Indice
Parte I: -Capítulo 1 - Capítulo 2 - Capítulo 3
Parte II: - Capítulo 4 - Capítulo 5 - Capítulo 6 - Capítulo 7 - Capítulo 8 
Bibliografía


Capacitando Cuidadores de Niños

Se da por sentado erróneamente que cualquiera puede atender a un niño pequeño, a pesar del creciente número de investigaciones que confirman la importancia de la capacitación de los profesores en relación con la calidad de experiencia en la primera infancia. Es más, los profesores suelen ser considerados con demasiada frecuencia guardianes y difusores de conocimientos, que deben seguir un programa de estudios controlado en forma centralizada, independientemente de las condiciones locales o la eficacia de otras formas de aprendizaje. En realidad, los profesores deben ser capacitados para diferenciar los aspectos del curriculum que pueden y deben modificarse y adaptarse a las costumbres locales de aquellos que no pueden modificarse a riesgo de comprometer seriamente la eficacia del programa.

Expandiendo los programas de capacitación docente en Trinidad y Tobago
Introduciendo nuevos métodos de enseñanza en el ex Bloque Oriental
Respondiendo a la necesidad de mayor atención infantil en Kenya


Expandiendo los programas de capacitación docente en Trinidad y Tobago

Trinidad y Tobago, como parte de su Proyecto de Educación Básica, está trabajando con la organización privada Servol y la Universidad de las Indias Occidentales para ampliar las oportunidades de educación a las que tienen acceso los directores de los programas preescolares. El proyecto también capacitará 350 profesores preescolares en servicio y 300 nuevos, se encargará asimismo de supervisarlos en su trabajo.

Trinidad y Tabago, con apoyo del Banco, se ha comprometido a mejorar la calidad de la educación básica en todo el país, siendo el mejoramiento de los programas preescolares parte de esa campaña.

Dos instituciones principales certifican a los profesores preescolares en Trinidad y Tabago: Servol, una organización no gubernamental que administra 148 centros de atención infantil financiados por el gobierno en el país y la Universidad de las Indias Occidentales. El programa de capacitación preescolar de dos años de Servol incluye un año de estudio a tiempo completo y un año de aprendizaje supervisado en el aula. La Universidad de las Indias Occidentales ofrece un curso de seis meses sobre metodología y otros curso de seis meses sobre el manejo de los centros de primera infancia. El Proyecto de Educación Básica está fortaleciendo y ampliando estos programas para adiestrar a los instructores y también patrocinará talleres para supervisores en el terreno administrados por Servol, otras ONG y el Ministerio de Educación.

El programa de capacitación del instructor preescolar y el supervisor del Proyecto de Educación Básica, hace hincapié en el contenido del programa de estudios y las estrategias de capacitación. Para ayudar a los participantes a adquirir nuevos conocimientos y continuar en sus trabajos, ofrecerá siete sesiones de capacitación de una semana en el curso de un año. En el trabajo, los participantes formarán equipos para observar y comentar el desempeño de los demás. Durante las reuniones de capacitación, los consultores aportarán sugerencias sobre el desempeño de los participantes y les enseñarán cómo organizar los talleres, cómo ofrecer comentarios útiles a otros profesores y cómo armar un programa de estudios a nivel preescolar. Ellos evaluarán a los participantes tanto en el trabajo como durante los talleres que preparan los participantes. Además, demostrarán cómo convertir en materiales didácticos, seguros y eficaces elementos comunes como conchas, tapas de botella, pedazos de plástico, periódicos viejos y retazos de madera.

El proyecto también financiará hasta 350 becas para la capacitación antes del servicio destinado a los futuros profesores preescolares, asignando estipendios adicionales a los pasantes de las comunidades de bajos ingresos durante su año de capacitación a tiempo completo. Servol realizará talleres en el terreno para que alrededor de 130 profesores actualmente empleados en los programas de educación infantil puedan recibir certificación de capacitación antes del servicio. Además, cada división regional del Ministerio de Educación tendrá expertos en atención y educación infantil para que trabajen con las ONGs en la capacitación, la supervisión y apoyo de los pasantes en el servicio.


 Introduciendo nuevos métodos de enseñanza en el ex Bloque Oriental

Los profundos cambios en los países de Europa oriental y la ex Unión Soviética son extensivos también al jardín de infancia. En sintonía con el movimiento hacia la democracia y la economía de mercado, la Fundación Soros está patrocinando un proyecto para capacitar a los profesores del jardín de infantes con enfoques didácticos que promuevan la individualidad y la toma de decisiones.

Uno de los mejores legados del comunismo es el sistema de jardines de infancia de excelente calidad en todos los países del ex Bloque Oriental. Son lugares limpios, seguros donde los padres que trabajan pueden dejar a sus hijos en edad preescolar, con confianza, desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Muchos de estos establecimientos se conservan en buen estado, de modo que es innecesario invertir en nuevos centros de atención infantil. Menos alentador es el viejo programa comunista para preescolares, que no toma en cuenta las necesidades especiales de desarrollo de los niños pequeños. Los profesores tienden a usar el método de discursos y exigir que todos los niños hagan lo mismo al mismo tiempo.

Con el Programa de Desarrollo del Niño de Soros, los profesores de diecisiete países ex comunistas (Albania, Belarús, Bulgaria, Croacia, la República Checa, Estonia, la ex República Yugoslava de Macedonia, Hungría, la República Kyrgyz, Lituania, Moldova, Rusia, Rumania, la República Eslovaca, Eslovenia, Ucrania y Yugoslavia) están aprendiendo las mejores técnicas de educación infantil en la primera infancia que se utilizan en Estados Unidos y Europa occidental. El programa de estudios, diseñado por Children´s Resources International (CRI), hace hincapié en el juego iniciado por el niño equilibrado con oportunidades para el aprendizaje en grupos. El proyecto financia la capacitación de los profesores y la compra de materiales para las aulas (libros, pinturas, papel, sustancias que pueden manipularse, bloques de madera, cajones de arena y mesas para agua).

A fines de 1993 cada una de las oficinas de país de la Fundación Soros contrataron localmente a dos personas para encargarse del programa de desarrollo del niño en el país. En enero de 1994 el personal y los profesores seleccionados asistieron a un curso de capacitación de seis semanas en Estados Unidos sobre las técnicas de aprendizaje centradas en el niño. En sus visitas a muchos programas Head Start y otros programas de desarrollo para la primera infancia, observaron las técnicas en la práctica y aprendieron a distinguir los programas excelentes de los de menor calidad. A fin de brindar apoyo continuo, CRI ofrece asistencia técnica en forma permanente y sus instructores realizan visitas de seguimiento a cada país. Después del primer año de ejecución, los profesores capacitados por CRI empezaron a preparar a nuevos profesores.

Los jardines de infancia sólo participan si media un acuerdo con el Ministerio de Educación. En cada caso se les alienta a adaptar el programa básico de estudios según lo crean conveniente y siguen siendo responsables de pagar el sueldo de sus profesores. Por lo tanto, aunque un país deje de participar en el programa, los beneficios y la estructura básica de prestación de servicios permanece.

Los centros preescolares participantes están obligados a usar un programa de estudios centrado en el niño que le enseña a elegir alternativas mientras juega y brinda a cada niño una experiencia de aprendizaje individual. Los padres también deben participar, y en cada uno de los locales se les alienta a organizar una "sala para padres" —con café, bocadillos y hasta un lavaropas— donde los padres se pueden reunir. Los padres y los abuelos también participan como asalariados o profesores ayudantes voluntarios, una característica que requirió cambios legales en algunos países. Soros considera que la energía y el entusiasmo de los padres que se suman al programa es uno de los aspectos más positivos de su programa preescolar.

El costo por niño ha variado mucho según los recursos del país. En Moldova el costo para el primer año fue US$157 por niño. En Croacia y Albania llegó hasta US$600 por niño. Pero en el segundo año, los costos de Moldova se redujeron a US$20 por niño, debido a que los costos de iniciación y los materiales reutilizables ya estaban costeados. Los aportes de los padres, aunque en general son moderados, también varían de un país a otro.

La respuesta positiva al programa preescolar en toda la región ha impulsado a CRI a empezar a trabajar en un programa para lactantes y niños pequeños. Para asegurar que las conquistas logradas en la educación preescolar no se pierdan una vez que los niños ingresan al sistema de instrucción formal, los países participantes en el Programa de Desarrollo del Niño de Soros presentarán en 1996 un programa de estudios de primer grado basado en los principios del aprendizaje activo.


Respondiendo a la necesidad de mayor atención infantil en Kenya

A medida que un mayor número de mujeres ingresan a la fuerza laboral en Kenya, la demanda de servicios de desarrollo para la primera infancia ha aumentado en forma explosiva. Para determinar cómo mejorar y ampliar los servicios, el gobierno está lanzando un proyecto piloto de desarrollo para la primera infancia con el apoyo del Banco Mundial.

En la actualidad, aproximadamente la mitad de los 6 millones de niños en edad preescolar de Kenya viven en la pobreza, un tercio de los hogares son encabezados por mujeres y cada vez son más las mujeres que están ingresando a la fuerza laboral. No sorpresivamente, la demanda de atención infantil de calidad está creciendo. Como primer paso para responder a esta demanda, el gobierno —con ayuda del Banco Mundial— ha iniciado un proyecto piloto de desarrollo para la primera infancia.

Kenya ya cuenta con una considerable red de establecimientos preescolares apoyados por la comunidad, unos 18,400 centros a los que asisten aproximadamente un millón de niños de tres a seis años de edad. Las comunidades proporcionan los establecimientos, pagan a las personas que cuidan a los niños, organizan los programas de alimentos para los niños y proveen los materiales para aprender y jugar. El gobierno nacional financia la capacitación de los instructores para los profesores preescolares y diseña el programa de estudios para niños preescolares. Los gobiernos distritales capacitan a los profesores e inspeccionan y evalúan los programas. Las ONGs y gobiernos locales ofrecen apoyo financiero y de supervisión a algunos centros. Pero sin normas reconocidas, los programas preescolares varían significativamente en calidad y características.

Una evaluación reciente del gobierno sobre el sistema preescolar identificó varios puntos débiles:

  • El acceso a los servicios, en particular para los pobres, era escaso.

  • La calidad de los establecimientos en su aspecto físico, de personal, servicios y actividades era variable.

  • Con un número cada vez mayor de niños menores de tres años asistiendo a los centros de atención infantil y sin un plan definitivo para tratarlos durante estos años cruciales, el riesgo de deficiencias en el desarrollo era elevado.

  • El público desconocía en gran parte la importancia de los servicios de desarrollo para la primera infancia.

  • Los sueldos de las cuidadoras de los niños variaban mucho y el pago era irregular.

  • El control y la supervisión eran inadecuados.

  • Los programas preescolares no estaban vinculados al sistema escolar primario.

  • Los niveles de financiamiento eran demasiado bajos para brindar apoyo a programas preescolares eficientes y eficaces.

El proyecto piloto de Kenya pondrá a prueba la manera de mejorar la calidad de los servicios de desarrollo para la primera infancia, aumentar el acceso para los niños pobres y aumentar la capacidad de las comunidades de organizar, administrar y financiar los programas.

También desarrollará y pondrá a prueba paquetes más grandes de servicios. Para medir el éxito del programa piloto, se vigilará el acceso de los niños pobres a los programas de desarrollo para la primera infancia, los perfiles de los niños al ingresar a la escuela primaria (edad promedio, talla, peso, estado de inmunización) y las tasas de deserción y repetición en los primeros grados.

El proyecto se propone capacitar a 15,000 profesores preescolares y 5,000 representantes de la comunidad sobre cómo administrar y vigilar los programas de mejor calidad de atención infantil. Para mejorar la salud y la nutrición de los niños preescolares, el proyecto ofrecerá inmunizaciones, alimentos, suplementos de micronutrientes y vigilará el crecimiento. Los centros preescolares piloto emplearán a personal capaz de diagnosticar y tratar las dolencias comunes, desparasitar a los niños y referir los casos más graves a los niveles más altos de atención. Los centros seguirán siendo administrados por comisiones de padres adiestrados en organización, gestión y vigilancia de los servicios para niños en la primera infancia. Un manual de operaciones esbozará los métodos de proyección, desembolso, contabilidad y auditoría, además se otorgarán subvenciones a algunas comunidades para mejorar los servicios. Las ONGs ayudarán a supervisar la gerencia que hacen las comunidades en los centros de atención infantil.

El proyecto presentará a las comunidades nuevas maneras de financiar los sueldos de los profesores, subsidiar los honorarios para los niños más pobres (en algunos casos, dará donaciones directamente a los niños pobres para que puedan asistir al centro preescolar), comprará suministros escolares, proporcionará materiales de salud y educación y mejorará los establecimientos. También pondrá a prueba un programa de estudios para la escuela primaria que continúe con los métodos didácticos iniciados en el centro preescolar.

 

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