Contexto


Discurso del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, en el evento paralelo (UNGA) sobre la “Declaración de San José: Una respuesta regional a las necesidades de protección”

  21 de septiembre de 2016

*Cotejar con discurso pronunciado*

En Junio, en la Declaración de Acción de San José, los actores gubernamentales, no gubernamentales, y multilaterales clave del Hemisferio coincidimos en que existe una responsabilidad compartida para hacer frente al impacto humanitario de la migración.   Acordamos acciones concretas en beneficio de los migrantes. Es hora de implementar las medidas, no podemos esperar más, porque se trata de seres humanos sufriendo.

Amigas y amigos

  • La protección de los derechos humanos de los migrantes, en condiciones de igualdad con otros ciudadanos, es responsabilidad de todos. El respeto de la dignidad humana de los migrantes es un paso indispensable para favorecer su inclusión y el desarrollo de los países, tanto de origen como de destino.
  • Esos efectos son altamente positivos, se reflejan no solamente en el ámbito económico sino en el ámbito social, y generan sociedades más pacíficas, tolerantes e inclusivas.
  • El manejo intra-regional de la migración asegurando la protección de los derechos humanos de toda persona,  presenta desafíos nuevos  para los países de la región, por ejemplo:
    • Hay choques en el enfoque de tratamiento de la movilidad humana: seguridad versus derechos humanos
    • Hay diferencias de enfoque sobre las causas de la movilidad humana
    • Falta normatividad en nuestra región para el tema de refugiados
    • Carecemos de protocolos estandarizados, con niveles de protección de derechos mínimos, de tratamiento de migrantes, refugiados, desplazados.  
  • En julio se registró un avance significativo en nuestro Hemisferio con la adopción de la Declaración de San José, producto de la Mesa Redonda “Llamado a la acción: Necesidades de protección en el Triángulo Norte de Centroamérica”.
  • La Declaración deja claramente identificadas las respuestas y soluciones a ser implementadas en los países de origen, de tránsito y de destino de los desplazados.
  • La Declaración define acciones concretas que incluyen:
    • acciones de prevención
    • respuestas a las causas subyacentes
    • mecanismos de protección en los países de origen
    • protección internacional para los solicitantes de asilo y los refugiados que huyen de estos países.
    • compromisos específicos para fortalecer la responsabilidad compartida entre países de origen, de tránsito y de destino.
    • compromisos de fortalecer oportunidades para la autosuficiencia y la integración local de los refugiados, incluyendo inversiones de fondos para el desarrollo.
    • Compromisos por parte de la sociedad civil de incrementar su apoyo en áreas como la administración de albergues y prestación de asesoría legal.
  • Esta declaración fue producto del esfuerzo de colaboración por parte de los países, los actores humanitarios y las agencias internacionales, la sociedad civil y la academia.
  • Después de la reunión de San José tenemos una mejor apreciación colectiva de las dimensiones de la movilidad humana en nuestra región, conocemos mejor la dimensión migratoria y la dimensión de refugiados del desplazamiento en nuestra región. Ahora tenemos claro que:
    • hay una dimensión de refugiados en la región
    • falta mucha información y muchas acciones para atender esta realidad.
  • Gran parte de la atención internacional ha estado enfocada en la crisis de refugiados en Europa,  y los  impactos en este Hemisferio. Ese tema ha sido parte también de las discusiones en el marco de la Asamblea General de la OEA.
  • Sin embargo, y tal como lo ha documentado en números ACNUR, recientemente se ha desatado otra crisis de protección en Centroamérica que ha afectado a esa subregión, y a Norteamérica.
  • El aumento de la violencia en El Salvador, Guatemala y Honduras obligó a miles de mujeres, hombres y niños a abandonar sus casas durante 2015, principalmente hacia México y Estados Unidos.
  • El número de refugiados y solicitantes de asilo con casos pendientes procedentes de estos tres países de América Central pasó de 20.900 personas en 2012 a 109.800 en 2015.
  • Afortunadamente para nuestra región, estas cifras no se acercan a las de las crisis de refugiados de África y de Oriente Medio, pero se han quintuplicado en solo tres años y seguramente seguirán en aumento. De ahí lo pertinente de este Llamado a la Acción amplio y multisectorial.
  • La OEA, se ha comprometido a apoyar el desarrollo de sistemas de información para la formulación de políticas y programas para la protección de víctimas del desplazamiento forzado y personas retornadas.
  • Esto podemos hacerlo construyendo sobre nuestro valor agregado, el haber establecido un Sistema Continuo de Reportes sobre Migración en las Américas (SICREMI), que sirve de modelo a replicar en lo que a generación de estadísticas y análisis migratorios refiere.
  • También nos comprometimos a contribuir y a acompañar a los países en el diseño e implementación de  protocolos de atención a las víctimas de desplazamiento forzado en mayor situación de vulnerabilidad como mujeres, niños y personas con discapacidad. 
  • Todos los que participamos en este esfuerzo tenemos la obligación de avanzar en el cumplimiento de los compromisos adquiridos.
  • Desde la OEA, y en colaboración con nuestros colegas de ACNUR, hemos asumido también la tarea de implementar un mecanismo de seguimiento a los acuerdos celebrados en esta Declaración, para analizar el progreso y las tendencias en el cumplimiento de los objetivos de la Declaración y facilitar la cooperación entre los Estados Parte.
  • Tomando en cuenta la magnitud del fenómeno y las tendencias, nadie duda de que la cooperación internacional es indispensable en la protección de los derechos humanos de los ciudadanos centroamericanos que se encuentran en una situación de alta vulnerabilidad.
  • Específicamente, la cooperación internacional puede ayudar en estas áreas:
    • la atención a necesidades de protección de las poblaciones en riesgo de desplazamiento y durante el trayecto;
    • el fortalecimiento de los mecanismos de prevención y respuesta nacional de protección existente en los países de origen;
    • la implementación de mecanismos de identificación y derivación, alternativas a la detención, el acceso a los procedimientos de determinación de la condición de refugiados en países de asilo para las personas necesitadas de protección internacional y;
    • las necesidades específicas de protección de niños, mujeres y LGBTI  solicitantes de asilo.
  • Y esto no puede esperar, porque como subraye al inicio,  son seres humanos los afectados. Los migrantes, los refugiados, las personas desplazadas del Triángulo Norte de Centroamérica y de nuestra región, en general, son el rostro humano de las lagunas en materia de desarrollo e inclusión social en nuestra región.
  • Son también el rostro humano de las consecuencias del carácter transnacional de la violencia y la inseguridad en esta subregión.
  • Ante esta desgarradora realidad, me complace que los firmantes de la Declaración de San José hayan establecido un marco de respuesta que entiende el desplazamiento forzado como un reto con dimensiones vinculadas al desarrollo sostenible pero también con el respeto y protección de derechos humanos.
  • Quiero dejar aquí constancia expresa una vez más de nuestro firme compromiso para que la Organización contribuya activamente a enfrentar la crisis de protección que viven los migrantes, refugiados, desplazados en esta región.
  • Este compromiso se manifiesta tanto a través de acciones concretas en las labores de los órganos, organismos, y entidades de la OEA, como en el seguimiento de los acuerdos y recomendaciones a los Estados miembros, organizaciones multilaterales y de la sociedad civil que emanen de este esfuerzo.
  • La protección de los migrantes, refugiados y desplazados es una oportunidad para demostrar que podeos avanzar juntos en una agenda de inclusión social y protección de derechos que nos permita ‘no dejar a nadie atrás.

Muchas gracias.

Referencia: D-016/16