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4 de marzo de 2016
En su visita a Perú en septiembre, las autoridades anticorrupción de México y Nicaragua tuvieron su agenda cargadísima, entre diálogos, análisis, revisión de documentos, legislaciones, manuales y estructuras de gobierno. Asimismo, se reunieron con organizaciones de la sociedad civil, del sector privado, asociaciones profesionales, académicos e investigadores, y funcionarios públicos encargados de la aplicación de la Ley. En apenas tres días recabaron toda la información necesaria que, complementada con la encuesta que previamente habían elaborado las autoridades de la Comisión de Alto Nivel de Anticorrupción, les permitiría analizar cómo Perú ha avanzado en aspectos de lucha contra la corrupción.
Estas visitas, denominadas in situ, las reciben anualmente varios países de la región y son la base de las evaluaciones que realiza el Mecanismo de Seguimiento de la implementación de la Convención Interamericana contra la Corrupción (MESICIC). Las visitas permiten apreciar sobre el terreno la situación de los Estados en materia anticorrupción, recabar información y obtener una perspectiva amplia para realizar sus evaluaciones. En ellas participan expertos anticorrupción de los países evaluadores y cuentan con la anuencia previa o visto bueno por parte del país que la recibe.
¿Cómo funciona?
“Fortalecer la cooperación para combatir más eficazmente la corrupción es una prioridad para la OEA: así consta en la nueva Visión Estratégica de la Organización, y así lo considera esta administración. La probidad republicana, la transparencia y la rendición de cuentas son políticas que hacen a la esencia de un sistema democrático de sano funcionamiento”.
Luis Almagro
Secretario General de la OEA
El Mecanismo está organizado en un sistema de “rondas” en cada una de las cuales se aborda una arista distinta de la corrupción. Todos los países son evaluados, y todos participan en la evaluación de los demás. El resultado de esta dinámica se compila en informes cuyo objetivo es ayudar a cada país a identificar sus vacíos y corregir las áreas en las que aún es necesario avanzar. El proceso de evaluación inter pares, o “entre iguales”, está basado en los conceptos de imparcialidad y objetividad, en donde no existen sanciones ni juzgamientos, sino un espíritu de construcción mutua y reciproca en condiciones de igualdad.
Las recomendaciones surgidas de las “rondas de evaluación” han tenido un impacto positivo directo en los países participantes. Gracias a las recomendaciones del Mecanismo se logró la adopción de leyes y/o medidas orientadas a fortalecer los marcos jurídico - institucionales con los que cuentan los Estados para enfrentar la corrupción, entre ellos:
Desde su creación en 2001, el MESICIC ha finalizado 4 rondas de evaluación, en las que se abordaron distintos ángulos del problema, entre ellos:
Un proceso participativo e inclusivo
La Convención Interamericana contra la Corrupción (CIC) aprobada en Caracas, Venezuela en 1996, fue el primer instrumento internacional anticorrupción que ofreció una guía sobre cómo prevenir, detectar, sancionar y erradicar la corrupción en el ámbito público. Se trata de un ejercicio básicamente intergubernamental pero que cuenta con amplios espacios de participación para la sociedad civil. Es por esto por lo que el MESICIC es entendido como una estrategia con responsabilidades compartidas: de los Estados, el sector privado, la sociedad civil y la comunidad internacional.
El Mecanismo Anticorrupción de la OEA en números:
Los procesos de evaluación de la Quinta Ronda ya están en marcha y 4 países ya recibieron las correspondientes visitas in situ como parte de este nuevo capítulo. En esta oportunidad se analizan, entre otros, los avances de los Estados en temas relacionados con la transparencia en los sistemas para la contratación de funcionarios públicos, la adquisición de bienes y servicios y la protección de quienes denuncien de buena fe actos de corrupción; temas de gran envergadura en la región.
Referencia: C-026/16