Discursos y otros documentos del Secretario General

DURANTE LA SESIÓN DEL CONSEJO PERMANENTE PARA CELEBRAR 50 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO EN CHILE

5 de septiembre de 2023 - Washington, DC

El Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile acabó con la institucionalidad democrática e instauró una dictadura que perpetró delitos de lesa humanidad en contra del pueblo chileno.

Agradecemos al Embajador Kraljevich por proponer un tema que tiene un especial significado para Chile y para todos los países y personas que honramos la promoción y defensa de la democracia junto a los derechos humanos como valores máximos.

El golpe provocó la muerte de Salvador Allende, su Presidente constitucional, que prefirió, haciendo gala de la coherencia política que lo caracterizó, quitarse la vida antes que acceder a las peticiones de los militares golpistas.

Su histórica defensa del Palacio de la Moneda, junto a un pequeño grupo de colaboradores, es un ejemplo histórico de dignidad y de coraje que hoy recordamos.

El Presidente Gabriel Boric, como dijo el Embajador Kraljevich, le ha concedido una especial importancia a conmemorar este aniversario.

Y lo ha hecho de la mejor manera posible: no como un regreso al pasado para acentuar divisiones históricas, sino como un llamado para buscar un reencuentro de la sociedad chilena en el presente; alrededor de valores esenciales como la reivindicación de la democracia, el respeto por los derechos humanos, la solución de las diferencias políticas por la vía del diálogo y la condena a todo tipo de dictadura.

Coincidimos con su reciente convocatoria a “todas las fuerzas políticas, independiente de las posiciones actuales, para que los problemas de la democracia se resuelvan con más democracia y no con menos”.

Los hechos se han encargado siempre de demostrar hasta dónde, una vez disparada la irracionalidad, al permitir la interrupción de un gobierno legítimo mediante un golpe de estado, las consecuencias son nefastas, devastadoras, las pagan los pueblos.

Nada justifica bajo ningún concepto el quiebre de la institucionalidad democrática en un Estado de Derecho.
Los muertos, detenidos, desaparecidos, torturados y las decenas de miles de personas forzadas a ir al exilio tienen que ser un permanente testimonio para aquellos que -como decía Santayana- olvidan la historia y, por lo mismo, están obligados a repetirla.

Es esencial que, en memoria de las víctimas, y como una reivindicación para sus familias, se pueda llegar a la verdad, se obtenga la debida justicia y existan los compromisos de reparación y no repetición.

En la OEA contamos con un instrumento jurídico único que nosotros llamamos la Constitución de las Américas. La Carta Democrática Interamericana nos permite actuar frente a eventuales alteraciones que pongan en peligro la democracia en alguno de los Estados del hemisferio, y tomar acciones definidas frente a hechos que hayan conducido al rompimiento de la institucionalidad democrática en cualquier país que haga parte de la OEA.

La defensa, promoción y fortalecimiento de la democracia y el Estado de derecho tienen que mantenerse como principios irrenunciables entre nuestros estados y ciudadanos.

La democracia tiene un mártir en Salvador Allende, pero ha seguido teniendo mártires la democracia en todo el continente.

Tenemos que trabajar para defender las instituciones democráticas, cuyo funcionamiento a pleno debe ser la catapulta para alcanzar el desarrollo, acabar con la corrupción y lograr una sociedad con equidad y sin sectores de la población marginados.

Ese nefasto 11 de septiembre de 1973, en un discurso improvisado y mientras el Palacio de la Moneda era bombardeado, Salvador Allende dijo que más temprano que tarde se abrirían las grandes alamedas.

Cincuenta años después, recordamos ese atentado contra la democracia, contra el pueblo chileno y decimos: Nunca más.

Es un honor para la sede de la Organización de los Estados Americanos, contar con un reconocimiento al Presidente Salvador Allende, que sea un recordatorio permanente de la importancia de mantener el compromiso para defender la democracia.

Salvador Allende es el mártir de la defensa de la democracia por definición.

Muchas gracias