaños se localizan en los valles altos del río Tarija y en los que se aproximan a las ciudades de Tarija y Padcaya.

Los animales que componen este rebaño son, asimismo, de raza "criolla" y las prácticas de manejo adolecen de las mismas deficiencias que en el caso del ganado vacuno.

La explotación se encauza, en general, hacia la obtención de carne y lana, esta última utilizada en la fabricación de tejidos rústicos de directa comercialización en la zona.

Las existencias porcinas se mantienen prácticamente estancadas y se estiman en 60000 cabezas, que se distribuyen en todas las provincias del departamento. La mayor intensidad de cría se localiza en O'Connor, con el 25% de las existencias totales.

El ganado caprino también se distribuye en todo el departamento, aunque la mayor concentración se halla en el valle de Tarija y en las áreas montañosas que lo circundan. Esta población tampoco ha experimentado grandes variaciones en los últimos 20 años y se estima en 200000 cabezas. La importancia del caprino como proveedor de carne y leche es muy significativa dentro de esta región.

El ganado caballar, asnal y mular, antes de gran importancia como medio de comunicación y de trabajo en las labores agrícolas, actualmente ha perdido significación, quedando relegado hacia zonas con estructuras agrarias deficientes. Similar comentario se aplica a los camélidos, cuyas especies están quedando dispersas y en rebaños muy reducidos; algunas de ellas, como las vicuñas y alpacas, han sido desplazadas por el ganado ovino y caprino, con otros hábitos de alimentación y manejo.

4.5 Dotaciones y eficiencias de los sistemas

Los sistemas de riego, como unidades integralmente planificadas y administradas, no se han generalizado en la región considerando ambos sectores nacionales. Sólo algunas concesiones de agua muy importantes han dado origen a sistemas de riego con cierta organización. Ello no obstante, corresponde señalar que AyEE de Argentina mantiene el sistema público más importante de la ACRB.

Como ya se ha dicho, la mayoría de las captaciones se hacen por derivación directa. En algunas tomas importantes se han levantado estructuras permanentes, pero priman los diques derivadores temporales. Estas tomas se preparan en invierno y cumplen su función primordialmente durante el período de agosto a diciembre, final de la época de estiaje e iniciación del período de lluvias.

El régimen torrencial y el acarreo de sedimentos de los ríos hace que las obras permanentes de derivación resulten de costos elevados.

En cuanto a los canales de conducción y distribución, salvo excepciones, no tienen revestimientos. Los trabajos de conservación y mantenimiento son realizados con dificultad. El control de caudales se hace generalmente por aforo en las compuertas y solamente en aquellos puntos y momentos necesarios para cumplir con las demandas de agua de los concesionarios. El programa de turnado es fijo y los caudales se distribuyen por tiempo y en función de las superficies asignadas en la respectiva concesión, sin considerar el tipo de cultivo a servir.

En general, la distribución a nivel predial es por surcos de una longitud de 100 m. El riego se corta en cada surco una vez que el agua llega al final, lo que indica falta de homogeneidad en la distribución del agua.

Las prácticas de distribución de agua varían con el sistema. Comúnmente el agua no se afora y en la práctica todas las entregas y aplicaciones se hacen en función de la experiencia y criterio personal de cada usuario. El volumen aplicado en cada riego puede variar desde el usado en la Intendencia de Riego de Perico del Carmen, con cerca de 300 m3/ha, hasta 2500 m3/ha en otros lugares. En las "colonias" el intervalo de riego puede oscilar entre 4 y 30 días. No hay criterio definido al respecto y cada "quintero" trata de regar tan frecuente y abundantemente como puede. La caña de azúcar recibe entre 5 y 13 riegos por ciclo, lo que, según la duración de la estación de riego y de acuerdo con la zona y las lluvias, equivale aproximadamente a 24 días de intervalo.

Mapa III-4-2 - Explotaciones Ganaderas

En estas condiciones y dada la dispersión de criterios y sistemas, es difícil establecer o estimar eficiencias en las zonas existentes, con caudales no garantizados. No obstante, pueden indicarse valores límites estimados, dentro de los cuales se ubicarían los sistemas de la ACRB. Estos valores son:


Mínima

Máxima

Eficiencia de conducción

55%

80%

Eficiencia de conducción interna

90%

95%

Eficiencia de aplicación

55%

65%

Eficiencia total (aprox.)

27%

50%

Las pérdidas por conducción se ocasionan por evaporación e infiltración de las aguas en el suelo.

Por su parte, la escasa eficiencia de aplicación es atribuible a varios factores, entre ellos:

a) Aplicación indiscriminada de agua al suelo, en función de la disponibilidad momentánea.
b) Falta de adecuación de los caudales de riego a las necesidades de agua de los cultivos.
c) Características del sistema de administración o turnos de entrega de agua.
d) Oscilaciones e inseguridad de caudales entregados por turno.

Bajo tales circunstancias, el uso racional del recurso agua por medio de mejoras en la eficiencia del riego, es uno de los factores que deben considerarse en la programación de los aprovechamientos hidráulicos para atender las demandas en los horizontes fijados para este estudio.

4.6 Mercado de productos representativos

La Unidad Técnica no ha realizado, en forma directa, estudios de mercado de productos representativos de la producción de la ACRB. Ha utilizado, para formarse juicio al respecto, los estudios de mercado realizados en los últimos años sobre prácticamente todos los productos agropecuarios de la zona que se citaron en los capítulos anteriores.

Tales estudios, por su propia esencia, manifiestan la tendencia actual o en el corto plazo, de la oferta, demanda y precios del bien considerado. Dentro de este criterio deben expresarse los siguientes conceptos, aplicables al sector argentino:

i. Caña de azúcar. Los cultivos de caña han experimentado un rápido crecimiento en los años 1970 y 1971, que ha hecho recuperar las extensiones ocupadas antes de 1967. Al parecer, parte de la expansión ocurrida responde a la escasez de azúcar en los mercados internacionales, derivada del abastecimiento al mercado norteamericano. Debe hacerse notar, sin embargo, que la escasez mundial de azúcar de los años 1971/72 se debió a factores circunstanciales, fácilmente modificables en los próximos años y que por lo tanto, no parece recomendable basar aumentos en la producción azucarera, más allá del incremento del mercado interno.

ii. Tabaco. Las perspectivas para los tabacos claros producidos en la ACRB no han sido debidamente evaluadas. Si se considera solamente el mercado nacional, el nivel de producción de los últimos años es excesivo y será recomendable una reducción del área sembrada. Pero si las posibilidades de afianzamiento de las ventas al exterior fueran ciertas, podría concluir la situación de crisis del mercado tabacalero; crisis en la cual tienen importancia los elevados costos y la ineficiencia del sector de producción. Dado el carácter aleatorio del mercado internacional, parece que no es aconsejable hacer proyectos para la expansión de este cultivo más allá del incremento de la demanda nacional, en la parte proporcional que le corresponde a la ACRB. La productividad actual es muy baja y durante un cierto período, los programas técnicos en curso para el incremento de la productividad y las rentabilidades fundiarias, podrían por sí solos atender los incrementos de la demanda.

iii. Hortalizas y cítricos. En la actualidad, la oferta nacional de hortalizas de primicia en los meses invernales no alcanza para abastecer la demanda. Lo mismo ocurre con las frutas cítricas en los meses de primavera y principios de verano. Estos mercados ofrecen perspectivas interesantes para la ACRB si se implementaran proyectos con tierras adecuadas en calidad, clima y disponibilidad de agua. Sin embargo, debe considerarse la competencia de otros planes de expansión de áreas de riego en otras provincias del NOA, que buscarán también productos para atender esta demanda de primicias.

iv. Cultivos tropicales y subtropicales. Estos cultivos, como café y bananas, no ofrecerán problemas de mercado, dado que tendrán el efecto positivo de sustituir importaciones corrientes. El equilibrio en su expansión estará dado por varias circunstancias concurrentes:

a) La disponibilidad de tierras aptas en la zona climática adecuada.

b) La competencia de zonas en las provincias del NEA.

c) La política comercial exterior del país y la situación de las balanzas de pago, con los países tradicionalmente proveedores.

v. Carne vacuna y leche. La zona no se autoabastece en estos renglones de alimentación, y, por el contrario, es importadora desde otras regiones productoras del país. El PNDS ha establecido como una de sus estrategias el desarrollo ganadero de la región, a los efectos de lograr las metas de comercio exterior programadas. Dichas metas no podrán lograrse si las regiones no pampeanas no aceleran el proceso de incorporación de actividades cerealeras y ganaderas. Esta incorporación aparece como imprescindible para que dichas regiones satisfagan sus mercados locales, liberando así excedentes de producción pampeana para la exportación, en renglones de demanda sostenida.

vi. Cereales y pasturas. Le comprenden los mismos comentarios anteriores, con la conclusión de que los mercados de estos productos tienen firme posibilidad y responderán a la estrategia del desarrollo nacional.

4.7 Sistemas de riego en proceso de habilitación

Dentro de la Cuenca existe un solo sistema de riego en proceso de implementación para atender las demandas incrementadas del sector agropecuario.

Se trata del proyecto de Las Maderas, actualmente en construcción. El esquema incluye dos canales de derivación: uno de 20 m3/s de capacidad desde el río Perico y otro de 30 m3/s de capacidad desde el río Grande, que alimentarán un embalse artificial de 300 hm3. Dichos canales permitirán derivar los caudales aportados por ambos ríos en la época de aguas altas, para su almacenamiento y regulación de los caudales en los períodos anuales de aportes naturales mínimos. El incremento de los caudales regulados permitirá atender en la región las demandas adicionales de agua para abastecimiento del sistema de riego, generar además energía y atender otros usos prioritarios de la región como el abastecimiento industrial.

Un canal de derivación desde el río Perico está en operación actualmente. Fue construido en 1925 y alimenta el embalse de La Ciénaga, lo cual permite atender las demandas actuales de 9000 ha bajo riego en la zona de Las Maderas, con un total anual de 110 hm3.

No existe un programa definitivo para el uso de los caudales regulados por el proyecto de Las Maderas, aun cuando su propósito original fue el de incrementar las áreas de riego existentes. Hay aproximadamente 20000 ha de tierras aptas para riego en la zona de Las Maderas dominada por la represa homónima.

En la actualidad, en el área que puede dominar el embalse de Las Maderas, los cultivos son diversificados, con preponderancia de la caña de azúcar y tabacos pero con participación de citrus y hortalizas; es decir, bastante representativo de la distribución de la Cuenca.

Además de este proyecto en construcción existían varios proyectos en diferente etapa de estudio, tanto en el sector argentino como en el boliviano. Ninguno de estos había alcanzado aún el nivel de factibilidad, implementación financiera o proyecto ejecutivo. Todos ellos, más otros que han sido identificados por la Unidad Técnica, fueron evaluados bajo un criterio homogéneo, tendiente a una programación acorde con las demandas previsibles hasta el año 2000.

4.8 Evolución previsible de la demanda de agua para riego

La evaluación de la demanda de agua para riego debe ser realizada a dos niveles: el mediano plazo con horizonte a 1980 y el largo plazo con horizonte al año 2000.

Para la producción previsible en el mediano plazo existen en ambos países dos antecedentes valiosos sobre los cuales fundamentar juicio:

i. En el sector argentino, el estudio "Operación Zonas Aridas" en base a un diagnóstico a nivel nacional de las zonas bajo riego de Argentina, ha realizado previsiones zonales, con proyección a 1980.

ii. En Bolivia, el Plan de Desarrollo Regional Chuquisaca - Tarija, ha realizado evaluaciones de incrementos del sector agropecuario para la década del 80, que podrán fundamentar las previsiones en el mediano plazo.

En cambio, para el horizonte año 2000 la Unidad Técnica ha debido realizar estimaciones y proyecciones de demanda de agua, en base a un análisis global de los componentes de la misma.

4.8.1 Evolución en el corto plazo. Las previsiones de la evolución en el corto plazo se extienden hasta el año 1980, y se basan en las conclusiones de los estudios de mercado.

En el sector argentino, la "Operación Zonas Aridas" no ha previsto desarrollos importantes, sobre la base de que el incremento de la demanda en el corto plazo podrá resolverse con una mejora progresiva en los rendimientos de las áreas de producción actuales, hasta alcanzar el 10% en el año 1980. Por el contrario, en el estudio se pone énfasis en una redistribución de los cultivos, de acuerdo con las tendencias del mercado y la oferta esperada de otras áreas más eficientes en determinados productos.

En el mismo estudio se analiza la influencia de nuevas áreas de riego que se esperan incorporar en la década, específicamente 20000 ha del proyecto de Las Maderas, las cuales se dedicarían en primera instancia a la producción de cereales y forrajes, como base para un desarrollo ganadero.

En el cuadro III-4-4 se indican las modificaciones sugeridas para las áreas cultivadas de las provincias de Salta y Jujuy.

Los totales primarios deben afectarse de un coeficiente para que dichos números reflejen la participación de la ACRB en el incremento de áreas de riego. Puede suponerse, a los efectos de estas estimaciones, que se mantendrá en 1980 la participación relativa de la ACRB en las dos provincias argentinas, que en conjunto alcanza al 67%. Las áreas netas de incorporación alcanzarían así a 32000 ha, de las cuales 20000 ha pertenecen íntegramente a la ACRB y corresponden, como ya se ha dicho, al proyecto de Las Maderas.

En el sector boliviano, la tendencia en el corto plazo será incrementar las áreas de riego en función del crecimiento de población, con los ajustes del consumo unitario por aumento del ingreso per cápita. Debe considerarse que el destino de los cultivos actuales del área, con excepción de la caña de azúcar, es el abastecimiento zonal, considerando los departamentos de Chuquisaca y Tarija. Puede estimarse en un 28% el incremento en la década de 1980, en áreas de cultivo, manteniendo las proporciones actuales.

En lo que respecta a la ganadería de ambos sectores nacionales, una meta mínima para 1980 debería ser la de no incrementar la brecha entre demanda y oferta de carne vacuna y leche; de tal manera que en esta década los incrementos de consumo no requieran el aumento de la importación regional.

Dadas las condiciones de las explotaciones ganaderas actuales, la única posibilidad de incrementar sensiblemente la producción de carne y leche es integrar fincas mixtas con pastoreos de secano y forrajeras y pastoreos de áreas bajo riego.

El incremento de la faena estimada para 1980 sobre los valores de 1972 es de 41000 cabezas. Por otra parte, la provisión de leche fluida para la Cuenca representará 28,3 millones de I/año y para lograr esta producción de leche se requiere un incremento de 7800 vacas en la producción ganadera.

Suponiendo, dadas las características de la Cuenca, que las tierras a habilitar se utilizarán para invernada de las reses destinadas a faena, el total adicional de vacunos que deberán mantenerse con pasturas y forrajes en áreas bajo riego en 1980, asciende a casi 50000 cabezas. Bajo esta suposición, las llanuras chaqueñas de Salta, Chaco y Formosa, proveerían al ganado de cría necesaria para soportar dichas extracciones.

En estas condiciones, y suponiendo un reducido incremento de la técnica cultural y de manejo del ganado, - actualmente limitada - las áreas bajo riego requerirán un incremento de 38000 ha, que ya fueron parcialmente incluidas en el cuadro III-4-4, como cultivos diversificados.

Cuadro III-4-4. Superficies cultivadas bajo riego propuestas para 1980*

Producto

Jujuy ha

Salta ha

Subtotal ha

Incremento sobre 1970 ha

Papa

2199

1535

3734

-435

Batata

468

412

880

+330

Tomate

2432

1844

4276

-2533

Zapallo

370

3199

3569


Cebolla

760

429

1189

+2150

Arveja verde

890

416

1306

+379

Naranja

4462

4132

8594

+336

Pomelo

1099

1370

2469

+2674

Mandarina

517

1345

1862

+532

Limón

1357

2517

3874

+1658

Banana


2034

2034

+751

Durazno

200

227

427

+161

Otras frutas y hortalizas

6159

6592

12751

+1981

Vid


2000

2000

+500

Tabaco

9276

14600

23876

+1116

Caña de azúcar

30350

16240

46590


Diversificación

17923

67274

85197

+38983

Total

78462

126166

204628

+48583

* Proposición del informe Operación Zonas Aridas (CFI-MGA)

Finalmente, teniendo en cuenta las dotaciones de agua para riego de estos productos diversificados y pastoreos, cabe esperar un valor medio anual de 15000m3/ha; ello determina un incremento de demanda de agua en bocatoma del orden de 570 hm3 en 1980 en el sector argentino. De acuerdo con las previsiones de la "Operación Zonas Aridas", dicha demanda se concentraría en el área de influencia del proyecto de Las Maderas y en las zonas donde la disponibilidad de aguas subterráneas posibilitaría la habilitación de nuevas tierras.

4.8.2 Evolución en el largo plazo. Las tendencias manifestadas en la coyuntura actual dejan de tener vigencia en el largo plazo, o sea para las décadas del 80 y 90. A los efectos de hacer evaluaciones con este horizonte de tiempo, deben adoptarse supuestos razonables relacionados con la evolución previsible en los índices macroeconómicos.

La producción agropecuaria de la ACRB (sector argentino) reconoce los siguientes destinos:

a) Abastecimiento alimenticio regional, para el que se destina actualmente menos del 20% del área de riego y el total de la agricultura y la ganadería de secano.

b) Abastecimiento en el mercado nacional de las hortalizas y frutales que ostentan la característica de primicias.

c) Materia prima para la agroindustria, como las azucarera y tabacalera, que básicamente se orienta al mercado nacional y a la exportación.

El área bajo riego destinada a los dos últimos ítems representa actualmente más del 80% del total.

Para considerar la evolución de esta producción y fundamentalmente de las áreas bajo riego en la región, deben plantearse algunas hipótesis de trabajo. Los supuestos adoptados por la Unidad Técnica son los siguientes:

1°) La demanda de productos de consumo local o regional crecerá, por lo menos, en proporción al incremento esperado de la población de las provincias de Salta y Jujuy.

2°) La demanda de productos agrícolas destinados al mercado argentino crecerá en función directa con el crecimiento de la población del país.

3°) El incremento del stock ganadero para abastecer de carne y leche al mercado regional, se volcará hacia la habilitación de áreas bajo riego que provean forrajes y cereales para cría y/o invernada.

4°) Las metas en la producción ganadera corresponderán al objetivo de que en el año 2000 la región se autoabastezca de la carne y la leche requeridas por la población, sin recurrir a la importación de otras regiones, y para un nivel de consumo igual al del promedio nacional actual.

Los supuestos y metas reseñados son adecuadamente conservadores.

Con relación al sector boliviano, el criterio aplicado es similar, con la diferencia de que el incremento de producción agropecuaria se volcará además hacia los cultivos de secano, dado que las metas de abastecimiento del mercado regional, en lo que hace a la producción bajo riego, están limitadas por la restricción de tierras aptas disponibles.

La producción de áreas bajo riego, destinada al mercado regional, ocupa el 75% del total. El resto se destina al mercado nacional, en particular la caña de azúcar. Dentro de esas bases, los supuestos para el sector argentino son también aplicables al boliviano.

Una vez obtenidas las metas de producción de áreas de riego, deberá aplicarse un factor de reducción en relación con la superficie total que se implementaría dentro del horizonte del Estudio. Dicho factor responde al incremento de la productividad de las actuales explotaciones y de las que deben habilitarse. Durante la década del 60, el rendimiento de los cultivos ha sido creciente en unos casos y decreciente en otros, dando como resultado un estancamiento en la evolución de la productividad por hectárea regada y sembrada.

En los casos favorables ha influido la introducción de mejores técnicas, y en los desfavorables el inadecuado dimensionamiento de las parcelas, el mal uso del recurso agua y el drenaje insuficiente. Debe confiarse en que una adecuada labor de extensión agrícola, la mecanización, el uso de fertilizantes y el control de manejo del suelo, determinen una mayor productividad futura. Un incremento de tal productividad, del orden del 50%, podría considerarse razonable, dado que sólo en esa forma se alcanzarían los mejores niveles en el orden nacional, con la excepción de la caña de azúcar, que presenta en la ACRB los más elevados índices regionales respecto de Argentina y Bolivia.

En el cuadro III-4-5 se establecen las áreas bajo riego que deberían implementarse para el año 2000 en la ACRB, sector argentino, tomando los sectores básicos previamente indicados.

La evolución en el tiempo se refleja en la figura III-4-1; en la misma se aprecian los diferentes crecimientos de las áreas cultivadas, atendiendo a los supuestos adoptados. Las cifras indicadoras de hectáreas a cultivar, en los casos de carne y leche, reflejan exclusivamente la parte bajo riego destinada a cultivos de forrajes y pasturas. El desarrollo ganadero requerirá parcelas mixtas con participación en secano significativamente mayor.

En la figura III-4-2 se establece la curva de demanda de tierras bajo riego que resulta de la sumatoria de sectores de la figura III-4-1, comparada con la curva resultante de la proyección de áreas necesarias para alcanzar las metas del PBI - sector agropecuario - considerando también un incremento gradual de productividad del 50%. Se manifiesta una estrecha concordancia entre ambas proyecciones.

El cuadro III-4-6 establece valores similares para el sector boliviano.

Cuadro III-4-5. ACRB - Sector argentino Areas bajo riego en el año 2000

Tipo de producción

Mercado

Tasa de crecimiento %

Total ha

Agrícola

Regional

2,9

45000

Agrícola

Nacional

1,7

143000

Carne

Regional

10,0

215000

Leche

Regional

7,5

25000

Total



428000

En lo que hace a la demanda de agua, deben considerarse no solamente las tierras que se pondrán en cultivo bajo riego, sino las dotaciones previsibles en el futuro. Al respecto, deben considerarse tanto las demandas diferenciadas correspondientes a los planes de cultivo, que variarán por subregiones, como también la evolución en la eficiencia del uso del agua.

En la región de la Cuenca y zona de influencia cabe reconocer solamente cuatro áreas, donde se verificarán incrementos sustanciales y valores absolutos relevantes en tierras de regadío. Ellas son: Polo de Desarrollo, El Ramal, Tarija (Bolivia) y Cuenca Inferior del Río Bermejo.

Dentro de esas zonas, y al solo efecto de establecer los requerimientos globales para el uso consuntivo del riego, se considerarán tipos de cultivos representativos y dotaciones medias concordantes. En el Polo de Desarrollo, los incrementos de áreas bajo riego deberían destinarse a cultivos diversificados de alta rentabilidad para el abastecimiento de la población urbana concentrada y para el mercado nacional.

En el Ramal predominarán cultivos industriales como caña de azúcar y posiblemente tabaco, así como áreas complementarias destinadas al consumo regional y nacional de productos agrícolas.

En Tarija se mantendrán los cultivos diversificados característicos de la situación actual.

En la Cuenca Inferior y áreas marginales, los cultivos básicos corresponderán a pasturas y forrajes necesarios para la provisión de carne y leche del consumo regional.

Con respecto a la eficiencia del riego, es de prever que con el desarrollo cultural y el mejoramiento de la infraestructura y las prácticas de riego, se verificará un mejor uso del recurso agua. Como hipótesis de trabajo, puede adoptarse un incremento de la eficiencia media desde el 35% en la actualidad hasta el 50% en el año 2000, para riego por conducciones.

Los cálculos efectuados en relación con las demandas regionales de agua para riego se indican en el cuadro III-4-7.

Las demandas globales por subregiones indicadas en el cuadro precedente, deberán ser desagregadas al considerar asociaciones de suelos y proyectos específicos de riego.

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