Señor Embajador Rodolfo Gil, Representante Permanente de la Republica Argentina, cuyo gobierno ha asumido el liderazgo de la Cumbre que se realizara en poco mas de ocho cortos meses; Presidente de la Comisión de Gestión de Cumbres y Participación de la Sociedad Civil en las Actividades de la OEA

Señores y señoras representantes de la sociedad civil e invitados especiales

Señor Luis Alberto Rodríguez, Director of the “Summit of the Americas Secretariat,” la Oficina que actúa como secretaría del Proceso de Cumbres desde la Oficina del Secretario General


Quisiera darles la bienvenida a ésta Mesa Redonda sobre el tema de la Cuarta Cumbre de las Américas: “Crear Trabajo para Enfrentar la Pobreza y Fortalecer la Gobernabilidad Democrática,” que se llevará a cabo la primera semana de noviembre en la Republica Argentina.

La Cumbre de Mar del Plata se realizará en un momento crítico para el hemisferio y merece todo nuestro apoyo. Los desafíos creados por la desigualdad y la extrema pobreza están obligando a nuestros líderes a redefinir prioridades, buscando el sentido compartido que sólo las Cumbres de las Américas pueden ofrecer. Los presidentes y jefes de gobierno tienen poderes y responsabilidades muy especiales; quizás sea por este mismo hecho que se han dado cuenta que aun ellos no lo pueden hacer solos. Las Cumbres han reconocido la necesidad de incluir en las discusiones al sector privado, a las organizaciones sindicales, a los partidos políticos, a los académicos y a las organizaciones no gubernamentales (ONGs). Creo que esta actitud nos ayuda a profundizar y darle continuidad a nuestra democracia.

El diálogo que entraprenderemos hoy y mañana es importantísimo porque nos servirá para intercambiar opiniones y puntos de vista con líderes de la sociedad civil sobre el tema central de la Cuarta Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno. La participación de la sociedad civil en este camino hacia la Cumbre radica en un hecho político muy sencillo: políticas comunes en beneficio de todos los ciudadanos de las Américas no se pueden fijar en una era democrática sin la más amplia participación posible.

Quisiera resaltar la importancia que la Secretaría General y yo personalmente le damos al proceso de Cumbres y a la participación de la sociedad civil.

El pasado mes de diciembre el Proceso del Cumbres cumplió 10 años. Hace 10 años la primera Cumbre en Miami fue consensuada solo después de una negociación de ultimo momento entre el gobierno de los Estados Unidos y el Grupo de Río liderado en la época por el Brasil. Aun así, los países del CARICOM manifestaron notable escepticismo. Y concluida la Cumbre, los Embajadores del Consejo Permanente de la OEA, que habían sido representados solo a través de su Secretario General, debatieron abiertamente si la OEA podía aceptar mandatos originando en un proceso ajeno a la Carta de la OEA y sin los recursos correspondientes.

Hoy en la OEA hemos orientado todas nuestras tareas hacia los mandatos de los Presidentes y Jefes de Estados. Hoy existe una Secretaría del Proceso de Cumbres que depende directamente del Secretario General y con la autoridad y capacidad de coordinación para asegurar que nuestras áreas técnicas apoyen a los Estados miembros en su implementación de las decisiones de los mandatarios. Hoy, esta Secretaría es dirigida por un distinguido Caribeño con la experiencia regional y subregional para diseñar estrategias para promover una mayor colaboración entre todos los actores.

Desgraciadamente un aspecto que ha seguido constante en estos diez anos es la falta de recursos. La nueva vida política que el proceso de cumbres dio a la Organización no ha tenido una contraparte financiera. Los esfuerzos que realiza la Secretaría del Proceso de Cumbres en las actividades de la OEA y en consolidar la participación de la sociedad civil en las Cumbres no serian posibles sin apoyos especiales, apoyos externos al Fondo Regular.

En este sentido, es importante mencionar dos iniciativas. La primera es la que se adelanta con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) denominada “Fortaleciendo la Participación de la Sociedad Civil en la Cumbre de las Américas y la Asamblea General de la OEA “ y la segunda, la que se adelanta con el Open Society Institute “Iniciativa Interamericana de Cooperación con la Sociedad Civil”.

Ambos proyectos facilitan la participación de la sociedad civil en el Proceso de Cumbres de las Américas mediante la implementación y el monitoreo de los mandatos, la suma de los aportes de la sociedad civil en la agenda interamericana, y la oportunidad de las organizaciones de la sociedad civil de contribuir en la formulación de políticas dentro de las actividades de la OEA.

Mi reconocimiento especial para nuestros amigos del Departamento de Estado de los Estados Unidos y de la USAID, Steve Liston, Steve Hendrix, Maria Barron. George Vickers del Open Society Institute ha hecho importantes aportes a nuestras labores.

La Secretaría General agradece a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el aporte realizado para facilitar la participación de organizaciones de la sociedad civil, sean estas previamente reconocidas por la OEA o no. Gracias a ese apoyo hemos procesado el registro de casi un centenar de organizaciones de la sociedad civil y asegurado la presencia de 40 representantes de organizaciones de la sociedad civil de América Latina y el Caribe.

El debate del día de hoy enriquecerá las discusiones que adelantan los Estados miembros en la Comisión de Cumbres que preside el Embajador de Argentina con la vicepresidencia de Canadá y en el Grupo de Revisión de la Implementación de las Cumbres (GRIC) cuya próxima sesión se realizará en Buenos Aires en Marzo. Mañana ustedes podrán presentar sus conclusiones en el seno de la Comisión de Gestión de Cumbres y participación de la Sociedad Civil. Esta es una Comisión del Consejo Permanente, lo que permite que el Consejo reciba sus aportes e insumos directamente y sin intermediarios.

La participación del Dr. Marcio Pochmann de la Universidad de Campinas de Brasil, del Dr. Allan Rosenbaum de Florida International University, de José Jara de FLACSO Chile, de Gustavo Gamallo de la Red Interamericana para la Democracia, de Cecilia Cortes de la Fundación para la Paz y la Democracia de Costa Rica, de Javier Torres - Asociación de Servicios Educativos Rurales del Perú y del propio George Vickers de Open Society Institute, augura que lograremos los objetivos que nos hemos propuesto. Mi especial gratitud por la dedicación y esfuerzo de todos Ustedes.

Amigas y amigos de la sociedad civil:

La clave para la estabilidad democrática en las Américas pasa por sacar a dos centenares de millones de personas de su marginación y miseria y traerlas a disfrutar los beneficios del desarrollo. También consiste en promover una cultura de democracia y en hacer que todos los ciudadanos se sientan parte del diseño de las políticas públicas.

Estas metas -- sacar a los pobres de la marginación y miseria y promover una cultura de democracia – no son metas aplicables solo a un puñado de países. Haití lo ejemplifica. La estabilidad y el progreso en Haití dependen del desarrollo económico e institucional. Argentina esta presente en Haití hoy con las Naciones Unidas y con la OEA, confirmando su liderazgo con acciones practicas. Todos sufrimos, todos estamos comprometidos, y todos tenemos que participar en la lucha identificada por mi amigo Rodolfo Gil “avanzar la justicia social utilizando los parámetros del sistema democrático”.

Los esfuerzos realizados por la República Argentina, con el apoyo de la Secretaría del Proceso de Cumbres de la Organización y de nuestros Estados miembros, son sin duda una muestra de que es posible atender las preocupaciones de la sociedad civil, oír su voz, y ampliar las avenidas de participación por la que todos debemos transitar.

Muchas gracias.