Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
EN EL XVII CONGRESO INTERAMERICANO DE TURISMO

10 de abril de 1997 - San José, Costa Rica


Es para mí un gran honor estar en Costa Rica para dirigirme al Décimo séptimo Congreso Interamericano de Turismo, el único foro hemisférico que facilita el diálogo de alto nivel entre los ministros de turismo, los funcionarios de gobierno y ahora, por primera vez, entre representantes del sector privado.

En el ámbito de los recursos naturales, Costa Rica tiene una riqueza insuperable para ofrecer a los visitantes y muchas las lecciones que nos puede enseñar en lo que se refiere a su utilización sostenible. Estoy convencido de que en los próximos dos días, el Ministro Roesch, con su idoneidad y habilidad, nos orientará con sabiduría en nuestras acciones encaminadas a definir un nuevo papel para éste y futuros Congresos. Quisiera extender mi profunda gratitud personal al Gobierno y al pueblo de Costa Rica por haber sido los anfitriones de este histórico Congreso y por la hospitalidad generosa con la que nos han acogido.

El tema que nos ocupa en esta ocasión, "La colaboración entre los sectores público y privado para el desarrollo sostenible del turismo" es oportuno y apropiado tras las deliberaciones del Décimo sexto Congreso celebrado en Panamá y en el Comité Ejecutivo Permanente, que se centraron en definir para este foro un papel más participativo y adecuado a las exigencias que impone el mercado global.

A partir del Congreso de Panamá, la OEA comenzó a procurar activamente una colaboración significativa con el sector privado y con las agencias regionales e internacionales en el afán de transformar en realidad la voluntad política de los gobiernos de dar impulso al turismo, convirtiéndolo en una alternativa económica importante. Su presencia y la participación del Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI) en el Congreso de este año, demuestran claramente el comienzo de una nueva y más intensa etapa de cooperación entre todos los grupos interesados.

Quisiera, ajustándome al tema del Congreso y del Foro sobre Inversiones auspiciado por el OMGI que acaba de concluir, hacer algunos comentarios sobre el nuevo entorno internacional en el cual debe desarrollarse y prosperar el turismo, y sobre las reacciones de la OEA frente a esas nuevas realidades. Más adelante, al concluir, me referiré al camino por recorrer para que el Congreso evolucione aún más como foro para el diálogo y la cooperación.

Durante muchos años el turismo, por tratarse de una industria de recreo, no logró que los gobiernos y las instituciones financieras multilaterales le dedicaran atención seria. Se percibía al turismo como una actividad del sector privado en la cual la participación del gobierno obstruía el proceso en lugar de facilitarlo. Pero las crecientes expectativas, los ingresos más altos, la mayor disponibilidad de tiempo libre y los cambios tecnológicos en el transporte y las comunicaciones, así como la erosión de las preferencias comerciales y el surgimiento de nuevos bloques comerciales, fueron elementos que se combinaron para producir una revolución en el sector de servicios. Todo ello ha contribuido a que utilicemos otra perspectiva para considerar a la industria del turismo y para valorar su aporte a la riqueza y el desarrollo de las naciones.

En décadas recientes, la industria del turismo y de los viajes ha experimentado un crecimiento sustancial y cambios estructurales visibles. En la actualidad, el turismo y los viajes son elementos de una industria que se constituye, cada vez más, en una importante fuente generadora de empleo, ingresos y divisas y que, según se prevé, seguirá creciendo significativamente en el futuro.

Esos acontecimientos están ocurriendo en un momento en que se están produciendo cambios significativos en las demandas y preferencias que demuestran los clientes. Los turistas internacionales ya no se conforman con unas vacaciones a la vera del mar, sino que exigen una experiencia de viaje más activa y participativa. Son cada vez más experimentados y conscientes de los valores intrínsecos y sus exigencias son más complejas, lo que ha dado lugar a un mercado creciente de viajes "individualizados", combinaciones de servicios especializados y un turismo que pone énfasis en la calidad y en la experiencia local. Por lo tanto, para que los puntos de destino turístico puedan realmente competir, es necesario que se mejore la calidad de su producto y, en particular, del nivel de servicio que presta la fuerza de trabajo.

A la vez que la industria del turismo se ve obligada a reaccionar frente a una gama de nuevas oportunidades y desafíos, los gobiernos, el mundo académico y las agencias regionales e internacionales deben, también, volver a configurar su imagen y el papel que desempeñan en la industria en transformación. Para que continúe siendo competitiva, se deben procurar sistemáticamente, por la vía del diálogo, sinergias de los sectores público y privado, a fin de elaborar una política de turismo hemisférica que se nutra de la cooperación, sin sacrificar los intereses individuales de los Estados miembros o el atractivo de los productos turísticos nacionales.

Las estrategias para el desarrollo de un turismo eficiente, ordenado y respetuoso del medio ambiente deben estar orientadas a lograr un crecimiento sostenible y de mayores proporciones, deben estar fundamentadas en la comprensión plena de los elementos que son esenciales para lograr ese objetivo y consolidadas por el compromiso común de los sectores público y privado de trabajar al unísono.

Durante mucho tiempo la OEA ha participado para promover el desarrollo del turismo en el hemisferio. La Organización entiende la importancia que tiene la industria para el desarrollo de muchos de sus Estados miembros y percibe al turismo como un indicador significativo de las características democráticas de un país. Como en el caso de Costa Rica, el turismo florece y ofrece las mayores oportunidades y beneficios en un entorno seguro, estable y democrático.

En los últimos tres años, ciñéndose a esa filosofía, la Secretaría General ha vuelto a evaluar su papel, funciones y programas, y está en la etapa final de su reestructuración con miras a satisfacer más plenamente las demandas de los Estados miembros. En ese sentido, le hemos otrogado significado especial a la creación en junio del año pasado de la Unidad Intersectorial de Turismo. Se trata de un hecho importante no solo porque el turismo es uno de los tres principales generadores de ingreso en casi la mitad de los Estados miembros sino, también, porque se trata de una industria que puede responder de manera singular a los objetivos primordiales de la OEA, vale decir, la promoción de la paz, la democracia y el desarrollo sostenible.

Durante la etapa inicial de su existencia, las dos tareas fundamentales que le corresponden a la Unidad Intersectorial de Turismo son establecer nuevos vínculos funcionales y de cooperación, dentro y fuera del sector, y fortalecer el proceso político por la vía de un diálogo más intenso en todos los niveles y con todos los interesados, tanto públicos como privados, con el fin de facilitar la formulación de políticas.

Para lograr esos objetivos es vital el apoyo técnico y administrativo que la Unidad de Turismo ofrece al Congreso Interamericano de Turismo, la asistencia que brinda a los Estados miembros para identificar oportunidades y problemas colectivos en esta materia, así como su capacidad para facilitarles el acceso a distintas opciones de política y proponer prioridades para la acción.

Señor Presidente, nuestro propósito común es garantizar el crecimiento sostenible del turismo en nuestro hemisferio, con fundamento en una perspectiva hemisférica que reconoce la relación decisiva que existe entre los aspectos económicos y sociales y la conservación de nuestros ecosistemas. Por lo tanto, creo que este congreso revitalizado tendrá en el futuro un papel especialísimo para facilitar el diálogo sobre política hemisférica en cinco ámbitos trascendentales que están relacionados con el turismo.

El primero consiste en iniciar un diálogo franco sobre la libre circulación de las personas y los servicios turísticos entre los Estados miembros, para de esa manera estimular la integración de las distintas regiones de nuestro hemisferio. El comercio en los servicios internacionales de turismo confronta numerosos y variados problemas en el ámbito mundial y las barreras a los viajes internacionales pueden convertirse en graves obstáculos al desarrollo del turismo. Si es posible eliminar, o incluso reducir, esas barreras, se obtendrán los beneficios que ofrece la mayor libertad en el comercio del turismo, ingresos superiores provenientes de esas actividades, posibilidades más numerosas de empleo y, lo que es igualmente importante, más estabilidad política. En este foro, los países de nuestra región tienen la oportunidad singular de coordinar acciones para armonizar las leyes, y liberalizar y uniformar los procedimientos e incentivos para configurar circuitos integrados de turismo y para facilitar el desarrollo de las actividades intrarregionales en ese sector.

La industria de crucero, que ha crecido de manera explosiva en los últimos cinco años, es el segundo aspecto en el que se observa la necesidad urgente de coordinar las políticas que la rigen. Muchos de los Estados miembros no se han pronunciado de manera clara en materia de políticas para esa industria, a pesar del importante aporte que ésta hace a muchas de las economías de la región. Se trata de una esfera de acción que plantea desafíos y que ofrece vastas oportunidades en las cuales el Congreso puede iniciar y alentar el diálogo de alto nivel que conduzca a la elaboración de una política uniforme, y quizás una legislación modelo, que pueda beneficiar tanto a los actuales puntos de destino del turismo de crucero como a los futuros. Para ello se deberá utilizar como fundamento la legislación nacional existente y los convenios internacionales, tales como el Convenio MARPOL.

El tercer campo es el de la tecnología de informática en evolución, y su papel y efectos sobre los esfuerzos que realizan los Estados miembros para desarrollar el turismo. La investigación responsable, la información acertada sobre el mercado, y la utilización de tecnología de avanzada, son factores que determinarán si el hemisferio puede continuar ocupando una posición competitiva. La toma de decisiones en todos los niveles de la industria turística tendrá que ser respaldada por una base de información actualizada y global, que utilice técnicas e instrumentos modernos. La cooperación regional será un factor clave para que podamos lograr nuestras metas hemisféricas en esta esfera. En los próximos dos días el Congreso deberá estudiar con atención la necesidad de crear mecanismos para compartir información, capitalizando la capacidad de la OEA de facilitar el diálogo y el intercambio de experiencias e ideas.

En cuarto lugar, a pesar de la importancia del Congreso como foro para el diálogo, no se debe perder de vista la fortaleza mancomunada de la OEA y el Congreso, su papel de liderazgo y las contribuciones destacadas que han hecho durante las últimas décadas en sensibilización al público sobre el turismo, en educación y capacitación, planificación material y orientada al desarrollo, en investigación y en comercialización y promoción. Para multiplicar este esfuerzo, sería de vital importancia que los sectores público y privado colaboren más estrechamente con miras a lograr proyectos de cooperación técnica que se puedan autofinanciar.

El Congreso, por conducto de su Secretaría Permanente, debe emprender más enérgicamente la búsqueda de fuentes alternativas de financiamiento y otras modalidades de apoyo para poder continuar ofreciendo los programas de asistencia técnica que se necesitan y que son altamente apreciados en todo el hemisferio. También debería estudiar los caminos a seguir para actuar con mayor independencia e innovación para respaldar las actividades pertinentes de apoyo a las iniciativas de los sectores público y privado.

Por último, señor Presidente, los Estados miembros deben, por la vía de este foro, abordar la iniciativa de turismo a la que se comprometieron los Jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre de las Américas y asegurarse de que se le otorgue la atención que merece. Se ha conferido al Congreso esa responsabilidad al haberse designado a esta reunión como una actividad ejecutoria de la Cumbre. Como tal, les corresponde a los ministros y funcionarios públicos que están aquí presentes, la tarea de explorar, en colaboración con el sector privado, los distintos caminos que se podrían recorrer para que la iniciativa avance a la próxima etapa. El Congreso podría considerar la posibilidad de elaborar un plan de acción para el desarrollo sostenible del turismo, más detallado que el actual, que ofrezca recomendaciones concretas para la acción futura y con el fin de asegurar avances en este tema. La OEA y el Congreso Interamericano de Turismo en particular, están en condiciones óptimas de ofrecer liderazgo en este campo.

Señor Presidente, los Estados miembros, reconociendo que los sectores público y privado están inexorablemente ligados y que deben trabajar juntos de manera productiva para reforzar los valores comunes y proyectar una visión compartida del futuro, deben aprovechar las modalidades naturales que pueden mejorar las condiciones y las posibilidades de mercado de cada uno de los países. Estoy convencido de que el Congreso Interamericano de Turismo reestructurado y revitalizado, fortalecido por la participación activa del sector privado, podrá convertirse en un foro del que surjan ideas innovadoras y creadoras que ayuden a configurar el destino y a marcar el rumbo del turismo en el hemisferio más allá del umbral del nuevo milenio.

Tenemos la oportunidad, señor Presidente, de que este Décimo séptimo Congreso Interamericano de Turismo pase a la historia como áquel que impartió nueva orientación a las deliberaciones hemisféricas en este campo y que dejó como legado una de las instituciones de política más eficaces. Aprovechemos, en los próximos dos días esta oportunidad que se nos ofrece de sentar las bases para crear una industria hemisférica que brinde beneficios sostenibles a las generaciones futuras.

Muchas Gracias