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13 de noviembre de 2017
América Latina no es la región más pobre del mundo, pero sí "la más desigual"; una realidad en la que muchos gobiernos, organizaciones y personas han enfocado su preocupación. Desde la perspectiva institucional, la OEA ha promovido el lema de “más derechos para más gente” no solo como una máxima, sino como una vía para lograr “nivelar el terreno para todos”.
Ese es precisamente el espíritu que mueve la labor de quienes trabajan hoy en transformar en realidad los compromisos adquiridos por los países en un Pacto Internacional, de carácter vinculante, que se conoce como el Protocolo de San Salvador. Se trata de una serie de deberes que firmaron 19 Estados del hemisferio han acordado lograr en materia de derechos económicos, sociales y culturales, más específicamente en los derechos a la seguridad social, la educación, la salud, la alimentación adecuada, el trabajo y los derechos sindicales, el medio ambiente sano y los beneficios a la cultura.
El Protocolo, aprobado en 1988 se ha convertido en la base para hacer seguimiento al progreso logrado en estos temas que inciden directamente en lograr una mayor equidad en la región. A la fecha, ha recibido ratificaciones de 16 Estados Parte. En el contexto de la OEA, y como labor del grupo de expertos y expertas que integran el mecanismo de monitoreo, fueron elaborados una serie de indicadores que los países deben informar para ser evaluados. Los indicadores permiten no solo informar sobre los avances, sino recibir el apoyo y comentarios de parte de expertos para continuar avanzando en las áreas en las que aún quedan rezagos.
A través de un informe nacional, aquellos Estados que forman parte del Protocolo reportan sobre cada indicador de progreso, es decir: hacen públicas las medidas y acciones que han tomado para garantizar el goce de estos derechos y el impacto que han tenido. Pero el proceso no culmina allí, un grupo de expertos y expertas que integran el Grupo de Trabajo para el Análisis de los informes previstos en el Protocolo de San Salvador, analiza los informes y hace observaciones y recomendaciones que buscan promover que cada Estado continúe avanzando para dar cumplimiento a sus obligaciones, diseñar y aplicar sus políticas públicas con enfoque de derechos.
Algunos logros
“Lo que esperamos fundamentalmente con estos mecanismos de seguimiento es que los países a través del levantamiento de información detallada, a través de la desagregación de datos y la construcción de indicadores específicos puedan ir precisando de mejor manera como están viviendo en particular poblaciones tradicionalmente discriminadas. Las poblaciones que no están en las estadísticas son poblaciones invisibles”.
Rosa María Ortíz
Ex Comisionada de la CIDH y Experta del GTPSS (2012-2015)
El proceso de reportes ya inició e incluye los derechos a la seguridad social, la salud y la educación. Hoy, gracias a esta intensiva labor del Grupo de Trabajo ha sido posible constatar significativos avances en 7 de los 16 países que forman parte de este proceso a la fecha, entre ellos:
Estos son solo algunos ejemplos. Sin embargo, uno de las mayores contribuciones de este sistema de informes es el uso que cada país puede hacer de los mismos. Los ejemplos de iniciativas de gobierno que han garantizado avances en el ejercicio de derechos, sirven como ejemplo y modelo para sus vecinos del hemisferio.
Algunos desafíos
Los desafíos para lograr que se garantice el ejercicio de los derechos económicos sociales y culturales no están solo en la parte estructural, de acceso o de creación de políticas. El sistema de indicadores del Protocolo ha revelado que hacer mediciones y tener datos desagregados por género, raza, identidad sexual, edad, área geográfica, es un elemento clave para una verdadera “universalización” de cada uno de estos derechos.
Muchas de las recomendaciones que el Grupo de Trabajo presenta a cada país indican la ausencia de datos más precisos que reflejen, por ejemplo, cuantas niñas en áreas rurales o de bajos recursos, han sido beneficiadas por el aumento de la cobertura de educación en algún lugar remoto del hemisferio. Solo así podemos medir y asegurar que nuestro esfuerzo por lograr más derechos para más gente está siendo efectivo para todos y todas.
Referencia: C-054/16