Discursos

DOCTOR JOSÉ LUÍS VELÁSQUEZ PEREIRA, EMBAJADOR REPRESENTANTE PERMANENTE DE NICARAGUA ANTE LA OEA
PALABRAS DEL DOCTOR JOSÉ LUÍS VELÁSQUEZ PEREIRA, EMBAJADOR DE NICARAGUA ANTE LA OEA, EN OCASIÓN DE SU BIENVENIDA ANTE EL CP OEA

28 de septiembre de 2005 - Washington, DC


Señor Presidente del Consejo Permanente Excelentísimo Señor Embajador Roberto Álvarez.
Señor Secretario General, Dr. José Miguel Insulza.
Señor Secretario General Adjunto, Embajador Alberto Ramdin.
Señores Embajadores, Representantes Permanentes y Alternos de los Estados Miembros de la OEA.
Señores Observadores Permanentes.
Señores Funcionarios de la OEA.

Es un verdadero honor recibir esta bienvenida como Representante Permanente de Nicaragua ante esta importante Organización Hemisférica, que ha sabido representar y defender los valores democráticos de las naciones americanas.

En nombre del gobierno y del pueblo de Nicaragua, deseo reiterar a este Consejo nuestro más profundo agradecimiento por el apoyo que la OEA, ha brindado a nuestra nación.

Como es de todos conocido, la historia reciente de Nicaragua revela el firme y decidido compromiso de nuestro pueblo con la búsqueda de la libertad y de la democracia. En 1979 pusimos término a la más larga dictadura de América; y en 1990 derrotamos en las urnas, en las calles y en las montañas al experimento totalitario que la quiso suceder. Este camino ha sido difícil de recorrer y a ratos se ha tornado en un verdadero vía crucis. Sin embargo, el pueblo nicaragüense ha encontrado en la Organización de Estado Americanos a un Simón de Sirene dispuesto siempre a ayudarle a cargar con su cruz. La OEA, en este sentido, ha desempeñado un papel clave en la historia de mi país; Elocuentes testigos de esta afirmación son la resolución de la Decimoséptima Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de Junio de 1979 y en la Década de Mil novecientos ochenta los redoblados esfuerzos para poner fin a la cruenta guerra civil a la que nos llevo la traición de los ideales de la Revolución; Posteriormente la OEA sentó las bases para los acuerdos de paz, la desmovilización de los armados y de las elecciones de 1990; luego se involucro en el desminado que se encuentra en su fase final y en la defensa de los derechos humanos de miles de nicaragüenses que hoy mas que nunca demandan su protección.

Por esta importante presencia de la OEA, en el pasado y en el presente, agradezco a nuestra organización el respaldo que ha brindado al pueblo nicaragüense en sus ansias por defender la institucionalidad democrática cuando ha sido puesta en riesgo, y particularmente en los actuales momentos que nuestra democracia se encuentra nuevamente amenazada, por un golpe de estado de baja intensidad que viene fraguando desde hace meses una clase política caduca y rapaz que sujeta al atavismo del pasado de pactos espurios de espaldas al pueblo ha olvidado el principio fundamental de la republica “Salus Populus Suprema Lex Est” se revela incapaz de liderar al pueblo nicaragüense por la senda de la modernidad, la paz y la prosperidad.
Para Nicaragua, ha sido de vital importancia recibir de esta Organización, las tres misiones que nos han visitado en los últimos dos meses. La primera presidida por el ex-presidente y actual embajador de Panamá, Dr. Arístides Royo; la segunda misión por su excelencia y Secretario General, Dr. José Miguel Insulsa y actualmente la presidida por el ex-canciller de Argentina, Embajador Dante Caputo.

Señor Secretario General, el pueblo y Gobierno de Nicaragua confía plenamente que nuestra Organización Regional sabrá defender eficazmente los principios y valores reconocidos en la carta de la OEA, en las diferentes Declaraciones y Cumbres y en su más importante instrumento que posee, como es la Carta Democrática Interamericana.
Sobre el avance de la Democracia en América. Podemos decir que al optimismo rampante de los 90 ha sucedido el pesimismo agobiante del 2000, hasta el punto de que hoy nos enfretamos a los límites de la democracia y a su posible reversión o “Roll – back” del que Nicaragua podría ser la bisagra del destino.

La situación por la que atraviesa Nicaragua, viene a poner a prueba a esta importante Organización, pues se requiere de una acción acertada y rápida por parte de esta, a fin de salvaguardar el orden constitucional de nuestro país y la democracia en su conjunto, por cuanto constituye el fin de su existencia.

En lo que hace a mi persona quiero hacer del conocimiento de ustedes Excelencias que me corresponde el honor y la responsabilidad más grande a la que un ciudadano puede aspirar, la cual es la defensa de la institucionalidad democrática, contra las fuerza oscuras de la corrupción y la anarquía que incuban la dictadura. Soy desde hace mucho tiempo un soldado de la libertad y de la democracia, en ese sentido he vivido en carne propia las vicisitudes que nos han deparado las dictaduras de derecha y de izquierda así también las he enfrentado con todas las armas a mi disposición y así lo continuare haciendo mientras tenga vida. Y quiero asegurarles excelencias que haré mi mejor esfuerzo y pondré lo mejor de mi mismo para que esta organización cumpla plenamente con el mandato y los objetivos para los que fue creada.

Finalmente quiero expresar el reconocimiento de mi gobierno por el liderazgo del Señor Secretario General, Dr. José Miguel Insulsa, por su destacada trayectoria y por el invaluable apoyo a la causa democrática de mi país. Agradezco también el respaldo hemisférico que Ustedes todos Excelencias están brindando y no dudo seguirán brindando al pueblo nicaragüense en la batalla que se avecina.

Gracias.