Página precedente Indice Página siguiente

H.1 Población y migración

H.1.1 Distribución en el espacio
H.1.2 Estructura por sexo y edad
H.1.3 Natalidad y mortalidad
H.1.4 Migración

La distribución de la población por grupo humano aparece en el Gráfico H-1. Los grupos negros componen el 69.5% del total, los indígenas el 24% y los mestizos (colonos) el 6.5%. Es de hacer notar que en la región oriental se encuentra el negro colonial de habla española, y no el negro antillano de habla inglesa. Este último grupo llegó a Panamá en los últimos 100 años para trabajar en las plantaciones bananeras y en la construcción del Canal. Se encuentran sobre todo en las provincias de Bocas del Toro, Panamá y Colón. En el distrito de Chimán existe una mezcla similar, pero con preponderancia del grupo negro colonial.

El grupo negro está compuesto por los darienitas, o sea los nacidos en el Darién, tanto de padres panameños como colombianos, y los "chocoanos", que son los inmigrantes provenientes de Colombia, que por lo general proceden del Departamento de Chocó, aunque también hay algunos de los departamentos de Sucre, Córdoba y Bolívar, también de Colombia.

El grupo indígena está compuesto por dos culturas, los cunas y los chocoes; los cunas del Darién son menos de mil individuos. Alrededor de 25 000 cunas viven en la Comarca de San Blas, en las islas del Atlántico. Los chocoes se dividen en dos grupos con dialecto diferente, que son los "emberé" que forman el 90% de los chocoes de Panamá, y los "nonamá" o "waunana" (DGPA, 1972, página 4).

La mayoría de este último grupo ha emigrado de Colombia hacia Darién y la provincia de Panamá en las ultimas dos décadas,

Los colonos o interioranos también están recién llegados al Darién; el término se refiere a los campesinos indo-mestizos y euromestizos que proceden de las provincias de Chiriquí, Los Santos, Veraguas y Herrera.

H.1.1 Distribución en el espacio

En uno de los mapas presentados en sobre aparte y titulado "Población actual por grupos humanos - año 1970" se presenta la distribución geográfica de la población por distrito y corregimiento en toda la provincia de Darién.

Del estudio de estos mapas se observa que hay una baja densidad de población en el área en relación con el resto del país. En 1970 ésta era de 1.7 personas por km2 en Chimán, Pinogana y Chepigana, y 1.4 en la Provincia de Darién. En cuanto a la distribución de los grupos humanos en el área, los chocoes tradicionalmente viven en caseríos dispersos a la orilla de los ríos Tuira y sus afluentes, el Chucunaque y sus afluentes hasta el río Membrillo, y en los ríos Sambú, Balsas y Congo. En años recientes se han ido formando pueblos indígenas que reúnen varias familias y pequeñas comunidades dispersas.

Los indios cunas del Darién viven en dos localidades básicamente: en el Alto Tuira, en Paya y Pucro, y en el Alto Chucunaque, en Mortí y Uala. Este último grupo se mantiene aislado de los otros grupos étnicos practicando una "marginación voluntaria"; se sienten más cercanos a los cunas del Bayano o de San Blas (R. Torres de Araúz y R. González, 1971, página 42).

El grupo negro tiende a vivir en los pueblos de Yaviza, La Palma, Pinogana, El Real, Yape, Boca de Cupe, Chepigana, Garachiné, Boca de Sábalo y Jaqué, o en viviendas aisladas en los bajos cursos de los ríos y los estuarios.

Los colonos demuestran un patrón diferente de asentamiento pues constituyen el único grupo que no vive en la orilla de los ríos, sino tierras adentro. Han formado algunos pueblos, como los chiricanos en Bajo Iglesias, que en 1970 tenían 250 habitantes; también pueden vivir en pequeños caseríos compuestos por familiares, como Caramunio, corregimiento de Setegantí (A. Hernández, 1968, página 185). Además, algunos colonos se convierten en colonizadores ambulantes mientras buscan lugares adecuados para establecerse. Las áreas donde hay mayor asentamiento de colonos son en el corregimiento de Río Iglesias, al sur de La Palma, cerca de Setegantí, en Garachiné, cerca de El Real (Pirre) y al nordeste de Chimán.

No todos los grupos étnicos se aislan unos de otros. Por el contrario, muchos comparten el mismo poblado a pesar de la diferencia racial, dialectal o de costumbres que los caracteriza (A. Araúz, 1969, página 11). Unicamente el grupo indígena cuna ha demostrado siempre su tradicional rechazo a convivir con los otros. A pesar de la división hecha arriba en cuanto a áreas geográficas donde viven los distintos grupos, se ha estimado que el 46% de la población indígena vive en poblados alternando con otros grupos no indígenas (Contraloría General, Compendio Estadístico, Darién, cuadro 21). Asimismo un 8,5% de la población no indígena (negros y mestizos) vive en poblados mixtos (A. Araúz, 1969, página 11).

Gráfico H-1. DISTRIBUCION CUANTITATIVA DE LOS GRUPOS HUMANOS DEL DARIEN

Fuente: DGPA (1972a)

En general, los chocoes y los colonos tienen un patrón de asentamiento disperso, mientras que los cunas y los negros concentran sus viviendas formando pueblos, y sobresale no sólo la baja densidad de la población en general sino su extrema dispersión. De acuerdo con los datos del Censo de 1970, en la Provincia de Darién el 60% de la población estaba reunida en 36 poblados con más de 100 habitantes. Tomando otro criterio de poblados con 50 o más viviendas, un 35% de la población vivía en nueve poblados con 50 o más viviendas. Aunque se puede considerar que hay un gran porcentaje del total de la población panameña que vive dispersa, el 40% de la población del Darién en 1970 vivía en poblados con menos de 100 habitantes, mientras que en toda la República sólo el 15% de la población vivía en tales condiciones. La dispersión de la población influye mucho en las condiciones de vida de la población, como se puede apreciar comparando los Gráficos H-2 y H-3 acerca de las condiciones de la población y de la vivienda en localidades de menos de 600 habitantes en dos provincias (L. Herrera, 1975, página 6).

Los lugares que reunían más población en 1970 eran La Palma (1 742) y Yaviza (1 651). Como la ruta de la Carretera Panamericana pasa por Yaviza y no por La Palma, se puede suponer que ese pueblo será objeto de un mayor crecimiento poblacional por su posición geográfica.

H.1.2 Estructura por sexo y edad

La estructura por sexo de la población de Darién, demuestra tener la segunda tasa más alta de masculinidad entre las provincias de la República; en 1970 esta tasa era de 119,1 hombres por 100 mujeres, comparado con el promedio nacional de 102.8 (ver Gráfico H-4). Según el Censo de 1970, el índice de masculinidad era aún más alto en Chepo y Chimán, con tasas de 122.5 y 115 respectivamente.

En Bocas del Toro, donde la tasa de masculinidad es de 122.1, la situación se debe a los trabajadores de las bananeras, que van a trabajar allá por un tiempo limitado. En el Darién parece haber una seria escasez relativa de mujeres, sobre todo en el rango de 20-44 años, cuando la tasa de masculinidad entre la población no indígena sube a 145.4. La tasa de masculinidad de la población indígena de la provincia era de 106,6 en 1970 y no parece haber una distribución desigual tan fuerte por sexo entre este grupo.

El 48.2% de la población no indígena tiene menos de 15 años, cifra que se compara con un promedio de 43.4% en toda la República, Es decir que hay una alta tasa de dependencia (relación proporcional entre la población en edad activa y la menor de edad o mayor de 60 años). Lo mismo se encuentra entre la población indígena del Darién, donde el 51.5% tiene menos de 15 años.

La situación varía también entre los distintos grupos indígenas y no indígenas. En 1967 se llevó a cabo un estudio de las características demográficas de los grupos humanos de la región oriental con base en encuestas distribuidas entre cunas, chocoes, negros darienitas y colonos. Los resultados de la encuesta en cuanto a la tasa de masculinidad y la proporción de menores de 15 años se encuentran en el Cuadro H-1.

H.1.3 Natalidad y mortalidad

La alta proporción de menores de 15 años dentro de la población total es resultado en gran medida de los altos niveles de fertilidad y mortalidad. El promedio de nacimientos vivos por mujer de 15 años y más según la encuesta era de 4.14, y las tasas acumuladas de fertilidad mostraban un promedio de 6.47 nacimientos vivos por mujer de 45-49 años. Sin embargo, las tasas de mortalidad infantil son muy altas, sobre todo entre los grupos indígenas; variaban de 92 por 1 000 entre los colonos, a 206 entre los cunas. Además la tasa general de mortalidad entre este último grupo es alta (25 por mil). Como resultado, la esperanza de vida al nacer del grupo cuna era de 38 años solamente, comparado con 58 años entre los colonos.

Cuadro H-1. INDICE DE MASCULINIDAD ENTRE DISTINTOS GRUPOS EN 1967

Grupo

No. de personas

Tasa de masculinidad

% menor de 15 años

Cuna

900

87.6

43.8

Chocó

2 600

104.6

51.5

Negro

2 500

110.2

55.0

Colono

800

111.7

53.3

Promedio


106.1

51.8

Fuente: R. Torres de Araúz (1968) p.3.

Los resultados de la encuesta están resumidos en el Cuadro H-2. Por la combinación de su tasa de mortalidad relativamente baja, y de su alta tasa de fertilidad, el grupo negro tiene el mayor crecimiento demográfico de los distintos grupos.

Los datos más recientes disponibles son a nivel de provincia. Darién tiene tasas de mortalidad materna e infantil más altas que el promedio nacional, pero también tiene una tasa de crecimiento natural más alta que el promedio en áreas rurales de Panamá. Según el Gráfico H-5, la tasa de natalidad tiene tendencia a bajar. Puede haber todavía un problema de subregistro de nacimientos y defunciones por el aislamiento físico de la población en el Darién. En 1972, por ejemplo, únicamente en el 16% de los partos hubo asistencia médica, y 92 de los cien muertos registrados en Darién en aquel año no tuvieron certificación médica. Otro dato sobre la alta tasa de mortalidad en Darién, que refleja el grado de desnutrición y la falta de servicios médicos es que en 1972 más del 50% de las defunciones ocurrió en menores de 5 años, comparado con el 39% en todas las áreas rurales del país, y el 23% en áreas urbanas.

Gráfico H-2. CONDICIONES DE LA POBLACION Y DE LA VIVIENDA EN LOCALIDADES DE MENOS DE 600 HABITANTES, DARIEN 1970

Fuente: Contraloría General Censos Nacionales 1970, vol.1 cuadro 5

Gráfico H-3. CONDICIONES DE LA POBLACION Y DE LA VIVIENDA EN LOCALIDADES DE MENOS DE 500 HABITANTES, DISPERSION MINIMA

Fuente: L. Herrera (1975)

Gráfico H-4. TASAS DE MASCULINIDAD POR PROVINCIA, 1972

Fuente: Contraloría General, Estadísticas Vitales, Cuadro 1

Gráfico H-5. TASAS DE NATALIDAD, MORTALIDAD Y CRECIMIENTO NATURAL, POR PROVINCIA Y CIUDADES DE PANAMA Y COLON: AÑOS 1963 A 1972

Cuadro H-2. CARACTERISTICAS DEMOGRAFICAS DE LOS GRUPOS HUMANOS DEL DARIEN, 1967

Características demográficas

Cunas

Chocoes

Negros

Colonos

Tasa de reproducción

2.7

3.4

3.4

3.1

Tasa de mortalidad infantil

206

187

96

92

Esperanza de vida al nacer

38

42

56

58

Tasa de natalidad

40

47

45

42

Tasa de mortalidad

25

21

13

13

Tasa de crecimiento

5

26

32

29

Fuente: R. Torres de Araúz (1968) p.7.

H.1.4 Migración

En toda la región oriental del país hay un gran movimiento de la población, con una serie de corrientes hacia el este y hacia el oeste. Para esclarecer la situación se presentan primero los datos estadísticos sobre migración, antes de entrar en el análisis cualitativo de este movimiento.

Darién es la provincia que ha perdido el mayor porcentaje de la población nacida en ella; en 1970 sólo un 60% residía allí, como se ve en el Gráfico H-6. Sigue la provincia de Los Santos, de donde ha salido el 36% de la población, y Herrera, con el 26%. Esta situación se viene produciendo desde hace mucho tiempo, pero aún en el período 1965-1970 Darién fue la provincia cuya población cambió más de residencia fuera de la provincia; el 21% de sus residentes en 1965 ya no vivía en el Darién en 1970. En el Cuadro H-3 se nota la provincia de destino de los nativos de Darién; más de 90% de los emigrantes se dirigen a la provincia de Panamá, sobre todo a la capital. Además aparece en ese cuadro la provincia de origen de los habitantes de Darién; la mayoría de los inmigrantes vienen de Chiriquí, Panamá, Veraguas y Los Santos.

A través del desglose por sexo se desprende que el índice de masculinidad entre los emigrantes es de 97.7, mientras que entre los inmigrantes es de 133.9. En 1970 Darién tenía un total de 3 632 personas nacidas en el extranjero (Contraloría General Censos 1970, vol. III, cuadro 9), lo que representaba el 16% de su población total. Con respecto a las proporciones relativas de inmigración, el porcentaje de inmigrantes interprovinciales para hombres es ligeramente más alto que el de los extranjeros, en tanto que en el caso de las mujeres, las dos terceras partes llegaron de otras provincias, y una tercera parte del extranjero (Contraloría General, Censos 1960, vol. VIII, cuadro 10). Es de hacer notar que los estimados censales de población extranjera están por debajo de la situación real, ya que los inmigrantes ilegales tienden a cruzar la frontera cuando se realiza un censo.

El Gráfico H-7 indica la edad y sexo de los inmigrantes y emigrantes del Darién en 1965-1970. Con respecto al nivel de instrucción de los diferentes grupos, vale decir que mientras el 51% de los emigrantes estaba sin educación o con primaria incompleta, el 62% de los inmigrantes se hallaba en esta situación. Asimismo, el 30% de los emigrantes había completado la escuela primaria sin asistir a la secundaria, comparado con el 18% de los inmigrantes. Este 30% de los emigrantes se puede comparar con el 15% de la población no indígena de 15 años y más de edad que llegó a terminar la escuela primaria en el Darién (Contraloría General, Censos 1970, vol. III, cuadro 23). Es decir que hay una marcada emigración entre las personas con mayor educación, mientras que los niveles de educación de los inmigrantes son similares o más bajo que los niveles de educación de la población residente en Darién. Esto parece ser uno de los motivos por los cuales entre 1960 y 1970 aumentó el analfabetismo en esa provincia no sólo en términos absolutos sino también en términos relativos, o sea del 43.6% al 47.5% (Darién es la única provincia de todo el país donde se produjo este fenómeno).

En cuanto al tipo de actividad de los migrantes, existe un mayor porcentaje de hombres económicamente activos entre los inmigrantes que entre los emigrantes (95.6 y 83.5% respectivamente), lo cuál podría ser explicado por las personas que emigran para seguir sus estudios. En cambio entre el sexo femenino hay una leve superioridad de mujeres económicamente activas entre las emigrantes (30.8% comparado con el 25.4% de las inmigrantes), y esto podría explicarse por el movimiento de mujeres solteras que buscan trabajo en la capital, comparado con el mayor número de mujeres inmigrantes que vienen acompañando a sus esposos.

El análisis cualitativo de las corrientes migratorias puede dividirse en los siguientes componentes:

- Emigración de negros darienitas hacia la capital.
- Inmigración desde Colombia de los negros chocoanos.
- Migración de los indios chocoes desde Colombia y hacia el oeste.
- Inmigración de colonos desde el oeste de Panamá.
- Movimientos dentro de la región y concentración de la población.

i. Negros darienitas

La emigración hacia la capital de los negros darienitas corresponde a la búsqueda de mejores oportunidades de trabajo, de educación y de las atracciones sociales y culturales de la ciudad. Se asemeja en este sentido a la norma de migración en el país, que es un movimiento masivo hacia el área metropolitana, la zona de tránsito formado por el eje, Panamá-Colón. El aspecto de educación es muy importante, ya que Darién cuenta con facilidades mínimas a nivel secundario.

Además de la búsqueda de facilidades de educación secundaria, se ha dado como motivo de la emigración de Tucutí y Camogantí la irregularidad y consiguiente escasez en la disponibilidad de alimentos (S. Ponce de Paredes, 1971, p. 24). Esto es un ejemplo del bajísimo nivel de desarrollo de las vinculaciones de los pueblos del Darién con las áreas circunvecinas. Es un círculo vicioso formado por la falta de estructura para estimular un mayor excedente agrícola, y estructura deficiente de mercadeo y distribución interna del excedente que hay. Por lo tanto, la población que se ha alejado de la producción directa para su propio consumo y que esta más incorporado a la economía monetaria, vive una situación precaria hasta en los mínimos requisitos para supervivencia. La falta de integración local llega a tal punto, que a veces los productos agrícolas van a Panamá para luego ser reexportados al Darién. Como hay irregularidad en la entrega de productos desde la capital, la gente migra hacia la aparente fuente de éstos para asegurar su abastecimiento.

Gráfico H-6. PORCENTAJE DE LA POBLACION CON RESIDENCIA EN SU PROVINCIA DE NACIMIENTO EN 1970 POR SEXO Y PROVINCIA

Fuente: Contraloría General, Censos Nacionales de 1970, vol.III. Cuadro 40

Gráfico H-7. MIGRANTES 1965-1970 DE LA PROVINCIA DE DARIEN

Fuente: Contraloría General, Censos Nacionales de 1970, vol. III, Cuadro 4

ii. Negros chocoanos

De modo similar se nota el movimiento de negros chocoanos hacia el Darién desde los departamentos adyacentes de Colombia. Muchos de ellos llegan ilegalmente, sin documentos, lo cuál presenta una serie de problemas para las autoridades. Llegan por tierra, por los ríos, o por el Pacífico, entrando sobre todo por el puerto de Jaqué.

Hasta cierto punto los chocoanos reemplazan a los jóvenes darienitas que han emigrado a la ciudad. Vienen sobre todo buscando trabajo y a veces aceptan trabajos de baja remuneración que la población darienita no quiere. Así, por ejemplo, de los 60 empleados del Aserradero La Doncella en El Real, 56 son colombianos. Además, algunos se encuentran trabajando como peones para los indios chocoes, en el cultivo y comercialización del plátano (DGPA, 1972a, p. 5).

La migración de los colombianos puede ser de tipo circular, o sea que trabajan en el Darién por cierto tiempo para volver a su país con sus ahorros o para vender artículos adquiridos en Panamá; puede ser permanente, ya que se casan con mujeres darienitas y establecen su residencia en la provincia, o puede ser temporal para los que consideran el Darién como un lugar de tránsito en el camino hacia la ciudad de Panamá. En una encuesta hecha en 1971 de la barriada de Curundú, en la ciudad de Panamá, el 7.7% de los jefes de familia declaró ser colombianos; además había un buen número de personas que no declararon lugar de nacimiento, lo que podría indicar a colombianos indocumentados (DGPA 1972a, p.7).

iii. Indios chocoes

La migración de los indios chocoes es sobre todo un movimiento rural-rural y no rural-urbano. La migración rural-urbana es motivo de preocupación entre la comunidad chocó por la naturaleza de las actividades a que se dedican los migrantes. Muchas de las jóvenes trabajan en cantinas y se vuelven prostitutas. En el último Congreso Regional Chocoe, de enero de 1975, se aprobó una resolución pidiendo la ayuda de las autoridades de La Palma para controlar la migración "no justificada" a Panamá. El movimiento rural-rural corresponde a la necesidad de practicar sus métodos propios de aprovechamiento de los recursos del área; se ha dicho hasta que los chocoes tienen un instinto migratorio, y esto es cierto pues se encuentran desde el Canal de Panamá hasta la frontera de Colombia con Ecuador constituyendo una población de 25 000 individuos distribuidos sobre una distancia de 700 millas.

"Los chocoes son agricultores, pero en gran parte su subsistencia depende de la caza, la pesca y la recolección. Es por ello que viven en ambientes selváticos a orillas de los ríos, donde la fauna abunda y donde se facilitan, por otra parte, las comunicaciones. Tan pronto se elevan las densidades de población o cuando por algún otro motivo escasea la fauna, los chocoes emigran hacia otro valle fluvial. Es este mecanismo el que ha venido operando durante siglos llevándolos desde el Chocó colombiano al Darién y de allí a sectores como Chepo, Chimán y otras zonas de la Provincia de Panamá (A. McKay 1971, p. 56-57). Sin embargo, las migraciones de hoy en día no sólo son del tipo de agricultura nómada de subsistencia; también pueden ser de larga distancia, como la de los noanamaes, que llegaron a Chimán desde el río San Juan, en Colombia, en 1948.

iv. Colonos

La migración de colonos hacia la región oriental es una migración rural-rural que se ha producido en esta región en los últimos 25 años. Consiste en oriundos de la Provincia de Chiriquí y de las provincias centrales. Los Santos y Veraguas, que son regiones donde hay serios problemas de accesibilidad y de tierras sobreexplotadas e improductivas. Los santeños presentan como motivos por su desplazamiento el deseo de ser dueños de un pedazo de tierra y de poder criar animales.

La mayor migración de este tipo se ha concentrado en la Provincia de Panamá, especialmente en el distrito de Chepo; esto corresponde a una mayor accesibilidad por la Carretera Panamericana, y a la demanda de mano de obra para la construcción de la represa del Bayano.

Los colonos son productores agrícolas y pecuarios por excelencia; ésta es la razón por la cuál en cada comunidad santeña se encuentran vastas extensiones de tierra convertidas en pastos, sin vegetación alta. Sin embargo se nota el empobrecimiento del suelo y una baja en los caudales fluviales. Son portadores de una "cultura de potreros"; durante los primeros dos años después de su llegada pueden cultivar, pero luego se dedican a la ganadería extensiva (A. Hernández, 1968, p. 217).

En el Darién los colonos se han establecido alrededor del Golfo de San Miguel, en Garachiné, en el curso bajo del río Sambú, al sur de La Palma en Nuevo Paraíso, Caramunio, Nuevo Paritilla y el Pisbae, en Pirre, cerca de El Real y en Bajo Iglesias, al este de La Palma.

Aunque hasta ahora los colonos no tienen importancia numérica dentro de la población del Darién, tienen en cambio una gran importancia para el futuro de la región por dos motivos: primero, por los cambios ecológicos que resultan de su manera de explotar la tierra, y segundo por su relación con la cultura dominante nacional, que los ubica en una situación aventajada con respecto a los otros grupos humanos.

Los colonos son el grupo que más sufre de la distribución desigual por sexo, lo cuál origina serios problemas para la organización familiar. En lo posible practican la endogamia (como los otros grupos humanos de la región) y tratan de impedir el matrimonio de sus hijas con hombres negros o indios, aunque no de sus hombres con mujeres negras o indias (L. Culiolis, 1971, p. 16). Se dan casos donde el padre de una madre soltera no permite que la muchacha se case con el padre de la criatura porque entonces ése no tendría una mujer para cuidar su casa. Además, como suelen agruparse en pequeñas comunidades familiares, hay muchos matrimonios entre parientes cercanos, lo cuál podría traer degeneración genética. Se supone que la continua inmigración la balanceará.

v. Movimiento dentro de la región

Hay un fenómeno de reciente aparición que tiene una influencia importante en la distribución de la población, o sea la concentración de la gente en pueblos a veces creados con este propósito. Un ejemplo de esto es la reubicación de la población de las áreas que serán inundadas por el embalse del río Bayano. Esta es la experiencia de mayor envergadura que ha tenido el país en reubicación dirigida de población. Comprende unas mil familias que incluyen varios grupos humanos: cunas, de la reserva indígena del Bayano que será inundada en un 80% de su extensión; indios chocoes, colonos del oeste de Panamá, y personas nacidas en la región.

En la Provincia de Darién existe una cierta concentración de la población que está siendo impulsada por dos fuerzas: el Gobierno y misiones religiosas. Como ejemplo del primero está la creación de pueblos netamente indígenas como Unión Chocó, que no aparece en el censo de 1970 pero que actualmente reúne alrededor de 600 personas. Este proceso de concentración fue puesto en marcha con la Reforma Agraria a través de su Oficina para Asuntos Indigenistas. Otros caseríos indígenas de este tipo son El Salto de Chucunaque, Bajo Chiquito (río Tuqueza), El Cruce, Manené, Pueblo Nuevo Común (río Chico) y Boca de Trampa (río Sambú). En el IX Congreso Chocoe, de junio de 1973 se aprobó una resolución en el sentido de que se debería hacer efectivo el concentramiento (sic) de viviendas, ya que el suministro de servicios sociales a comunidades de 5 a 20 viviendas es muy difícil.

Además, el Gobierno ha promovido la creación de unos asentamientos campesinos entre colonos y darienitas en Chepigana y Garachiné, al estilo de otros asentamientos establecidos en todo el país como una manera de satisfacer las necesidades de tierra de los campesinos. En el caso del Darién, los asentamientos no corresponden tanto a necesidades de tierra sino a la facilidad que ofrecen de conseguir ayuda del Gobierno a través de este tipo de organización

La dinámica de este tipo de agrupaciones es explorada con más detalle en la sección de estrategia de desarrollo social, pero la política de reagrupación de la población indígena ya hecha o en proceso tiene muchas implicaciones que han sido descritas en los términos siguientes;

- Beneficios del orden geográfico-humano: por cuanto se ha transformado totalmente el sistema de habitat de las áreas afectadas. De un sistema poblacional disperso se ha pasado a un sistema habitacional de pueblos.

- Beneficios del orden económico; se ha organizado la oferta de mano de obra, se ha esbozado un sistema de esparcimiento regional y temporal de la producción; se ha modificado el sistema comercial y el sistema de transporte y comunicaciones.

- Beneficios del orden político: se han organizado grupos de presión política de base que permite a los indígenas participar ante el Gobierno en las decisiones políticas que les compete (A. Puello y V. Fabrega, 1972, p. 12).

Sin embargo se han notado desventajas; el efecto de integración en pueblos chocoes es un despoblamiento de áreas que necesitan la presencia de individuos para ser mejor defendidas contra otros grupos a quienes les interesan esos terrenos.

Ejemplos de la concentración de la población indígena promovida por grupos religiosos serían los casos de las comunidades de Nueva Esperanza, en Río Chico y Nazareth, en el río Tuquesa. En realidad esta es una situación potencialmente conflictiva con la política del Gobierno, ya que las autoridades han propuesto concentración en áreas que sean más accesibles a los centros de servicios como son El Real, La Palma o Yaviza, utilizando la vía fluvial sobre todo para comunicación. Sin embargo, los pueblos mencionados están lejos de Yaviza por vía fluvial; pero como las misiones construyen pistas de aterrizaje, por un lado los habitantes aprenden a depender de la comunicación aérea, y por el otro se ve obstaculizada la proyección de la acción estatal en estas comunidades por la distancia entre ellas.

Hay también un cierto movimiento espontáneo de población dentro de la región de acuerdo con la ubicación de actividades económicas y las posibilidades de encontrar trabajo. Por cierto que el foco de mayor actividad económica dentro de la región oriental del país es la represa del Bayano y los proyectos relacionados como el Ingenio de Pacora y la Empresa Agrícola del Bayano. Estos son centros de atracción para la población residente en la región, y para migrantes extrarregionales.

En la Provincia del Darién en sí, el caso de Santa Fe es el más importante. Aquí está el centro de operaciones de la construcción del tramo Cañazas-Santa Fe-Canglón de la Carretera Panamericana. Con motivo de las obras mucha gente se traslada hacia el área para trabajar directamente en la construcción o para proporcionar servicios de diversos tipos al campamento. En términos generales, un 5-10% de la mano de obra utilizada en Santa Fe proviene del Darién, un 15-20% viene de San Blas, y el resto de la ciudad de Panamá. Santa Fe proporciona el ejemplo más importante de esta migración interna en la provincia del Darién, pero se nota también en menor escala donde se están reabriendo las minas de oro de Cana.

Página precedente Inicěo de página Página siguiente