Comunicado de Prensa


Mensaje del Secretario General de la OEA en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

  25 de noviembre de 2016

El 25 de noviembre el mundo conmemora el día internacional contra la violencia hacia las mujeres y las niñas.
Un gran número de mujeres y niñas siguen siendo víctimas de violencia en sus casa, en el trabajo, en las escuelas y la comunidad.

Las Américas han avanzado en el reconocimiento formal de los derechos de las mujeres y de las niñas, pero siguen siendo una de las regiones con mayores brechas entre los derechos reconocidos en el papel y la cotidianidad de las mujeres.

Cada año, millones de mujeres manifiestan haber sido víctimas de violencia por parte de sus parejas o exparejas, algún familiar cercano, profesores, alumnos, autoridades o un tercero.

Al mismo tiempo, cientos de miles de denuncias nunca llegan a ser procesadas por la ausencia de un cambio cultural que permita comprender que la impunidad contra estas violaciones transmite un mensaje de tolerancia social que reproduce el sistema de relaciones de poder que genera más violencia y más discriminación.

Desde la OEA, a través de la Comisión Interamericana de Mujeres, hemos estado trabajando en avanzar con los Estados Parte de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer – más conocida como Convención de Belém do Pará- en la construcción de herramientas sostenibles para la erradicación de la cultura machista y patriarcal y fortalecer la capacidad de los Estados para juzgar y sancionar a los responsables de esta violencia.

Este año, hemos enfocado nuestro trabajo también a visibilizar los estragos de conductas violentas ampliamente naturalizadas en la región, como el embarazo infantil y los matrimonios forzados de las niñas.

La próxima semana presentaremos el Informe Hemisférico sobre Violencia y Embarazo Infantil, que ha preparado el Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de Belém do Pará. Este informe da cuenta de las alarmantes cifras en la región de niñas de 10 a 14 años de edad que, luego de ser violentadas sexualmente, son obligadas a mantener embarazos de alto riesgo o matrimonios forzados. Situaciones como estas, igual que el femicidio, la mortalidad materna, la feminización de la pobreza, las desapariciones de mujeres o la trata, son fenómenos por desgracia ampliamente extendidos en nuestra región.

Hechos como estos nos convocan a redoblar esfuerzos, a sumar nuestras voluntades a los de los demás organismos internacionales, a fortalecer la capacidad de respuestas de los Estados y a acompañar el movimiento de mujeres en el mundo para erradicar el machismo, la desigualdad y la opresión y lograr que el grito unísono de Ni una Menos sea una realidad.

Referencia: C-225/16