Discursos y otros documentos del Secretario General

EN EL ENCUENTRO DE LA OEA, OPS Y CEPAL DONDE LLAMAN A IMPLEMENTAR CONVENCIÓN INTERAMERICANA SOBRE LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS PERSONAS MAYORES

3 de septiembre de 2015 - Washington, DC

Es de suma importancia que las personas mayores tengan pleno acceso a derechos y condiciones de equidad. Que no se vean sometidas a ningún tipo de discriminación por cuestión de edad ni a ningún tipo de violencia en función de sus derechos, que emanan de la dignidad y la igualdad inherentes a toda persona.

Tan importantes como esto son los instrumentos que garantizan estos derechos en el día a día, en la dimensión práctica. Necesitamos por ello trabajar juntos a la hora de implementar la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, cooperar entre nosotros como organizaciones y cooperar con los países para que las soluciones estén más cerca de la gente.

Hoy celebramos la aprobación de esta Convención en el marco de la OEA. La Convención, la primera de su tipo en el mundo, es un llamado a la acción para proteger los derechos de las personas mayores, quienes deben de seguir disfrutando de una vida plena, independiente y autónoma, con salud, seguridad, integración y participación activa en las esferas económica, social, cultural y política de nuestras sociedades.

En 2015, la población de 60 años o más en las Américas representa el 14 por ciento del total de la población. En 15 años más, cerca de 2 de cada cinco personas tendrá 60 años o más y sumarán más de 215 millones de individuos. Con una amplia variabilidad entre subregiones y entre países, será en América del sur donde el incremento de las personas mayores será más significativo en los próximos quince años.

Estas cifras, así como las vulnerabilidades en sus derechos humanos de las personas mayores, destacan la relevancia de esta Convención, que fue aprobada el 15 de junio de 2015 en la Asamblea General de la OEA.

El espíritu de esta Convención reafirma el lema de la OEA: "Más derechos para más personas". Como Organización, apoyamos a los Estados Miembros en la promoción de esta agenda de los derechos de las personas mayores. Su inclusión y su equidad son un imperativo.

La edad trae consigo mucha fuerza, hay mucha fuerza en esas dinámicas sociales, las cuales sería estúpido para nuestras sociedades no aprovecharlas.

La aprobación de la Convención representa un sólido instrumento para sensibilizar y combatir estereotipos predominantes y generar imágenes positivas y realistas sobre el proceso de envejecimiento, en particular en el ámbito nacional. Cada límite de edad que se pone en cualquier concurso, por ejemplo, trae consigo discriminación.

Debemos ser conscientes que debemos proporcionar mayor conciencia sobre las muchas contribuciones que hacen las personas mayores a la sociedad en su conjunto.

Igualmente, la convención coadyuvará en fortalecer la incorporación de un enfoque de derechos humanos en las políticas relativas al envejecimiento, tanto a nivel internacional como nacional.

La Convención destaca que los signatarios adoptarán y fortalecerán todas las medidas legislativas, administrativas, judiciales, presupuestarias y de cualquier índole, a fin de garantizar a las personas mayores un trato diferenciado y preferencial en todos los ámbitos.

La Convención es un mecanismo integral que brinda a las personas mayores una mayor garantía para ejercer sus derechos.

La participación de los Estados Miembros en este proceso para firmar, y posteriormente ratificar, esta convención es fundamental. Hasta la fecha, cinco países han firmado la Convención (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y Uruguay), pero para que la misma entre en vigor requiere la ratificación de dos países.

Por ello me permito hacer un llamado a los Estados Miembros a convertirse en signatarios de este instrumento clave de derechos humanos. Así como en el caso de la aprobación de la Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad, en este caso de la Convención que hoy nos convoca, una vez más la OEA es pionera en formular y aprobar un instrumento de esta naturaleza.

Este proceso se inició en 2009 y 2010 cuando la Asamblea General, mediante dos resoluciones, instó al Consejo Permanente para que convocara una sesión extraordinaria con el objetivo de intercambiar información y buenas prácticas, y examinar la viabilidad de elaborar una convención interamericana sobre los derechos de las personas adultas mayores. Nuestro trabajo continuará en el apoyo a los Estados Miembros para que este cuerpo normativo sea ratificado e implementado en el más corto plazo posible.

Durante el proceso de negociación, los Estados Miembros contaron con el apoyo permanente de la Secretaría General de la OEA y de los Organismos Especializados aquí presentes, como la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU (CEPAL), y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, entre otros.

Entre 2010 y 2015, se realizaron más de 50 reuniones formales del Grupo de Trabajo y numerosos foros para la formulación, negociación y la posterior aprobación de esta Convención.

Ahora debemos pasar del dicho al hecho, dar seguimiento a los compromisos adquiridos y promover la efectiva implementación de la presente Convención. En ella se establece un mecanismo de seguimiento integrado por una Conferencia de Estados Parte y un Comité de Expertos, que contribuirá enormemente a mejorar las políticas públicas en esta materia a nivel hemisférico. Dicho Mecanismo de Seguimiento quedará constituido cuando se haya recibido el décimo instrumento de ratificación o adhesión.

Como tal, es fundamental que trabajemos juntos para alcanzar ese nivel de ratificaciones a fin de que este excelente marco normativo se exprese en políticas, programas y acciones que transforman la vida de millones de personas mayores, y al mismo tiempo contribuir a conformar mejores sociedades, más inclusivas, más respetuosos de la diversidad y enriquecidas, en lugar de confrontadas, por estas diferencias.

Como hemisferio, tenemos que unir nuestros esfuerzos en torno a esta Convención para asegurar que las personas mayores puedan gozar del ejercicio pleno de sus derechos.

Muchas Gracias