Discursos y otros documentos del Secretario General

DURANTE EL CONSEJO PERMANENTE PARA ANALIZAR LA SITUACIÓN ELECTORAL EN GUYANA

21 de julio de 2020 - Washington, DC

Desde el 2 de marzo, día de los comicios en Guyana, a la fecha han pasado más de cuatro meses, para ser más exactos 141 días y el proceso aún no ha concluido. Bajo cualquier estándar, se trata de un plazo inadmisible. La insólita demora es el resultado de las acciones dedicadas a bloquear la voluntad mayoritaria expresada en las urnas.

Luego de una votación –como lo acaba de señalar el ex Primer Ministro Golding- que fue bien ejecutada, en paz y que demostró el espíritu cívico de Guyana, comenzaron intentos por entorpecer el procesamiento de los resultados.

La interrupción del conteo en la región 4, sin haber finalizado la totalidad de las actas, fue el inicio de una cadena de acciones encaminadas a dilatar y ocultar los resultados, confundiendo así a la ciudadanía.

El día 13 de marzo, la Misión anunció que se retiraba del país debido a las repetidas artimañas que no permitían la verificación transparente de las actas. Para dimensionar esta medida, vale notar que esta situación se ha dado solo en contadas oportunidades durante el transcurso de los más de 58 años y 270 misiones que tiene el programa de observación electoral de la OEA.

Tras el anuncio de la autoridad electoral de que se procedería a un reconteo nacional, fuimos testigos de diferentes intentos por bloquear judicialmente este proceso. Dado que el bloqueo no prosperó, algunos buscaron minar la credibilidad del recuento, recurriendo- como bien ha explicado el Jefe de Misión- a acusaciones infundadas de todo tipo.

El reconteo finalmente fue realizado, bajo la supervisión de los representantes de los partidos y de los observadores internacionales y hoy conocemos el resultado de la votación del 2 de marzo.

La democracia de Guyana ha quedado, sin embargo, rehén de un funcionario, el Oficial Principal de Elecciones, que insiste en presentar datos alternativos. Ello a pesar que la Corte de Justicia del Caribe, máxima instancia en el esquema judicial de Guyana, y la autoridad electoral (GECOM)- le han ordenado que prepare y presente su informe utilizando los resultados generados durante el recuento nacional.

Frente a esta gravísima situación, la Secretaría General reitera su posición, expresada en el comunicado de prensa del 15 de abril, sobre la necesidad de que GECOM excluya del proceso electoral actual y de procesos electorales futuros, a aquellas personas que han actuado de manera parcial, sea por intereses particulares o partidistas y que han obstaculizado la conclusión del proceso electoral.

Guyana se encuentra sumida en una crisis política y de confianza en las instituciones, que podría herir gravemente la salud de su sistema democrático, esto es absolutamente innecesario. Teniendo en cuenta las facultades que me otorga la Carta Democrática Interamericana, he decidido solicitar al Presidente del Consejo Permanente que se incluya en la agenda de este órgano un espacio de discusión sobre lo que está sucediendo en Guyana.

Existe una solución, y consiste en respetar los resultados del recuento nacional, tal como fue acordado por los partidos cuando se decidió iniciar ese proceso.

Más allá de algunos defectos organizativos, el reconteo se llevó adelante de manera transparente, como han indicado los observadores de la OEA y CARICOM. Quienes están verdaderamente comprometidos con la democracia en Guyana, independientemente de su orientación partidista, deben respetar los resultados.

Ninguna otra opción es admisible. La única salida es respetar lo acordado, aceptar los resultados del recuento y permitir la formación del nuevo gobierno escogido por la ciudadanía en el libre ejercicio de sus derechos.

La transición debe ser pacífica, ordenada y pronta. Esto es fundamental, especialmente a la luz de la crisis de salud global, que requiere que los gobiernos actúen de manera decidida para guiar y cuidar a la población en el contexto de la pandemia. El impasse político que vive actualmente el país no contribuye al manejo de la crisis.

El futuro gobierno, además de gestionar la pandemia, tendrá otro importante desafío: trabajar para reducir las crecientes tensiones políticas que atraviesan al país. Tal como señaló la Misión de Observación Electoral en su informe preliminar, existen grandes divisiones étnicas en la esfera social y política de Guyana, amplificadas por la retórica de la reciente campaña electoral.

Es el momento de que el gobierno y de todos los actores políticos trabajar conjuntamente para fortalecer la unidad del país, es un imperativo moral, es un imperativo político imprescindible.

Este es un momento histórico para Guyana y sin duda alguna definirá su futuro. Hoy las autoridades deberán escoger entre dos caminos, el que los lleve hacia el fortalecimiento de la democracia o el que los haga caer en un abismo difícil.

Es un momento para que aparezcan los grandes líderes, aquellos que pueden relegar sus intereses particulares y dejar de lado las disputas partidistas, para preservar el sistema en su conjunto.

Esto tiene que terminar. It has to come an end. It is not serving Guyana, it is not serving the institutions, it is not serving the democracy. It is not serving President Granger.

Pedimos respetuosamente no hacer más uso del Poder Judicial para dilatar una solución, el uso de recursos judiciales en este contexto, en esta forma, no es consistente con el buen uso de las instituciones y de los instrumentos jurídicos.

Por otra parte, es necesario sellar una vez por todas un pronunciamiento de la autoridad judicial consistente con el recuento observado por la comunidad internacional y conforme fuera acordado por los partidos.

Es el momento de las decisiones para preservar la democracia.


Muchas gracias