Comunicado de Prensa


Secretario General de la OEA analiza desafíos a la democracia en América Latina

  9 de octubre de 2014

El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, ofreció hoy una conferencia magistral durante el V Foro de la Democracia en la Ciudad de México -Fortalezas y debilidades de los Sistemas Democráticos en América Latina- en la que advirtió que aunque la democracia de la región atraviesa por uno de sus mejores momentos, si los grandes desafíos que se presentan ante ella, no son atendidos, estos podrían terminar por debilitarla.

Al iniciar su intervención, el Secretario General Insulza recordó que “ya son más de 25 años desde que cayeron las últimas dictaduras, más de veinte desde que se alcanzó la paz en Centroamérica y afortunadamente la existencia de sistemas democráticos es hoy el denominador común en las Américas. América y Europa son los continentes más democráticos del mundo”. Dijo que “todos los gobiernos que participan de la OEA han sido elegidos por el voto de sus conciudadanos. La democracia se funda antes que nada en este hecho, piedra angular del sistema. La legitimidad del proceso político se origina en elecciones democráticas, cada vez más limpias, competitivas e inclusivas”.

Apuntó en esa línea, que “la democracia también abarca la realización de una serie de condiciones, valores y derechos, como la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión, el respeto del Estado de Derecho, el pluralismo político y el balance de poderes, el respeto de las libertades fundamentales, la no discriminación y el fomento del desarrollo humano y la inclusión social, definidos como fines del proceso democrático y también como medios para consolidar su estabilidad”.

El Secretario General Insulza sostuvo que “en las Américas, la democracia ya no es definida, como lo fue por mucho tiempo, como una aspiración de los pueblos. Es ahora reconocida como un derecho, y promoverla y defenderla es una obligación contraída por sus gobiernos, de acuerdo al artículo 1 de la Carta Democrática Interamericana”, y planteó que “cualquier evaluación de la situación de las democracias de América, más de una década después de aprobada la Carta Democrática Interamericana, tiene un punto de partida, importante y positivo: la generación democrática de sus autoridades. Nuestras elecciones no son perfectas, pero desde un punto de vista comparativo son un verdadero ejemplo de democracia y participación”. Reconoció en este punto, que “quedan avances que hacer en distintos aspectos, especialmente en los temas de financiamientos político, la participación de género y de minorías y otros, pero nadie discute ya la legitimidad de los gobiernos desde el punto de vista de su generación”.

A partir de esta sólida base, prosiguió Insulza, “podemos establecer un segundo logro: la estabilidad de los gobiernos. Para poder desarrollar y fortalecer la democracia, los países deben ser gobernables. En este aspecto también hemos tenido en la última década enormes progresos. Nuestras democracias nacieron frágiles y ello se hizo evidente en la inestabilidad de que adolecieron muchos gobiernos de esta nueva era democrática. Desde la transición a la democracia en América Latina en la década de 1980, hasta mediados de 2005, 17 presidentes electos concluyeron su mandato de forma prematura, por golpes, renuncia, destitución o por presiones como resultado de la agitación social. Me refiero aquí, por cierto a los gobiernos presidenciales, que incorporan entre sus rasgos la existencia de términos fijos de duración”.

Sin embargo, al redondear su análisis, el máximo representante de la OEA advirtió que el fortalecimiento de la democracia depende también de cómo se enfrenten los desafíos que surgen frente a ella, y anotó entre estos: la pobreza y pobreza extrema, la desigualdad, la discriminación, los problemas de la violencia generados por el crimen organizado, y la transparencia, que lleva al tema del accountability.

El máximo representante de la institución hemisférica puso énfasis especial en la importancia del concepto de rendición de cuentas -o “accountability” en inglés- para enfrentar los desafíos democráticos de hoy. “En la democracia, todo poder debe ser responsable ante algún otro o algunos otros integrantes del sistema”, afirmó el Secretario General, puntualizando que “han existido en los últimos años situaciones o intentos de subordinación de unos poderes del Estado a otros, limitación de la independencia del poder judicial o del poder electoral, restricciones a la libertad de prensa - que no sólo provienen de los gobiernos, sino también de la concentración de los medios de comunicación o incluso del crimen organizado-, limitaciones a la organización y actuación de la sociedad civil, intervención indebida en procesos electorales, que constituyen riesgos de retroceso democrático que es preciso evitar”.

En otro pasaje de su reflexión, indicó que “no sólo las debilidades fiscales e institucionales conspiran contra el fortalecimiento del Estado, sino también la distancia que muchos de nuestros ciudadanos, especialmente en los sectores medios, mantienen hacia la política y la gestión pública”. Agregó que “esa distancia hace fundamental defender la limpieza de los procesos políticos, dijo el Secretario General, “no sólo para combatir el tráfico de drogas y evitar que los intereses de poderes facticos o grupos ilegales se infiltren en el sector público, sino también para garantizar la igualdad de la participación ciudadana y cuidar la frágil confianza que la ciudadanía tiene en la democracia como sistema de gobierno”.

En aras de cuidar esa confianza, dijo Insulza “la reforma institucional y fiscal del Estado son requisitos esenciales del fortalecimiento de las democracias para hacer frente a las realidades de un continente que ya no es pobre, pero sigue siendo fundamentalmente injusto”. “El fortalecimiento del Estado no sólo es necesario para mantener la gobernabilidad, sino para adoptar políticas públicas y crear servicios públicos que mejoren la condición de la gente de América Latina, que cree en la democracia, pero espera que sus gobiernos avancen en la solución de estas carencias y amenazas”.

El Secretario General Insulza hizo hincapié en la importancia de “gobiernos democráticos fuertes y la construcción de las instituciones que pueden darle esa fuerza” para enfrentar los desafíos de la democracia. La construcción de esas instituciones, a su vez, “requiere necesario de un dialogo político amplio, transparente y participativo, entre fuerzas políticas y actores sociales; requiere de acuerdos de gobernabilidad de larga proyección”.

El V Foro de la Democracia, organizado por la Secretaría General de la OEA en conjunto con el Instituto Nacional Electoral, el Colegio de México, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA) y el Fondo de Cultura Económica, tiene como objetivo generar un intercambio de experiencias y conocimientos entre actores regionales clave sobre el estado de la democracia en el contexto latinoamericano actual.

El Foro constituye una instancia de reflexión, desde la pluralidad, acerca de la actualidad política continental. Por ello, convoca a personalidades políticas, académicas, de la opinión pública especializada, y del mundo electoral a debatir sobre posibles caminos que conduzcan a la consolidación democrática de nuestra región.

Este encuentro forma parte de la alianza estratégica formada por el Instituto Nacional Electoral de México, y la OEA con el ánimo conjunto de procurar el fortalecimiento de la democracia en América Latina.

Más información sobre el Foro está disponible aquí.

Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org

Referencia: C-432/14