Comunicado de Prensa


ECUADOR-COLOMBIA: LA COMISIÓN QUE FUE EN BUSCA DE LA PAZ

  20 de marzo de 2008

El Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), mandató al Secretario General del organismo, José Miguel Insulza, por Resolución del 5 de marzo, para designar una Comisión especial que viajara a Ecuador y Colombia a reunirse con las más altas autoridades, se dirigiera a la zona fronteriza donde se produjo la crisis y posteriormente emitiera un Informe sobre lo ocurrido la madrugada del 1 de marzo en Angostura, Departamento de Sucumbíos, Ecuador.

Insulza pidió al presidente del Consejo Permanente, Embajador de Bahamas Cornelius Smith y a los Representantes Permanentes de Argentina, Rodolfo Gil; Brasil, Osmar Chohfi; Panamá Arístides Royo; y Perú, Maria Zavala, que integraran dicha Comisión, e incorporó al Secretario de Asuntos Jurídicos Jean Michel Arrighi y al Director de Sustentabilidad Democrática, Víctor Rico. En combinación con los dos gobiernos, Insulza fijó una intensa agenda de actividades que incluyó audiencias con los mandatarios de ambos países y llevó al grupo de diplomáticos a la zona de la frontera donde se produjo la incursión de tropas militares colombianas a territorio ecuatoriano con el objeto de eliminar un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Durante cuatro días la Comisión, encabezada por el Secretario General, se reunió con los Presidentes Rafael Correa, de Ecuador, y Álvaro Uribe de Colombia, con sus principales ministros y con los altos mandos militares, y en los dos países, fue transportada hasta el punto fronterizo de la crisis. Los seis diplomáticos se subieron a helicópteros y aviones militares para llegar hasta Angostura en la selva ecuatoriana y a Puerto Ospina del lado colombiano. En reuniones francas y transparentes, los integrantes de la Comisión especial de la OEA inquirieron en Quito y Bogotá, detalles de los hechos para configurar con objetividad un relato que incluyera ambas versiones y permitiera arribar a conclusiones realistas.

Al referirse a los esfuerzos del equipo OEA, el Secretario General Insulza advirtió que "la tarea es de gran envergadura y requiere la cooperación de todos los países; hay que buscar puntos de acuerdo entre los dos gobiernos para zanjar definitivamente la crisis que se precipitó la madrugada del 1 de marzo en la frontera colombo-ecuatoriana".

Al término del viaje de cuatro días, Insulza dijo que "ojalá de este incidente saquemos un conjunto de lecciones que permitan fomentar la cooperación entre los dos países" y adelantó que la Comisión ad hoc haría una evaluación desde el punto de vista del derecho Inteamericano, porque está mandatada para ello.

Sobre las actividades desarrolladas, los embajadores valoraron la visita in situ porque "era imprescindible haber estado donde ocurrieron los hechos" y destacaron que la misión central "apuntó a tener una percepción directa de los sucesos y una comprensión y un conocimiento del entorno: dónde y cómo se sucedieron los acontecimientos y cuáles son las diferencias en las posiciones de los dos protagonistas".

En medio del recorrido en el sitio de los sucesos, rodeados de reporteros y cámaras de medios de prensa internacionales, los seis miembros de la Comisión caminaron por entre cientos de árboles derribados examinando lo que fueron las instalaciones del campamento bombardeado. En Puerto Ospina, del lado colombiano, revisaron mapas a bordo de una patrullera en el Río San Miguel. En ambos lugares, entregaron sus impresiones a la prensa internacional.

El representante argentino explicó que “la comisión no tiene un rol pasivo, sino que es particularmente inquisitiva, porque sobre un mismo hecho, que todos conocemos, hay al menos dos versiones”, e interpretó el trabajo de la comisión como “un recordatorio de lo que nunca mas debe volver a suceder en América Latina”. Osmar Chohfi, el representante de Brasil calificó la visita a la zona del ataque como “una experiencia impresionante” y adelantó que “es necesaria la creación de mecanismos de cooperación bilateral” que promuevan un acercamiento entre los países en conflicto.

La flamante embajadora de Peru ante la OEA, María Zavala, a sólo días de haber presentado sus cartas credenciales, se plegó al grupo de trabajo y recorrió la zona. Explicó que en Angostura, plena selva ecuatoriana, se pudieron verificar los cráteres producidos por las bombas lanzadas desde el aire por las fuerzas militares colombianas y que “se desarrollaron todos los protocolos obligatorios en este tipo de misiones de verificación, como recorrer los lugares por indicación de las partes”. Arístides Royo, ex Presidente de Panamá y actual embajador de su país ante la OEA, abogó por una solución diplomática y dijo que “todos deseamos que se restablezca el diálogo y vuelva la paz y la fraternidad que ha existido durante tantos años entre los dos países”. Y Cornelius Smith, el diplomático bahameño y presidente del Consejo Permanente, valoró que “las conversaciones se realizaron en un ambiente amistoso” y que “pese a no existir acuerdo, se consiguió avanzar”.

Resumiendo, luego del intenso viaje de cuatro días por ambos países, José Miguel Insulza afirmó que lo más importante "es lograr que esto no vuelva a ocurrir y que Ecuador y Colombia puedan seguir trabajando en conjunto en las materias que les interesan". Añadió que "la frontera de estos dos países es difícil; hay que patrullarla, comunicarse, desplazarse por ella, y esa tarea aunque difícil hay que cumplirla, pero para ello los países tienen que colaborar entre sí. Ambos saben bastante, más de lo que parece, sobre lo que ocurre en esa zona. Eso ayuda, y debe permitir un trabajo conjunto mas intenso".

Insistió también en la importancia de la cooperación bilateral al decir que "existen ámbitos en los que se puede cooperar y también una demanda para incrementar la interacción entre los dos países. Por lo tanto, más que poner acento en las diferencias, yo lo pondría en las cosas que se pueden hacer para que estos hechos no vuelvan a ocurrir"

"Tenemos una gran tarea por delante y creo que en ambos gobiernos existe voluntad para avanzar en la cooperación; nosotros vamos a proponer fórmulas específicas en las que la OEA puede ayudar", finalizó el máximo representante del organismo regional.

El grupo entregó su Informe al Consejo Permanente dos días después de su regreso a Washington, en una sesión informal del día sábado 15 de marzo. Los Cancilleres fueron informados inmediatamente de su contenido y arribaron a la sede de la OEA el lunes 17, para participar en la XXV Reunión de Consulta de los

Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, que finalizó en la madrugada del martes 18, con una Resolución de 9 puntos.

La Resolución ratifica el pleno respaldo de los países miembros de la OEA, a "los principios consagrados en el derecho internacional, de respeto a la soberanía, abstención del uso o amenaza de uso de la fuerza y de no injerencia en los asuntos de otros Estados". Asimismo, la Resolución instruyó al Secretario General para que impulse "la implementación de un mecanismo de observación del cumplimiento de la Resolución y el restablecimiento de un clima de confianza entre las dos partes".

La Comisión viajó a Ecuador y Colombia en un avión de la Fuerza Aérea brasileña, que el gobierno del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva proporcionó especialmente para que el grupo de la OEA se desplazara rápidamente entre los dos países en busca de solución a una crisis que en el deseo de la comunidad americana, empiece a entrar en el pasado.

Referencia: C-090/08