Discursos

CARLOS QUESADA
PRESENTACIÓN DEL SEÑOR CARLOS QUESADA, DIRECTOR DEL PROGRAMA PARA LATINOAMÉRICA DE “GLOBAL RIGHTS - PARTNERS FOR JUSTICE” DURANTE LA SESIÓN INAUGURAL DEL GRUPO DE TRABAJO ENCARGADO DE ELABORAR UN PROYECTO DE CONVENCIÓN INTERAMERICANA CONTRA EL RACISMO Y TODA FORMA DE DISCRIMINACIÓN E INTOLERANCIA

23 de septiembre de 2005 - Washington, DC


Buenos días Sr. Silvio Alburquerque, Presidente del Grupo de Trabajo encargado de preparar un borrador de Convención Interamericana contra el Racismo y Todas las Formas de Discriminación e intolerancia, de la Misión de Brasil ante la Organización de Estados Americanos (OEA), excelentísimos representantes de los Estados de las Américas, miembros de este Grupo de Trabajo, señoras y señores.

Antes de empezar, me gustaría expresar nuestro agradecimiento a todas y cada una de las delegaciones presentes, quienes en una Sesión Especial el 9 de diciembre del año pasado, mostraron no solo interés, sino que su compromiso por combatir la discriminación racial en el continente, durante la Sesión Especial realizada sobre este tema. Gracias de nuevo por aprobar la Resolución 2126 en la pasada Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), realizada en Fort Laudarle, en junio pasado, que creo este grupo de trabajo y finalmente agradecer al Estado de Brasil por los gigantescos esfuerzos realizados en los últimos cinco años, no solo en reconocer el problema de la discriminación racial, siendo el segundo país del mundo con mayor población afro descendiente, después de Nigeria, sino por sus esfuerzos en combatirla desde el plano gubernamental y estatal, al crear una Secretaria Especial para la Promoción de la Igualdad Racial.

Global Rights es una organización de incidencia en derechos humanos que se asocia con activistas y organizaciones alrededor del mundo para crear sociedades mas justas. Cada una de nuestras áreas de trabajo, ya sea que se enfoque en un área temática o en una región, prioriza la lucha por la discriminación racial. Somos una organización a nivel mundial, con oficinas en Afganistán, Bosnia-Herzegovina, Burundi, la Republica Democratica del Congo, India, Mongolia, Marruecos, Nigeria, Sierra Leona y Los Estados Unidos.. Nuestro trabajo en América Latina tiene mas de 25 años y durante este tiempo hemos trabajado en más de diez países de la región para disminuir la discriminación racial contra los afro descendientes y los pueblos indígenas.

Tenemos un amplio trabajo de cara a la Organización de Estados Americanos, como un todo, especialmente en el proceso de seguimiento del tema de la discriminación racial en los distintos órganos, incluyendo el Comité de Asuntos Jurídicos y Políticos, el proceso de cara a la Asamblea General y el seguimiento a sus resoluciones; el proceso de Cumbres y por supuesto los órganos del Sistema Interamericano de Protección de Derechos, la Comisión Interamericana y la Corte.

Vemos como un gran avance que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos decidiera crear una Relataría Especial para Pueblos Afro descendientes y Discriminación Racial, luego de una solicitud expresa de algunos organismos de la sociedad civil, incluyendo Global Rights y el compromiso del Gobierno de Brasil por financiar el primer año de actividades.

Hemos hecho presentaciones en el pasado ante el Comité de Asuntos Jurídicos y Políticos, sobre las razones, por las cuales debería existir una Convención Interamericana contra la Discriminación Racial. Con base en la Resolución mencionada y por las razones que llevaron a la creación de este grupo de trabajo, creemos que esa fase esta agotada.

Hoy, desde la sociedad civil, queremos contribuir con respecto a aspectos más sustantivos de la Convención y esperamos con esto iniciar un dialogo con los Estados miembros. De nuevo pueden contar con nosotros.

Una Convención Interamericana contra el Racismo y Todas Formas de Discriminación e Intolerancia en la región debería cubrir expresamente una serie de grupos, que han sido históricamente marginados y excluidos del quehacer de la sociedad. Primero, consideramos que la Convención debe incluir a la Población Afro descendiente. De acuerdo a datos del Banco Interamericano de Desarrollo, existen aproximadamente unos 150 millones de afro descendientes en América Latina y el Caribe ; si a esto le agregamos los 38.3 millones de Afro americanos de los Estados Unidos y los 500 mil afro canadienses, estamos hablando que en la región existen unos 190 millones de afro descendientes, de una población total en las Américas de unas 850 millones de personas.

Pero a pesar de los números, los afro descendientes son constantemente sujetos de discriminación racial, exclusión social y una baja o nula representación en los gobiernos, especialmente en América Latina y Norte América. Sufren de falta de acceso a la educación, al seguro social, además se encuentran en desventaja en los sistemas judiciales, aspecto que es particularmente grave en los casos de las mujeres y los niños.

La Convención además debería incluir a la población indígena, de quienes se calcula hay unas 40 millones de personas en el continente , quienes al igual que los afro descendientes comparten la pobreza, marginalidad y exclusión histórica, desde el descubrimiento y la conquista hasta la actualidad. En países donde la población es mayoría, la situación de los derechos económicos, sociales y culturales es extremadamente grave. En países donde son minoría, las políticas públicas han ido orientadas a la creación de reservas para su protección, que en el fondo han perpetuado el asistencialismo y la discriminación racial.

Las minorías religiosas deben ser incluidas también. La población judía y musulmana de las Américas, que se calcula en unos 13 millones de personas , así como otras minorías religiosas, llegaron a nuestro continente huyendo de la persecución y exterminio en Europa y en otras regiones del mundo, buscando protección, libertad, respeto y desarrollo. En las últimas décadas y más recientemente, gracias a los avances en el campo económico, científico y tecnológico, se han creado y diseminado nuevas formas de intolerancia y racismo. Son innumerables la cantidad de sitios en Internet que incitan al odio racial y religioso.

Los migrantes siguen siendo sujetos vulnerables en nuestra región y deben, por lo tanto ser incluidos dentro de la Convención; nuestro continente ha sido fortalecido por las olas de migrantes de diferentes regiones del mundo. Sin embargo, en la actualidad la xenofobia de la que son objeto ha llegado a extremos inimaginables en distintos países de la región, que ha llevado a unas violaciones sistemáticas de sus derechos humanos tanto civiles y políticos, como económicos, sociales y culturales.

En muchos países de la región los migrantes no tienen derecho a la nacionalidad, a derechos laborales y no reciben una apropiada atención médica. En algunos países de nuestro continente se siguen realizando expulsiones masivas, sin que se lleve a cabo el debido proceso, en otros se realizan campañas abiertas de odio hacia poblaciones de países particulares y en algunos casos, se ha llegado a matar a migrantes.

Otros grupos que no deben estar excluidos de una Convención son la Población Roma, de quienes se estima existen unos cuatro millones en las Américas y quienes literalmente han sido de los pueblos más olvidados del hemisferio y quienes han sufrido a lo largo de su historia en Europa, una amplia discriminación racial, racismo, xenofobia e intolerancia y quienes en las Américas continúan luchando por sus derechos colectivos.

Las minorías sexuales han sido excluidas de muchos de los convenios internacionales de derechos humanos y no ha sido, sino recientemente que los derechos de estas personas empiezan a ser reconocidos en el ámbito internacional y en nuestra región. Hoy en día, muchos hombres, mujeres y transexuales están siendo despedidos por su orientación sexual, existen conceptos y estigmas erróneos acerca de estos grupos, por lo que su tratamiento ha sido discriminatorio. Han sido pocos los países de la región que han iniciado campañas antidiscriminatorias para proteger a estos grupos. Mientras tanto continúan siendo victimas de homofobia y estigma de parte de los distintos grupos sociales, activistas políticos de grupos homosexuales y tran géneros son atacados, e incluso asesinados por defender sus derechos.

Día a día, las personas sero positivas o con el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA), de quienes se calcula hay mas de 3 millones en las Americas siguen sufriendo de discriminación y estigma en sus trabajos y en la sociedad, por la mala información y conceptos erróneos que no se han clarificado del todo en la región. A pesar de los avances en la medicina y de las campañas publicitarias para prevenir la epidemia y disminuir la discriminación, queda aun mucho por hacer en la región.




Para los que hemos venido siguiendo el Proceso de la Pre Conferencia de Santiago en el 2000 y de la Conferencia Mundial contra el Racismo de Durban, ninguno de los grupos que acabo de mencionar es nuevo, al contrario, fueron grupos que hicieron del proceso de Durban algo dinámico.

Aunque existen en la actualidad Tratados y Convenciones, quisiera centrarme en el sistema de la Organización de Estados Americanos. Por muchos años, la OEA ha demostrado un fuerte compromiso político por erradicar la discriminación racial. Por ejemplo, en 1994 emitió una resolución sobre la No Discriminación y Tolerancia, condenando el racismo, la discriminación racial y religiosa, la xenofobia y la intolerancia y solicito a los estados fortalecer las políticas, los programas y las medidas para hacerle frente a estos problemas. La Asamblea General de la OEA en el 2001 en la Carta Democrática Interamericana afirmó que la democracia y la participación se promueven cuando se erradica la discriminación y apoyó la “eliminación de todas las formas de discriminación, especialmente de género, étnicas y raciales, así como las distintas formas de intolerancia, la promoción de los derechos humanos de los pueblos indígenas y migrantes y el respeto por la diversidad étnica, cultural y religiosa en las Américas”.

La OEA ha reconocido esto, y por la importancia del tema ha iniciado un esfuerzo más agresivo. En el 2000, la Asamblea General pidió al Consejo Permanente estudiar la necesidad de una convención interamericana para prevenir, castigar y erradicar el racismo y todas las formas de discriminación e intolerancia. En el 2001, la Asamblea General adoptó una resolución sobre la preparación de un borrador sobre la Convención, presentado por el Gobierno de Brasil, y desde entonces, ha solicitado y recibido estudios evaluando la potencial viabilidad de tener una convención. En el 2004 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos creo la Relatoria Especial para Pueblos Afro descendientes y Discriminación Racial, cuyo mandato descansa en el Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Sr. Clare Roberts, de Antigua y Barbuda.

Una Convención Interamericana contra Todas las Formas de Discriminación Racial

Una Convención Interamericana contra la Discriminación Racial es necesaria para combatir las desigualdades raciales que aun persisten en nuestra región. En todo el hemisferio, las mal llamadas minorías, incluyendo los afro descendientes, los pueblos indígenas, las minorías religiosas, las minorías sexuales, las personas sero positivas y otros enfrentan discriminación en el sistema educativo, en el plano laboral y en el sistema de distribución de la riqueza. Con frecuencia tienen acceso limitado al sistema de salud y a un adecuado nivel de vida, además de una preocupante discriminación en la administración de justicia.

Debemos cambiar esto. Nuestra determinación para hacer esto debe ser enriquecida en un tratado que refleje el compromiso colectivo de los Estados de las Américas por la igualdad racial, es decir una Convención Interamericana contra la Discriminación Racial.

Una Convención Interamericana contra la Discriminación Racial podría ayudar a ajustar las normas internacionales que prohíben la discriminación racial en nuestra región. En particular a la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (ICERD). Los mayores mecanismos de seguimiento del ICERD son la preparación de informes y monitoreo, y los mecanismos de quejas. El ICERD y su mecanismo de monitoreo, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) han avanzado en sus esfuerzos contra la discriminación racial y han tomado un sin número de medidas, recomendaciones y conclusiones de una importancia incuestionable.

La idea de una Convención Interamericana contra la Discriminación Racial ha sido reconocida por nuestros gobiernos. El Plan de Acción adoptado en la Conferencia Regional de las Américas en preparación para la Conferencia Mundial contra el Racismo, celebrada en Santiago, Chile, “Hace un llamado a los Estados a preparar, en el contexto de la Organización de Estados Americanos, una Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial, Xenofobia y la Intolerancia Relacionada para ampliar el espectro de los instrumentos internacionales existentes, al incluir medidas sobre las nuevas manifestaciones de racismo, discriminación racial, xenofobia y otras formas de intolerancia”. Ha llegado el tiempo de que cumplamos con eso.

La jurisprudencia sobre la discriminación racial dentro del sistema interamericano no esta muy desarrollada. Muy pocos casos sobre discriminación racial han sido llevados ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Uno de los aspectos de esta limitada historia de peticiones ante la Comisión es que los grupos marginados no ven al Sistema Interamericano como un foro efectivo para hacerle frente a las prácticas discriminatorias en el continente. Con la creación de la Relatoría en el 2004 y el mandato que inicia este año, esperamos que más organizaciones hagan uso del Sistema de Protección de Derechos Humanos en las Américas.

Finalmente y no nos cansamos de decirlo; la riqueza del Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos, descansa en el Sistema de Peticiones individuales. Por lo anterior consideramos que una nueva convención vendría a extender la oportunidad de los grupos a los que me he referido anteriormente para acceder al Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos. Además esperamos, que con una Convención, la Comisión podrá emitir recomendaciones a los Estados para combatir las causas estructurales de la discriminación, en su más amplio sentido de la palabra.

Estamos seguros que este Grupo se enriquecerá con la participación de expertos de Naciones Unidas, académicos, de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de otros sectores de la sociedad civil, especialmente de los grupos que he mencionado; así como del aporte de los miembros del Grupo de Trabajo.

Una Convención Interamericana contra la Discriminación Racial es el siguiente paso lógico hacia una forma más efectiva de protección contra la discriminación racial en el continente americano y enviaría un nuevo mensaje a las distintas regiones del mundo de los avances que se están logrando en el continente por combatirla.

Muchas Gracias.