Excelentísimo señor Presidente de la República Dominicana don Leonel Fernández:
Es un honor para mí y este Consejo Permanente darle la más cordial bienvenida a nuestra casa de la OEA. No puedo dejar de recordar que fue aquí, en este mismo Salón de las Américas, donde hace algunas semanas celebramos la firma del Tratado de Libre Comercio suscrito entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana.
El acuerdo se promulgó hace solo unos días y confíamos en que con su entrada en vigencia -el primero de enero de 2006- se ampliarán los vínculos comerciales y se promoverán las inversiones con los países firmantes. El desafío de integrar en un mercado común y abierto a República Dominicana en el Caribe no es menor ya que se calcula que el tratado beneficiará a 250 millones de personas en la región.
Son tiempos de retos y medidas oportunas. Recientemente usted envió a la Cámara de Diputados, el Plan de Reforma Tributaria para su conocimiento y aprobación como uno de los compromisos asumidos por su gobierno con el Fondo Monetario Internacional. Este anteproyecto permitirá al gobierno hacer frente a la grave crisis económica de la República Dominicana y consolidar la confianza de los agentes económicos.
En febrero pasado, ante la Asamblea Nacional de su país, usted expresó que “hace tan solo seis meses, la República Dominicana se encontraba en una situación de deterioro alarmante. Parecía un paciente bajo cuidados intensivos. El diagnóstico emitido por los expertos era de pronóstico reservado, y en el mejor de los casos, de optimismo cauteloso. “
Resulta evidente que el paciente se encuentra hoy fuera de peligro. Las cifras indican que durante el primer año de su gobierno la economía dominicana ha experimentado una rápida recuperación.
Lo hemos dicho tantas veces: para que la democracia se desarrolle, los gobiernos deben ser receptivos a las legítimas aspiraciones de sus ciudadanos y deben trabajar para ofrecerles las herramientas y oportunidades para mejorar sus vidas. En este contexto, no podemos minimizar los efectos de la crisis humanitaria que provoca la inestabilidad política en su país vecino, Haití. Como usted ha señalado en varias ocasiones, la democracia y el respeto de los derechos humanos deben ser compromisos compartidos por todos los países de la OEA, la cual continuará liderando los esfuerzos para que la solidaridad interamericana contribuya a poner fin al sufrimiento del pueblo haitiano.
La historia dominicana ha sido testigo de la vocación democrática del Presidente Fernández. En las cuestionadas elecciones presidenciales de 1994, fue usted mismo quien presentó El Pacto por la Democracia como una solución pacífica a la crisis política del país. Esta iniciativa no sólo estableció las bases de un órgano electoral más sólido, sino que demostró la importancia del diálogo entre líderes políticos con un compromiso de Estado.
Una década más tarde, en su segunda presidencia, la OEA ofreció sus buenos oficios para institucionalizar el diálogo a través del establecimiento de un foro permanente en la Republica Dominicana. Me complace responder a esta nueva solicitud del Presidente Fernández, anunciando que el Foro Interamericano sobre Partidos Políticos de la OEA realizará en Santo Domingo una reunión de partidos políticos de Centroamérica, la República Dominicana y México. Por ultimo, la capital dominicana también sera ciudad anfitriona de la XXXVI Asamblea General de la OEA en junio próximo.
Abrigo la esperanza de que cada una de estas instancias encarnen los valores de diálogo y consenso democrático, principios que usted, señor Presidente, ha seguido en el transcurso de su ilustre carrera política.
Gracias.