Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
INTERVENCIÓN DEL SECRETARIO GENERAL DE LA OEA, JOSÉ MIGUEL INSULZA, EN LA SEGUNDA REUNIÓN DE LA CONFERENCIA DE LOS ESTADOS PARTE DEL MECANISMO DE SEGUIMIENTO DE LA IMPLEMENTACIÓN DE LA CONVENCIÓN INTERAMERICANA CONTRA LA CORRUPCIÓN (MESICIC)

20 de noviembre de 2006 - Washington, DC


Me honra darles la bienvenida a esta segunda reunión de la Conferencia de Estados Parte del Mecanismo de Seguimiento de la Convención Interamericana contra la Corrupción, conocido en nuestro medio como “MESICIC”.

Permítanme comenzar por agradecer a Brasil y, en especial, al Embajador Osmar Chohfi, por el liderazgo ejercido desde la Presidencia de esta Conferencia, gracias al cual llegamos a esta reunión con propuestas concretas que auguran resultados muy positivos de la misma.

Quisiera aprovechar esta ocasión para reafirmar algunas de las razones por las cuales es tan importante la cooperación hemisférica contra la corrupción, así como referirme al camino que hemos recorrido en este campo en la OEA y a algunas de las materias en que tenemos que continuar avanzando.

Por qué es tan importante que continuemos consolidando nuestra cooperación recíproca contra la corrupción?

En primer lugar, por sus efectos particularmente negativos sobre un tema central de nuestra agenda colectiva: la gobernabilidad democrática. Todos sabemos que la corrupción y la falta de transparencia ha estado en el origen de gran parte de la insatisfacción ciudadana que ha llevado a la crisis de numerosos países. Así, por ejemplo, lo confirman los resultados del “Informe Latinobarómetro 2005”. De acuerdo con el mismo, en dicho año sólo el 53% de los latinoamericanos se sentía satisfecho con la democracia y apenas un 30% tenía la percepción de que se había progresado en la lucha contra la corrupción.

En segundo lugar, porque la corrupción afecta el crecimiento económico y la inversión. Difícilmente un país en el que sus normas jurídicas y las instituciones encargadas de aplicarlas puedan ser manipuladas o “capturadas” por los corruptos podrá mantener un flujo estable y productivo de inversión y podrá crecer.

En tercer lugar, por los efectos sociales devastadores que tiene la corrupción. Esta perpetúa y acentúa situaciones de injusticia y desigualdad sociales. Los recursos públicos que van a parar a los bolsillos de los corruptos se dejan de invertir en programas de salud, educación o infraestructura fundamentales para la población. Por eso los pobres son las principales víctimas de la corrupción.

Finalmente, porque la corrupción atenta contra la seguridad ciudadana. Pensemos en la incidencia que puede tener en los actos de terrorismo la obtención de identidades falsas a través de sobornos, o en la elusión de los controles aduaneros para traficar ilícitamente armas que terminan en manos de terroristas o pandilleros. Sin corrupción les sería muy difícil perpetrar sus actos.

Durante la última década, se han dado pasos de gran importancia en este campo en el marco de la OEA.

Así, aprobamos el primer tratado en esta materia en 1996 y con ello abrimos camino para la adopción posterior de Convenciones en la OCDE, el Consejo de Europa, la Unión Africana y las Naciones Unidas.

Con posterioridad, en 1997, la Asamblea General de la OEA adoptó el “Programa Interamericano de Cooperación para Combatir la Corrupción”. En cumplimiento de éste, la Secretaría General desarrolló diversos proyectos de cooperación técnica que han facilitado, entre otros, la ratificación de la Convención por 33 de los 34 Estados Miembros de la OEA; la elaboración de legislación modelo en relación medidas preventivas previstas en la misma; la cooperación con otras organizaciones internacionales como el BID, la OCDE y la ONU; y el intercambio de información sobre los desarrollos hemisféricos en la materia, entre otros, a través de la página de la OEA en “Internet”.

Sin duda, el desarrollo más importante que hemos dado durante los últimos años está constituido por la creación del Mecanismo de Seguimiento de la Implementación de la Convención, el “MESICIC”. La semana pasada estuve en la Conferencia Mundial contra la Corrupción en Guatemala y allí pude confirmar el amplio y sólido reconocimiento a nuestra labor en este campo y, en particular, a los desarrollos dados a través del MESICIC, que fue visto como un avance efectivo de seguimiento de los temas de corrupción en nuestro hemisferio.

Esta Conferencia de los Estados Parte ha cumplido cabalmente con su responsabilidad de instrumentar el Mecanismo y el Comité de Expertos ha hecho lo propio como encargado del análisis técnico de la implementación de la Convención. Ello se refleja en los resultados que ha producido desde que comenzó a operar en el año 2002 y que ustedes podrán apreciar en la presentación del Informe Hemisférico que efectuará el Presidente de dicho Comité.

Bástenos por ahora con mencionar que, como resultado de la labor del Comité durante la primera ronda de análisis, los 28 Estados que lo conforman cuentan ya con recomendaciones concretas orientadas a lograr que el interés general prevalezca sobre el interés de los corruptos; a preservar los recursos públicos evitando su sustracción y utilización indebida; a erradicar la complacencia o el temor a denunciar los actos de corrupción; a detectar el enriquecimiento súbito de funcionarios públicos y aplicarles todo el peso de la ley en caso de que sea injustificado; a permitir a la ciudadanía acceder a la información de la gestión pública, ejercer control social sobre la misma y apoyar a los órganos de control; y a hacer que éstos órganos cumplan sus funciones con eficacia, independencia y objetividad, coordinen sus acciones y rindan cuentas ante la sociedad.

En lo que respecta a la cooperación técnica y asistencia recíproca entre los Estados, cabe destacar que las recomendaciones del Comité se orientan a hacer más efectiva esta previsión de la Convención, proponiendo un intercambio de información más fluido; al igual que prestarse una asistencia recíproca más eficaz para la investigación, persecución y juzgamiento de casos de corrupción, mediante el aporte de pruebas y la realización de las demás actuaciones necesarias para perseguir a los corruptos dondequiera que se encuentren, extraditarlos a donde deban ser juzgados y recuperar los recursos públicos por ellos sustraídos.

Las anteriores recomendaciones cuentan con la fortaleza de haber sido adoptadas en todos los casos por el consenso de los expertos en anticorrupción de los 28 Estados miembros del MESICIC después de un cuidadoso proceso de análisis en el que los países analizados pudieron expresar libremente sus puntos de vista, y en el que fueron tenidos en cuenta también valiosos aportes de las organizaciones de la sociedad civil.
El Comité de Expertos inició ya su segunda ronda, en la cual se va a ocupar de analizar la implementación de otras importantes disposiciones de la Convención, entre las cuales las referentes al régimen de acceso a la función pública; de contratación estatal; y de protección a quienes denuncien actos de corrupción. Asimismo, analizará los avances dados en la implementación de las recomendaciones formuladas a los Estados en la primera ronda.
Consciente de la importancia de que las recomendaciones formuladas por el Comité de Expertos sean implementadas por sus destinatarios, la Secretaría General se ha propuesto brindarles colaboración mediante el ofrecimiento de servicios de asesoría técnica para el diseño de un plan de acción a ser elaborado con amplia participación del sector público y de la sociedad civil de cada país, en el que se contemplen de manera precisa las actividades necesarias para implementar tales recomendaciones, se señalen los responsables de desarrollarlas y se definan cronogramas para hacerlo. A este proyecto de cooperación ya se acogieron los 4 primeros Estados analizados en la primera ronda y se espera darle continuidad en otros Estados analizados que lo requieran. Valga la oportunidad para agradecer a Canadá y a Estados Unidos por su generosa contribución para la financiación de este proyecto. Aprovecho además la oportunidad para anunciar que estamos también en conversaciones con el BID para aunar más recursos para esta gran labor.

Señoras y Señores Representantes de los Estados Parte:

Entre la adopción del Programa Interamericano de Cooperación para Combatir la Corrupción en 1997 y el presente, se han cumplido buena parte de las acciones que el mismo preveía y, asimismo, se han dado nuevos desarrollos de gran importancia relacionados con la cooperación internacional y hemisférica contra la corrupción. Por eso, en buena hora la Asamblea General, en junio de este año, en Santo Domingo, recomendó que en esta reunión de la Conferencia de los Estados Parte del MESICIC se revise, actualice y complemente el citado Programa.

Como resultado del trabajo realizado en las reuniones preparatorias, viene a su consideración una propuesta de texto para dicho Programa que refleja muy bien las áreas temáticas y acciones en que tenemos que seguir trabajando para fortalecer la cooperación hemisférica contra la corrupción. Su adopción, sin duda nos va a permitir contar con una muy buena carta de navegación para nuestra acción colectiva en este campo. Permítanme relevar algunas de las materias a que se refiere la propuesta sobre el Programa, en las que tenemos que continuar avanzando.

Para comenzar, una área fundamental en que debemos seguir laborando tiene que ver con el seguimiento de la implementación de la Convención. Para ello, la propuesta que está a consideración de ustedes expresa la importancia de continuar fortaleciendo el MESICIC. Esto supone, entre otros, la consolidación de esta Conferencia de los Estados Parte como el órgano responsable de la instrumentación del Mecanismo y como foro político para abordar los temas de cooperación hemisférica contra la corrupción; la continuidad del análisis técnico de la implementación de las disposiciones de la Convención, a través del Comité de Expertos; y, lo que es igualmente importante, el seguimiento de la implementación de las recomendaciones formuladas en informes anteriores. Estas tres tareas suponen continuar fortaleciendo los servicios de secretaría técnica que la Secretaría General de la OEA le presta a estos órganos del mecanismo, de tal manera que se pueda intensificar la difusión de los desarrollos que se den en el marco de los mismos y llevar a cabo programas y proyectos de cooperación técnica para apoyar a los Estados en los procesos de implementación de las recomendaciones que les formule el Comité.
Se contempla también en el Programa la consolidación del intercambio de información sobre los desarrollos dados en materia de transparencia en la gestión pública y cooperación contra la corrupción en el marco de la OEA, incluidos todos aquellos realizados en el ámbito del MESICIC, a través de un “Portal Anticorrupción de las Américas”, mediante el cual se facilite el acceso a dicha información, así como a enlaces con las páginas en Internet de las instituciones de los Estados Miembros con responsabilidades en esta materia.

Se prevén medidas adicionales a la anterior, relativas al desarrollo y mantenimiento de páginas o redes en “Internet”, con acceso restringido si así se estima necesario, para facilitar el intercambio de información entre autoridades con responsabilidades en áreas específicas relacionadas con la transparencia en la gestión pública y la prevención, investigación o persecución de actos de corrupción, tales como las que tienen que ver con la recuperación de activos producto de actos de corrupción y la contratación pública, al igual que para darle la más amplia difusión a las actividades y desarrollos dados en materia de cooperación contra la corrupción en el ámbito de la OEA, incluidos los relacionados con el MESICIC y las acciones realizadas para la implementación de sus recomendaciones en los Estados Parte.

En materia de cooperación técnica, se apunta al fortalecimiento de las actividades necesarias para continuar avanzando en la implementación de la Convención y mejorando la eficacia y efectividad de las legislaciones, políticas e instituciones nacionales relacionadas con el combate contra la corrupción, incluidos los programas y proyectos para apoyar a los Estados en el proceso de implementación de las recomendaciones del Comité de Expertos.

Como complemento de lo anterior, la propuesta de Programa contempla promover el desarrollo y la difusión de investigaciones y estudios académicos relacionados con la cooperación contra la corrupción; facilitar la participación de universidades y centros de investigación en la elaboración, análisis y difusión de los mismos; continuar realizando estudios comparativos de las normas legales de los Estados; e identificar aspectos que puedan conducir a la elaboración de leyes modelo que incluyan las técnicas más avanzadas que se emplean en la lucha contra la corrupción.

El Programa propone también fortalecer la cooperación con otros organismos internacionales que se ocupan del tratamiento del problema de la corrupción, mediante el intercambio de información y el desarrollo de actividades conjuntas, en áreas relacionadas con la transparencia en la gestión pública y el combate contra la corrupción.

Cabe resaltar la importancia de realizar acciones conjuntas con las Naciones Unidas, teniendo en cuenta la reciente entrada en vigor de su Convención contra la Corrupción, la cual tiene muchas coincidencias temáticas con nuestra Convención y establece en una de sus disposiciones que su Conferencia de Estados Parte aprovechará la información elaborada por otros organismos internacionales y regionales encargados de combatir la corrupción a fin de evitar una duplicación innecesaria de actividades. Valga la oportunidad para agradecer la participación en esta reunión de una digna representante de dicha Organización, quien se referirá a este tema.

En lo que respecta a la participación de las organizaciones de la sociedad civil en las actividades relacionadas con la transparencia en la gestión pública y el combate contra la corrupción, el Programa acoge la filosofía de propiciar la participación de dichas organizaciones que siempre ha acompañado al MESICIC y busca que sus contribuciones puedan realizarse tanto a nivel nacional como en el plano hemisférico, incluyendo además entre ellas a las organizaciones de profesionales y del sector privado. En este mismo ámbito, se reitera la importancia del intercambio de experiencias sobre el papel desempeñado por los medios de comunicación, los cuales pueden poner al servicio de esta causa una labor responsable de periodismo de investigación y tienen una importante función pedagógica frente a la sociedad en esta materia.

Por último, el Programa busca asegurar que la Secretaría General de la OEA, en su carácter de Secretaría Técnica del MESICIC, continúe prestando el apoyo técnico necesario para su desarrollo, y alude a los recursos con los que cuenta la organización para tal efecto.

En relación con lo anterior yo quiero reiterarles que nos acompaña la mejor voluntad para continuar prestando los servicios de apoyo requeridos, porque en la Secretaría General estamos firmemente convencidos de que la lucha contra la corrupción constituye uno de los pilares fundamentales para sustentar la institucionalidad democrática en nuestros países. Yo personalmente, desde antes de tomar posesión de mi cargo, manifesté expresamente que el talón de Aquiles de la democracia está en la gobernabilidad y que deberían reforzarse los mecanismos de seguimiento y evaluación multilateral en los campos que tienen directa relación con las bases de la gobernabilidad y señale como uno de tales campos el combate a la corrupción.

En cuanto a los recursos con los que contamos para prestar dicho apoyo debo manifestarles que como sucede con otros programas que tenemos a cargo, son escasos y por si solos no bastarían para financiar su desarrollo y por esto estamos muy agradecidos con los países que generosamente han hecho aportes para complementarlos, entre los que destacaría las contribuciones hechas durante el último año por Estados Unidos, Canadá, Brasil, Nicaragua y Bahamas. Y estamos esperanzados en la cooperación de los organismos internacionales, particularmente del sector financiero.

Valga la oportunidad para hacer un llamado a los restantes países americanos para que contribuyan también a esta causa común efectuando los aportes que sus capacidades económicas les permitan hacer, con la seguridad de que las sumas que se inviertan en la lucha contra la corrupción redundarán en beneficio del patrimonio público que con ello buscamos proteger.

Esta Convención Interamericana es una de las más exitosas, tanto por el número de países que la han ratificado, como por el número de países que participan activamente en su implementación y seguimiento. Una buena implementación de esta Convención aportará, sin duda, a la gobernabilidad, estabilidad y democracia de nuestros países.

Les deseo que culminen con éxito sus trabajos en la presente reunión y les doy mis agradecimientos por su atención.