Discursos

SEÑORA MINISTRA DE RELACIONES EXTERIORES DE EL SALVADOR MARIA EUGENIA BRIZUELA DE AVILA
XXXIII REUNION ORDINARIA DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ORGANIZACION DE ESTADOS AMERICANOS

9 de junio de 2003 - Santiago, Chile




"GOBERNABILIDAD DEMOCRATICA EN LAS AMERICAS"


Señora Presidenta
Señor Secretario General
Señores y Señoras Cancilleres
Embajadores y Representantes Permanentes
Distinguidos Invitados
Amigos Todos


Sean mis palabras iniciales para manifestar nuevamente la complacencia de mi delegación por encontrarnos en su patria, estimada colega, con motivo de una edición más de la Asamblea General, convocada en esta ocasión bajo el imperativo de discusiones sobre la gobernabilidad democrática en las Américas, al que contribuiremos desde la perspectiva salvadoreña.

Nuestra América es uno de los continentes donde la democracia, independientemente de algunas excepciones y situaciones de coyuntura, ha sabido irse edificando y consolidando durante las últimas décadas. Hoy nos toca dar un segundo paso hacia la gobernabilidad democrática.

En los últimos años se ha hablado de la crisis de los partidos políticos como consecuencia de la carencia de representatividad de los intereses de la población, de la falta de credibilidad en las instituciones públicas, de un desinterés generalizado de la población hacia lo político que se refleja en los altos índices de ausentismo electoral y de un descontento de la población .

Estos factores, entre otros, constituyen un punto de reflexión para que examinemos y reencaucemos nuestros esfuerzos y compromisos hacia la generación de las condiciones y medidas necesarias que permitan no solo legitimar y prestigiar a la democracia, sino también modernizar el sistema en que se sustenta, desarrollando la gobernabilidad institucional y la participación política.

La modernización de la Democracia

Esta modernización implica en la práctica la adopción de una serie de medidas y reformas en el aparato del Estado que conlleven a asegurar la confianza de la población en sus instituciones y sus gobernantes.

Existen una serie de áreas donde hay que llevar a cabo y en algunos casos fortalecer y profundizar las reformas institucionales, como en los casos de los sistemas electorales, los sistemas judiciales, los sistemas de contraloría de las finanzas públicas, además de promover la descentralización y desconcentración de la gestión pública, entre otras.

Sin embargo, aparte de la propia modernización institucional del sistema democrático, se hace necesario reforzar los mecanismos que dan vida y que son la expresión auténtica de la vivencia y la práctica democrática, y es a algunos de ellos que deseo referirme a continuación.

Participación de todos los sectores en el Desarrollo

Se vuelve imperativo fortalecer las relaciones entre los ciudadanos y la clase política como elemento para lograr la necesaria cohesión social que requiere la gobernabilidad democrática, de acuerdo al espíritu y letra de la Carta Democrática Interamericana.

La imposibilidad del Estado y de las instituciones políticas de dar siempre respuesta a todas las necesidades de la sociedad, demanda de una mayor participación civil en los procesos de desarrollo tanto locales, como nacionales. Esta participación en términos amplios, significa el involucramiento de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones políticas, formulación y ejecución de acciones económicas, sociales y culturales.

Es decir, que el compromiso con una gobernabilidad democrática conlleva a que todos, incluyendo la ciudadanía asumamos mayores responsabilidades colectivas mediante una mejor y mayor articulación de las relaciones con el Estado y la clase política, derivándose de ello beneficios de interés común en los diversos campos de acción.

Por ello, consideramos que la función democratizadora del Estado, debe ser principalmente, la de estimular con mayor determinación la solidaridad y la unidad nacional. Para ello, el Estado debe asumir el rol integrador de las diversas fuerzas sociales y encauzarlas hacia la consecución de objetivos y metas comunes, con una clara visión del sentido de Nación.

Es así como en El Salvador valorizamos la libertad de expresión, como uno de los pilares fundamentales de nuestra democracia, enarbolando la libertad individual de pensamiento y como seres colectivos, la libertad de comunicarnos

Nuestras democracias exigen que nosotros mismos las fortalezcamos, pero nuestros pueblos requieren que la cultura de la probidad y la ética pública sea vean reflejados en las conductas de sus representantes para hacer sentir esa pertenencia y orgullo nacional que se deriva de vivir en un Estado libre, transparente y democrático.

Desarrollo Económico y Social para fortalecer la Gobernabilidad

El tema fundamental a nuestro criterio para promover la gobernabilidad y contrarrestar las amenazas a la seguridad democrática, lo constituye el desarrollo económico y social, dado que la democracia y el desarrollo económico y social son interdependientes y se refuerzan mutuamente, tal como se encuentra consagrado en nuestra Carta Democrática Interamericana.

Cuarenta de cada 100 salvadoreños, no sabían leer ni escribir, al terminar la guerra en mi país. En El Salvador de hoy, solo 14 de cada cien salvadoreños, se encuentran en esa situación.

En 50 años, el país construyó 2647 escuelas. En sólo cuatro años, el Gobierno del Presidente Francisco Flores construyó 1300 escuelas nuevas, y además amplió 1588, y reparó 900 adicionales.

A pesar de la destrucción que los terremotos hicieron en los pozos, líneas de implementación y sistemas completos, el avance en la cobertura de agua potable, no se ha detenido. Al firmar la paz, 70 de cada 100 salvadoreños en las áreas urbanas, tenía acceso a los servicios de agua potable. Actualmente, 90 de cada 100 salvadoreños, tiene agua en sus hogares.

A causa de los terremotos del 2001, más de 166 mil viviendas fueron destruidas,
En los años ochenta, se construía un promedio de 9 mil viviendas al año. En los 90, se construía 20 mil. En cuatro años hemos construido 222mil viviendas temporales y 145 mil viviendas permanentes, logrando la reducción más significativa de familias que vivían en zonas de alto riesgo de los últimos tiempos.

El desplome de los precios de productos primarios de exportación y el alza de los precios del petróleo, significaron que al iniciar nuestro Gobierno, con un quintal de café, comprábamos 10 barriles de petróleo, hoy, con un quintal de café, compramos dos y medio barriles de petróleo.

A pesar de un entorno internacional sumamente complejo, con recesiones económicas, quiebra de países enteros, terrorismo y guerras, que han derribado la estabilidad de muchas economías, El Salvador es hoy, uno de los pocos países en América Latina, que ha experimentado un crecimiento económico positivo, es el país que tiene las tasas de interés e inflación, mas bajas en la región, y es uno de los pocos países en América, que posee grado de inversión.

Logramos reconstruir el país, honrar nuestras deudas, duplicar la inversión pública, construir la obra social más grande en la historia del país, reduciendo el déficit fiscal, y sin subir impuestos.

Seguiremos trabajando por un país libre, estable donde se consolida la libertad económica y se fortalece la inversión social. Esta es la única ruta para cumplir nuestras aspiraciones de superación. Necesitamos de la gobernabilidad democrática para continuar con resultados tangibles en beneficio de nuestra sociedad y asegurar su sostenibilidad intentando llegar hasta el último ciudadano.

Todos debemos sentirnos bien para decir que la democracia funciona y no margina. El concepto de gobernabilidad democrática y su aplicación en la práctica adquiere una dimensión que va más allá del mero aseguramiento de la estabilidad institucional democrática, para convertirse en algo más amplio que abarca todas las condiciones necesarias para que la función de gobernar se pueda desempeñar con eficacia, legitimidad y respaldo social.

Podemos decir que nuestra América ha avanzado significativamente en el plano político, pero no podemos decir que estos avances han sido de manera paralela en el plano económico y social, debido a diversas razones de origen interno y externo. Existe un déficit entre lo uno y lo otro que debe ser equilibrado para lograr la necesaria simbiosis que demanda la seguridad democrática en nuestro continente.

Y ello debe ser así, porque existe el criterio generalizado de los ciudadanos de que la democracia no ha podido resolver sus problemas económicos y sociales, lo cual afecta la credibilidad de la democracia, y conlleva en el peor de los casos a promover el populismo y a estimular el extremismo político.

Para lograr cimentar y hacer irreversibles los procesos democráticos en nuestro continente es indispensable fortalecer entonces los procesos de desarrollo económico y social a través de la libertad de los mercados y de los flujos de capital, lo que implica para nuestros países aumentar las posibilidades del intercambio comercial y de las inversiones, lo cual a su vez genera oportunidades para lograr una mayor eficiencia productiva, incrementar las fuentes de trabajo y lograr mejorar la calidad de vida de los habitantes, dándole con ello un verdadero soporte a las democracias y a la gobernabilidad.

En suma, las libertades políticas a través de la buena práctica democrática y la gobernabilidad, aunadas al progreso económico a través de una libertad de un comercio justo y equitativo, son la clave para que América en su conjunto pueda progresar y proyectarse con fortaleza a nivel internacional.

A ello, como americanos, debemos sumar nuestras voces contra las violaciones de derechos humanos que se cometen en nuestro hemisferio y propiciar, como lo establece la Carta Democrática Interamericana, el que los pueblos de las Américas tienen derecho a la Democracia y sus Gobiernos la obligación de promoverla y defenderla.

Estamos plenamente convencidos de que si llevamos a la práctica con realismo y enfrentamos con capacidad de cooperación colectiva estos elementos que hemos mencionado, estaremos contribuyendo significativamente a fortalecer la gobernabilidad y a consolidar las democracias en nuestra América.

Así concluímos, pidiendo que la Declaración Política que adoptaremos en esta reunión, cobre vida y se traduzca en una agenda de implementación, mandatando para ello al Consejo Permanente para que con la asistencia de la Unidad para la Promoción para la Democracia, desarrolle la agenda práctica de gobernabilidad para el hemisferio, tomando en cuenta nuestras particularidades y nuestras visiones comunes como resultado de este dialogo.

Muchas Gracias