Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
EN LA INSTALACIÓN DEL VIGESIMO SEXTO PERÍODO ORDINARIO DE SESIONES DE LA CICAD

5 de octubre de 1999 - Montevideo, Uruguay


Antes de comenzar quisiera en nombre de todos agradecer la presencia del Presidente Don Julio María Sanguinetti, quien está por concluir su mandato y a quien todos reconocemos su vocación hemisférica y su contribución a una América más democrática, más próspera, más justa. Intelectual, humanista, historiador, educador, constitucionalista, periodista, dirigente político visionario, vigoroso defensor de la democracia, forjador de consensos, aguerrido luchador de la justicia social, Ministro, Legislador, Presidente, tan vasta ha sido su trayectoria que es y será un permanente guía del esfuerzo de todos los pueblos de América hacia la paz, la igualdad y la integración; o en las tareas que desarrollamos para defender los derechos humanos, combatir la corrupción o hacer de la educación el eje de nuestras políticas de desarrollo y justicia social.

Queremos agradecer al Señor Canciller, Don Didier Opertti, por la excelente organización del evento, así como al pueblo uruguayo por su cálida acogida. Al doctor Alberto Scavarelli, y a quienes hasta ahora han venido dirigiendo la CICAD, le estamos muy reconocidos por el vigoroso liderazgo y su compromiso con la vasta empresa que nos ha traído hasta aquí, fruto de una extraordinaria voluntad política para unir nuestras voluntades, nuestras acciones y nuestra información, para vencer y erradicar la plaga de la drogadicción y el tráfico de estupefacientes de nuestros países. Nuestro saludo también para los miembros del Congreso, de la Corte Suprema, y del Gabinete ejecutivo que nos acompañan.

Todos en América nos preciamos del nuevo espíritu de la década que recién termina y durante la cual logramos dejar atrás la desconfianza, el lenguaje confrontacional, para reemplazarlo por un nuevo espíritu de acción colectiva y valores compartidos. Sin embargo, en la lucha contra las drogas heredamos un poco el lenguaje y la actitud de la guerra fría, así como su lenguaje pugnaz que ha sido el origen de permanentes desencuentros.

Para fortuna de todos en CICAD se inicio de manera pionera y exploratoria una nueva actitud más acorde con los postulados que se plasmaron en la declaración de la Cumbre de Miami y que culminó con la Estrategia Hemisférica contra las drogas que firmamos aquí, en Montevideo, en diciembre del 96.

Ella constituyó un gran caudal de energía y creatividad, y logró incorporar una unidad de visión y propósito en el compromiso inalterable de luchar contra las drogas y, además, sentó las bases para fortalecer y enriquecer los esfuerzos de cooperación multilateral. De igual manera se logró avanzar en la aceptación del principio de la responsabilidad compartida, lo que amplia la solidaridad y la voluntad de cooperación con los objetivos buscados por la Estrategia. Se adoptó así un enfoque más integral, más coordinado, más equilibrado, más global de la lucha contra todas las manifestaciones el fenómeno de las drogas.

El eje central de la Estrategia es la cooperación entre los estados de la región. Entre las piezas claves cabe mencionar los esfuerzos colectivos de interdicción, el fortalecimiento de los sistemas judiciales y de control, la educación y la prevención del consumo, la creación de alternativas económicas para quienes están involucrados en el cultivo de ilícitos, el tratamiento y la rehabilitación de los consumidores, y la cooperación tanto regional como hemisférica.

Un enfoque integral permitirá aunar esfuerzos nacionales e internacionales para diseñar políticas orientadas a la reducción de la demanda y de la oferta, así como hacia un mayor y más efectivo control para prevenir el desvío de precursores químicos, el movimiento y lavado de activos y el tráfico de armas y de explosivos. En lo que hace relación con la demanda, la Estrategia espera el concurso innovador de muchas instituciones, centros académicos, instancias judiciales, personas e instituciones de salud pública y autoridades que hacen cumplir la ley.

Hoy, al reunirnos en el marco del Vigésimo Sexto Período de Sesiones, podemos decir de manera inequívoca que hemos dejado atrás el tratamiento de este problema como un asunto divisivo. También ha quedado atrás la política de las excusas, las recriminaciones mutuas, el enfoque simplemente nacional de estos problemas para movernos hacia una estrategia que representa la voz colectiva y unánime del Hemisferio.

El camino que hemos recorrido nos permite hoy afirmar que esta Comisión, su espíritu y sus trabajos, se han constituido en símbolos del enorme y fructífero potencial que encierra la acción conjunta y la cooperación entre los estados de las Américas, y que ha logrado cambiar el patrón de discusión política respecto de la lucha que las naciones de América libran contra el fenómeno de las drogas.

Señor Presidente:

Tres años después de la adopción de la Estrategia hemisférica nos volvemos a encontrar aquí para dar un nuevo paso hacia el cumplimiento de uno de los mandatos más ambiciosos recibidos por la Organización por parte de los Jefes de Estado y de Gobierno del hemisferio en la Cumbre de Santiago en 1998: el diseño de un mecanismo de evaluación multilateral que se constituya en una herramienta eficaz de cooperación y de progreso en la empresa de liberar nuestras sociedades del flagelo de las drogas.

El Mecanismo de Evaluación Multilateral constituye un desarrollo de los fundamentos y lineamientos plasmados en la Estrategia. Es un nuevo enfoque que sin duda hará mas ordenado, más sistemático y contundente el esfuerzo común, y le imprimirá un renovado vigor a la acción nacional y multilateral contra los narcóticos. El Mecanismo debe ser desarrollado dentro de los principios de corresponsabilidad, reciprocidad, equilibrio y consenso entre los estados, y debe ser respetuoso de la soberanía de cada uno de ellos y de los demás principios consagrados en la Carta de la OEA.

Siguiendo esos principios consignados en la Estrategia, ustedes han trabajado de manera juiciosa y dedicada para construir el Mecanismo de Evaluación Multilateral de manera que cumpla con múltiples exigencias: que sea objetivo, integral y equilibrado. El MEM, compuesto por 82 indicadores que cubren todos los aspectos relacionados con el problema de la producción, el tráfico y el uso de estupefacientes. Constituye la base para un progreso real y tangible, basado en una cooperación. No se trata de crear un tribunal supranacional ni esta previsto el establecimiento de sanciones.

El MEM, por sus características mismas, es ante todo un vehículo para fomentar la confianza, promover un diálogo abierto y fortalecer la colaboración entre autoridades nacionales. Su aplicación estará a cargo de un grupo de expertos designados por los gobiernos de todos los Estados miembros, y estará basada en una exhaustiva lista de indicadores, de acuerdo a una metodología previamente acordada, todo lo cual contribuirá a su imparcialidad. Ello debe dar origen a una evaluación técnica y objetiva aplicada a todos los países por igual, aunque es claro que los instrumentos de recolección de datos y de información deben ajustarse a las circunstancias y peculiaridades de cada país.

Estoy convencido de que una adecuada aplicación del mecanismo puede representar el más importante replanteamiento de las relaciones entre los países del hemisferio en la lucha contra el abuso de las drogas. Porque les va a dar un instrumento que les permitirá ajustar, modificar o reforzar periódicamente sus políticas, cotejar la eficiencia de sus métodos de trabajo, sacar provecho de sus aciertos y errores, en un escenario en el que se tienen en cuenta todas las manifestaciones del fenómeno de las drogas y en el se puede ser mas riguroso en el análisis, lo mismo que beneficiarse de la información y de las experiencias de otros países.

La puesta en ejecución del Mecanismo debe ser flexible de manera que permita a cada Estado ponerlo en ejecución según su situación y necesidades. Debe observarse el principio de la transparencia que permita a los gobiernos disponer de un mecanismo que sea sencillo en su aplicación y efectivo y claro a los ojos de todos. En consonancia con la Estrategia Hemisférica, este mecanismo permitirá abrir una nueva era de trabajo mancomunado, de esfuerzos colectivos y de esperanzas renovadas hacia un mañana libre de la tiranía y el dolor que siembran el abuso y tráfico de estupefacientes.



Señor Presidente, Señoras y señores:

Han correspondido ustedes a la confianza que les depositaron los gobiernos y los pueblos de la región. En este esfuerzo singular, los americanos tenemos un deber de gratitud y un sentimiento de admiración por la labor que este grupo ha realizado hasta ahora. Ya señalamos la ingente y dedicada labor del doctor Alberto Scavarelli y del grupo de dirigentes que ha tenido CICAD quienes han capitaneado con inteligencia y conocimiento el proceso cuya culminación hoy celebramos. Igualmente, quiero hacer un especial reconocimiento al Señor David Beall, Secretario Ejecutivo de la CICAD, quien con eficiencia y profesionalismo ha contribuido a hacer de la CICAD un organismo de reconocido prestigio por la calidad y seriedad de sus trabajos y por su apoyo a las labores de los Estados miembros.

Sin embargo, aun cuando los motivos de satisfacción son inmensos, este es sólo el primer paso. Ahora y en adelante, le corresponderá a los expertos designados por todos los Estados miembros, así como a las autoridades nacionales, velar por la completa, idónea y eficaz aplicación del MEM.

Esta tarea que se iniciará en los 34 países a partir de la próxima semana, y encierra desafíos y potenciales enormes. Ante todo, deberá acrecentar y consolidar la confianza y la credibilidad hasta ahora conseguidas. Para ello, dos elementos son esenciales. Por una parte, los estados deberán completar los cuestionarios de la manera más precisa, clara y detallada posible. Esto permitirá que desde su inicio el proceso sea útil para las autoridades responsables. En efecto, los primeros evaluadores de las políticas nacionales serán los mismos responsables de su ejecución. Recopilar y analizar la información necesaria para el MEM les dará a los expertos desde el comienzo una idea clara de las fortalezas y deficiencias de las políticas y las instituciones nacionales y de las áreas que requieren esfuerzos adicionales.

Por otra parte, el grupo de expertos designados deberá ser homogéneo en su calidad y en su capacidad para sopesar la información presentada por los Estados y para elaborar una evaluación del conjunto del hemisferio, y someterla de manera objetiva a consideración de la CICAD.

El procedimiento ideado por ustedes coloca una gran responsabilidad sobre los hombros de la CICAD. Es allí donde el ambicioso salto cualitativo que conlleva la aplicación cabal de la Estrategia y del MEM se hará realidad. En efecto, será en su seno donde finalmente serán evaluados los informes recopilados por los expertos, más la información adicional y los comentarios presentados por los Estados. Sus debates deberán ser rigurosos y constructivos para garantizar que el MEM se convierta en esa brújula que oriente y canalice los esfuerzos y la cooperación de todos y cada uno de los países miembros.

El papel de la CICAD en el futuro será cada vez más político y propositivo. Su función de ente coordinador de la aplicación, ajuste y revisión del Mecanismo de Evaluación Multilateral, fortalecerá su credibilidad y le permitirá convertirse en la correa de transmisión entre el proceso evaluativo y los esfuerzos de cooperación y fortalecimiento de las políticas anti-drogas. Esta transformación es fundamental ya que la evaluación no puede ser un fin en sí mismo. Sólo cumplirá su propósito si traduce sus resultados y conclusiones en propuestas de acción y en fuente de las políticas nacionales y colectivas.

Presidente Sanguinetti, amigos todos:

Es en ese contexto en el que debemos entender la importancia particular de la primera aplicación del MEM. Esta se convertirá necesariamente en el punto de referencia para el futuro. Sus resultados, su seriedad y objetividad marcarán de manera imborrable el devenir no sólo del MEM como instrumento de evaluación, sino de la CICAD y de los esfuerzos hemisféricos de cooperación contra las drogas. Al mismo tiempo, debemos tener total claridad respecto de la naturaleza del MEM. Se trata de un proceso perfectible, ajustable, cuyos indicadores deberán ser afinados, ampliados o modificados para que cumpla plenamente su función. Esa tarea también estará en manos de esta Comisión.

En conclusión, fruto de este extraordinario proceso de diálogo, confianza y cooperación, la CICAD deberá ser más visible, más abierta al exterior y asumir así su función de referente obligado para gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación que se interesen en el tema.

Para ello, además del MEM, la Comisión debe propender por fortalecer aún más los servicios que presta a los Estados miembros. En ese marco, quisiera mencionar la utilidad e importancia de la propuesta, hoy a su consideración, de creación de un observatorio hemisférico de las drogas. Se trata de aprovechar la posición privilegiada de la CICAD para recolectar información, analizarla, discutirla y compartirla con centros de análisis y observatorios nacionales. La información adecuada, completa y oportuna es la clave de cualquier política pública. En materia de combate al narcotráfico, este principio es esencial. Los cambios en las tendencias del consumo, las modificaciones de los procesos de producción, tráfico y comercialización de las drogas deben ser monitoreados de manera permanente para garantizar respuestas eficaces.

El observatorio hemisférico facilitará el trabajo que se viene adelantando a través de una red informal de centros nacionales con la Comisión. Servirá igualmente para fortalecer el carácter multidisciplinario de la investigación académica y permitirá que sean evaluados temas complejos y difíciles como el análisis de los costos económicos y sociales que impone el abuso de las drogas en el continente.

En la perspectiva concreta de la aplicación del MEM, el observatorio podrá servir de apoyo a los esfuerzos nacionales para adelantar encuestas de consumo, así como de centro de asistencia técnica para los países que lo soliciten. Igualmente, los resultados de sus trabajos podrán servir de orientación al proceso de permanente revisión, actualización y perfeccionamiento de cada uno de los indicadores y del MEM como un todo. Ya para este primer año, la CICAD completará la instalación de sistemas que permitirán a los Estados miembros el intercambio –protegido y confidencial-- de información y estadísticas.

Señoras y señores:

La profunda transformación que la Estrategia Hemisférica contra el abuso de las drogas y el Mecanismo de Evaluación Multilateral están propiciando en el hemisferio, constituye hoy en el más palpable resultado de la voluntad de nuestros gobernantes de fortalecer nuestras relaciones de cooperación y ayuda mutua, de hacerle frente a los peligros y amenazas contra nuestras democracias y de avanzar en la integración política, económica, social y comercial de nuestra región. Todo ello en función de construir un mejor mañana para nuestros hijos entre quienes reinen los valores democráticos, el respeto por los derechos humanos, la protección por la naturaleza y la justicia social, la igualdad y la paz.

Por eso en nombre de todos los pueblos de América nuestro reconocimiento a todos los miembros de CICAD que están escribiendo una nueva página de nuestra historia. Ustedes le han dado fuerza y contenido a los ideales que hermanan nuestro destino común.



Muchas gracias.