Discursos y otros documentos del Secretario General

SESIÓN ORDINARIA DEL CONSEJO PERMANENTE: DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

7 de marzo de 2018 - Washington, DC

Quería en primer lugar destacar la relevancia del hecho histórico al que hiciera referencia la delegación de Venezuela, a esa huelga de mujeres, y las mujeres que perecieron por haber sido encerradas para no poder asistir a la misma. Es en ese contexto y en ese marco, y en el llamado internacional que este 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, mujeres de muchos países de América y del mundo han decidido auto convocarse a un paro internacional de mujeres, tal como hicieron el año pasado. Expresamos nuestro respaldo a todas las funcionarias de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que decidan unirse a ésta huelga. Muchos movimientos han utilizado exitosamente esta herramienta de lucha a lo largo de la historia, para avanzar en reconocimiento de derechos, y ahora aún más para sumar y abatir los profundos obstáculos que las mujeres continúan enfrentando para alcanzar igualdad de derechos.

Un área fundamental del trabajo de la OEA está dirigido a lograr la igualdad de género en nuestra región. En las últimas décadas se han registrado avances muy significativos de conocimiento legal de los derechos de las mujeres, pero se necesita acortar la distancia entre las mujeres y la realidad, y por ello respaldamos plenamente la lucha de las mujeres por la reivindicación de éstos derechos.

Por un lado, el marco legal y de políticas sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género en las Américas es el más sólido del mundo, después de Europa occidental. En las últimas décadas, la región ha adoptado innumerables acuerdos jurídicos vinculantes, declaraciones políticas y declaraciones de compromiso con los derechos humanos de las mujeres y la igualdad de género que constituyen un fuerte y unívoco apoyo legal y normativo para la protección y garantía de estos derechos.

Las mujeres líderes de todos los sectores han sido la principal fuerza detrás de la conquista de estos derechos, y son ellas quienes llaman a los Estados a rendir cuentas cuando no cumplen con la garantía de estos derechos.

A nivel internacional e interamericano, los gobiernos se han comprometido reiteradamente a lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, más recientemente en 2015 con la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Este compromiso reconoce no solamente que el empoderamiento de las mujeres y las niñas es un derecho en sí mismo, sino que da cuenta de la creciente evidencia de que su empoderamiento alimenta economías fuertes y sostenibles y fortalece la legitimidad de los sistemas democráticos al permitir una mayor diversidad de voces para contribuir a procesos políticos y económicos de toma de decisiones.

Solamente en los últimos dos años hemos visto el crecimiento de movimientos masivos como #NiUnaMenos, #YoTambién / #MeToo y #TimesUp, los cuales dejan en claro que las mujeres no aceptarían ningún retroceso en los derechos que han conquistado en el último siglo y que demandan una aceleración en la efectivización de los mismos.

Sin embargo, la brecha persistente entre los derechos de las mujeres en el papel y los derechos de las mujeres en la práctica es uno de los mayores obstáculos para el desarrollo sostenible, la gobernabilidad democrática efectiva y la seguridad humana.

Al mismo tiempo, el hemisferio enfrenta una reacción sin precedentes contra el avance de los derechos de las mujeres y la igualdad de género, que se ha vuelto muy visible y cuestionada en el contexto de los procesos electorales nacionales.

La popularidad y eventual elección de candidatos que se han declarado abiertamente opuestos a la "ideología de género", la igualdad matrimonial, los derechos sexuales y reproductivos y una serie de otras cuestiones es la manifestación más visible, aunque ciertamente no la única, del “antigénero”.

Me parece de particular relevancia entonces que hoy hagamos público el Tercer Informe Hemisférico sobre la Implementación de la Convención de Belém do Pará “Prevención de la Violencia contra las Mujeres en Las Américas: Caminos por Recorrer.”

Con la Convención de Belém do Pará, los Estados se comprometieron a “…modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, incluyendo el diseño de programas de educación formales y no formales apropiados a todo nivel del proceso educativo, para contrarrestar prejuicios y costumbres y todo otro tipo de prácticas que se basen en la premisa de inferioridad o superioridad de cualquiera de los géneros o en los papeles estereotipados para el hombre y la mujer que legitiman o exacerban la violencia contra la mujer”.

La prevención y eventual erradicación de la violencia contra las mujeres es imposible sin acciones definitivas para la eliminación de los estereotipos de género y la discriminación contra las mujeres que perpetúan esta violencia, y que están al centro del accionar de los movimientos y mensajes anti género que proliferan en la región y buscan parar el camino del desarrollo.

La agenda de la igualdad de género es hoy parte central de lo bueno en el mundo y el mejor camino para el desarrollo de las naciones.
Muchas gracias