Indice
Parte I: -Capítulo 1 - Capítulo 2 - Capítulo 3
Parte II: - Capítulo 4 - Capítulo 5 - Capítulo 6 - Capítulo 7 - Capítulo 8 
Bibliografía


Reformando los Sistemas Educativos Formales para Incluir a los Niños Preescolares

Se ha demostrado que la educación preescolar contribuye al progreso y desempeño posterior del niño en la escuela. Se asocia positivamente con una reducción de las tasas de repetición y deserción y por consiguiente con menores costos de educación. No es por lo tanto inesperado mejorar el acceso en los centros preescolares, como una característica común de las reformas de educación.

Experimentando nuevos modelos de atención en Chile
Restableciendo servicios para niños en El Salvador
Respondiendo a las necesidades básicas de salud y educación en Venezuela


Experimentando nuevos modelos de atención en Chile

Chile está tratando de determinar qué clase de enfoques de desarrollo infantil son más eficaces en los entornos urbanos y rurales. Su Proyecto de Mejoramiento de la Educación Primaria está evaluando de qué manera incide la mejor capacitación de los profesores, el material didáctico y la provisión de complementos alimentarios en el futuro de los niños pobres.

En 1989 menos de un quinto de todos los niños de dos a cinco años se matricularon en centros preescolares y sólo 57.5% de esa cohorte de estudiantes finalizó el octavo grado. Para mejorar este resultado, el gobierno chileno lanzó en 1992 el Proyecto de Mejoramiento de la Educación Primaria financiado por el Banco, a fin de proporcionar educación preescolar a cerca de 16,000 niños urbanos de cinco años y 30,000 rurales de familias pobres.

El proyecto está dedicado a contratar a supervisores, profesores y paraprofesionales; capacitar a los padres sobre cómo estimular las mentes de sus niños pequeños; construir 100 aulas para ofrecer aproximadamente 4,500 vacantes para preescolares; remodelar 75 establecimientos rurales donados por las comunidades; proveer alimentos diariamente a los niños; proveer material didáctico; lanzar una campaña con los medios de comunicación para promover la participación de los padres; y llevar a cabo estudios para evaluar la eficacia en función de los costos de cada modelo preescolar puesto a prueba. Los programas preescolares son juzgados por su impacto en el mediano plazo en términos de desempeño académico, comportamiento y aptitudes del niño.

El proyecto está poniendo a prueba dos modelos de educación preescolar rural. En el primer modelo, el proyecto está proporcionando 29,000 juegos de material didáctico y continua capacitación en el servicio a supervisores, directores de escuela, profesores y paraprofesionales. Está realizando además 3,000 talleres locales para capacitar a 23.400 padres en las técnicas de educación infantil. No ofrecen complementos alimentarios.

El segundo modelo lo ejecuta INTEGRA, un organismo ayudado por el gobierno que tuvo a su cargo la inscripción del 12.4% de todos los niños preescolares en 1989. La labor de INTEGRA es contratar a 15 supervisores y 150 paraprofesionales, remodelar 75 centros rurales pequeños donados por las comunidades y proporcionar 2,000 raciones alimentarias diarias. Cada centro rural de atención infantil es administrado por dos paraprofesionales y atiende alrededor de veinticinco niños menores de seis años.

Los procedimientos de evaluación están integrados en todos los programas preescolares. Se instalan mecanismos desde un principio para evaluar el efecto de cada modelo sobre el futuro rendimiento académico, el comportamiento y las aptitudes del niño, asimismo un estudio de eficacia en función de los costos comparando los tres modelos de centros preescolares urbanos y los dos rurales. Estas evaluaciones de pertinencia, eficiencia y eficacia de los programas, guiarán la futura inversión del gobierno en la ampliación de los centros preescolares.


 Restableciendo servicios para niños en El Salvador

Después de años de guerra, El Salvador está restableciendo y mejorando sus servicios de salud y educación para los niños pequeños. El singular sistema preescolar comunitario que ha creado requiere la participación activa de los padres y otros miembros de la comunidad. Locales mejorados, nuevos métodos y materiales didácticos actualizados en clase están beneficiando a los niños preescolares.

Durante los diez años de guerra civil, se estima que murieron en El Salvador 75,000 personas, 750,000 emigraron y 500,000 se convirtieron en refugiados dentro de su propio país. El gasto de defensa y los pagos de intereses sobre la deuda externa compitieron con los gastos de servicios sociales y los niños se vieron perjudicados. En 1991 cerca del 60% de la mortalidad infantil fue resultado de la diarrea causada por la falta de instalaciones sanitarias y prácticas adecuadas. Cerca del 36% de los niños menores de 5 años padecieron carencia de vitamina A en 1988, sólo 29% de los niños menores de 2 años recibieron atención de salud. En cuanto a la educación, sólo 7% finalizó la escuela primaria en 1979 y un quinto de los estudiantes rurales de primer grado la abandonaron. Para 1986 sólo 60% de los niños en las zonas rurales se matricularon en la escuela primaria.

En junio de 1989 el gobierno de El Salvador implantó un programa de reforma macroeconómica de gran alcance, y con el apoyo del Banco Mundial, la AID y el UNICEF, empezó a poner en práctica el Proyecto de Rehabilitación del Sector Social para reconstruir los servicios de salud y educación del sector público. Como parte de ese proyecto, El Salvador ha creado un programa innovador que alienta a los padres y a los grupos comunitarios a definir y administrar los servicios de educación primaria, preescolar y para la primera infancia para alrededor de 70,000 estudiantes. Cada centro preescolar albergará a un mínimo de veintiocho niños. Usando criterios establecidos, el Ministerio de Educación selecciona a un grupo comunitario (formado por profesores, padres y ONGs) para administrar los centros preescolares, suministra fondos para cubrir los sueldos y los costos administrativos de los profesores, los libros de texto, el material didáctico, la asistencia nutricional y la capacitación de personal. Los grupos comunitarios se encargan de la contratación y el pago de los profesores, la provisión de los muebles, los establecimientos físicos y la administración de los servicios.

Dentro del programa, se proporcionará capacitación en servicio en el ámbito de teoría y práctica del desarrollo infantil a cerca de 2,500 profesores de enseñanza preescolar. El programa enfatiza la interacción y las actividades en grupos pequeños que fortalezcan las aptitudes de solución de problemas y la preparación de los niños para leer, escribir y aprender los números. Con el tiempo, todos los profesores preescolares en El Salvador serán capacitados por el Ministerio de Educación, encargado de administrar los centros regionales de capacitación de profesores preescolares.

El costo de la prestación de servicios preescolares en este proyecto se ha estimado alrededor de US$120 por niño al año, incluidos US$20 para los complementos alimentarios. A los profesores se les paga US$160 por mes para enseñar las clases preescolares; los profesores con clases más grandes pueden recibir aumento de sueldo hasta 10%. El proyecto incluye evaluaciones anuales de los programas preescolares y primarios sobre su efecto en el desarrollo del niño y su eficacia en función de los costos, lo cual servirá de base para refinar el diseño de los programas. Se espera que los programas puedan adaptarse a otras zonas de mucha pobreza en El Salvador.

El proyecto de Rehabilitación del Sector Social de El Salvador también apoya la ampliación de la educación y las actividades de extensión sanitaria; procura aumentar el número de especialistas en salud y los medicamentos disponibles en los pueblos; e incluye un servicio de nacimientos de urgencia y primeros auxilios. Fortalecerá el sector social mediante la creación de un nuevo sistema de supervisión, el mejoramiento de las prácticas financieras, de administración de personal y la formulación de una política de financiación de la atención sanitaria, todas con repercusiones para la red de programas de desarrollo para la primera infancia.


Respondiendo a las necesidades básicas de salud y educación en Venezuela

El gobierno venezolano ha contraído un compromiso importante con la ampliación de la capacidad de sus programas de centros infantiles y preescolares. La nueva construcción y los proyectos de renovación emprendidos con apoyo del Banco Mundial han sobrepasado las metas de los proyectos, abriendo el acceso a la educación preescolar para miles de niños pequeños.

Los abundantes recursos de petróleo han enriquecido a la nación. No obstante, en junio de 1994 casi la mitad de los venezolanos eran considerados pobres y más del 20% sumamente pobres. En 1988 sólo un tercio de los niños en edad preescolar asistió a un programa preescolar y el acceso a la escuela primaria no fue universal. La distribución asimétrica de los ingresos y la pesada carga de la pobreza de Venezuela derivan principalmente del manejo deficiente del presupuesto nacional, la insuficiente proyección del gasto social en los pobres, la rápida urbanización y una alta tasa de crecimiento demográfico.

En 1990, con apoyo del Banco Mundial, el gobierno lanzó un Proyecto de Desarrollo Social de siete años para rehabilitar la red de atención primaria de salud; proporcionar atención de salud, servicios de nutrición a las mujeres embarazadas, mujeres que daban de lactar y niños de hasta seis años; ampliar y mejorar los servicios preescolares para los niños pobres; organizar una campaña que promueva prácticas beneficiosas de salud, nutrición y educación; y mejorar la capacidad del gobierno de diseñar, planificar, ejecutar programas sociales y evaluar su impacto.

Para fines de 1994 los programas preescolares habían llegado al 44% de los niños. El objetivo del gobierno es matricular por lo menos a la mitad de los niños de cuatro a seis años en los programas preescolares para 1995. En ese sentido, está apoyando el establecimiento de centros preescolares nuevos, tanto convencionales como informales. En los centros preescolares convencionales, los niños pequeños reciben instrucción formal de un maestro profesional. La educación preescolar informal en Venezuela tiende a ser proporcionada por un profesor y un promotor comunitario que comparte las responsabilidades didácticas y presta servicios de salud, nutrición y recreación.

El proyecto habrá construido 1,600 aulas preescolares convencionales para fines de 1995, las que deben recibir a 96,000 niños. También construirá 185 centros preescolares informales, ampliando la cobertura a 116,000 niños en total. Aunque la construcción de los centros preescolares ha tenido mucho éxito, los fondos para la edificación fueron recortados recientemente en 40%. Los fondos del proyecto también deben cubrir el programa de alimentación preescolar, la compra de muebles y materiales, la capacitación, la supervisión del personal y los costos administrativos.

Los programas de centros comunitarios, ampliados en virtud del proyecto, ahora prestan servicios a 351,000 niños y deben alcanzar fácilmente la meta de 500,000. Las cuidadoras de los niños son seleccionadas entre los miembros de la comunidad, reciben capacitación, una modesta suma mensual del gobierno y un honorario de los padres de cada niño. Cada cuidadora atiende entre seis y ocho niños en su propio hogar. El gobierno otorga préstamos para mejoramiento de la vivienda, dona juguetes y otros materiales. Aunque es financiado por el gobierno, el programa es administrado por la Fundación del Niño y otras ONGs.

Para complementar las acciones de educación, el Proyecto de Desarrollo Social de Venezuela ampliará la cobertura de inmunizaciones, la atención de salud preventiva para lactantes, el tratamiento de la diarrea aguda y las infecciones respiratorias en los lactantes y los niños. También proporcionará complementos nutricionales a las mujeres embarazadas, las que dan de lactar y a los niños de hasta seis años. Los niños desnutridos recibirán tres kilogramos de leche entera en polvo por mes y los otros niños dos kilogramos. Para fines de 1995 el proyecto espera haber proporcionado acceso a estos servicios básicos a 420,000 mujeres embarazadas (comparado con 200,000 en 1989), 360,000 mujeres que amamantan (comparado con 80,000), 640,000 lactantes menores de dos años (comparado con 245,000) y 916,000 niños de dos a seis años de edad (comparado con 370,000).

Los programas informales y formales para la primera infancia se consideran ahora esenciales para mejorar las condiciones de pobreza y Venezuela los incluirá en el nuevo programa de ajuste estructural que está preparando en colaboración con el Banco Mundial.

 

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