Discursos

LIC. FRANCISCO ESTEBAN LAÍNEZ, MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE EL SALVADOR
INTERVENCIÓN DEL SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE EL SALVADOR, DURANTE EL DIÁLOGO DE JEFES DE DELEGACIÓN SOBRE EL TEMA “HACER REALIDAD LOS BENEFICIOS DE LA DEMOCRACIA” XXXV PERÍODO ORDINARIO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA OEA

6 de junio de 2005 - Fort Lauderdale, FL


Señora Presidenta, Dra. Condoleeza Rice
Señor Secretario General, Dr. Miguel Insulza
Señor Secretario General Adjunto, Embajador Luigi Einaudi
Colegas Jefes de Delegación
Observadores Permanentes, Invitados Especiales


Complace sobremanera a nuestra Delegación, encontrarnos con las del resto de Estados miembros en esta vibrante ciudad, símbolo de la pujanza de su país, señora Presidenta:

Las deliberaciones que sostenemos bajo su acertada conducción, señora Secretaria de Estado, nos permitirán hacer un balance de la actuado colectivamente en el foro de diálogo por antonomasia de las Américas; y, como producto de ello, ratificar y perfeccionar el compromiso hemisférico con la democracia representativa como sistema de vida.

Saludo al Secretario General al inicio de una gestión que anticipamos destacada para bien de los temas que nos congregan en esta cita. Sus credenciales democráticas, labradas en la vida pública de su patria, la hermana República de Chile, nos hace esperar con grata expectativa sus reflexiones y propuestas.

Al inicio de su gestión, sabrá contar con el sabio apoyo del Embajador Einaudi, quien aseguró una transición exitosa en condiciones nada ideales. El agradecimiento a su distinguida labor interamericanista, constará en letras de oro en los anales de la OEA.

Es cada vez mayor la convicción colectiva de que los imperativos de la agenda de desarrollo en nuestros países demandan que los mecanismos de gobernabilidad sistematicen las pautas, valores, principios, líneas de acción y prácticas de participación de manera tal que los beneficios de la democracia se concreten más en las esferas económica y social.

Por ello, resulta sumamente apropiado el tema que el gobierno de los Estados Unidos nos propone a fin de centrar el diálogo en torno al acuciante tema de hacer realidad los beneficios de la democracia, al que me propongo contribuir desde la perspectiva salvadoreña.

Recordamos que enfrentar la pobreza crítica es parte esencial de la promoción y consolidación de la democracia representativa y constituye responsabilidad común y compartida de los Estados americanos, tal cual reafirma la Carta de la Organización y desarrolla la Carta Democrática Interamericana.

En efecto, dicho instrumento político consigna tanto el derecho de nuestros pueblos a la democracia como la obligación de los Gobiernos a promoverla y defenderla, en tanto resulta esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos.

El régimen democrático no es una abstracción sino la aplicación concreta de sus elementos – como el respeto a los derechos humanos, el ejercicio responsable del poder, la independencia de los poderes públicos y, por supuesto, la celebración de elecciones libres.

Los elementos aludidos se corresponden con los componentes se esa misma vivencia y práctica democráticas, es decir, la transparencia de las actividades estatales, la probidad, la responsabilidad oficial en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa.

El equilibrio dinámico de los elementos y componentes de la democracia, la observancia de los mismos por los actores socio-políticos a la hora de negociar la toma e implementación de decisiones sobre asuntos públicos, determina el estado de la gobernabilidad democrática.

Señora Presidenta, Jefes de Delegación

El marco normativo de la Carta Democrática resulta más valorado, y puede ser potenciado en sus parámetros, cuando lo contrastamos con los procesos y las coyunturas por las que atraviesan los respectivos procesos nacionales.

En el año transcurrido desde nuestro último encuentro, nos hemos ocupado y preocupado, particularmente, por la situación interna de ciertos países en las subregiones del Hemisferio.

Esas situaciones reflejaban, en diferentes contextos, síntomas que no les son exclusivos respecto al malestar de la democracia, los factores de inestabilidad, la incertidumbre, debilidad institucional, la falta de credibilidad de las opciones y/o las carencias del liderazgo político en gran parte de América Latina.

Ustedes conocen el devenir histórico de mi país, El Salvador, el cual nos lleva a atesorar la democracia como un bien común. Los acuerdos de Paz nos permitieron fundar nuevamente la República, construir una identidad de propósitos, posibilitar la expresión de la sociedad civil y crear instituciones en función de las agendas nacionales.

La tolerancia fue un aprendizaje paulatino, de grandes réditos, en el que las fuerzas vivas del país comprendieron que nadie tiene la exclusividad de las respuestas. El capital democrático lo utilizamos para dirimir las diferencias y alcanzar compromisos legítimos en base a las reglas de la negociación política.

Por supuesto que los disensos son numerosos; los actores políticos, económicos y sociales modernos – o sea los que evolucionan – están conscientes que las necesidades de la ciudadanía son ingentes y no ideológicas, ya que los recursos son limitados y los Estados pequeños deben hacer inclusive mayores esfuerzos para contener los riesgos, la amenazas y los desafíos multidimensionales que afectan el goce de los derechos y la estabilidad democrática.

Hace precisamente un año esta Asamblea General saludó la asunción al mando del Presidente Saca, a cuyo gobierno me honro en representar. En respuesta a ese voto de confianza, hoy me satisface informar a este foro que el Gobierno, consciente de su mandato, ha privilegiado la concertación y ejecuta la reforma fiscal que permitirá una mejor distribución del ingreso hacia la inversión social y el desarrollo humano.

A partir de una visión realista del futuro, el énfasis es en una gestión cercana a las necesidades del pueblo, que fomenta la igualdad de oportunidades, y no tolera el gasto estatal ineficiente, pues el pueblo espera respuesta a sus peticiones, necesidades , justicia confiable, prioridad a los grupos vulnerables, atención a la seguridad ciudadana, entre otros.

La permanente fiscalización por los medios de comunicación de masas es un signo elocuente del quehacer político clave para la sociedad civil, en una democracia sinónimo de participación pública que se orienta a profundizar la representación política en un proyecto de país que brinda perspectivas a corto mediano y largo plazo en base a prácticas de buen gobierno.

Señora Presidenta, Jefes de Delegación.

La Asamblea General ha reconocido que el multilateralismo y la cooperación multilateral juegan un papel importante en el apoyo a los esfuerzos nacionales para promover la gobernabilidad y los principios de la democracia, y facilitan el diálogo y la cooperación en el ámbito político, económico, social y cultural.

Debemos focalizar nuestras acciones orientadas a la plena vigencia y aplicación en el Hemisferio de los principios y valores contenidos en la Carta Democrática Intermaricana

A los Estados miembros corresponde ejercer la capacidad de diálogo, de lograr entendimientos, disipar incomprensiones y generar los consensos, evidenciada durante la negociación de la Carta Democrática, a esta nueva etapa de desarrollo de la misma: dotarla de formulas sostenibles de observancia.

Hablamos de un salto cualitativo respecto a los marcos de referencia democrática: el perfeccionamiento del mecanismo de promoción y protección del sistema democrático en las Américas.

La Carta no es un instrumento de intervención en los asuntos internos de los Estados; más bien, constituye un esquema de convivencia y solidaridad interamericana que ha de permitir a la OEA definir su espacio de acción propio para coadyuvar a la reinstitucionalización de la política en aquellas sociedades que requieran su concurso y cooperación.

Lo anterior lo lograremos enfrentando el reto ante nosotros, o sea, mejorar el funcionamiento de las instituciones democráticas, al ser éstas un elemento fundamental para que muestren resultados los esfuerzos orientados a promover el crecimiento con equidad.

La acción complementaria de la OEA, en coordinación con otros organismos internacionales, en el marco de un multilateralismo proactivo, sabrá coadyuvar a la preparación de respuestas efectivas y progresivas de nuestras democracias al bienestar de nuestros pueblos, a fin de hacer cada día más reales los beneficios de la democracia.


Muchas gracias