Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
EN LA SESIÓN INAUGURAL DE LA REUNIÓN DEL GRUPO CONSULTIVO PARA LA RECONSTRUCCIÓN Y TRANSFORMACIÓN DE CENTROAMÉRICA

25 de mayo de 1999 - Estocolmo, Suecia


Quisiera agradecer al Gobierno de Suecia y por supuesto al BID la invitación que me han formulado para participar en la sesión inaugural de esta Reunión del Grupo Consultivo, tan importante para los países de nuestro hemisferio.

Los daños y el sufrimiento sin precedentes que causó el huracán Mitch este pasado octubre están aún presentes en la memoria de todos nosotros. Desde que nos reunimos en Washington fue claro que los estragos que este causó a las economías y al tejido social de América Central eran de tal magnitud que los desafíos de largo plazo y los costos de la reconstrucción superaban la capacidad y las posibilidades de los países más afectados, menoscabando significativamente el crecimiento y bienestar de los demás.

Sin embargo, apenas unas horas después de que empezara el desastre, fuimos testigos del inicio de valientes esfuerzos de las poblaciones y los dirigentes de Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala - los cuatro países afectados -. Ningún gobierno, ni ninguna sociedad se dejó arredrar por las dificultades. Con una prontitud y un vigor excepcionales los cuatro Presidentes se pusieron a la cabeza de los programas de emergencia y consiguieron que tanto los recursos internacionales como los nacionales, llegaran a los centenares de miles de damnificados, millones en realidad, con oportunidad, de manera equitativa, transparente, eficiente, y fue impresionante ver cómo lograron preservar en la población el espíritu de lucha, de crecerse frente a la adversidad. La voluntad de los Presidentes de Centroamérica en convertir este desastre también en una "oportunidad" para un nuevo paradigma de desarrollo en sus países fue determinada desde los primeros días de la tragedia.

Fuimos también testigos de la excepcional reacción de la comunidad internacional que llegó con ayuda suficiente, oportuna en las cantidades requeridas y efectiva para los propósitos que eran esenciales. La intensa cooperación entre Centroamérica y la comunidad internacional ha continuado firme a lo largo de los meses y las repuestas inmediatas de carácter humanitario han sido reemplazadas por la preparación de planes nacionales de reconstrucción. En este sentido, Mitch ha dado un nuevo significado al concepto de solidaridad.

Creo que también ha sido claro para todos que el huracán trajo consigo riesgos y presiones sobre las estructuras políticas y sociales, que reabren debates acerca de cuál es el camino que se debe seguir para cumplir los mandatos democráticos y para alcanzar el desarrollo sostenible de la región. A tales imperativos y a tales presiones habrá siempre que estar atentos para preservar lo que Centroamérica ha logrado después de décadas de padecimientos sin fin.

Señor Primer Ministro,

Es muy pertinente que esta reunión se esté llevando a cabo en Estocolmo. El gobierno y el pueblo de Suecia tienen una reputación mundial muy merecida de estar a la cabeza entre la sociedad de naciones en su apoyo humanitario a los más débiles y necesitados. Suecia tiene además una larga tradición en el soporte a Centroamérica. En la OEA apreciamos el trabajo conjunto con ustedes en el fortalecimiento de la democracia y el sistema de derechos humanos, el apoyo al desminado y más recientemente en los programas de la reconstrucción.

Señor Presidente del BID:

Gracias al BID por la diligencia y el profesionalismo para organizar esta reunión que tiene una agenda ambiciosa y comprensiva, y a usted por el liderazgo para convocarnos a concertar nuestras tareas en este enorme esfuerzo de hermandad. Ya en diciembre, unas pocas semanas después del Mitch, ustedes nos agruparon para dar las primeras señales de lo que los gobiernos y pueblos de Centroamérica requerían: que podían contar con la solidaridad internacional no solo para superar la emergencia sino para encarar las tareas de la reconstrucción.

El Proceso del Grupo Consultivo ha servido para desarrollar una nueva visión de desarrollo a largo plazo para la región centroamericana. A nivel nacional ha estrechado los vínculos entre los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado. Se ha creado también la voluntad de enfrentar el legado dejado por el huracán Mitch en forma colectiva, porque existe una enorme conciencia sobre la necesidad de preservar la estabilidad política y económica de toda la región para que las estrategias de cada país puedan surgir exitosas. Aun los países menos damnificados requieren para su evolución económica que toda la región preserve su estabilidad económica y surja airosa en este tremendo desafío.

Se trata por eso no solo de la reconstrucción, sino de preservar y fortalecer el esfuerzo continuado que ha realizado la comunidad internacional para apoyar a Centroamérica que dejó atrás la guerra y el conflicto, y se aplica a la tarea de desarrollar el estado de derecho, de fortalecer las instituciones democráticas y de asegurar el desarrollo sostenible y promover la justicia social. Creo que en todos existe la idea, también, de que una estrategia de largo plazo para Centroamérica debe tener en cuenta para cada país esa mezcla de recursos y apoyos que considere las características de cada economía y que ojalá incluya componentes de alivio de deuda y acceso a los mercados para todos los países del istmo.

No creo que sea del caso mencionar aquí los esfuerzos hechos para hacerle frente a la estrategia humanitaria. Sí quisiera mencionar que, en el caso de la OEA, a pesar de los limitados recursos, hemos reorientado nuestros programas de cooperación solidaria revisando las prioridades de la cooperación, rediseñando algunos de los programas ya existentes y poniendo en marcha algunos proyectos nuevos hacia las tareas de reconstrucción.

El desminado es una actividad que simboliza probablemente más que ninguna otra la continuidad en los programas que la comunidad internacional viene ejecutando en Centroamérica. La región tiene un compromiso inalterable para ser tal vez la primer zona del mundo libre del escarnio de las minas antipersonales. Es un programa que hemos venido adelantando con el apoyo de nuestros países miembros que nos han colaborado con especialistas militares y equipo. Y hemos también recibido un significativo apoyo económico de Francia, Alemania, Japón, los Países Bajos, España, Suecia, Canadá, Reino Unido, Dinamarca, Estados Unidos, Rusia y Noruega.

Estamos encarando y superando las dificultades que por el desplazamiento de minas por las laderas de las montañas y los cauces de los ríos nos trajo el Huracán Mitch para las tareas de detección y desactivación.

En el caso de Nicaragua, que es el más complejo, el gobierno del Presidente Alemán ha creado una Comisión Nacional que ha refinido un horizonte del año 2005 para la culminación de las tareas de desminado. Se considera que el presupuesto podría llegar en ese período a unos 25 millones de dólares. Esperamos culminar para el próximo año el desminado en Honduras, Costa Rica y Guatemala, lo cual nos permitiría reorientar todo el esfuerzo a Nicaragua. Queremos ante ustedes renovar la solicitud para incrementar el apoyo financiero que nos permita aumentar nuestro ritmo de trabajo y culminar nuestras tareas en la fecha prevista. Quisiera también llamar su atención sobre la necesidad de fortalecer nuestras tareas de prevención para evitar nuevas víctimas, y de rehabilitación y reinserción para aquellos que han visto sus vidas transformadas por las minas. En solo Nicaragua y con la colaboración del Gobierno de Suecia, 170 personas han recibido atención medica, prótesis y rehabilitación desde comienzos del año pasado.

Sin duda uno de los factores que deben ser tenidos en cuenta para la reconstrucción es la necesidad de dotar a Centroamérica de una infraestructura económica y social que no sea tan vulnerable a los riesgos naturales, y de trabajar de una manera que permita hacer más sostenible el uso de los recursos naturales. Con los cuatro países afectados tenemos en consulta un proyecto destinado a fortalecer la capacidad institucional de cada país para potenciar la gestión de reconstrucción en condiciones de menor vulnerabilidad, a través de la generación de instrumentos de planificación, tales como mapas de riesgos naturales.

Nos hemos vinculado también por iniciativa del Presidente Alemán y con nuestra experiencia de la CIAV a dos proyectos de la mayor significación: la construcción de 1500 viviendas en dos etapas en Wiwilí, Bocana de Paiwas y otras comunidades con recursos del Gobierno de China Taipei. Igualmente estamos ejecutando un proyecto para la recuperación integral de las Comunidades Miskitos en las orillas de los Ríos Coco y Bocay en el área Nicaragüense por valor de 32 millones de Coronas aportados por el Gobierno de Suecia, el cual debe beneficiar a unos 17.000 habitantes de la zona. Son proyectos con un alto contenido de empleo, con una alta participación comunitaria, que están reforzando las políticas de descentralización y que se están realizando en las zonas más apartadas y remotas del país. Por otra parte, estamos concluyendo los arreglos pertinentes con el gobierno de Honduras para la construcción de 2.000 viviendas, también con recursos del Gobierno de China Taipei. Con los Cascos Blancos y un aporte del BID vamos a iniciar pronto algunas tareas relacionadas con la reconstrucción.

Quisiéramos igualmente asegurar la continuidad del Programa Especial de Paz en Guatemala, con las contribuciones de más de US$8 millones de los gobiernos de Dinamarca, Suecia, Noruega, Reino Unido, Estados Unidos, el BID y la Fundación Soros. La OEA y su contraparte guatemalteca, PROPAZ están contribuyendo al proceso de democratización y reconstrucción nacional para aumentar la capacidad de sectores en conflicto de solucionar problemas utilizando sus habilidades en comunicación, negociación y mediación.

Señores Presidentes,

Pueden ustedes estar seguros que los esfuerzos que adelanta la OEA son un pequeño aporte dentro de la enorme cadena de solidaridad destinada a impedir que los pueblos centroamericanos pierdan el tren del progreso al que tienen derecho. Estamos plenamente comprometidos con las labores de reconstrucción hasta la plena recuperación.

Hemos visto desde octubre que los pueblos de Centroamérica están de pie, con la frente en alto y llenos de esperanzas en que la solidaridad de todos haga de esta tragedia una oportunidad en la tarea de avanzar hacia una Centroamérica democrática, igualitaria y prospera.



Muchas gracias