Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
CEREMONIA DE INSTALACIÓN DE LA XIII CONFERENCIA INTERAMERICANA DE MINISTROS DE TRABAJO DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS

24 de septiembre de 2003 - Bahía, Brasil


Señores ministros, culminan en esta hermosa e histórica ciudad de Salvador dos años de trabajo productivo de la Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo. Ella se da en un escenario de dificultades para el crecimiento económico, una gran desigualdad social, persistencia de la pobreza y pérdida de confianza en nuestros sistemas políticos y en las reformas económicas que se han estado aplicando a todo lo ancho del hemisferio.

En este contexto la elección del Presidente Lula y la ambiciosa agenda que él ha puesto en marcha tienen una enorme trascendencia. Se trata de fortalecer la dimensión social y laboral de nuestras tareas, que nos ayude a rectificar el camino que recorremos para hacer de las sociedades americanas unas más justas y con mayor equidad; para avanzar hacia una globalización inclusiva y no excluyente.

Estamos aquí para hacerle frente al inmenso compromiso histórico de confrontar el analfabetismo, la desnutrición, la falta de calificación, la discriminación de toda clase, el trabajo infantil, las formas intolerables de trabajo. Estamos todos comprometidos en promover ocupación digna y productiva para las mujeres, los jóvenes, los discapacitados, los enfermos de SIDA, los migrantes, las minorías étnicas y religiosas. Nos unen las convicciones en la bondad y eficacia de la libertad de asociación, del diálogo social, de la contribución colectiva del gobierno, empresarios y trabajadores según la tradición de OIT.

En desarrollo de los compromisos que se adquirieron en Ottawa, los Grupos de Trabajo Uno y Dos han profundizado en el estudio de los efectos de la globalización, de los procesos de integración y de la eventual creación del ALCA, así como en el desarrollo y modernización de la administración laboral. A todos nos convoca la necesidad de pagar salarios justos y la generación de oportunidades de empleo y de condiciones de trabajo que sean consistentes con los estándares internacionales. Dimos un gran paso colectivo al incorporar a la Carta Democrática Interamericana el concepto de que la democracia requiere el ejercicio pleno y eficaz de los derechos de los trabajadores y la aplicación de las normas laborales básicas dispuestas en los convenios de la OIT. Nos une la necesidad de integrar la política económica con el progreso social.

En todo esto la dimensión laboral ocupa un lugar central. Los procesos de integración seguirán generando cambios en las normas y relaciones del trabajo. La responsabilidad de todos es que esos cambios resulten en más riqueza y mejores niveles de vida para los trabajadores. Para que esto sea posible, como lo ha hecho esta Conferencia, hay que tomar constantemente el pulso de las transformaciones mundiales, entenderlas, adoptar estrategias para enfrentarlas, y modernizar las instituciones públicas y privadas para operar en el nuevo entorno.

Así lo entendieron los líderes de la región cuando en Québec dijeron que para fortalecer la democracia, crear prosperidad, y desarrollar el potencial de cada individuo deben tomarse acciones concretas en el campo del empleo y del trabajo. Ha sido invaluable el trabajo de COSATE y CEATAL y el ánimo y compromiso de encontrar convergencias que hagan viable la integración americana en lo que esta Conferencia es pionera aun antes del proceso de Cumbres presidenciales. Hemos registrado su aspiración de constituirse en organismos consultivos de la Conferencia.

En efecto, las instituciones del trabajo en la región han sentido de manera directa los efectos de la globalización. Esta nueva realidad ha transformado los papeles tradicionales de los actores en el campo laboral, convirtiéndolos en agentes para el desarrollo de estrategias que permitan atender asuntos como estadísticas del mercado laboral, entrenamiento y educación para el trabajo, y el cambiante papel de las autoridades laborales frente a los procesos de integración.

Gracias al trabajo de esta conferencia ha sido posible tener una visión equilibrada del tema laboral y adoptar una estrategia colectiva frente al mismo. Si miramos hacia atrás debemos reconocer que la Conferencia ha dado frutos, que reunir periódicamente a los responsables de estos temas, dentro del marco de las Cumbres de las América, es un ejercicio positivo que enriquece nuestro conocimiento de la dimensión laboral, estrecha vínculos entre países, hace más posible algunas instancias de cooperación, y le da un foro de excepción a uno de los temas más sensibles de la agenda hemisférica para la consolidación de la democracia y para el análisis de la política económica desde el ángulo de su dimensión laboral y social.

El entusiasmo y el apoyo de Canadá como Presidencia Pro Tempore contribuyó en buena parte a que el trabajo de la Conferencia se realizara con tanta intensidad y disciplina. Se adoptó un ambicioso plan de trabajo que se ha venido cumpliendo rigurosamente, primero con la reunión de los Grupos Uno y Dos en República Dominicana y luego con la reunión de los mismos en Montevideo. La propuesta de fortalecer la cooperación horizontal mediante la creación de un mecanismo de administración laboral es congruente con nuestro programa de mejores prácticas y de intercambio de experiencias. Estamos prestos para coordinar la realización del estudio de factibilidad que se ha dispuesto.

Quiero agradecer a la OIT y a su director Don Juan Somavia, hoy entre nosotros, su papel en ayudarnos a cumplir con los mandatos de la Cumbre de las América. Igualmente al BID y a su Vicepresidente don Pablo Pavia por su significativo apoyo y por la prelación que le han dado al tema de la responsabilidad social de las empresas. A la OPS, así como a la CEPAL y el PNUD por el apoyo que han venido dando a esta Conferencia.

Esta conferencia se da inmediatamente después de las conversaciones en Cancún. Ellas nos han demostrado cuan difícil es conciliar hoy las diferencias de los distintos actores en el escenario mundial. Esta experiencia nos debe servir en el ámbito hemisférico para fortalecer nuestra integración e impulsar la cooperación hemisférica; para poner en marcha, con los instrumentos que tenemos en el ámbito americano, un proceso que tenga los equilibrios y los contrapesos, las compensaciones que lo hagan viable y justo; para tener en cuenta las preocupaciones de los países en vías de desarrollo; para asegurar que cada país pueda encontrar que la integración lo beneficia, que un comercio más abierto pero reglado lo fortalece, y que podemos construir acuerdos más participativos de nuestros gobiernos, empresarios, y trabajadores.

Señor Ministro Wagner, asume usted la Presidencia Pro Tempore en un momento pleno de riesgos y oportunidades. Con el liderazgo de Brasil, y los otros miembros de la Troica y los países coordinadores de los Grupos uno y dos la labor de ustedes será más significativa para avanzar en la integración americana y a la construcción de esa América más democrática, más próspera y más justa que nuestros pueblos merecen y reclaman.

Muchas gracias