Discursos y otros documentos del Secretario General

PRESENTACIÓN DEL SECRETARIO GENERAL LUIS ALMAGRO EN EL ENCUENTRO NACIONAL DE LA EMPRESA (ENADE) “LAS OPORTUNIDADES DEL ACTUAL ESCENARIO MUNDIAL”

30 de noviembre de 2016 - Casa Piedra, Santiago de Chile

*Cotejar con discurso pronunciado*

Vivimos tiempos de incertidumbre que sin duda ponen en cuestión modelos tradicionales de crecimiento en lo económico y social.  Con la globalización y el libre comercio en debate, el hemisferio se encuentra en un momento clave de definiciones. Lo cierto es que la región sigue siendo la más desigual del mundo y tiene inaceptables niveles de pobreza y desigualdad, ante lo cual la única respuesta viable debe anclarse en políticas de carácter incluyente que beneficien a todos, a los excluidos del consumo, a los empresarios y al Estado que con más ingresos debería generar servicios públicos de mayor calidad.

Amigos y amigas,

  • Desde que asumimos la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos hemos impulsado un desarrollo socio-económico inclusivo abogando por expandir cada vez más derechos para más gente. No en el papel,  sino en la realidad cotidiana.   Así, hemos intentado convertir a la OEA en un instrumento más relevante en la defensa de los derechos humanos, y  de la democracia en el hemisferio.
  • Pese a los avances registrados en la década pasada en    --reducción de la pobreza, ampliación de los servicios sociales, aumento de la clase media, estabilidad macroeconómica--, nuestro  reto regional común sigue siendo mantener y expandir esos logros en un momento de contracción o bajo crecimiento económico.
  •  Los avances en reducción de la pobreza entre los años 2000 y 2012 permitieron mejorar las condiciones de vida a 70 millones de personas en América Latina y el Caribe. Por primera vez la clase media superó el número de gente pobre. Sin embargo, tenemos todavía 168 millones de personas [2014] que viven en situación de pobreza [CEPAL, Oct. 2016] y según el Banco Mundial, 40% de la población de la región está en una situación de vulnerabilidad frente a un choque económico externo o interno o un desastre natural.
  • La desigualdad de ingresos sigue siendo 65% superior a la de los países de ingresos altos; 36% mayor que en Asia Oriental; y 18% mayor que en África Subsahariana, según datos de Naciones Unidas.
  • El  panorama económico regional y global  es de incertidumbre y lento crecimiento y se caracteriza por el resurgimiento de tendencias proteccionistas en el comercio internacional. Las exportaciones sudamericanas por ejemplo cayeron más que las globales. En 2015 cayeron 22%, según datos del BID, fundamentalmente por la caída de los precios de las materias primas.
  • En relación a China, que se convirtió en los últimos años en el principal o uno de los socios comerciales clave  de Brasil, Argentina, Uruguay,  Chile y Perú y la fuente la más importante de financiación externa de la región (125 mil millones de dólares entre 2005 y 2015), la transición a una economía más equilibrada en materia de inversión y consumo con un crecimiento cercano al 6,5% en lugar de las tasas exuberantes de la década pasada, motivaron una reducción de la demanda de materias primas.
  • Si bien las agencias multilaterales de crédito auguran una recuperación moderada del crecimiento de 1,5 por ciento para 2017,  Esto revela no solo la exposición de la región a perturbaciones externas, sino también la existencia de debilidades estructurales que socavan el crecimiento potencial .
  • La información estadística para 2015 muestra un aumento de la tasa de pobreza e indigencia. Aalrededor de 7 millones de latinoamericanos se volvieron pobres y más de 5 millones de personas cayeron en la indigencia. Estos datos representan el mayor aumento de las tasas de pobreza desde finales de la década de 1980 [OCDE-CEPAL-CAF 2016].
  • La pobreza y la desigualdad no son consecuencia exclusiva de escasos ingresos, sino que en el fondo es la escasez de oportunidades de progreso,  lo que contribuye a que la gente no pueda prosperar.
  • Por ejemplo, en materia de empleo los avances en nuestra región han sido limitados. Más grave aún: en muchos países el número de trabajadores informales, sean asalariados o independientes, supera a los del sector formal, representando en algunos casos hasta el 60% del mercado laboral. La informalidad predomina particularmente entre los trabajadores por cuenta propia y empleados de pequeñas y micro empresas.
  • La informalidad engendra desigualdades y el papel del sector privado en combatir la informalidad es clave. Impulsar el empleo formal contribuirá a una mayor calidad del empleo, ya que los puestos de trabajo formales suelen registrar mayores salarios, menor inseguridad laboral y mejores condiciones de trabajo que los de la economía informal. Además, la informalidad genera una baja en la productividad, menos recaudación impositiva  y pone freno al crecimiento económico.
  • Como si esto fuera poco, hoy, en América Latina, uno de cada 5 jóvenes de la región -- casi 30 millones de jóvenes-- no estudia ni trabaja. La mitad no termina la secundaria. La informalidad laboral promedio en aquellos jóvenes que abandonaron el secundario es de 92% [CAF, 2016].
  • El fenómeno de los jóvenes que no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación (los “Ni Ni”) está estrechamente asociado con el estrato socioeconómico: 83% de las mujeres jóvenes y 76% de los hombres jóvenes que no tienen empleo, no estudian, ni reciben capacitación, proceden de hogares pobres o vulnerables. Esta situación contribuye a la persistencia de la desigualdad entre generaciones, impide que las economías de la región aprovechen el bono demográfico e incluso puede asociarse con conductas riesgosas como el crimen y la violencia. [OCDE-CEPAL-CAF 2016]. 
  • Enfocarnos en el capital humano para que la población cuente con un mayor nivel de habilidades es crucial, ya no sólo para reducir la informalidad, sino para alcanzar un desarrollo sostenible con inclusión social.
  • Pero el camino del pasado, de la educación tradicional y el trabajo arduo no se traducen hoy en día en recompensas suficientes para tener una vida digna y seguridad en el ingreso de mañana.
  • La disparidad de la distribución del ingreso se aceleró tanto entre países ricos y pobres como dentro de cada una de nuestras naciones , tanto en países desarrollados como en economías emergentes, como resultado de quienes laboran para el sector de alta tecnología y quiénes no.
  • El rápido desarrollo tecnológico y la globalización han contribuido a la mejora de la productividad pero no se han traducido en mejores salarios ni superior calidad de vida para todos los ciudadanos .
  • Se estima que el 47% de los empleos en los EEUU están en peligro de desaparecer por la automatización tecnológica en los próximos 20 años. Estudios del Banco Mundial y de la Universidad de Oxford proyectan este riesgo a un 57% de promedio en los países de la OCDE y una susceptibilidad aún mayor en los países en desarrollo de entre el 65 y 85% .
  • El impacto de este cambio es diferente porque el ritmo se ha acelerado, el alcance de la convergencia de tecnologías es más amplio y los beneficios no están siendo compartidos.
  • El bajo costo comparativo de la fuerza de trabajo en América Latina impedirá que muchos empleos sean sustituidos en el corto plazo. Sin embargo, se prevé que estos fenómenos produzcan efectos más graves en el mediano y largo plazo debido a una “prematura desindustrialización” de los países emergentes y una pérdida de competitividad. Se prevé que para el año 2025 los países industrializados más avanzados tendrán una ventaja comparativa sobre el costo de producción manufacturera con base en el ritmo de automatización tecnológica.
  • Qué podemos hacer para reducir las brechas económicas, productivas, sociales y digitales de nuestros países? ¿Cómo integramos a los que se sienten excluidos? ¿Cómo generamos crecimiento económico incluyente aprovechando las oportunidades del actual escenario mundial?
  • Entre las fórmulas para alcanzar el crecimiento incluyente se encuentran la inversión en la educación y habilidades para el trabajo de la economía global; inversiones en infraestructura, logística e innovación; y políticas fiscales y de distribución del ingreso que no pongan el peso mayor en los más vulnerables.
  • A pesar de que constantemente asociamos a la competitividad global con el espacio internacional, el punto de partida es el ámbito local. 
  • Es en nuestras comunidades donde se siembran las bases del futuro. Tenemos que pensar globalmente pero actuar en el ámbito local. Ser líderes en cada una de nuestras comunidades.
  • Es en estos niveles en donde los niños y niñas reciben (o no) una educación de calidad, acceso a idiomas, clases de computación, oportunidades de aprendizaje para el trabajo en equipo, pensamiento crítico, valores de convivencia con el medio ambiente y otras aptitudes.
  • Acceso a una educación de calidad es de suma importancia porque se estima que el 65% de los alumnos que ahora cursan educación primaria trabajarán en empleos que no existen en la actualidad. Se trata de un proceso que ya se ha iniciado y que se desarrollará en varias etapas.
  • Invertir en nuestro capital humano e igualdad de oportunidades es una prioridad para que nuestros niños sean parte de una juventud pujante que es parte de la solución. Especialmente en los trabajos en que la inteligencia creativa y de contexto social son la base de los conocimientos y aptitudes.
  • En este sentido, la diversidad, la inclusión y el imperativo moral y económico de construir una economía cada vez más verde, son elementos indispensables.
  • Tenemos un hemisferio con culturas y tradiciones ricas y diferentes. No podemos renunciar a la riqueza de nuestra diversidad. Hoy en día, la diversidad es en sí misma un valor para las empresas y para las economías. El contar con todo el talento y la diversidad de voces de nuestra sociedad en la mesa es una fortaleza, no una debilidad.
  • Ningún país de la región puede darse el lujo de excluir a las niñas y a las mujeres, ellas son el 50% de su población y fuerza intelectual y laboral. Es necesario diseñar políticas y programas que deliberadamente creen oportunidades para incorporar a toda la  población.
  • En este sentido, aplaudimos el lanzamiento [marzo de 2016] del Programa Mujer Exporta, inédito programa a nivel latinoamericano, creado por la DIRECON-Pro Chile, para impulsar una inserción real de las empresarias chilenas en los mercados internacionales y la iniciativa de la Presidenta Bachelet de crear la Red de Centros de Desarrollo de Negocios [2015] que entregan a las pequeñas empresas y emprendedores asesoría técnica individual y gratuita, a través de mentores expertos, para fortalecer sus capacidades y desarrollar su actividad empresarial.
  • Desde la OEA, nuestro compromiso es abogar para que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de progreso. Hay que remover los obstáculos de género, raza, lugar de nacimiento, clase social, orientación sexual que todavía separan a la gente de las oportunidades de progreso. Abogamos por la igualdad de oportunidades de progreso. Nuestro buque insignia es más derechos para más gente.
  • Tenemos claro que la tecnología y la innovación son herramientas valiosas para desarrollar oportunidades de crecimiento y competitividad incluyente. La clave es complementar estas herramientas con una agenda amplia generando ecosistemas locales que fomente la interacción social, la formación continua de la gente y sus aptitudes centradas en la creatividad.
  • Es en estos ecosistemas locales donde las empresas pueden acceder a mano de obra calificada, transferencia de conocimiento, proveedores especializados o beneficiarse del capital social existente, entre otros factores que afectan a su competitividad.  Los clústers o la especialización inteligente se nutren de las capacidades y condiciones de competitividad sustentable que desde nuestras comunidades generamos, especialmente para incorporar a las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES).
  • Otro elemento clave para el crecimiento inclusivo es la infraestructura. De acuerdo al Banco Mundial y al BID, se requiere una inversión del 5% del PIB para cerrar la brecha en infraestructura en América Latina. Nuestra región invierte actualmente menos del 2%  [The Economist, 2014]. La falta o inadecuada infraestructura constituye una importante barrera para el crecimiento económico y desarrollo humano .
  • Para 2050, aproximadamente el 90% de la población latinoamericana vivirá en ciudades. Esto supondrá numerosos desafíos relacionados con la infraestructura, incluido el despliegue de la banda ancha para acelerar el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
  • De acuerdo a la CEPAL, 44% de los hogares en América Latina y el Caribe tienen acceso a conexión de Internet en 2015, casi el doble que en 2010, pero aún lejos del nivel necesario de banda ancha para influir y mejorar el PIB de nuestros países.
  • Las alianzas público-privadas (APP) son mecanismos que pueden facilitar la inversión sobre la base de una clara regulación que ponga los intereses del consumidor primero.  La experiencia y know how del sector privado de la mano del interés público pueden generar una ecuación beneficiosa para todos.
  • Por otro lado, los sistemas tributarios inadecuados, así como la evasión y la elusión de impuestos también afectan el crecimiento inclusivo porque cuestan a América Latina miles de millones de dólares en ingresos tributarios perdidos, unas cantidades que podrían y deberían invertirse en luchar contra la pobreza y la desigualdad.
  • La CEPAL calcula que la tasa impositiva media efectiva para el 10% más rico solo equivale al 5% de su ingreso disponible. Como resultado, los sistemas tributarios de América Latina son seis veces menos efectivos que los europeos en lo referente a la redistribución de la riqueza y la reducción de la desigualdad.
  • A esto hay que añadir las terribles tasas de elusión y evasión de impuestos en la región. La CEPAL estima que la evasión y la elusión de los impuestos sobre la renta personal y de las empresas costaron a América Latina más de 340.000 millones de dólares en 2015, es decir, un 6,7% del PIB regional [CEPAL, 13 de octubre de 2016].
  • Otro de los retos pendientes de la región es la corrupción,  uno de los grandes flagelos que amenaza la gobernabilidad democrática, el Estado de derecho, y el desarrollo económico y social de nuestros países. La corrupción acompañada por la impunidad, es decir, la incapacidad del Estado para sancionarla, contribuyen al resquebrajamiento de los cimientos de la democracia.  
  • Menciono los temas de corrupción e impunidad junto con la inseguridad ciudadana, porque me parece que en conjunto generan la percepción de que las inversiones no encuentran una plataforma adecuada para aterrizar. Esto hay que revertirlo con urgencia y la OEA está trabajando con los países miembros a partir de la Convención Interamericana contra la Corrupción y con misiones especiales en el terreno, como la MACCIH en Honduras directamente dirigida a eliminar la corrupción y la impunidad.

Amigos y amigas,

  • Como sociedades estamos enfrentando nuevas preguntas sobre qué tipo de futuro queremos construir. Es claro que hoy contamos con una ciudadanía empoderada y conectada, que funciona como agente de cambio y actor fundamental de la definición del futuro de nuestros países. Tenemos que converger en la dirección de hacia dónde va la gente y hacia dónde va la economía mundial.
  • Los retos son grandes. El sector público y privado deben continuar el trabajo y liderazgo compartido para establecer y consolidar “sociedades cohesivas”. Juntos procurar el bienestar de sus miembros, combatir la exclusión y la marginación, crear un sentido de pertenencia y promover la confianza ofreciendo oportunidades de movilidad social.
  • Nuestro norte deben ser la equidad, la inclusión social y la promoción del ejercicio pleno de los derechos de la gente,

MUCHAS GRACIAS

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1 OCDE, CEPAL y CAF (2016), Perspectivas económicas de América Latina 2017: Juventud, Competencias y Emprendimiento.

2 Según Oxfam, entre 2002 y 2015, las fortunas de los multimillonarios de América Latina crecieron en promedio un 21% anual, es decir, un aumento seis veces superior al del PIB de la región. En 2014, el 10% más rico de la población de América Latina había amasado el 71% de la riqueza de la región. Según los cálculos de Oxfam, si esta tendencia continuara, dentro de solo seis años el 1% más rico de la región tendría más riqueza que el 99% restante.

3 El impacto del cambio tecnológico en la economía no ha resultado en una mejora en el nivel de los salarios a pesar de que la productividad aumentó. La desigualdad ha aumentado.  Frey and Osborne point out that unlike salaries as a share of the GDP and median household incomes, business and corporate profits have doubled since the year 2000, as the main beneficiaries of record productivity. Frey, C.B. and Osborne, M.A. (2013) The Future of Employment: How Susceptible are Jobs to Computarization? Oxford Martin School Working Paper No. 7. Technology at Work v2.0, The Future Is Not What It Used to Be, Oxford Martin School & Citi (Jan. 2016).

4 Technology at Work v2.0, The Future Is Not What It Used to Be, Oxford Martin School & Citi (Jan. 2016), los países de ALC citados en el estudio son Argentina, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Panamá, Paraguay, y Uruguay con promedios de 65 a 75%.