Discursos


DISCURSO DEL VOCERO DE LA MISIÓN DE APOYO CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD EN HONDURAS (MACCIH) JUAN JIMÉNEZ MAYOR DURANTE LA PRESENTACIÓN DEL MESICIC

18 de abril de 2016 - Tegucigalpa, Honduras


Llegamos en momentos difíciles para Honduras luego del condenable asesinato de Berta Cáceres que ha conmocionado al pueblo hondureño y a la comunidad internacional. Sin duda la muerte de esta mujer líder, de esta mujer valiente y luchadora, de este ícono de la lucha por los derechos humanos en el país, representa un duro golpe para todos.

Pero, al mismo tiempo del dolor y lo inexplicable de toda muerte violenta, su asesinato necesita ser esclarecido. No solo Honduras, el mundo necesita saber quién o quiénes mataron a Berta Cáceres. Todos exigimos justicia y que se sancione al o los responsables con la mayor firmeza y con todo el rigor de la Ley.

Llegamos también en medio de un hecho público de grandes connotaciones. La gravísima denuncia de un medio de comunicación sobre los asesinatos de Julián Arístides Gonzales y Alfredo Landaverde, en donde participaron elementos de la Policía. La información proporcionada revela la necesidad de una profunda investigación para descubrir la existencia de una vasta red criminal puesta al servicio del crimen organizado; pero también nos revelaría un preocupante encubrimiento, lo que debe ser también investigado. Se requiere una investigación profunda, técnica y contemplando todas las garantías judiciales para llegar en estos casos a la verdad y superar la situación de impunidad en la que han estado inmersos estos crímenes.

Amigas y amigos:

Gracias por venir a esta reunión importante que marca el inicio de un proceso de evaluación de la situación existente en el país en materia de corrupción que hará el órgano técnico de la OEA encargado de la aplicación de la Convención Interamericana contra la corrupción. Ésta evaluación llega en momentos que la MACCIH inicia labores oficialmente en el país.

La MACCIH no es ajena a ninguna situación de corrupción. Nuestra labor no se centra en lamentar y condenar crímenes como los señalados inicialmente, pues venimos para trabajar con las autoridades en combatir la corrupción y la impunidad. No obstante déjennos ser sensibles a hechos que nos revelan e indignan como seres humanos, pues nadie, NADIE, tiene el derecho de tomar una vida ajena.

Quiero mencionar aquí que en el caso de Berta Cáceres venimos actualmente evaluando la información, según las instrucciones del SG Luis Almagro, acerca de cómo podemos cooperar mejor. La MACCIH está aquí para trabajar en el marco de sus competencias y, teniendo en cuenta éstas, podrá colaborar en las conexiones que el caso pueda tener en el ámbito de corrupción. En esos términos está nuestra competencia: si el caso tiene elementos de corrupción, podremos intervenir en estos aspectos. En los temas de DDHH el SG ha sido claro: ello es competencia de la CIDH.
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Combatir la corrupción no es un trabajo fácil. Más aun cuando las estructuras delictivas operan también desde las instituciones públicas y cuando te pueden matar por enfrentarte a ellas. Ello es gravísimo y hay que estar conscientes que es necesario, MUY NECESARIO, separar la paja del trigo.

Honduras ya puso muchos muertos. Las víctimas de la delincuencia común y las víctimas de la delincuencia organizada son demasiadas y si bien hay un descenso en las cifras que denota esfuerzos del gobierno, hay todavía mucho, MUCHISIMO, por hacer.

Pero si, además, en la comisión de crímenes participan agentes estatales, la situación es crítica, es diabólica y tiene que detenerse de forma inmediata. En esa línea, el proceso de depuración policial iniciado hace pocos días, tiene que servir al país para contar con una policía comprometida con el servicio público y no con el crimen. Necesitamos una policía técnica, un cuerpo policial que enfrente a la delincuencia y asegure a los ciudadanos la paz y tranquilidad que necesitan para su sana convivencia social y familiar.

Vemos con expectativa este proceso de depuración, que debe llevarse a cabo con responsabilidad y sabiduría. Esperamos no se den situaciones lesivas al proceso, pero también queremos que sea un proceso sin impunidad. La MACCIH podrá cooperar en la medida de nuestro mandato para desmantelar redes de corrupción dentro de la policía.

Sobre esto quiero hacer un llamado. Tenemos información que existe en el Tribunal Superior de Cuentas un grupo de casos de oficiales de policía requeridos por desbalance patrimonial. Aquí ahora, quiero aprovechar la presencia del Presidente para solicitarle respetuosamente, pues es un elemento clave para la depuración, que se dé prioridad a estas auditorías sin cuyo resultado, además, no pueden judicializarse los casos de policías y también por qué no, de otros funcionarios públicos con notorios signos de riqueza y que debieran explicar el origen LICITO de su patrimonio. El mecanismo de verificar el enriquecimiento ilícito es una herramienta poderosa para combatir la corrupción y la MACCIH apoyará firmemente su aplicación.

Permítanme explicar nuestra participación en este evento con el que se inicia el proceso de evaluación de Honduras en materia de corrupción. SI, hoy asistimos al inicio de una evaluación del país que ha sido explicada en detalle por mi colega, el doctor Jorge García, Director del Departamento de Cooperación Jurídica de la Secretaría de Asuntos Jurídicos de la OEA.

En América contamos desde 1996 con la Convención Interamericana contra la Corrupción. Un importante instrumento adoptado por 33 Estados-Parte, que es primero en su género en el mundo. Honduras es parte desde 1998.

La Convención no es solo un trozo de papel. Tiene obligaciones concretas que los Estados tienen que cumplir para adecuarse a un estándar mínimo. Por ejemplo, define quién es funcionario público (un aspecto aunque no se crea es controvertido jurídicamente y es clave para las incidencias de responsabilidad). Pero establece otros deberes como el establecimiento de normas de probidad y de correcto uso de los recursos públicos, incluyendo las que deben establecer los conflictos de intereses, que a veces no suelen ser considerados.

Incluye normas sobre el patrimonio de los funcionarios, para que los declaren. Normas que regulen los sistemas para la contratación de funcionarios públicos y para la adquisición de bienes y servicios por parte del Estado que aseguren la publicidad, equidad y eficiencia de tales sistemas.

La Convención contra la Corrupción también establece, entre otras medidas, la necesidad que exista en los Estados sistemas para proteger a los funcionarios públicos y ciudadanos particulares que denuncien actos de corrupción.

También contempla la necesidad de adoptar el catálogo de delitos de corrupción para enfrentar el problema. Sobre este punto nosotros en la MACCIH vamos a incorporarnos al proceso de reforma del Código Penal en materia anticorrupción para verificar las recomendaciones del MESICIC, pero también de las técnicas que sean necesarias para evitar la impunidad en esta materia.

La Convención dispone que se establezca internamente el sistema jurisdiccional de combate a la corrupción. En ello, permítanme la referencia particular a Honduras para saludar y agradecer la creación de los juzgados anticorrupción que solicitamos el pasado 22 de febrero y que ha sido también recomendación del MESICIC siendo que esperamos que este primer paso deba servir para construir todo el subsistema con los órganos jurisdiccionales faltantes a nivel de juzgados de sentencia y de cortes de apelación. Sobre el particular, queremos SOLICITAR, también respetuosamente, al Presidente del Poder Judicial que aún no se designe a los jueces que ocuparán estos cargos hasta que se cuente con el protocolo para la selección y certificación, en la que debe participar la MACCIH conforme lo establece la sección 3 del Convenio suscrito con el Estado.

Como puede observarse, la Convención Interamericana contra la Corrupción es un instrumento sumamente relevante para los países en el objetivo de enfrentar el flagelo de la corrupción y tiene que ser un elemento a tener en cuenta en la MACCIH, pero también en las obligaciones del Estado de Honduras.

Es más relevante la Convención aún desde el 2001 cuando la OEA adoptó el Mecanismo de Seguimiento de su Implementación (MESICIC).

Vale precisar que no es la MACCIH la que hará la evaluación de la situación de corrupción del país en las materias explicadas, sino dicho mecanismo. De hecho, el MECANISMO y la MACCIH son instrumentos independientes uno del otro y guardaremos el debido respeto a sus competencias. Pero mantenemos estrecha relación debido a que desde la MACCIH apoyaremos al Estado Hondureño en la implementación de las recomendaciones que se formulen y serán insumos fundamentales para que los hondureños con apoyo de la MACCIH elaboren un Plan de Acción Nacional Anticorrupción. Sin duda una herramienta necesaria para fijar con orden, prioridades, plazos y costos una ruta en el combate a este flagelo.

De esta forma, queda evidente que la MACCIH no solo trabajará en la investigación de casos de redes de corrupción que ella misma defina con su equipo propio de jueces, fiscales y forenses internacionales (cuyo primer tramo convocaremos en las próximas semanas), sino que trabajaremos apoyando y promoviendo reformas en materia institucional y de mejores prácticas que generen mayores garantías para un funcionamiento del Estado, en prevención de los actos de corrupción. Apostamos por la interdicción de la corrupción, pero también de mejoras institucionales que promuevan el mejor funcionamiento de la función pública.

Hemos apreciado que las expectativas respecto a la MACCIH son bastante altas. Esta semana empezará nuestra acción en el país en apoyo a todos ustedes para que puedan construir un mejor andamiaje que prevenga, controle y enfrente a la corrupción y que mejore la seguridad pública en el país.

Nosotros no somos los protagonistas. Los protagonistas son ustedes, los hondureños y hondureñas, los gobernantes y gobernados. Todos deben participar en una gran coalición contra la corrupción, siendo que nuestra presencia busca apoyar, servir como un vehículo para potenciar la voz de Honduras que clama por un país comprometido con valores y principios éticos. NO OLVIDEN ESO, PUES EL EMPUJE DEL CAMBIO DEBE SER PLANTEADO POR USTEDES, SIENDO QUE SIN UNA SOCIEDAD COMPROMETIDA POR LA ETICA Y LA PROBIDAD SERA DIFICIL HABLAR DE ÉXITO.