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Capítulo 3 Actividad económica

3.1 Estructura productiva
3.2 Pesca y piscicultura
3.3 Producción forestal
3.4 Agricultura
3.5 Pecuaria
3.6 Industria
3.7 Comercio
3.8 Turismo
3.9 Tenencia de la tierra
3.10 Servicios de apoyo a la producción

3.1 Estructura productiva

El desarrollo de los sectores productivos se encuentra severamente limitado por el aislamiento de la región respecto a los mercados de sus países, la escasa dotación de recursos y el reducido tamaño de sus mercados internos.

La principal actividad económica es la agricultura que se caracteriza por su desarrollo en pequeños establecimientos rurales, con bajo grado de inversión y capitalización, donde prevalecen las prácticas tradicionales de producción, con escaso uso de técnicas modernas, maquinaria e implementos agrícolas. Produce un limitado volumen de bienes que se destinan principalmente al consumo local, obligando a la población a abastecerse de productos del interior de los países.

El escaso desarrollo logrado en la región la hace muy dependiente de los aportes nacionales que representan una proporción importante del producto de la región. La mayor parte de los artículos básicos para el sostenimiento de las familias provienen del interior de ambos países, siendo particularmente costoso para la zona colombiana el abastecimiento de productos que deben transportarse por vía aérea.

La industria es muy incipiente, reduciéndose exclusivamente a producir gaseosas, artículos de panadería, confecciones y otros cuantos artículos destinados al consumo local. El comercio, el transporte y los demás servicios se dinamizan en la medida en que evolucionan las actividades principales, estando afectadas en forma desigual a cada lado de la frontera por el comportamiento diferente del proceso inflacionario de cada país. El turismo ofrece buenas perspectivas y ha sido factor importante en la promoción de la actividad regional

La actividad que ha mostrado mejor comportamiento y que presenta mayores perspectivas es la pesca, que emplea tradicionalmente a un número elevado de personas y genera un ingreso estable para las mismas, esta actividad requiere una atención más decidida por parte de ambos gobiernos.

3.2 Pesca y piscicultura

Las fajas de la frontera colombo brasileña comprendidas en el eje Tabatinga-Apaporis son cortadas por una malla hidrográfica de gran potencialidad pesquera, donde se destacan del lado brasileño los ríos Solimöes, Içá, Japurá, Puruê, Puretê, Jandiatuba y Juamí, varios igarapés y diversos lagos; y del lado colombiano los ríos Amazonas, Caquetá, Putumayo,

Apaporis y pequeños lagos.

La producción pesquera, en el año de 1986 (cuadro 14), fue del orden de 8 200 toneladas; de ese total la captura en la parte brasileña representó aproximadamente el 45% y la parte colombiana el 55% restante. Al respecto de estas cifras, es necesario revisar esas participaciones, toda vez que no se dispone de un sistema de control de comercialización del producto entre los dos países. Dicha revisión se justifica en función de las siguientes observaciones:

- De los 871 pescadores existentes, el 76% son brasileños (662) y el 24% colombianos (209).

- El área potencial de pesca del lado brasileño es bastante extenso.

- La flota pesquera en territorio brasileño del Plan tiene una capacidad nominal de 123 toneladas aproximadamente.

La pesca de especies ornamentales es también una actividad importante en territorio colombiano donde se registra una captura de 1, 2 millones de ejemplares al año.

En Brasil la producción pesquera durante el período de 1985 a 1986 se incrementó en 188%, mientras que en Colombia aumentó en 24, 4%. Esto demuestra un acentuado incremento del esfuerzo de pesca, que debe ser evaluado debidamente en sus aspectos técnicos y como actividad socio-económica fundamental en la región.

En los ríos del área del Plan existen más de 20 especies de importancia económica, dentro de las cuales se destacan:

- de cuero: surubin o pintado, caparari, peixe-lenha, jundiá, pirarara, piramutaba, cuiu-cuiu, piraiba/filhote.

- de escama: pirarucú, tambaqui, pirapitinga, tucunaré, matrinxâ, curimatâ o bacachico, jaraqui, pacú, sardinha, acará-açu, branquinha, pescada y dorado.

CUADRO 14 PRODUCCION PISCICOLA

AÑOS

BRASIL

Anual %

COLOMBIA

Anual %

TOTAL

%

1984

1,206,625

-

4,959,183

-

6,165,808

-

1985

1, 279,841

6.01

3,613,563

27.1

4,893,504

20.6

1986

3,687,284

188.1

4,495,097

24.4

8,182,381

67.3

1987

-

-

5,379,893

17.7

5,379,893

-

Fuente:
Anuario Estadístico, Brasil, 1987.
INDERNA, Colombia.

En Brasil el pescado es comercializado en estado fresco y esporádicamente sufre un proceso rudimentario de secado, destinándose al autoconsumo de la población ribereña y al abastecimiento de los mercados de los centros urbanos más cercanos a la frontera, como es el caso de Tabatinga, Vila Bittencourt; y la comercialización para Manaus, Leticia y Bogotá, en Colombia e Iquitos en Perú. Los peces de cuero, que no tienen aceptación en el lado brasileño, por razones culturales son fácilmente comercializados en países limítrofes, por ser considerado producto noble.

La producción colombiana, de acuerdo con datos de Cooperativa de Intendencias y Comisarias Ltda. -COINCO, son destinados 80% a la comercialización y el 20% restante al autoconsumo.

La infraestructura de captura y comercialización tiene la siguiente composición:

i) Para Pesca: - En Brasil los pescadores utilizan las embarcaciones movidas a remos o motor (deslizadores). De acuerdo a los datos del Centro de Apoyo Gerencial a la Pequeña y Mediana Empresa -CEAG, indican que Tabatinga contaba en 1986, con una flota pesquera de 18 barcos con motor de centro, de los cuales 3 tienen una capacidad para 16 toneladas y 15 de tres toneladas además 60 canoas, con capacidad de transporte de hasta 500 kg. Esto suma una capacidad nominal de cerca de 123 toneladas.

ii) Para almacenamiento en frío: - La producción de hielo es insuficiente para la conservación del pescado fresco y se dispone de una capacidad de almacenamiento de 130 toneladas, en Tabatinga-Leticia. Además hay cerca de 25 toneladas en La Pedrera; siendo la capacidad instalada de Tabatinga casi cuatro veces mayor que la de Leticia.

La infraestructura de desembarque y procesamiento primario (atracaderos, servicios, etc.) es muy deficiente, al igual que la forma de captura y manejo de las especies ornamentales. No existen programas de veda que permitan la reproducción de las especies, lo cual disminuye la capacidad de producción.

En términos generales el pescador tiene dificultad para el acceso a equipos y material de pesca, debido principalmente a los altos costos y su difícil obtención. Esto se suma a la también poca capacidad de acceso al crédito y/o a la inexistencia de líneas o programas de financiamiento adecuados a las características intrínsecas que posee la explotación del recurso.

La ejecución de programas de acuicultura se plantea como una actividad de gran valor para el desarrollo de proyectos agropecuarios integrados, generándose con ello mejoras económicas de las unidades familiares. Cerca de Leticia se ha proyectado la construcción de una estación piscícola.

Finalmente, los Gobiernos de Colombia y Brasil han generado diversas normas de reglamentación pesquera, las cuales se han dirigido hacia la preservación del recurso íctico, especialmente por medio del establecimiento de vedas, determinación de tallas mínimas, restricción de áreas de pesca y definición de normas para el uso de artes y métodos de captura.

3.3 Producción forestal

Los trabajos existentes sobre el particular señalan que esta actividad es muy limitada en la región a pesar de existir extensos bosques con buenas maderas, abundantes frutos útiles, y gran variedad de plantas con posibilidades industriales y medicinales.

En la zona colombiana, durante 1986 y 1987 se extrajeron 10 000 y 14 660 m3 de madera respectivamente, a través de diez permisos. La mayor parte de la madera es aserrada en bloques y tablas, en instalaciones bastante rústicas que permiten una baja utilización del recurso forestal. Esta madera es despachada en bruto al interior del país y al Brasil, utilizando los ríos para su movilización.

En Brasil la información existente de esta actividad señala la extracción de madera, guaraná y caucho como las principales producciones, no se dispone de cifras sobre los volúmenes extraido.

En Colombia la extracción de caucho tiene alguna importancia para los habitantes de ciertas áreas en donde existen explotaciones rudimentarias de árboles en estado natural, pero no hay registros sobre esta actividad. Las plantas medicinales son explotadas solamente por los indígenas para atender sus necesidades familiares.

La caza es abundante en la región y es aprovechada por indígenas y colonos en función de su dieta alimentaria.

La escasez de vías, las largas distancias y la falta de comunicación efectiva con el resto de los países, además de la ausencia de apoyo estatal, son limitantes que no permiten una explotación más amplia y controlada.

3.4 Agricultura

La agricultura se desarrolla principalmente en las vegas de los ríos en pequeñas parcelas en forma incipiente, poco tecnificada y con bajos rendimientos.

Los cultivos tienen poca extensión y baja productividad por lo que se destinan en su gran mayoría para atender la subsistencia de los productores, con muy escasos excedentes que se comercializan en la misma región.

El tipo de agricultura, en la mayoría de los casos es migratoria, que consiste en tumbar, quemar, cultivar por 2 o 3 años y por último rotar esperando 5 años para la reposición del suelo y evitar que se agoten totalmente sus nutrientes, lo que va degradando progresivamente la biomasa del mismo. Esto ocurre generalmente cuando son usadas las partes altas como áreas de cultivos, en cambio las vegas se cultivan permanentemente aprovechando el abonamiento natural de las crecientes de los ríos.

Los principales cultivos transitorios son: yuca, maíz, arroz, fríjol, sandía, melón y hortalizas, cuyos niveles de producción y productividad son muy bajos, lo que dificulta su comercialización. Los cultivos permanentes están representados en pequeños plantíos de frutales de la región como plátano, naranja, limón, guaraná, copoasú, asai, canangucho, poma, anón, abiu, ingá, matapí, chontaduro, caimo, zapote, uva caimarón y humarí entre otros, que normalmente están destinados para el autoconsumo familiar, con pequeño volumen para la comercialización. Leticia y Tabatinga son los principales centros agrícolas de mercadeo y consumo de la región.

Lamentablemente, para estas especies nativas no existe información acerca de sus propiedades alimenticias, sistemas de cultivos, posibilidades de industrialización, rendimientos y demás elementos necesarios para formular programas destinados a mejorar y aumentar su producción.

Por su importancia se destacan los siguientes cultivos:

El maíz. Si bien es un cultivo colonizador por excelencia, su producción no tiene gran significado, aunque es el único producto de la región que mercadea el IDEMA en la zona colombiana.

El plátano. Es un cultivo fundamental para la dieta del indígena y del campesino. Aunque no se cultiva en grandes extensiones si es muy generalizado en toda la región.

La yuca. Con el maíz y el plátano conforman la base alimenticia de gran parte de la población, cultivándose en pequeñas extensiones.

El guaraná. Es un cultivo que ha tenido bastante desarrollo en la zona brasileña, pero en Colombia es casi desconocido. Lo mismo sucede con el copuazú. El caucho ha sido bastante experimentado en la Amazonia Brasileña con resultado negativo; en cambio la palma africana tiene buenas perspectivas.

De un modo general, en la zona brasileña del Plan las actividades agrícolas enfrentan una serie de problemas que, sumados a la dispersión y pequeña dimensión del mercado, van limitando su expansión. Se trata de escasez de crédito y de falta de semillas mejoradas.

Es necesario difundir las actividades de investigación y experimentación agropecuaria adaptadas a las condiciones ecológicas locales, que permitan orientar la diversificación y mejoría de los patrones de producción, inclusive reorientar la asistencia técnica y extensión rural a los pequeños productores.

El censo agropecuario de 1985, el IBGE en Brasil, registra para la región la existencia de 5 618 establecimientos con un área total de 36 443 ha, predominando pequeñas parcelas con menos de 20 ha. Aproximadamente 80% de las propiedades presentan un módulo mucho menor que el tamaño mínimo recomendado para los modelos de colonización en tierra localizada en esa área amazónica.

El 89,4% de ellos se encuentran en condición de ocupantes, 6,3% como arrendatarios y 4,3% en condición de propietarios. Significa esto que, probablemente, más del 90% de los productores no poseen en forma definitiva sus tierras, hecho este que dificulta el acceso a los créditos de fomento.

Las áreas de trabajo permanentes y temporales están fuertemente concentradas en una faja de 2 a menos de 5 ha, cerca de 55% de las propiedades, los cuales también concentran el mayor contingente de personal ocupado, o sea, 10 044 personas, que corresponde a 40% del total aproximadamente.

Las asociaciones de apoyo y fomento están orientadas hacia la mejoría de los niveles de producción de las culturas tradicionales, con énfasis en patrones tecnológicos.

3.5 Pecuaria

La ganadería de la región es muy incipiente, siendo por tanto incapaz de atender el abastecimiento interno de carne y leche. Esto hace que dichos productos deban transportarse del interior de los países, con el riesgo de propagar enfermedades que no existen en la región, permitiendo además cierto grado de especulación en el precio de los subproductos.

Desde el punto de vista zootécnico, los índices presentados por el rebaño local son bajos, cuando se comparan con otras regiones en ambos países.

El nivel sanitario es bajo, debido a las frecuentes enfermedades que padece la ganadería y por la falta de vacunación, desparasitación y otros cuidados requeridos para asegurar el buen estado de los animales.

La actividad pecuaria muestra una falta de apoyo oficial, escasa asistencia técnica, falta de reproductores de elevada calidad y bien adaptados a las condiciones locales y la ausencia de crédito y de fomento adecuados. El rebaño bovino constaba en 1985 de 9 847 cabezas de las cuales 2 934, o sea el 30% correspondían a la zona brasileña y 6 913, esto es el 70%, pertenecían a la zona colombiana. Sin embargo, el número de explotaciones ganaderas son mucho más numerosas en la zona brasileña que en la colombiana.

La explotación de especies menores es también muy incipiente. Las escasas estadísticas existentes señalan que esta actividad es mucho más importante en el área brasileña. En esta zona se registraron en el censo de 1985, 66 439 aves y 9 662 cerdos; mientras que en la zona colombiana la cifra es de 29 000 aves y 727 cerdos. Las demás especies menores son muy escasas en la región.

En la actualidad la perspectiva del mercado es relativamente buena, principalmente para la producción de aves y cerdos, por lo que se recomienda preparar planes para el fomento de esas actividades. Sin embargo, la asistencia técnica y el crédito son limitados en toda la región, aunque en los últimos tiempos se ha observado un mayor apoyo del Gobierno Brasileño al fomento de este sector en la zona limítrofe.

Para el control de enfermedades y epidemias en los animales, así como la exportación e importación de ganado, existe un acuerdo binacional de sanidad animal que está en vigencia desde 1985.

3.6 Industria

El sector industrial del área fronteriza está constituido por pequeñas unidades fabriles, normalmente descapitalizadas, que operan en escala reducida de producción y orientadas a los ramos alimenticios, de minerales no metálicos y de beneficio de maderas.

Entre la escasa industria existente se encuentra una embotelladora de gaseosas, un par de ladrilleras en Leticia y un aserradero, asi como una fábrica de artefactos de cemento en Tabatinga, todos destinados al abastecimiento de las necesidades de la población local.

Normalmente estas industrias emplean un reducido contingente de obreros y, debido a las limitaciones del mercado y a la falta de apoyo gubernamental, créditos de fomento y asistencia técnica, no presentan ninguna perspectiva de expansión y modernización a corto plazo. Sin embargo, se registra una naciente actividad de construcción de canoas, que podría, con el debido apoyo estatal, constituírse en una industria de importancia para la región.

La principal limitante al desarrollo industrial lo constituye por una parte el alto costo del transporte, que encarece notoriamente la materia prima y los insumos necesarios para la producción, así como las limitaciones impuestas por la carencia de mano de obra calificada y otros factores de localización.

En la actualidad, Leticia ofrece algunas condiciones favorables para el fomento de la industria, dada la disponibilidad de energía eléctrica y de otros servicios de apoyo al sector industrial. Así lo demuestra la existencia de una fábrica de triplex en las cercanías de Leticia, que vende sus productos en otras regiones de ambos países.

Se ha proyectado la creación de una red de transporte y desarrollo de las actividades pesqueras, que apoye y consolide a la industria artesanal de pequeñas embarcaciones. Además, existe la posibilidad de poner en marcha algunas industrias para abastecer a la población con ciertos productos básicos y aprovechar materias primas locales para generar productos con destino al mercado interno de los dos países.

Para superar algunas limitantes como la del mercado, es preciso fomentar actividades que con capital y tecnología de los dos países, aprovechen no únicamente la demanda regional, sino también la de sus respectivos mercados nacionales.

3.7 Comercio

3.7.1 Abastecimiento

Aunque se dispone de muy poca información estadística del sector, es clara la importancia que el mismo tiene como actividad dinamizadora de toda la economía, proveedora de elementos indispensables para la comunidad y generador de empleo.

El principal centro comercial de la región es Leticia, con más de 600 establecimientos dedicados a esta actividad. Le sigue en importancia Tabatinga, siendo muy reducido el comercio en los demás núcleos poblados existentes en el área del Plan.

Con excepción de unos cuantos artículos agrícolas producidos en la región, la mayor parte de los bienes que se comercializan diariamente vienen del interior de los dos países llegando la mayor parte a Tabatinga y centros vecinos por vía fluvial desde Manaus y a Leticia por vía aérea desde Bogotá. También es frecuente encontrar en el comercio de ambos países mercancías originarias del Perú y productos importados de otras partes del mundo.

Entre Leticia y Tabatinga existe un comercio permanente muy fluido, el cual está influenciado por la variación de las tasas de cambio, y en cierta manera por las relaciones políticas a ambos lados de la frontera.

Durante 1988 fue notorio el desplazamiento de la actividad comercial hacia Tabatinga como resultado de las tasas cambiarias y la alta inflación en el Brasil, produciendo una crísis de la actividad en Leticia.

La mayoría de los comerciantes están agrupados en las Cámaras de Comercio respectivas, entidades que coordinan y orientan la actividad. También están organizados en ambas zonas nacionales los comerciantes de pescado.

Las actividades de abastecimiento de productos se hacen a través de los buques-tienda de la Compañía Brasileña de Alimentos -COBAL en territorio brasileño, comprando también algunos excedentes de producción a los habitantes que viven en las regiones más apartadas.

En Colombia son los buques-tienda del IDEMA que compran algunos excedentes, especialmente de maíz y surten a la zona de otros productos originarios del interior del país.

Lamentablemente unos y otro ofrecen un servicio limitado sólo a ciertas áreas, contando con una gama muy restringida de productos.

El comercio regional está regido por el Convenio de Cooperación Aduanera Colombo-Peruano de 1938, el cual fue modificado por la Ley 17 de 1982. Este Convenio establece un régimen común de libre comercio para las zonas comprendidas en el mismo. Por otra parte existe entre los dos países (Colombia y Perú) un arancel común, con exoneración total de gravámenes a las importaciones de los productos originarios y provenientes de los territorios que hacen parte del convenio. Sin embargo, el escaso desarrollo de la región no ha permitido aprovechar las ventajas que este ofrece.

Brasil tiene una legislación propia (Instrucción Normativa S.R.F./104/84) que controla el comercio de subsistencia de unidades familiares en las localidades fronterizas.

La situación del sector comercial en el área de Leticia-Tabatinga precisa de un estudio que determine en forma definitiva los mecanismos formales que regulen la actividad en el área de influencia, incluyendo la venta y comercialización de artículos provenientes de otros países.

3.7.1 Abastecimiento

La región fronteriza presenta serias dificultades de abastecimiento, por la distancia que separa los grandes centros productores y por las dificultades de transporte y las comunicaciones. Dada la baja densidad demográfica y la dispersión de los poblados, la producción local se procesa en bajos niveles de acuerdo a las necesidades, condicionando las importaciones tanto de géneros alimenticios como de insumos agropecuarios a precios elevados, por razón del costo adicional de fletes.

Lo anterior propicia una elevación en el costo de vida de las comunidades de la frontera y constituye un obstáculo al proceso de productivo regional. Consecuentemente, este problema debe ser visto desde puntos de vista diferentes. El primero respecto a la necesidad de mejorar y agilizar el sistema de abastecimiento tradicional, y en segundo lugar respecto a la necesidad de aumentar los niveles de producción local para que las comunidades de frontera sean menos dependientes de los abastecimientos de otras regiones.

En síntesis, las acciones de planeación deben orientarse a conseguir una mayor regularidad de los sistemas de transporte y aumentar y diversificar la producción local de los bienes hasta hoy importados.

3.8 Turismo

El turismo representa otra alternativa viable para desarrollar en el área binacional. Se debe aprovechar la infraestructura de transporte aéreo tanto en Leticia como en Tabatinga para impulsar el turismo nacional desde el interior de los respectivos países, al tiempo que se pueden ampliar grandemente las posibilidades para impulsar el turismo internacional.

La capacidad hotelera de la región está constituída principalmente por tres hoteles en Leticia con capacidad para 220 personas y uno en la Isla de los Micos con una capacidad adicional de 48 cuartos, otro hotel en Tabatinga y numerosas residencias a ambos lados de la frontera.

En términos de integración binacional, los prestadores de servicios turísticos de Tabatinga, Leticia e Iquitos podrían realizar excursiones fluviales cubriendo la zona de los tres países, atendiendo la demanda turística en forma coordinada, buscando el provecho mutuo mediante el mejoramiento de la oferta de servicios.

3.9 Tenencia de la tierra

Las tierras estatales son administradas a través del INCORA e INDERENA en el caso colombiano, y a través del Servicio de Patrimonio de la Unión -SPU en el caso del Brasil.

En los dos países los pequeños núcleos de colonos que se encuentran ubicados en los alrededores de las localidades urbanas de frontera sobre los ríos Amazonas/Solimöes, Putumayo/Içá y Caquetá/Japurá, requieren la legalización de la posesión de las tierras que ocupan, con el fin de poder hacer uso de los servicios estatales de crédito y asistencia técnica.

En el área colombiana la situación de tenencia de la tierra es la siguiente:

- Resguardos indígenas: comprenden las tierras entregadas por el Estado a las comunidades indígenas. Abarcan 3 951 439 hectáreas aproximadamente.

- Asentamientos de Colonos: comprende la superficie de 61 000 hectáreas a lo largo del río Amazonas, según el Acuerdo 403 de 1977. De estos se han legalizado 128 títulos sobre 1 813 hectáreas.

- Reserva Forestal: permanece bajo el régimen de Reserva Forestal, según la Ley 2a. de 1959. Solo se puede realizar adjudicación o titulación de las tierras del Estado previa la sustracción de la reserva forestal.

En tal sentido se hace necesario la sustracción de la Reserva Forestal para la posterior titulación a particulares ubicados en las áreas de influencia de los cascos urbanos en el municipio de Leticia y los Corregimientos de La Pedrera y Tarapacá, en el caso colombiano.

En territorio brasileño, las tierras indígenas ya identificadas suman 597 600 has, debiendo tener inicio en breve, el proceso de levantamiento del área habitada por el grupo Makú, al Norte.

En las áreas urbanas, la situación de la tenencia de la tierra presenta mayores problemas en los centros brasileños y particularmente en Tabatinga. En este centro de población, existen alrededor de dos mil quinientas edificaciones entre viviendas y edificios de comercio sin título de propiedad.

La regularización de las tierras ocupadas de Tabatinga se hará en breve mediante la entrega de títulos definitivos, trabajo que será realizado por la Unidad Fiduciaria del Alto Solimöes con sede en el municipio de Benjamín Constant y vinculada al Proyecto Fundiario de Manaus.

La colonización de la región es muy incipiente en los dos países. En el lado colombiano se ha efectuado espontáneamente a lo largo de los ríos Amazonas, Putumayo y Caquetá y en las cercanías de las localidades de Leticia, Tarapacá y La Pedrera.

Estos asentamientos de colonos, deben ser apoyados con los servicios de crédito y asistencia técnica para la producción, especialmente de alimentos. Igualmente con servicios que permitan la comercialización de los excedentes.

En la parte brasileña se ha proyectado la colonización de Tabatinga desde 1971, inicialmente por falta de apoyo no se desarrolló. A partir de 1978 este proyecto fue atendido por el Ministerio de la Reforma y Desarrollo Agrario (MIRAD) y la Prefectura Municipal.

Actualmente este proyecto se ha reactivado con el nombre de Asentamiento Urumutúm sobre un área de 4 740 hectáreas en el municipio de Tabatinga, que asentará 90 colonos con 50 hectáreas cada uno, provenientes de la misma región y de los colonos retirados de las tierras indígenas. Serán beneficiados con créditos para cultivos e inversiones provenientes de las entidades de Crédito Agrícola.

Como no se ha terminado la legalización de las tierras indígenas y por tal motivo se presentan frecuentes conflictos con los colonos que compiten por su posesión por ello se precisa adelantar esta actividad hasta dejar totalmente legalizadas las tierras y complementar la acción trasladando a los colonos que se encuentran dentro de las tierras indígenas, a sitios especiales previamente determinados.

3.10 Servicios de apoyo a la producción

La zona del Plan se caracteriza por su limitado grado de desarrollo, lo que significa entre otras cosas, escasez de aquellos servicios que se consideran fundamentales para fomentar las actividades productivas, tales como, energia eléctrica, agua potable y alcantarillado, comunicaciones, vías, puertos y aeropuertos, servicios bancarios, mano de obra calificada, y centros de formación y capacitación de personal.

Sin embargo, varias de estas condiciones se van dando en algunos centros poblados, lo que permite iniciar programas de fomento para ciertas actividades que pueden propiciar el despegue de la actividad industrial, la expansión del turismo, de la pesca y de otros renglones productivos.

La situación en general puede resumirse en la ausencia de apoyo estatal, escasez de crédito adecuado, falta de promoción y asistencia técnica, insuficiencia de servicios básicos, falta de personal capacitado, escasez de algunos insumos importantes y limitación del mercado. Además no se cuenta con estudios y experimentación, especialmente en el sector agropecuario, forestal y mineral.

a. El crédito

El crédito existente en el área del Plan es muy limitado y existe además una salida neta de recursos financieros desde la región hacia otros centros productivos, viéndose de esta manera muy restringida la inversión tanto privada como pública.

La región cuenta con seis agencias bancarias: el Banco de Bogotá, la Caja Agraria y el Banco Central Hipotecario, además del Banco de la República en la zona Colombiana, y el Banco do Brasil, BRANDESCO y BAMERINDUS en el lado brasileño, todos estos establecimientos están localizadas en Tabatinga y Leticia.

Lamentablemente la labor que cumplen estas agencias en cuanto a crédito y fomento a la producción, es mínima, ya que se dedican principalmente a captar recursos. Si a ello se suma la limitada capacidad de ahorro existente, el bajo nivel de ingresos y la falta de incentivos para invertir, se tiene una idea del bajo volumen de inversión de la región, lo que permite pronosticar poco progreso futuro, de no cambiarse radicalmente este comportamiento.

b. Asistencia técnica

En el área del Plan la asistencia técnica está muy restringida. Basta observar la muy escasa representación que allí tienen las agencias gubernamentales encargadas de prestar el servicio, para verificar la escasa acción que en este campo se viene ejerciendo.

El gobierno del Brasil tiene para toda la región siete especialistas en extensión rural. En territorio colombiano la situación es similar.

c. Infraestructura de servicios

El servicio de transporte y comunicaciones es bastante deficiente especialmente en los sitios ubicados fuera de Leticia y Tabatinga. En la misma forma los puertos sólo disponen de infraestructura adecuada en Tabatinga y Leticia, y sólo esta última cuenta con un aeropuerto apropiado en la zona colombiana. En territorio brasileño, Tabatinga, Vila Bittancourt e Ipiranga cuentan con aeropuertos apropiados y servicio aéreo regular proporcionado por la FAB.

El abastecimiento de energía eléctrica presenta grandes restricciones en las poblaciones localizadas en territorio colombiano, excepto en Leticia, en donde en 1988 inició su funcionamiento una planta con capacidad sobrante para atender el consumo actual y servir inclusive parte de los usuarios de Tabatinga.

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