Discursos y otros documentos del Secretario General

TOWARD A VENEZUELAN TRANSITION? ESCAPING A COMPLEX HUMANITARIAN EMERGENCY HARVARD UNIVERSITY

25 de marzo de 2021 - Washington, DC

Cuando hablamos de la transición tenemos que preguntarnos ¿qué clase de transición, ¿de dónde?, ¿para dónde? y ¿para qué? Una transición a la democracia, al Estado de Derecho en Venezuela superará el nivel de complejidad de las transiciones que ocurrieron durante la tercera ola de democratización.

Como seguro se discutió en anteriores paneles, la magnitud de la crisis humanitaria, la crisis de refugiados, la crisis política, crisis de derechos humanos, crisis económica y crisis social en Venezuela no tienen precedentes en el hemisferio. Es una guerra sin guerra, una guerra en la cual se ha desatado la represión y la opresión sobre el pueblo venezolano ha continuado, sin que los venezolanos puedan hacer valer sus derechos.

¿Cómo se desmantela este estado represivo?, ¿cómo se desmantela un estado criminal?, ¿cómo se desmantela la corrupción sistémica?, ¿cómo se desmantela el aparato represivo y de inteligencia represiva militar y comunitaria?, ¿cómo se desarman los grupos armados?, no hay un modelo ni ejemplos recientes en la historia que puedan ayudar a diseñar e implementar una transición venezolana y escapar de su crisis humanitaria.

Sí existen principios y estándares en el sistema interamericano e internacionalmente en el sistema universal que pueden guiar esta tarea. Existen normas e instrumentos como la Carta de la OEA, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Convención Americana de Derechos Humanos, la Carta Democrática Interamericana y el Estatuto de Roma, que son el deber ser y el camino a seguir.

Los principios y el andamiaje institucional de normas internacionales son los cimientos para el acercamiento hacia una transición. En ese sentido la participación de la comunidad internacional para escapar a la compleja crisis humanitaria es totalmente necesaria, ello implicará un sistema de cooperación internacional que asegure condiciones a Venezuela de recuperación productiva y económica, de estabilidad social, de superar la crisis humanitaria, condiciones de seguridad pública, condiciones para restablecer el orden público, todo esto van a ser elementos necesarios de ser inducidos a través del sistema internacional.

Al menos para los Estados Miembros de la OEA que se han comprometido a defender derechos humanos y democracia en documentos fundacionales y la Carta Democrática Interamericana no existen fronteras cuando hablamos de la defensa de los derechos humanos, eso está claramente admitido. No existen fronteras cuando hablamos de la defensa de la democracia, así lo establece la Carta Democrática Interamericana.

El tema de la democracia no es un tema de jurisdicción exclusiva interna de los Estados, todos los Estados tienen una responsabilidad respecto a la preservación de la democracia y esto es algo sistémico instalado en el propio sistema interamericano.

El Artículo 1º de la Carta Democrática Interamericana dice de forma sencilla y completa que los pueblos de las Américas tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y respetarla. La democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos de las Américas.

La defensa de la democracia es una responsabilidad que trasciende cualquier frontera, es un compromiso que los Estados Miembros de la OEA firmaron voluntariamente para consolidar la democracia a nivel regional. De alguna manera ya (Simón) Bolívar lo había señalado en las primeras reuniones panamericanas, la democracia es el sistema del hemisferio.

En el siglo anterior existían Estados que por ley no podían intervenir en caso que una persona agrediera a su pareja dentro del hogar por considerarse ámbito de la vida privada, hoy la ley favorece a la víctima y no al agresor. La víctima tiene que tener garantías y como defenderse dentro del hogar y la responsabilidad y la obligación de proteger la vida y los derechos de la víctima se traslada al Estado.

La comparación con el caso venezolano es que hoy la normativa permite que la responsabilidad de actuar cuando hay violaciones a los derechos humanos, cuando hay crímenes de lesa humanidad, cuando hay una crisis humanitaria, debemos actuar internacionalmente para generar las condiciones hacia una transición democrática. Tenemos una obligación de proteger al pueblo venezolano, tenemos una obligación de proteger los derechos del pueblo venezolano y entre esos derechos tenemos la obligación de proteger la democracia del pueblo venezolano.

Esta es una situación de un país con variables criminales muy instaladas, lo hemos visto prácticamente en cada uno de los casos que se han venido juzgando internacionalmente o en este propio país (Estados Unidos). Tenemos a los sobrinos de la pareja dictatorial presos en Nueva York por narcotráfico.
Tenemos acusaciones de narcotráfico instalada prácticamente en cada uno de los rincones de la institucionalidad -entre comillas- de la dictadura venezolana.

Tenemos casos de corrupción que son juzgados también en este país en Houston y en la Florida, el caso de corrupción de PDVSA -y para que tengan una idea de la dimensión de esta corrupción- toda la corrupción de ODEBRECHT de 15 años llegó a 800 millones de dólares en comisiones, un solo caso de corrupción de PDVSA que se juzga en la Florida son 1.500 millones de dólares. En un solo caso prácticamente hay el doble de corrupción que en toda la corrupción de ODEBRECHT en 15 años, entonces la situación es desproporcionada.

Los cálculos estimativos más bajos serían 90 mil millones de dólares de corrupción que han sido robados al pueblo venezolano, 90 mil millones de dólares es más que un Plan Marshall en moneda actualizada. Un proceso de transición como el que estamos planteando será largo y tendrá que superar muchas fases, fases culturales, fases de desmantelamiento de estructuras criminales, de desmantelamiento de corrupción y de desmantelamiento del aparato represivo de crímenes de lesa humanidad.

Tendrá que revertir la situación de crisis humanitaria que vive el país, restablecer los derechos básicos que son necesidades básicas, estamos hablando de derecho a la alimentación, derecho a la salud, son derechos prácticamente de orden público que son necesarios restablecer en Venezuela. Ni que hablar el derecho a un trabajo digno, a la educación, a la vivienda, a un salario digno, esos son temas que van a tener que ser resueltos prácticamente desde cero en la situación actual venezolana.

La cooperación internacional será clave, recuperar los fondos de la corrupción del régimen será clave para restablecer las mejores condiciones humanitarias en el pueblo venezolano. La relación con el régimen saliente debe ser la misma. Hay un tema clave en cualquier proceso de restablecimiento democrático, son los principios de justicia, memoria, verdad y no repetición, esos son conceptos claves, fundamentales.
Entonces las variables que llevan hacia eso implican que tengamos que tener en cuenta estos principios fundamentales.

Los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles, están instalados en la lógica represiva criminal y obviamente que debe haber justicia. Tenemos que buscar la verdad en cada una de las actuaciones del régimen y sus vínculos con el crimen organizado, sus vínculos con el narcotráfico, sus vínculos con albergar organizaciones terroristas como los disidentes FARC, el ELN o incluso Hezbollah. Tenemos que atacar todos los casos de corrupción que señalé, va ser un trabajo arduo, va a ser un trabajo muy duro para poder tener las mejores condiciones para generar esas necesidades de Justicia que son absolutamente necesarias.

Obviamente que como en todo esquema ideológico habrá gente que es mejor y esperemos que ojalá el espacio pueda ser ocupado por esa gente en algún momento.

Se necesitan a las mejores reglas electorales, es decir de la democracia se sale con democracia, de la propia democracia se ha salido con democracia. La elección de un gobierno a veces ha llevado a que ese gobierno desmantele la institucionalidad en procesos largos y anule las prácticas democráticas completamente hasta transformarlos en prácticas dictatoriales.

Para reestablecer esto tenemos que confiar en la democracia nuevamente, no hay gobierno de notables que sea posible, necesitamos que el pueblo pueda expresarse y eso implica cambiar a absolutamente las reglas electorales en Venezuela.

The General Secretariat of the OAS has made many efforts since 2015 to help strengthen democracy in Venezuela. Unfortunately, especially since the start of the 2016 crisis, conditions have not improved and the country continues to experience a deficit of justice, along with an absence of respect for human rights and democracy.

As of today, the regime is conducting elections that are not transparent or fair at all, they don't have any impartial electoral authority and don't have minimum standards to guarantee that they will be fair and free. The country urgently needs electoral and political reform; all political actors and civil society must be included in this process, in order to have a permanent and stable legal and administrative framework that has the confidence of all actors.

The original rules must be clear, and their application transparent and consistent to prevent any discretion in their application. We believe that the following are some of the essential measures that must be taken in order to guarantee free and fair elections. These are basic principles based on the experience of the Organization of American States observing elections in the hemisphere.

A new electoral authority must be established. An independent, impartial arbiter is an essential condition for free and fair elections. Once this happens, representatives of political organizations must be encouraged to participate actively in the work of the electoral branch in order to build greater levels of trust in authority.

These works should be done district by district, there should be new people performing electoral work in each one of the 14,000 voting places. There must be clear procedures for their creation, operation, participation, internal democracy, and access to finance for political parties.

Mechanisms to guarantee equitable and transparent access to the media for parties and candidates must be defined. The law must allow for the participation of national election observation organizations and international observation too. They are essential actors in providing transparency and building trust among those involved in the process.

The electoral registry must be done again and protocols must be put in place for its administration, auditing and publication. Mechanisms to ensure that people can vote abroad are necessary, that citizens might be given valid documents within and out of the country, a clear system of electoral dispute resolution must be put in place, political parties and citizens must be allowed to challenge the different actions and resolutions of electoral bodies.

Decisions adopted at different levels must also be publicized and as well, so that people know the reasons and motivations behind a given decision and see the evidence used to accept or dismiss any charges made.

Electoral procedures must be transparent, clearly regulated and not subject to last minute changes as has been the case in the past. Human rights, that’s a basic need. The whole political system has to change. We have to free all the political prisoners, guarantee freedom of expression, freedom of association and assembly.

In addition to electoral reform, there must be an end to repression and a restoration of human rights, the government of Venezuela has shown an ongoing pattern designed to curtail the rights of citizens at the basic level. There is growing harassment and intimidation, restriction of political rights, violations of the freedom of the press and the freedom of expression, inhumane treatment and arbitrary detentions. The government needs to allow the return of mechanisms to preserve human rights like the Inter-American Rights Commission and the Follow up Mechanism in Venezuela … and of course the work of United Nations.

Definitely we need a different approach, a completely different approach in the political equation. It cannot be the one that we have had so far.
La reconstrucción institucional del Estado va a tener que empezar desde cero, la palabra transición se queda corta completamente, la reconversión institucional es insuficiente, hoy ninguna institución de Venezuela tiene capacidades para resolver ningún tema venezolano.

No se puede resolver el tema seguridad porque la institucionalidad no tiene la capacidad para resolver el tema seguridad, no se puede resolver el tema salud porque la institucionalidad no tiene la capacidad para resolver el tema salud, no se puede resolver el tema productivo porque la institucionalidad no tiene ninguna capacidad para resolver temas productivos y así podemos seguir en cada uno de los temas fundamentales, derechos económicos, sociales, culturales, políticos y civiles del pueblo venezolano.

Definitivamente se tendrá que reciclar totalmente las injerencias autoritarias, la presencia de 20 mil cubanos, más menos, a veces son 23 mil, otras 25 mil, a veces parece que son 18 mil. Esa injerencia autoritaria que tiene que ver con potencias extranjeras y como se han vinculado con la dictadura y la participación de organizaciones terroristas como las que mencioné, es también parte del trabajo.

Es necesario unificar la agenda internacional, la agenda internacional hoy tiene la misma base de lo que ha hecho la dictadura hacia adentro. La dictadura hacia adentro ha ido estableciendo acuerdos de alcance parcial con cada grupo político en función de las diferentes situaciones o necesidades de cada uno. Ha utilizado todos los esquemas, desde corrupción, represión e intimidación o forzar el exilio y cada uno de estos tiene una lógica de relacionamiento, eso mismo ha hecho hacia afuera la dictadura y a cada uno le ha prometido cosas diferentes y por eso tenemos muchas manos en el plato.

Mucha gente haciendo cosas diferentes y cada uno genera espacios en los cuales una presión que se genera por un lado se escapa por el otro, o sea tiene que haber una agenda internacional unificada, Estados Unidos, Unión Europea, Noruega, el sistema interamericano, el sistema universal de Naciones Unidas y así como otras potencias que puedan tener eventuales intereses en Venezuela.

Todos los actores internacionales tienen que tener el mismo objetivo, eso internamente es más difícil porque los niveles de presión, de amenazas, de prisión política, de infiltración dictatorial y de inteligencia generan dificultades muy grandes para llevar a esa consolidación interna.

Y nuestro reconocimiento sin duda al trabajo que ha hecho el Presidente Encargado Juan Guaidó, que sin medios, sin recursos y con apoyo en el papel al se ha enfrentado a una dictadura con una increíble determinación.

Muchas gracias