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Capítulo 1. Planificación de cuencas hidrográficas en relación con el medio ambiente

I. Introducción
II. Planificación de cuencas hidrográficas
III. El proceso de planificación
IV. Medio ambiente

I. Introducción

La siguiente metodología de planificación trata sobre los problemas del desarrollo y los cambios ambientales que se originan con la evolución de cuencas hidrográficas. El punto central es que las consideraciones ambientales y los esfuerzos políticos, sociales, económicos y tecnológicos pueden llevar al mismo fin cuando el desarrollo se define como un mejoramiento en el bienestar de la población humana. El proceso de desarrollo tiene lugar dentro de un ambiente dado y constituye un esfuerzo para manejar ese medio ambiente con el fin de mejorar las condiciones de vida de la especie humana. Debido a que la preocupación primordial de los especialistas en medio ambiente es lograr el mejoramiento de la calidad de vida en el ser humano, se ha creado un medio en el que pueden trabajar juntos el especialista ambiental y el planificador del desarrollo, así como los políticos, economistas, sociólogos y planificadores.

El problema consiste en saber, por lo tanto, cómo y dónde las consideraciones ambientales pueden incluirse en el proceso de desarrollo. En esto influyen dos puntos de gran importancia. Primero, para poder incluir los intereses ambientales en el proceso de planificación en forma realista se requiere su evaluación desde el comienzo mismo de la planificación. En segundo lugar, si bien se reconoce que los términos estrictamente monetarios no son adecuados para calcular totalmente los costos y beneficios del medio ambiente, dichos términos deben usarse tanto como sea posible si se pretende que la evaluación sea tomada seriamente.

Esto no quiere decir que las metodologías actuales utilizadas en la planificación de cuencas hidrográficas, en la planificación regional o incluso en la sectorial no se dirijan en alguna forma a las consecuencias ambientales relacionadas con el desarrollo (U.S. Senate, 1962; Ordóñez, 1969; United Nations, 1970; U.S. Water Resources Council, 1973). Por el contrario, las metodologías de planificación hacen referencia a menudo a los costos y beneficios "intangibles" de un proyecto, que por lo general están interpretados como de tipo ambiental1. Hay que decir, sin embargo, que cualquiera sea la razón - esto es, falta de conocimientos, preferencias sectoriales, intereses prevalecientes de índole local, regional, nacional o internacional, falta de conciencia o el hecho de que la metodología no sea suficientemente explícita -, las consecuencias son a menudo tales que muchos proyectos de desarrollo rinden menos de lo que se ha anticipado por causa de los impactos ambientales negativos.

[¹Muchos de los pronunciamientos relacionados con el desarrollo de las cuencas hidrográficas fueron muy ingenuos en lo referente a sus consideraciones ambientales. Por ello, el informe del Panel de Expertos de las Naciones Unidas en 1958 pudo decir, sin mayor discusión, lo siguiente: "Teóricamente, el traspaso de agua de una cuenca hidrográfica con abundante abastecimiento a otra con más deficiencia de agua y el riego en regiones áridas podría llevar, si se practicara en escala creciente, a una etapa en la cual no quedaría un solo río que llegara al mar," y "... cuando por efectos del desarrollo se advierte la abundancia potencial de una cuenca y se distribuye entre la gente, podría decirse que el río inicial, salvaje y a menudo destructivo ha desaparecido; pero sin embargo renace otra vez como un río nuevo y virgen trayendo únicamente resultados beneficiosos" (página 3). Estos planteamientos fueron corregidos más tarde en el prefacio para la segunda edición del mismo informe de las Naciones Unidas, 1970, y en otras publicaciones del organismo mundial (1972 y 1976).]

La necesidad de corregir esta situación puede observarse en la colección de estudios de casos publicados por Farvar y Milton², que describen en detalle los problemas relacionados con el desarrollo y el medio ambiente. Lo que estos ejemplos sugieren es que los impactos ambientales de muchos proyectos de desarrollo de cuencas han sido muy costosos, y a menudo niegan los resultados totales de un proyecto. O bien los beneficios proyectados no se realizan, o los costos no anticipados se acumulan después que el proyecto se hizo operativo cancelando con frecuencia los beneficios propuestos.

(²Farvar y Milton, 1972. Ver específicamente los trabajos de George, Scudder, Bardach, y Hay.)

Los resultados negativos tomaron muchas formas: enfermedades exóticas o plagas; incidencia creciente de enfermedades nativas; deterioro o reducción de la producción industrial basada en los recursos del área; incremento de los problemas sociales relacionados con la migración poblacional; debilitamiento o sobre extensión de los servicios sociales; pérdida de la variedad y estabilidad; exageración del grado y de la incidencia de los desastres ocasionados por fenómenos naturales, tales como terremotos y huracanes; empobrecimiento de los recursos; exclusión de las futuras alternativas de desarrollo, y la necesidad de una cantidad grande no anticipada de recursos adicionales, financieros y de otra índole, para mantener el proyecto en funcionamiento. Lo que es común a todos estos resultados es que la calidad de vida de la especie humana afectada ha decrecido en alguna forma, y esto, en verdad, es la antítesis de lo que significa el desarrollo.

Estos fracasos en el desarrollo y el reconocimiento mundial en lo que respecta a la declinación en la calidad ambiental hicieron que se reconsideraran la dirección y los métodos del desarrollo a través de una evaluación explícita de los efectos ambientales relacionados con los esfuerzos que se hacen para lograr el mismo3. Sin embargo, uno de los problemas principales de muchas de las metodologías de evaluación es que éstas llegan demasiado tarde; en otras palabras, son utilizadas después que se ha tomado la decisión de hacer la apropiación de fondos, o lo que es peor aún, después que el proyecto se ha iniciado. El resultado es que procesos legales u objeciones de carácter menos formal pueden retrasar y hasta detener completamente los proyectos de desarrollo, trayendo consigo costosas demoras e inversiones iniciales potencialmente desperdiciadas. Un ejemplo de esto es la porción de la Carretera Panamericana conocida como "Tapón del Darién". En 1970, el Congreso de los Estados Unidos autorizó la suma de 100 millones de dólares para estudios y construcción de este tramo de la carretera. No obstante, el 17 de octubre de 1975 varias organizaciones dedicadas a la conservación en los Estados Unidos iniciaron un juicio legal muy exitoso en este país para retener casi la mitad de esos fondos hasta que se preparara un pronunciamiento sobre los efectos ambientales, y hasta ahora el problema continúa sin resolver.

Otro caso es la construcción del proyecto "Garrison Diversion", por el cual se transfieren 1045 hm3 de agua de riego entre dos cuencas en North Dakota, Estados Unidos. Este proyecto también fue detenido, y sus últimas etapas estuvieron en peligro de no realizarse debido a que el Gobierno canadiense teme que en su territorio ocurran efectos ambientales adversos como resultado de la construcción de las obras. El estimado inicial de los costos de ese proyecto se fijó en 433 millones de dólares, pero si fuera alterado para satisfacer las objeciones canadienses dichos costos podrían subir a mil millones de dólares (Matthews, 1974).

(³Recientemente se han hecho varias revisiones criticas de estos conceptos y técnicas (Ditton y Goodale, 1973; Warner et al., 1974, y Munn, 1975). En el Apéndice B se presenta una breve descripción de cada una de las principales técnicas.)

Con estos problemas en mente, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el Programa de Desarrollo Regional de la OEA y el Gobierno de Argentina acometieron a principios de 1975 un estudio piloto para desarrollar una metodología que incorpore sistemáticamente criterios ambientales en el proceso de identificación y formulación de proyectos en la investigación de una cuenca hidrográfica de importancia.

Se utilizó el enfoque de un estudio piloto aprovechando la experiencia extraída por el Gobierno de Argentina y la OEA entre 1970 y 1975 en la Cuenca del Bermejo. El primero de éstos, "Estudio de los Recursos Hídricos de la Alta Cuenca del Río Bermejo" (OEA, 1974) fue un trabajo para investigar los recursos hídricos a través de la etapa de prefactibilidad para orientar su desarrollo, especialmente con respecto a la generación hidroeléctrica, riego, abastecimiento de agua y control de sedimentos, y de acuerdo con las prioridades establecidas en los planes nacionales de Argentina y Bolivia, los dos países que comparten la cuenca.

El segundo análisis, "Estudio de la Cuenca Inferior del Río Bermejo y Programación para su Desarrollo" (OEA, 1976) se llevó a cabo en colaboración con el Gobierno de Argentina, y sus objetivos estuvieron relacionados con los de la Alta Cuenca. Las principales consideraciones fueron el abastecimiento de agua, la regulación de las corrientes, el control de sedimentos, el riego, el transporte fluvial y la ubicación de zonas apropiadas para el desarrollo agrícola y agroindustrial.

El Estudio Piloto sobre el Medio Ambiente comenzó con un análisis cuidadoso de los informes sobre la Cuenca del Bermejo, especialmente el del estudio de la Alta Cuenca. Se realizaron extensas entrevistas con funcionarios del Gobierno, especialmente con los que participaron en los estudios iniciales. Durante el período septiembre 1975 a octubre 1976 se organizó un grupo de especialistas en distintas disciplinas para llevar a cabo el Estudio Piloto (Apéndice A). El objetivo era ver qué aspectos ambientales se habían omitido en el análisis original y localizar aquellos puntos en los estudios originales donde algunos mejoramientos en la metodología habrían evitado los problemas. La tarea final de los especialistas fue producir una serie de recomendaciones para pautas metodológicas y términos de referencia detallados para los diferentes técnicos que participan en la planificación de cuencas hidrográficas.

El objetivo del Estudio Piloto fue mejorar la metodología existente para lograr un tratamiento más sistemático de las implicaciones ambientales en el desarrollo de cuencas, y no un presuntuoso nuevo enfoque revolucionario para el análisis y la formulación de proyectos. El producto final fue una metodología mejorada, la cual, si se hubiera aplicado desde el principio, habría resultado en un estudio con un análisis más preciso y completo desde el punto de vista ambiental, pero sin agregar altos costos adicionales a las investigaciones a nivel de prefactibilidad. Es importante destacar que los estudios de prefactibilidad de la Cuenca del Bermejo comenzaron antes que la preocupación mundial relacionada con el medio ambiente se constituyera en un evento de gran importancia. En consecuencia, el trabajo presentado en este informe no debe verse como una crítica a la calidad de las investigaciones originales. Este estudio no señala al Bermejo como un ejemplo de indiferencia hacia las consideraciones ambientales. En realidad es más bien un estudio típico de los trabajos sobre desarrollo de cuencas hidrográficas realizados a principios de la década del 70.

II. Planificación de cuencas hidrográficas

Debido a que el Estudio Piloto propone modificar la metodología de planificación de cuencas hidrográficas para incluir las implicaciones ambientales, es necesario hacer una exposición sobre la planificación en general y sobre la planificación de cuencas hidrográficas en particular. Las características biogeofísicas de una cuenca tienden a formar sistemas hidrológicos y ecológicos relativamente coherentes, y por lo tanto las cuencas hidrográficas se utilizan a menudo como unidades para la planificación del desarrollo (Dassman, et al., 1973; United Nations, 1970; Cooke, 1969). Sin embargo, el hecho de que la planificación de cuencas hidrográficas como concepto haya estado evolucionando y lo esté todavía, significa muchas cosas para mucha gente. A pesar de sus numerosas connotaciones, los recursos hídricos han sido generalmente la consideración más importante. En las etapas iniciales, la planificación de cuencas higrográficas, o la planificación de recursos hídricos tenían que ver por lo general con un problema específico, como por ejemplo el control de inundaciones, el riego, la navegación o el abastecimiento de agua para consumo humano o industrial (Forbes y Hodges, 1971). Más tarde se puso de moda el enfoque de la planificación de propósito múltiple para lograr el desarrollo de los recursos hídricos, y ello consistió en dividir el total de agua disponible de una estructura entre varios usos diferentes. Debido a que los distintos usos del agua son a menudo competitivos, surgen conflictos que hacen que el enfoque de propósitos múltiples parezca cuestionable. En cierto grado, la planificación integrada de cuencas hidrográficas fue una respuesta a este problema, ya que se trató de coordinar y desarrollar armónicamente los usos de agua de una cuenca mientras se tomaban en cuenta otros procesos de desarrollo tanto dentro de la cuenca como fuera de ella (United Nations, 1970). La idea de la planificación integral de una cuenca hidrográfica es una extensión de la planificación integrada y va más allá del recurso hídrico específico para incluir la mayor parte de los otros recursos, así como muchos aspectos de planificación socioeconómica o regional (Forbes y Hodges, 1971). Un término conexo, la planificación de recursos de agua y tierra se aplica a menudo a los "Principios y Normas para la Planificación de Recursos Relacionados de Agua y Tierra'' del Consejo de Recursos Hídricos de los Estados Unidos (U.S. Water Resources Council, 1973). Debido a que estos principios y normas propusieron originalmente cuatro objetivos equivalentes, el concepto de planificación ha sido llamado a menudo planificación de objetivo múltiple, aunque el término se utiliza algunas veces para indicar también planificación de múltiple propósito (Barbour, 1975).

Estas fuerzas han tenido la tendencia de expandir la definición de planificación de cuencas hidrográficas, tanto en términos de lo que se trata dentro de una cuenca como en función de la influencia y el efecto que tienen lugar en áreas dentro y fuera de ella. Específicamente, la ingeniería moderna ha realizado transferencias en gran escala de agua y energía fuera de la cuenca (Fox, 1973), y a menudo las unidades de planificación socioeconómica no coinciden con los límites de una cuenca hidrográfica. Cuando esto ocurre, es preciso hacer una estrecha coordinación y consideración de estas unidades y sus actividades, o incluso se requiere el desarrollo de una organización más amplia que incluya las entidades de planificación existentes que tengan intereses en la cuenca hidrográfica (Sweet, 1969).

III. El proceso de planificación

La planificación es un proceso que busca soluciones a problemas y necesidades o que fomenta acciones que satisfacen metas y objetivos. En la planificación de cuencas hidrográficas el objetivo es proporcionar alternativas al encargado de tomar decisiones para el uso de los recursos de agua y tierra de la cuenca. Por lo general, la planificación no se realiza en una actividad continuada sino que se desglosa en varios pasos (Figura 1).

En primer lugar existe un número de actividades preliminares que indican la necesidad de la planificación. Estas pueden ser influencias externas o pueden ser influencias que constituyen la culminación de una planificación anterior. El punto al que hay que llegar es que la planificación no tiene lugar en el vacío. Las regiones geográficas que no tienen desarrollo o planes para el desarrollo son muy raras actualmente. En casi todos los casos las decisiones y planes en varios grados de detalle, escala y compromiso ya se han hecho, y existen ciertas características políticas, sociales y económicas de la región o del país que influirán condicionando el proceso de planificación. Estas características deben ser consideradas en cualquier actividad de planificación, porque cada una de ellas puede y debe influenciar el grado en que pueden adoptarse las consideraciones ambientales.

Figura 1. Esquema generalizado del proceso de planificación

En segundo lugar se definen las necesidades y problemas y se fijan o se perfeccionan los objetivos, dependiendo esto de si es la primera o la última repetición del proceso.

En tercer lugar se hace un inventario de los recursos disponibles a fin de alcanzar de alguna manera los objetivos o resolver los problemas. También se prepara un inventario de las demandas actuales de los recursos, de manera que pueda hacerse un balance entre la disponibilidad y la demanda de dichos recursos.

El cuarto paso es la formulación de un conjunto de estrategias o proyectos y un programa de alternativas que satisfagan los objetivos. El quinto paso es evaluar estas estrategias, proyectos y programas en términos de costos y beneficios - que deben ser algo más que un simple costo económico - y ordenarlos de acuerdo con un sistema de prioridades.

El sexto paso es decidir cuál de los proyectos puede estar listo para la ejecución, cuál debe ser descartado como no factible, y cuál necesitará pasar nuevamente a través del mismo proceso, pero a nivel más detallado. De esta manera, el proceso de planificación va hacia adelante en una serie de repeticiones. Aunque estas repeticiones o "niveles" en la planificación del desarrollo pueden recibir distintos nombres y dividirse en puntos ligeramente diferentes, casi todas las instituciones de planificación llevan a cabo tres o cuatro estudios separados antes de la ejecución del proyecto o programa, dependiendo de la calidad y cantidad de los datos disponibles. Cada una de estas fases se hace en forma más detallada. Esto significa, también, que el grado creciente de compromiso con una estrategia, programa o proyecto se hace en función de los recursos financieros y de la reputación técnica y política.

Para los propósitos de este estudio, estos niveles de planificación son los siguientes: reconocimiento, prefactibilidad, factibilidad y diseño final.

· Reconocimiento

Es uno de los primeros niveles de la planificación, e incluye una revisión de planes previos, programas, e ideas de proyectos. A menudo se hace un inventario superficial de recursos naturales y/o datos disponibles sobre recursos naturales, así como sugerencias para proyectos de desarrollo. Se hace contacto con instituciones importantes, tanto públicas como privadas, para identificar de una manera general las regiones geográficas y las áreas que van a ser objeto de investigación en la siguiente fase. Este nivel de estudio prepara al programa para la etapa de prefactibilidad o estudios detallados e incluye un estimado del tiempo y especialidades requeridas, sus costos, y los términos generales de referencia.

· Prefactibilidad

Es un nivel de planificación que incluye un inventario detallado y la evaluación de los recursos, especialmente los recursos naturales y humanos, dependiendo de los objetivos del desarrollo y de los resultados del estudio de reconocimiento. Un estudio de prefactibilidad identifica y hace un análisis de áreas y de proyectos de mayor interés, recomienda estudios adicionales que deberán llevarse a cabo en la etapa de factibilidad, y puede incluir diseños preliminares de estructuras. Generalmente, los estudios de prefactibilidad ofrecen por lo menos dos alternativas para lograr los objetivos, y cada alternativa es estudiada en función de sus posibilidades técnicas y económicas y sus costos y beneficios. El estudio estima la cantidad de trabajo y los costos necesarios y las condiciones de financiamiento. Los descubrimientos de esta fase deben permitir que cada proyecto sea clasificado según las distintas políticas y metas, y deben presentarse de manera que el encargado de tomar decisiones pueda seleccionar los proyectos que van a ser estudiados a nivel de factibilidad.

· Factibilidad

Estos estudios se hacen para determinar lo mejor posible la oferta y demanda de un proyecto de desarrollo, así como para diseñar sistemas o proyectos que hayan sido escogidos para su ejecución. Si se requiere algún tipo de estructura se hacen estudios detallados de topografía y geología de las áreas seleccionadas. Se preparan mapas detallados de uso y productividad de la tierra, y se definen las condiciones técnico-económicas para la producción; se planea la construcción o instalación de proyectos, y se calculan costos y beneficios detallados.

· Diseño final

Este es el último paso principal en la planificación, e incluye diseños detallados de aquellas obras de ingeniería que fueron seleccionadas para construcción. Estas estructuras (diques, canales, etc.) y otras obras, como caminos, deben ser diseñadas para lograr los objetivos apropiados, incluyendo los de seguridad y protección ambiental.

IV. Medio ambiente

El medio ambiente es, en términos simples, lo que nos rodea. Tal como se utiliza aquí, está centrado en el hombre y consiste en la forma y la función de aquellos ecosistemas que rodean y apoyan la vida humana.

La definición clásica de un ecosistema es que se trata de una unidad de organización formada por todos los organismos de un área que actúan entre ellos mismos y el medio ambiente físico. Debido a que cada ecosistema es algo arbitrariamente definido, existen innumerables ecosistemas en el mundo. Un ecosistema grande, como por ejemplo una cuenca hidrográfica, contiene muchos otros ecosistemas: bosques, lagos, ríos, terrenos agrícolas, pastizales, e incluso ciudades. Existe una porción biológica que puede incluir al hombre, y esto ocurre muy a menudo; también existe una porción física que influye en las actividades de la porción biológica. Hay, en fin, un gran número de procesos que condicionan las interacciones entre los componentes. Estas interacciones pueden ser definidas por flujos y ciclos de material y energía, y pueden medirse por calorías, gramos, kilos, toneladas o dólares, así como por los movimientos y el comportamiento de las poblaciones.

Debido a la influencia dominante del hombre sobre los ecosistemas con los que ha hecho contacto, y debido también a que muchas de las relaciones con él mismo y con lo que le rodea pueden ser muy singulares tanto en su función cualitativa como cuantitativa, ciertas clasificaciones del medio ambiente toman en cuenta esa influencia. Por ejemplo, el medio ambiente puede dividirse en tres ecosistemas principales que accionan entre si (urbano, rural y natural), los cuales se distinguen sobre la base de la fuente y cantidad de energía necesaria para su funcionamiento (Odum, 1976).

El sistema urbano recibe un gran aporte de combustibles fósiles, mientras que el sistema natural se basa en la energía de la luz solar y, en algunos casos, en la energía producida por las mareas. El sistema rural utiliza los combustibles fósiles y la energía solar.

Otra clasificación divide al medio ambiente en ecosistemas culturales y naturales, y trata las relaciones entre el comportamiento socioeconómico, político y cultural del hombre en función de cuán deseable y sostenible es ese comportamiento en relación con la estabilidad y productividad de su ambiente.

No es posible ni práctico a esta altura incluir todos los aspectos del medio ambiente bajo el techo de las consideraciones ambientales en la planificación de cuencas hidrográficas, aunque, hasta cierto punto, cada uno de ellos debe ser tratado aunque sea ligeramente. No obstante, las consideraciones de varios sectores diferentes relacionados con el desarrollo de una cuenca hidrográfica pueden ayudar a orientar el proceso de planificación. Estos sectores son: la ciencia, especialmente la conocida como ecología; la salud y bienestar del ser humano, y el manejo de los recursos naturales.

· Consideraciones con una base ecológica

Existe en ecología un número de principios que podrían citarse y basar en ellos una discusión sobre planificación ambiental y efectos ambientales. Quizá lo más importante de estos principios es que definen a nuestro universo como un mundo de eslabonamientos e interdependencia; de causa y efecto. Los factores del medio ambiente que actúan en un individuo no lo hacen separada e independientemente. Si se cambia un solo factor del medio ambiente, seguirán cambios en la cantidad y calidad de otros factores ambientales. Y debido a lo intrincado que es todo el medio ambiente, se hace difícil y muchas veces imposible poder anticipar estas innumerables acciones. Cuando estos cambios se producen y resultan en un mejoramiento para la vida humana, entonces puede decirse que el "desarrollo" ha tenido lugar. Sin embargo, además de esos cambios que favorecen el desarrollo, ocurren otros que traen, inevitablemente, un efecto negativo. La meta de la planificación del desarrollo es asegurar que los cambios positivos, tanto en el tiempo como en el espacio, pesen más que los negativos.

Un segundo principio que puede discutirse desde el punto de vista de la ciencia ecológica es el de la "diversidad". Aunque la idea de que los ecosistemas complejos son estables ha sido recientemente puesta en duda, la naturaleza positiva de la diversidad misma parece válida (May, 1973; Goodman, 1975).

Una gran diversidad de especies tiende a dar un mayor control y equilibrio dentro de un ecosistema. Los brotes de plagas de insectos, por ejemplo, serían una posibilidad menor si estos insectos fueran presa de otras especies diferentes. Si los insectos en cuestión fueran destruidos por otros pertenecientes a más de una sola especie, la eliminación de uno de sus depredadores no seria necesariamente tan importante para su control.

La diversidad dentro de una misma especie es también importante pues provee un caudal genético mayor y por lo tanto un radio más amplio de tolerancia que podría significar la diferencia entre la sobrevivencia y la extinción de esa especie frente a un cambio ambiental dado.

Existe un lado práctico en esto cuando los científicos que utilizan los caudales genéticos de especies silvestres a menudo pueden crear nuevas razas de especies domesticadas que son más productivas o más resistentes a las enfermedades, la sequía, el calor u otros factores ambientales. Y si se tiene en cuenta que el valor comercial o científico de un gran número de especies de flora y fauna todavía tiene que ser investigado, deberá tenerse sumo cuidado al planificar proyectos de desarrollo, de manera de no eliminar, sin saberlo, especies que pueden ser valiosas.

Cada especie tiene un diferente grupo de condiciones óptimas de vida, y por lo tanto el medio ambiente puede ser utilizado más eficientemente cuando se halla presente un número mayor de especies diferentes. Es importante que haya una diversidad de ecosistemas, así como de especies, y mucho del interés por salvar las especies en peligro de extinción es en realidad un intento por mantener intacto un ecosistema específico. Existe la impresión de que esto es necesario porque hay pruebas crecientes de que estos ecosistemas naturales juegan un papel muy importante en el mantenimiento de la calidad de la vida humana (control de inundaciones, disminución de los efectos catastróficos causados por los fenómenos naturales, como terremotos y huracanes, disminución de la contaminación, estabilización de los suelos, producción primaria, calidad del aire, etc. (Gosselink, et al, 1974; Odum, 1976). Una inquietud adicional es salvaguardar tanto las especies como los ecosistemas para la investigación, ya que tanto se ha aprendido de ellos acerca de los procesos que afectan a la población humana. Una de las consideraciones para esta metodología es proteger y usar lo más posible la diversidad de especies y ecosistemas dados los impedimentos al desarrollo y las realidades de las áreas en estudio.

También es importante comprender la estructura del nivel trófico o las cadenas alimenticias en un ecosistema cuando se va a planificar una cuenca hidrográfica. Los niveles tróficos describen el flujo de energía de la luz solar sobre las plantas (productores biológicos), luego sobre los consumidores y más tarde sobre los descomponedores, mientras las cadenas alimenticias describen el flujo de nutrientes y otros materiales a través de los mismos niveles. En cada etapa se pierde algo de la energía a través de la respiración y de los desechos, y este fenómeno tiene sus ramificaciones en el abastecimiento de alimentos en el mundo. No sólo es más barato en términos de energía sino que es también más eficiente para el hombre utilizar como su fuente de alimentos los niveles más bajos en vez de los niveles tróficos más altos. De la misma manera, las especies que son o podrían ser económicamente importantes para el hombre, a menudo dependen de especies aparentemente insignificantes en un nivel trófico más bajo. La pérdida de estas especies podría significar también la pérdida de especies importantes en un nivel trófico más alto. La estructura trófica es importante en la recuperación de ciertos materiales como los nutrientes, donde la eliminación de un nivel dentro de la estructura puede quebrar el ciclo y causar la pérdida de los materiales del ecosistema. El relativamente apretado ciclo de nutrientes entre suelo y vegetación en un bosque pluvioso tropical es un ejemplo. Normalmente, los nutrientes liberados de la descomposición de desperdicios forestales regresan casi de inmediato a las plantas. La deforestación intercepta el ciclo debido a las grandes cantidades de material disponible para descomposición y la mayor velocidad de descomposición causada por la alta temperatura del suelo en los lugares donde no hay sombra. Estos nutrientes se pierden entonces a través de la lixiviación, porque la falta de cubierta forestal permite una escorrentía más rápida cuando las lluvias son intensas. Otro ejemplo significativo es que los materiales, como los venenos sintéticos, por ejemplo, se concentran a medida que se mueven en estas cadenas alimenticias y eventualmente pueden llegar a ser tóxicos para los miembros de un nivel trófico más elevado.

Por lo tanto, una consideración ambiental en la planificación es identificar las estructuras de niveles tróficos y las cadenas alimenticias y sus funciones en los ecosistemas de cuencas hidrográficas, de modo de poder predecir los resultados de la intervención del hombre a través de los procesos de desarrollo, así como sugerir proyectos que puedan aprovechar estos procesos.

También puede ser necesario tener un conocimiento de las etapas de sucesión dentro de un ecosistema en la planificación de cuencas hidrográficas. La sucesión se define como un "proceso ordenado y predecible de cambios en la comunidad, que modifica el medio ambiente físico y culmina en el ecosistema biológicamente más estable sobre un sitio dado" (Odum, 1963). Ello es posible porque en las primeras etapas la producción es mayor que la respiración, y esto crea condiciones en las cuales otras especies están mejor adaptadas. Los cultivos de alimentos y de fibras son ejemplos del intento del hombre por mantener la sucesión en una etapa temprana del proceso, a fin de que pueda cosechar el exceso de energía. No obstante, las fuerzas que operan dentro del ecosistema tienden a empujarlo hacia las últimas etapas de sucesión, por lo que a menudo se requiere un insumo muy grande de energía exterior (combustibles fósiles) para mantener estos "ecosistemas agrícolas". Cuanto más extraños sean estos sistemas para el medio ambiente local, más costoso será el insumo de energía. Debido a que las últimas etapas de sucesión son con frecuencia más diversas, y por lo tanto más importantes para el sostenimiento general de la vida, es necesario llegar a un acuerdo entre el tiempo y el espacio a fin de que la humanidad pueda contar con suficientes alimentos y mantener así su sistema de sostenimiento de la vida. El hecho de poder ayudar a identificar las posibilidades para este acuerdo y detallar los problemas involucrados en el mismo es también una consideración de tipo ambiental en la planificación de cuencas hidrográficas.

· Consideraciones basadas en el bienestar humano

Algunos problemas relacionados con la salud o el bienestar humano son también consideraciones que hay que tener en cuenta en la planificación de cuencas hidrográficas. El primero de éstos es la salud física y psicológica del ser humano cuando está influenciado por los cambios registrados en el medio ambiente como consecuencia del desarrollo. La contaminación del aire, el agua y el suelo por los residuos del desarrollo constituyen los mejores ejemplos. Estos son destructores porque los contaminantes son, en muchos sentidos, exóticos, y no existe un mecanismo en el ecosistema afectado para tratarlos adecuadamente. En consecuencia, pueden ir en detrimento de la salud mientras hacen su entrada en el cuerpo humano por medio del aire que respiramos, el agua que bebemos y el alimento que ingerimos. Una vez ingerido puede convertirse en algo dañino y hasta puede causar la muerte, o bien puede hacerse ofensivo a las normas de calidad de vida que requiere la gente.

Los cambios ambientales que trae el desarrollo juegan un gran papel en las epidemias y transmisión de enfermedades por dos motivos:

a) porque los cambios tienen lugar muy rápidamente, y

b) porque los nuevos habitats creados conducen más al crecimiento y desarrollo de vectores patógenos. El hombre y otras especies han sobrevivido porque se adaptaron. El problema es que la adaptación lleva tiempo, y cualquier cambio rápido en el ambiente no da oportunidad para que esta adaptación tenga lugar.

La salud mental y un factor relacionado, el interés humano, también son consideraciones de importancia. Ambas envuelven el deseo del ser humano de moverse en un ambiente variado y placentero. Lo que esto significa es un ambiente limpio y oportunidades para recreación basadas en los componentes de áreas naturales, rurales y urbanas. Debido a que la planificación provee para el futuro, en la planificación de una cuenca hidrográfica se debería tener en cuenta este tipo de consideraciones cuando se trate de las necesidades del hombre a largo plazo.

El papel de la organización social, cultura e historia de los pueblos en lo referente a su propio bienestar es algo que los planificadores no tienen en cuenta o simplemente lo dejan de lado, ya sea que se trate de pueblos primitivos o desarrollados. Las batallas se disputan a menudo tanto en lo que a cultura e historia se refiere como a la economía y los recursos naturales. De la misma manera, un cambio en la organización social o en los valores llevan a menudo a un derrumbamiento de las prácticas tradicionales de uso y tenencia de la tierra. Esto, a su vez, lleva a la destrucción de la cubierta vegetativa, a la pérdida del suelo y al deterioro de la calidad del agua.

Aliados cercanos son la religión y la estética. No hay nada intrínseco en un pueblo, a cualquier nivel de desarrollo, que señale que estas cosas no tienen valor. Un pueblo, su cultura, historia, religión y sentido de la estética han tenido una evolución dentro de un ecosistema y forman parte del mismo. Cualquier cambio rápido, incluyendo los esfuerzos para el desarrollo, produce quebranto. Por lo tanto es una consideración ambiental ayudar a la preservación de esos elementos durante el proceso de planificación.

· Consideraciones para la conservación de los recursos naturales

Las consideraciones para la conservación de los recursos naturales se basan en el hecho de que su uso causa un deterioro gradual de los mismos. El hecho de que muchos de estos recursos sean renovables no quiere decir que sean también inagotables. Más aún, el exceso de uso y el abuso en la utilización de estos recursos crean una necesidad para la explotación de áreas vírgenes por encima de las necesidades del crecimiento económico. Los suelos, el agua y los bosques son claros ejemplos de esto, y en un sentido muy real estamos viviendo del capital y no del interés.

En muchas regiones del mundo, las nuevas tierras que se ponen en producción a través de la recuperación, el riego y el desmonte apenas compensa la pérdida de la producción causada por problemas de erosión y salinización (Eckholm, 1976). Al mismo tiempo que crece la demanda de agua, el abastecimiento disminuye haciéndose menos utilizable debido a la contaminación, a la rápida escorrentía, a la falta de manejo y a los promedios de alta evaporación, que no son necesarios ni deseables.

Las necesidades de productos forestales aumentan también, y, de nuevo, la política parece ser, con demasiada frecuencia, llenar los requerimientos actuales sin preocuparse mucho por las necesidades futuras. La conservación no significa, necesariamente, "no usar" los recursos sino hacer un uso racional y sostenido de ellos, y esto es también una consideración a tener en cuenta en la planificación de cuencas hidrográficas para asegurarse de que los recursos naturales sean sabiamente utilizados.

La preservación, tanto como la conservación, es también una de las consideraciones ambientales, y puede en si y por sí misma constituir un "uso". Las áreas preservadas, tales como parques nacionales y reservas tienen lugar principalmente en zonas que son "ambientalmente" criticas; las cuencas aguas arriba, los estuarios y pantanos son ejemplos de esto. A su vez, la preservación de la cuenca en la parte alta protege las obras de infraestructura situadas aguas abajo tanto de la abundancia como de la escasez de agua. La preservación de estuarios protege las actividades pesqueras en la costa y el desarrollo en los terrenos junto a ésta, mientras que la protección de pantanos y ciénagas actúa como un control muy eficiente de inundaciones. Ciertamente, el más alto retorno económico sostenido de muchas regiones ocurre a menudo debido a la preservación del estado natural de las mismas. Como consecuencia, la planificación debe también considerar la preservación como una alternativa viable para el desarrollo.

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