No podría dejar de decir algunas palabras a quien ha sido un brillante embajador de mi país en este Consejo por seis años, para agradecer las contribuciones que ha hecho, que han sido recordadas acá y especialmente por el excelente trabajo realizado en la solución de un problema histórico de nuestra organización, al vincular la Comisión Interamericana de Defensa a la dirección de este Consejo Permanente.

Tal vez lo que yo pueda decir sobre le trabajo del embajador Tomic en la OEA, es probablemente mucho menos que lo que han podido decir los embajadores que han trabajado con el en el Consejo Permanente por mucho más tiempo. Pero mii ventaja es que lo conozco desde hace 40 años antes de que llegara a este consejo. Conocí a Esteban Tomic, vestido de uniforme militar, cuando era brigadier mayor de la escuela militar, primera antigüedad de esa escuela. Él decidió no seguir la carrera militar, si bien es cierto que ha seguido vinculado a estos temas, como ya sabemos. Luego estudio derecho, se graduó con todos los honores como abogado, hizo su post grado en la Universidad de Berlín y más tarde comenzó su carrera diplomática, en Chile.
Y se le presentó una de esas raras oportunidades que le toca a los seres humanos, de probar, de qué están hechos -uno no tiene siempre esa oportunidad- para el golpe militar en Chile. Esteban estaba destinado en Alemania, era consejero de la Embajada chilena, pero ante la imposibilidad del Embajador de ese momento, de asistir a un acto de solidaridad en apoyo al Presidente Allende. Esteban Tomic decidió asistir él y naturalmente eso le costó su carrera diplomática. Viajó entonces a Roma, en donde había estado destinado, pero esta vez como exiliado político, un exiliado político tan notorio, que meses después los diarios de Santiago daban cuenta que la esposa del presidente Allende y el señor Tomic, serían privados de su nacionalidad chilena, por ataques contra de la dictadura militar.

Todas estas cosas son poco conocidas, porque Estaban no es una persona que las cuente. Yo recuerdo el titular del periódico porque yo figuraba adentro, en la lista más larga que venía al interior del periódico. Pero el nunca lo ha exhibido mucho, porque es un hombre de enorme modestia, un luchador democrático, que estuvo en el exilio, en las mayores dificultades, que pasó por los mayores problemas. Volvió a Chile, y dio todo lo que tenia que dar, participó en la política chilena y luego volvió, a su vocación antigua de la diplomacia viniendo hasta esta sede.

Estoy seguro que lo vamos a echar mucho de menos, espero que nos sigamos viendo, pero quiero decirle que para todos es este un momento para testimoniarle todo nuestro afecto y admiración. Estoy seguro que él va a seguir sirviendo a su país como lo ha hecho siempre, de manera muy efectiva, siempre discreta, pero tremendamente dinámica y eficaz, en los últimos 50 años.

Muchas Gracias