Comunicado de Prensa


INSULZA: LA SALUD ES IMPRESCINDIBLE PARA COMBATIR POBREZA

  26 de marzo de 2008

“No nos deben caber dudas de que la salud es un elemento imprescindible para la reducción de la pobreza y la inequidad, y para lograr un verdadero desarrollo de nuestros pueblos”, aseguró el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), al hablar hoy en una reunión conjunta del Consejo Permanente y la Comisión Ejecutiva Permanente del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (CEPCIDI).

Asimismo, explicó el Secretario General, “la falta de salud reduce las oportunidades de los individuos de generar sus propios ingresos, afecta sus posibilidades de educarse y desarrollarse individualmente y disminuye sus capacidades de relacionarse y participar activamente en su comunidad”. Insulza abogó por promover e implementar políticas públicas destinadas a enfrentar los problemas fundamentales de salud y marginación en las Américas.

Presidida conjuntamente por el Presidente del Consejo Permanente, Embajador Cornelius A. Smith, de las Bahamas, y la Presidente de la CEPCIDI, Embajadora Abigail Castro de Pérez, de El Salvador, la reunión se convocó en cumplimiento de una resolución de la ultima sesión ordinaria de la Asamblea General, referida a la “Erradicación del Analfabetismo y de las Enfermedades que Afectan el Desarrollo Integral”. Además de compartir información y varias perspectivas acerca de los vínculos entre pobreza y estado sanitario de las comunidades de las Américas, los representantes de los Estados miembros de la OEA intercambiaron también criterios sobre posibles vías e iniciativas dirigidas al mejoramiento de las condiciones de los sistemas de salud y educación.

La reunión contó también con una presentación a cargo del Subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), José Romero Teruel, quien destacó los vínculos existentes entre la pobreza y el estado sanitario de las comunidades del hemisferio.

El Secretario General Insulza consideró que pese a significativos avances registrados en el hemisferio durante las últimas dos décadas—reflejados en los índices tradicionales de esperanza de vida, mortalidad infantil y acceso al agua potable, entre otros—todavía existe un importante déficit en relación a la cobertura de servicios y atención básica en zonas rurales, en poblaciones indígenas, afrodescendientes o grupos de bajos ingresos. Citó estudios de la OPS que atribuyen la mayoría de los problemas a “determinantes sociales como la pobreza y la exclusión”. Se refirió al ejemplo en America Latina y el Caribe, afirmando que sólo los trabajadores asalariados cuentan con protección o cobertura de riesgos en salud, “lo que excluye a millones de personas que trabajan en el sector informal de la economía”.

En sus comentarios para inaugurar la sesión, el Embajador Smith resaltó la dimensión de la salud y el valor humano del desarrollo, refiriéndose al papel vital de la salud en la promoción del desarrollo para reducir la pobreza y la desigualdad. Dijo que la buena salud sirve para contribuir al bienestar entre los habitantes de un país, pues la falta de ella o el acceso a servicios de salud incide en la capacidad de una persona de generar ingresos, tener oportunidades y de llevar una vida productiva.

“Conjuntamente debemos buscar nuevas vías para salir de este círculo vicioso, dando énfasis a la vinculación entre políticas económicas y sociales, con atención a situaciones especiales que generan la pobreza”, urgió la Embajadora Castro de Pérez, en referencia a los índices que ponen de relieve la desigualdad que existe en América Latina. Al ilustrar lo que pasa con los sectores más pobres, Castro de Pérez mencionó la mortalidad materna, la falta de educación, la existencia unos 53 millones de habitantes sin agua potable, y 120 millones sin saneamiento sostenible en América Latina, diciendo que son “apenas unos minúsculos ejemplos de esa inequidad y pobreza que nos atrapan.”

El Subdirector de la OPS hizo un balance del desarrollo continental de la situación de la salud y sus impactos sobre la situación de pobreza. Citó estadísticas de la CEPAL indicando que sería necesario un mínimo de 12 años de escolaridad para que las personas sean preparadas para salir del nivel de pobreza indicado. También presentó información sobre varias iniciativas en diferentes países, en la búsqueda de vías para resolver los graves problemas vinculados con la pobreza en las Américas.

Varios embajadores y otros representantes de los Estados miembros ofrecieron durante el intercambio sus propias perspectivas sobre muchos de los temas discutidos en relación con los nexos entre la pobreza y la salud, y sobre cómo se puede mejor la situación. Presentaron ejemplos de iniciativas emprendidas por sus respectivas sociedades.

Referencia: C-095/08