Discursos

CLAUDIA PAZ Y PAZ, SECRETARIA DE SEGURIDAD MULTIDIMENSIONAL
SESIÓN DE CLAUSURA DE LA VI REUNIÓN DE MINISTRIS EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA DE LAS AMÉRICAS MISPA VI

11 de octubre de 2017 - San Pedro Sula, Honduras


Honorables Ministros y Ministras de Seguridad del hemisferio,
Distinguidos jefes y jefas de delegación,
Observadores Permanentes de la OEA,
Representantes de organizaciones de la sociedad civil,
Señoras y señores

Quisiera comenzar estas palabras de cierre expresando nuestro más profundo y sentido agradecimiento al Secretario de Seguridad de Honduras, General Julián Pacheco Tinoco y a todo su equipo en la Secretaría por haber hecho posible esta MISPA VI. No tenemos más que palabras de elogios por el esmero, la dedicación y el profesionalismo con el que llevaron adelante este proceso MISPA.

Le agradecemos también Secretario, por la confianza que ha depositado en nosotros para acompañarlo en los diferentes frentes de cambio y de transformación que se ha planteado y que ha llevado a cabo, junto con el Presidente Juan Orlando Hernández, del sistema nacional de seguridad pública. Quiero aprovechar esta ocasión para reiterarle nuestro compromiso y todo nuestro apoyo para seguir adelante con el plan estratégico que se ha propuesto para el país en el ámbito de la seguridad.

Quisiera destacar también el excelente nivel de las presentaciones de los tres paneles, así como también los aportes y contribuciones realizados por las delegaciones que, sin duda alguna, han enriquecido el intercambio, han elevado el nivel de la discusión y han echado luz sobre algunas posibles líneas de acción y temas de interés para los Estados.

La seguridad para nuestros ciudadanos no se construye por medio del aislamiento, encerrándonos dentro de nuestra burbuja, sino que es producto del trabajo conjunto y coordinado de múltiples instituciones, sectores y actores. El ingrediente fundamental que está por detrás y que viabiliza el trabajo integrado y alineado de todos estos actores es la construcción de relaciones de confianza, de un andamiaje institucional que posibilite e incentive el trabajo colaborativo y el intercambio de información, y de liderazgos que apuesten por tender más puentes y erigir menos barreras.

A partir de las intervenciones realizadas, se evidencia la necesidad de continuar invirtiendo en el desarrollo de capacidades, de herramientas concretas, que den un soporte técnico a los países en el desempeño de sus tareas en el ámbito de la seguridad. En ese sentido, me da mucha satisfacción el haber escuchado declaraciones de aceptación y de apoyo hacia la Red Interamericana de Prevención de la Violencia y el Delito, la Red Interamericana de Desarrollo y Profesionalización Policial, y la Red Interamericana de Información y Conocimiento de Seguridad.

Estas tres Redes son producto de mandatos emanados de la Asamblea General y se presentan como herramientas concretas que hemos puesto a disposición de los Estados Miembros, incluyendo la Plataforma de Conocimiento sobre el Homicidio y el Primer Curso Presencial de Capacitación Policial.

Antes de hablar de cada una de las Redes, me gustaría detenerme un momento en esta idea del trabajo en red. Algunas de sus intervenciones hicieron mención a la importancia de tejer y mantener alianzas virtuosas entre, por ejemplo, Estados y sector académico, universidades para la generación de conocimiento, o entre instituciones del sector nacional de seguridad y otras instituciones públicas, pertenecientes a otros sectores de la administración, así como también organizaciones no gubernamentales. Si partimos del hecho que la violencia y el delito son fenómenos multi-causales y tienen múltiples impactos, el abordaje de los mismos no puede ser desde un único enfoque, ni desde una única disciplina, sino que es necesario combinar, de manera virtuosa a todos los actores que, desde diferentes dimensiones, contribuyan a un abordaje integral y holístico del fenómeno, permitiendo potenciar las capacidades, los recursos y la experiencia de cada uno. En ese sentido, el concepto del trabajo en red se ajusta más al tipo de abordaje que buscamos y propiciamos.

Algunas de las delegaciones, en sus intervenciones, hicieron hincapié en la violencia interpersonal, de personas que dirimen sus diferencias en riñas, y la violencia de género, particularmente los femicidios/feminicidios/homicidios de mujeres. Y estos tipos de violencia parecen ser inelásticos, pues persisten, inclusive en países que han logrado reducir las tasas de homicidio. Como argumentaron varias delegaciones, ya no estamos hablando de violencia instrumental sino de una violencia anclada en causas socio-económicas y culturales para la cual el abordaje no puede ser únicamente desde los actores de la justicia penal.

Existe el riesgo de que, si abordamos los problemas únicamente desde la perspectiva de seguridad, control y persecución del delito, podemos generar otros tipos de problemas no previstos, no deseados, e inclusive más graves que el problema original. Este punto nuevamente nos lleva la idea de integrar e incluir a otras instituciones, a otros actores que no necesariamente pertenezcan al sector de seguridad pública, y que empecemos a establecer el andamiaje legal y los mecanismos institucionales para trabajar más en esta idea de red.

Como han podido apreciar, desde la Secretaría de Seguridad Multidimensional de la OEA estamos acompañando la Campaña Instinto de Vida para concientizar acerca de la gravedad y magnitud del problema, así como también para apoyar a los países que así lo deseen en diseñar, implementar, monitorear y evaluar, planes, programas y políticas dirigidas a prevenir y reducir los homicidios. Dado los impactos corrosivos y de largo impacto que tiene la violencia letal, aprovecho esta ocasión para extenderle una invitación a todos los países para que se sumen a esta campaña. Esa es una invitación a trabajar juntos, de manera coordinada, articulando esfuerzos, recursos y capacidades, y en línea con los objetivos estratégicos de los gobiernos, para lograr reducir los homicidios de manera efectiva y sostenible por medio de la implementación de intervenciones innovadoras, basadas en evidencia.

Y es importante aclarar que en este desafío estamos trabajando muy de cerca con un grupo de organizaciones de la sociedad civil con experiencia trabajando en el tema y con un alto nivel técnico. Este es un modelo de trabajo que consideramos sería importante replicar en otros ámbitos temáticos del área de la seguridad pública.

La segunda herramienta que hemos presentado en el seno de esta MISPA VI y que se nos presenta como un resultado concreto, producto del funcionamiento de este mecanismo multilateral, con potencial impacto para la seguridad de nuestros países, es la REDPPOL. Particularmente, la culminación del primer curso presencial de capacitación, con la graduación de sus primeros 58 policías, provenientes de 27 Estados Miembros de la OEA.

Esperamos que, al volver a sus respectivos países, estos oficiales graduados y graduadas tengan la disposición de compartir y difundir lo aprendido y así desatar un efecto multiplicador al interior de sus instituciones. También esperamos que se conviertan en agentes de cambio y que a partir de acciones innovadoras logren contribuir a la transformación y a la modernización de las instituciones policiales a las que pertenecen.

Esta Red Policial surge, en parte, de la convicción que, en última instancia, la diferencia la hacen las personas, las personas que integran y hacen al funcionamiento de la institución policial. No se trata únicamente de la preparación académica ni de la formación profesional de estas personas sino también del nivel de compromiso, dedicación, pasión y motivación con la que desempeñan sus tareas.

Más allá de las nuevas tecnologías de la información y del conocimiento que se adopten, del nuevo equipamiento que se adquiera, es necesario valorar, reconocer y apostar por el desarrollo y la profesionalización del capital humano, de forma permanente. En ese sentido, la REDPPOL contará con una plataforma a partir de las cual las instituciones policiales de nuestros países tendrán acceso a cursos en línea, bibliografía especializada en la materia, y otros recursos de información y conocimiento a disposición para que sus miembros puedan seguir creciendo profesionalmente.

La dignificación del trabajo policial y su revalorización no pasan únicamente por el tema de formación y capacitación sino también por el salario, la previsión social y los beneficios que reciben. Varias delegaciones mencionaron la importancia de invertir, de apostar por el capital humano no sólo de las instituciones policiales sino teniendo en cuenta una visión más amplia del sector de seguridad pública.

Es en el marco de la tercera Red Interamericana, la Red de Información y Conocimiento sobre Seguridad, desde donde nos hemos plegado y hemos decidido apoyar el sistema internacional de recolección y estandarización de datos e indicadores impulsado por UNODC a través del Estudio de las Naciones Unidas sobre Tendencias Delictivas y Funcionamiento de los Sistemas de Justicia Penal y la Clasificación Internacional de Delitos con Fines Estadísticos.

Para nosotros no tiene ningún sentido duplicar esfuerzos ni procesos, si ya tenemos una iniciativa a nivel internacional, aprobada y utilizada por todos los Estados Miembros de la OEA. Nuestra idea es poder trabajar con UNODC de forma coordinada y complementaria y por eso aprovechamos este encuentro para invitar a los Estados Miembros a que adopten la Clasificación y a que renueven su compromiso con la aplicación del Estudio de las Naciones Unidas sobre Tendencias Delictivas.

Hoy también se habló de la necesidad de complementar los registros administrativos con las voces de las víctimas del delito y la violencia. Uno de los instrumentos más idóneos para captar esas voces son las encuestas de victimización y es por ello por lo que, también desde la Red de Información y Conocimiento, estamos apoyando la iniciativa para la encuesta de victimización delictiva en Latinoamérica y el Caribe (VICLAC-LACSI).

Algunas delegaciones hicieron hincapié en la necesidad de que también trabajemos y nos enfoquemos en fortalecer la gestión de la seguridad pública a nivel local porque es a ese nivel en donde el Estado está en contacto permanente con los ciudadanos y las ciudadanas. Puesto que el delito tiende a concentrarse espacialmente, tiene sentido enfocar y focalizar los esfuerzos de prevención y control del delito desde lo local. El Programa Interamericano de Prevención de la Violencia y el Delito incorpora justamente ese enfoque.

Dada la incidencia del crimen organizado y de las actividades ilícitas transnacionales una posible línea de acción que ha emanado de las intervenciones es la necesidad de crear y fortalecer mecanismos de intercambio de información. Particularmente, quisiera destacar la necesidad de contar con mecanismos de cooperación, coordinación y comunicación entre países que comparten frontera.

Otro tema importante para resaltar son las iniciativas innovadoras que se han implementado en nuestra región en materia de control, transparencia y rendición de cuentas en el ámbito de la seguridad pública, incluyendo: la CICIG en Guatemala, la Comisión Especial para el Proceso de Depuración y Transformación de la Policía Nacional y la MACCIH, ambas en Honduras. Estas iniciativas representan una contribución importante hacia el fortalecimiento mecanismos y de una cultura de la transparencia. Son experiencias de las que vale la pena aprender.

Para finalizar, la gestión de la seguridad pública necesita tener objetivos y resultados establecidos, necesita también contar con procesos y procedimientos definidos y estandarizados, precisa también de recursos financieros, materiales y tecnológicos para llevar a cabo las tareas y actividades programadas, pero, sobre todo, necesita contar con capital humano capacitado, motivado y comprometido. Necesitamos invertir en nuestra gente, proteger sus derechos, valorar su trabajo y darles perspectiva de futuro.

Además de todos los componentes que mencioné anteriormente, para que la gestión de la seguridad pública sea eficiente, eficaz, racional y ágil, es necesario disminuir la desconfianza, romper con los silos, neutralizar los egos y promover una visión de conjunto, de que todos somos parte de un todo más grande, somos un engranaje clave de una maquinaria mayor. Y en este punto entre el tema de liderazgo porque en la medida en que quienes lideran estos procesos tengan una visión clara para el país, una estrategia institucional definida, sean transparentes y consistentes entre el discurso y sus acciones, quienes conducen esa maquinaria se tornan en líderes creíbles, capaces de liderar procesos de cambio y transformación tan complejos como los que ha logrado adelantar Honduras.

Muchas gracias a todos y todas por su atención y les deseo un buen viaje de regreso a sus respectivos países o destinos de trabajo. Los invito a todos y todas a darle seguimiento y a continuar trabajando en los temas que hemos discutido en estos dos días de trabajo. Gracias nuevamente a Honduras por la atención y la calidez humana con la que nos ha recibido.