Comunicado de Prensa


SECRETARIO GENERAL DE LA OEA ABOGA POR CAMBIOS ESTRUCTURALES
PARA ASEGURAR LA DEMOCRACIA EN EL HEMISFERIO

  10 de abril de 2007

El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) José Miguel Insulza, reiteró su convicción de que el futuro de la democracia debe asegurarse a través de cambios estructurales que “ataquen de manera frontal” las condiciones sociales de inequidad que predominan en las sociedades del hemisferio. Insulza presentó hoy ante el Consejo Permanente un informe en el que analiza los contenidos y los avances de la Carta Democrática Interamericana en los últimos dos años y aporta reflexiones para su futuro.

El documento dado a conocer a las delegaciones de los 34 Estados miembros de la OEA, cumple con el mandato de la Asamblea General que encargó al Secretario General identificar iniciativas oportunas, eficaces, equilibradas y graduales para abordar situaciones que pudieran afectar el desarrollo político institucional democrático o el legítimo ejercicio del poder dentro del principio de no intervención y el derecho a la autodeterminación, de algún Estado miembro.

En este sentido Insulza valoró el trabajo de la OEA en temas trascendentales como el aumento de la capacidad del organismo para evitar rupturas institucionales, destacando que en los últimos dos años no se ha registrado ninguna en el continente; se refirió a la participación de la OEA en la observación de elecciones limpias y libres y a la efectividad en la solución de crisis. Sintetizando, dijo que “tenemos un buen ganado prestigio en derechos humanos y hemos dado grandes pasos en los temas relacionados con la transparencia y la probidad”.

Sin embargo, el Secretario General indicó ante el Consejo presidido por el Embajador Jorge Valero de Venezuela, que aunque se han logrado considerables avances, “aún tenemos que enfrentar el desafío principal de asegurar de manera permanente la gobernabilidad y sustentabilidad democrática, razón de ser de la Carta Democrática Interamericana”. Precisó que la tarea futura es profundizar su vigencia extendiendo su seguimiento y la cooperación en torno a ella, abarcando especialmente las áreas más débiles, pero sin abandonar aquellas en se han ganado posiciones y fortalezas importantes.

El informe presentado por Insulza, enfatiza la importancia de profundizar sobre las críticas más frecuentes que giran en torno a las circunstancias en las cuales se debe aplicar la Carta Democrática para definir cuándo y en qué medida se ha alterado la institucionalidad democrática de un país. Se refiere también a la aparente tensión entre el principio de no-intervención y la posibilidad de proteger la democracia mediante mecanismos colectivos, mencionando además las dificultades de acceso que la CDI plantea a quienes quieren recurrir a sus mecanismos.

Sobre el futuro de la CDI Insulza propuso entre otras aspectos, “fortalecer los mecanismos de seguimiento con que cuenta la OEA, extendiendo las formas de evaluación multilateral a cada uno de los caracteres que la CDI considera esenciales para la existencia y sustentabilidad de la democracia; expandir la capacidad de la Secretaría General para prever y prevenir las crisis que amenacen con alterar gravemente o interrumpir el proceso democrático en los Estados miembros y alcanzar un consenso político formal, a través de una resolución de Asamblea General, acerca de las situaciones que pueden ser identificadas como alteraciones graves o interrupciones del proceso democrático”.

La propuesta de Insulza abarca también la realización de informes periódicos, en lo posible anuales, sobre los principales temas definidos como esenciales para la democracia en la CDI. En referencia a estos, Insulza sugiere “fortalecer la capacidad de la Secretaría General para asistir a los Estados miembros en los procesos previos o posteriores a las crisis que abarcan el seguimiento, la negociación, el diálogo y los acuerdos políticos, además de la reconciliación nacional, el fortalecimiento de las instituciones, los partidos y organizaciones políticas, la sociedad civil y la supremacía del poder civil frente al militar y ampliar el acceso a la OEA, para solicitar la acción del Consejo, a todos los poderes de los Gobiernos miembros”.

El documento recalca la aprobación de la Carta Social de las Américas, como una forma de impulsar la ciudadanía social y de fortalecer la democracia. Invita a la consolidación de programas en marcha en la OEA, como los de identidad civil, protección de los consumidores y acceso a la justicia, que “forman parte de la misma tarea de cooperar a la generación de ciudadanía social que debemos abordar prioritariamente”.

Finalmente el Secretario General consideró el gradualismo en la aplicación e interpretación de la CDI como el principal criterio instrumental que orienta su acción. “La construcción paso a paso, en una materia tan compleja y sensible, es condición para el éxito. En un sistema multilateral basado en el consenso no se ve otra manera de actuar. Por cierto, el gradualismo no excluye la necesaria dosis de audacia que requiere introducir los cambios necesarios, sino que, regula los tiempos de esa audacia”.

Las Estados miembros acogieron el informe presentado por el Secretario General y renovaron su compromiso en aras de impulsar la plena implementación de la Carta Democrática Interamericana.


Referencia: C-098/07