Discursos

JACQUI QUINN-LEANDRO, PRESIDENTA DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE MUJERES (CIM)
MENSAJE DE LA EXCELENTÍSIMA SEÑORA JACQUI QUINN-LEANDRO, PRESIDENTA DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE MUJERES (CIM) DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS, EN OCASIÓN DE LA CONMEMORACIÓN DEL DÍA DE LA MUJER DE LAS AMÉRICAS

18 de febrero de 2008 - Washington, DC


Cada 18 de febrero, la familia de naciones de la OEA se une a nosotras para celebrar el Día de la Mujer de las Américas, a medida que conmemoramos un aniversario más de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM). Este año, el aniversario tiene una importancia especial, pues nos permite reflexionar con gran orgullo sobre el hecho de que han pasado ocho décadas desde la fundación de nuestra Comisión en 1928 – forjada durante esos apasionantes pero duros días en que el sufragio femenino todavía era un sueño; y las mujeres en las Américas enfrentaban una terrible discriminación en todos los aspectos de su vida.

Es con sumo placer que felicito cálidamente a todas las mujeres de las Américas en este octogésimo aniversario de la CIM. Tenemos mucho de que sentirnos orgullosas, como primer organismo intergubernamental del mundo. Nuestra propia capacidad para celebrar hoy ocho décadas de historia de la CIM solamente es posible gracias a la miríada de sacrificios de muchas mujeres olvidadas pero indetenibles en su empeño por asegurar que sus derechos como mujeres fueran reconocidos. Hoy en día, la universalidad del sufragio femenino en todo el Hemisferio podría inconscientemente minimizar el coraje y la fortaleza de las pioneras y el papel visionario que desempeñaron en asegurar los derechos políticos y civiles de las mujeres. Por lo tanto, mientras reflexionamos sobre nuestros nobles inicios, debemos rendir homenaje al liderazgo imperturbable de Doris Stevens, una de las fundadoras y primera Presidenta de la CIM, así como a los otros ángeles inquebrantables procedentes de todas las Américas que se negaron a arrodillarse ante el altar de la discriminación por concepto de género.

A lo largo de su admirable historia, la CIM ha transformado el papel de las mujeres en las Américas y ha marcado el inicio de un avance espectacular en lo que se refiere a las posibilidades políticas, económicas y cíviles de las mujeres. Generación tras generación, las delegadas de la CIM han ido construyendo a partir del arduo trabajo del pasado para sentar las bases de la agenda de género en las Américas y más allá. Somos especialmente conscientes de que la labor de la CIM ha sido decisiva para la promoción y mantenimiento de los grupos de mujeres en nuestro Hemisferio, así como en otros foros internacionales, como la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en el marco de las Naciones Unidas.

En el sistema interamericano, este año es aún más importante si tenemos en cuenta que 2008 también marca el sexagésimo aniversario de la creación de la OEA. Aplaudimos la admirable longevidad de la CIM, que antecede incluso la existencia de la OEA. Esto lo dice todo sobre la tenacidad de las mujeres de las Américas para asegurar la erradicación de la discriminación por concepto de género.

Somos conscientes de que la brecha de género se ha abordado y superado en muchos aspectos. Sin embargo, en algunos casos, todavía observamos la discriminación extendida y persistente contra las mujeres en toda la región. Asimismo, todavía persisten violaciones de los derechos humanos de las mujeres, en algunos casos, a una escala perturbadora. Esto nos obliga a seguir vigilantes a medida que continuamos cumpliendo con los objetivos y funciones de la CIM, trabajando para asegurar que todas las mujeres de las Américas gocen plenamente de sus derechos. Entre estos derechos, destacamos nuestro compromiso con la lucha para erradicar la pobreza, y nuestra responsabilidad de promover el desarrollo sostenible en el Hemisferio.

Como testimonio de nuestro extraordinario y largo recorrido, queremos expresar nuestro agradecimiento a los 34 gobiernos que han progresado en fortalecer sus mecanismos nacionales para el adelanto de la mujer. Les felicitamos por la increíble labor que han emprendido en sus respectivos países para lograr avances en la equidad e igualdad de género, y les instamos a que continúen adoptando un enfoque transversal de género dentro de los respectivos Estados Miembros; así como a interactuar de forma significativa con la sociedad civil en este sentido.

Asimismo deseamos reconocer el compromiso demostrado por los embajadores y representantes alternos de las misiones permanentes ante la OEA, y los representantes de las misiones observadoras permanentes ante este foro hemisférico, quienes han impulsado enérgicamente la agenda de equidad e igualdad de género.

También destaco el apoyo que la CIM ha recibido de la OEA para realizar su labor y lograr la exitosa incorporación de la perspectiva de género en toda la Organización y los esfuerzos realizados para integrarla en las instituciones de los Estados Miembros.

Además, deseo encomiar y aplaudir la dedicación de la Secretaría Permanente de la CIM, bajo la hábil dirección de las distintas Secretarias Ejecutivas, que han ido más allá del deber para marcar una diferencia en la OEA.

Al conmemorar este prometedor aniversario, reconozco que todavía nos queda mucho por recorrer y otros hitos por alcanzar antes de lograr derechos plenos e igualitarios para las mujeres en las Américas. No obstante, al recordar aquellos lejanos días de un entorno adverso a las mujeres del Hemisferio, estamos seguras de que la disposición a unirse a la labor de la CIM seguirá creando un nuevo Hemisferio.

Lo cierto es que hemos avanzado mucho en estos maravillosos ochenta años!