Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
DISCURSO DEL SECRETARIO GENERAL DE LA OEA, JOSÉ MIGUEL INSULZA, EN EL CONSEJO DE SEGURIDAD DE NACIONES UNIDAS EN EL DEBATE ENTRE LA ONU Y ORGANIZACIONES REGIONALES Y OTROS CUERPOS INTERGUBERNAMENTALES PARA EL MANTENIMIENTO DE LA PAZ Y SEGURIDAD INTERNACIONALES

20 de septiembre de 2006 - New York


Señor Presidente, Señores Delegados

Agradezco la oportunidad que se nos brinda para dirigirnos a este Consejo de Seguridad sobre este tema de la cooperación entre Naciones Unidas y las Organizaciones Regionales para la Mantención de la Paz y la Seguridad. Debo decir que la Organización de los Estados Americanos (OEA) comparte y apoya plenamente la iniciativa del Secretario General de la ONU para una asociación estratégica regional global en esta materia.

No puede ser de otra manera, dado que la OEA es una organización con finalidades políticas de la cual forman parte 35 Estados miembros de Naciones Unidas, y por lo tanto, los temas, desafíos y oportunidades que muchas veces enfrentamos, son similares, principalmente en el manejo desarrollo de las situaciones de crisis y en las áreas de gobernabilidad y desarrollo. Por ello, a partir de la Resolución 1631 del año 2005 del Consejo de Seguridad -que afirmó la necesidad de dar pasos importantes para el desarrollo de la cooperación entre nuestras organizaciones- hemos venido participando activamente en esa dirección, como observadores del Comité Permanente y como parte del Comité de Alto Nivel entre Naciones Unidas y Organismos Regionales e intergubernamentales.

Compartimos la idea que se ha mencionado, sobre la necesidad de pasar de las políticas de consulta a una regulación mucho más clara de las actividades operativas entre nosotros y esperamos poder contribuir en ello con nuestro esfuerzo y también con las experiencias específicas que hemos tenido en el último año en relación a nuestro trabajo en conjunto con Naciones Unidas. La más relevante de estas experiencias es, seguramente, la que hemos tenido en Haití, la Misión de Naciones Unidas (Minustah) y la Misión Especial de la Organización de los Estados Americanos, en ese país, en la restauración del sistema democrático.

Asumimos ahí, en conjunto, la tarea de cooperar con el Gobierno Provisional de Haití en la realización de elecciones democráticas en el país. Tuvimos una distribución más que adecuada de tareas, creamos, con el gobierno haitiano, un registro electoral con tres millones y medio de electores. Con el apoyo logístico de Minustah, se llevaron a cabo las elecciones más democráticas y participativas que hayan tenido lugar en la historia del Haití. Creo que la experiencia que hemos tenido en ese país del Caribe, en materia de cooperación entre una organización regional y ONU, nos permite, primero, enfrentar los desafíos que en ese país todavía tenemos en el proceso de transición, y apoyar conjuntamente al gobierno del Presidente Rene Preval, en la plena democratización y reconstrucción nacional, y la pacificación del país. Esta experiencia también nos enseña lo que debe ser una cooperación entre las instituciones.

Esta cooperación ha hecho posible que -con la participación de fuerzas de siete países miembros de la OEA y de ONU en la Minustah- los latinoamericanos hayan iniciado un involucramiento mucho mayor en la resolución de sus propios conflictos en lo que debe constituir, a nuestro juicio, la nueva forma de cooperación entre nosotros en el futuro.

Creo que otras experiencias que hemos tenido, sin embargo, Señor Presidente, que también han sido positivas -como el diálogo que tuvimos respecto de otras crisis ocurridas en la región, en Ecuador y Bolivia- han mostrado que podemos dialogar y trabajar en conjunto. Sin embargo, también han demostrado que deberíamos haber tenido consultas previas, antes de un involucramiento paralelo en estos países miembros de nuestra Organización. Creemos que es mejor que prevengamos las crisis en conjunto, que dialoguemos, que tengamos políticas comunes respecto de ello, y después realicemos, como en Haití, un trabajo adecuado de distribución de las tareas y las competencias, de manera que nuestra acción sea lo más eficiente posible.

Creo que tenemos experiencia en esta materia, hemos cooperado muy sustantivamente, por ejemplo, con organizaciones de este sistema, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la preparación de la última Cumbre Presidencial de las Américas en Mar del Plata, Argentina en Misiones de Observación Electoral tenemos una cooperación permanente en la Comisión Europea y en el área de análisis y desarrollo económico y social con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) que para todos los efectos prácticos, también forma parte del sistema interamericano, y además es una comisión regional del sistema de Naciones Unidas . Los Informes de Desarrollo Humano, del PNUD, han servido de instrumento fundamental a un conjunto de políticas de nuestros países que la OEA también ha patrocinado.

Tenemos que ser capaces de coordinar todas estas cosas para implementar una efectiva coordinación, de manera más institucionalizada, con principios y reglas claras que nos señalen en caso de cada institución, en qué materias vamos a realizar una efectiva cooperación. Creemos que las organizaciones regionales pueden, debido a su responsabilidad y compromiso, con el área geográfica específica, tener una visión más clara, un conocimiento político y cultural mayor, en los conflictos que se producen en su ámbito geográfico. Esta cooperación permitirá también que la acción de Naciones Unidas sea más eficaz en la defensa de la paz y de la seguridad.

Muchas gracias.