Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
CEREMONIA INAUGURAL DE LA SEMANA DE LA PAZ

21 de septiembre de 2009 - Washington, DC


Hoy estamos celebrando el Segundo Encuentro del Foro Interamericano de Paz, programa que inauguramos el año pasado con el fin de consolidar los esfuerzos de la OEA en materia de promoción de una cultura de paz.

La fecha que hemos escogido para este encuentro anual es simbólica ya que hoy, 21 de septiembre, también estamos conmemorando el Día Internacional de la Paz, establecido por las Naciones Unidas en el año 1981 como el día en que todos los seres humanos se comprometen a la paz, al cese al fuego y a la no violencia.

Históricamente el Hemisferio se ha caracterizado por ser una región de esperanza para millones de seres humanos. Éste es un continente donde los pueblos siempre han luchado por la libertad, la justicia, la prosperidad y la paz.

Desde su creación, la Organización de los Estados Americanos ha acompañado las acciones de sus Estados Miembros para afrontar los problemas de desarrollo y seguridad y ha logrado adaptar sus funciones a las sucesivas exigencias históricas de la comunidad de naciones del Hemisferio. Hoy es el único organismo regional que puede proporcionar el foro ideal para el diálogo continuo sobre valores democráticos, principios de solidaridad, identificación de convergencias y superación de diferencias. En materia de paz, es nuestra obligación apoyar y promover las deliberaciones colectivas y la negociación en beneficio de la convivencia hemisférica.

Sin embargo, todos los esfuerzos que pueda emprender la OEA serán en vano sino afrontamos la raíz de la mayoría de los conflictos en la región. A pesar de los avances logrados en materia de crecimiento económico en los últimos años, nuestra región sigue siendo la más desigual, donde la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor. La paz se relaciona directamente con el progreso social y material; es ingrediente esencial en el proceso de eliminar la pobreza y el atraso.

No podemos hablar de paz cuando tenemos a 200 millones de pobres, 52 millones de desnutridos, la mayoría de ellos niños, 50 millones sin acceso a agua potable y saneamiento. Tampoco podemos hablar de paz cuando en el Siglo XXI todavía no hemos superado los persistentes problemas de discriminación, racismo e intolerancia o mientras el crimen, el narcotráfico, el sicariato, el tráfico de personas, las pandillas y la violencia contra las mujeres siguen dañando gravemente la convivencia en nuestra región.

Por eso, es necesario fortalecer las iniciativas conducentes a la educación para la paz, a la formación en valores y prácticas sociales que apunten a resolver los conflictos de orden político, económico o social a través del dialogo, del respeto por las diferencias y de la cooperación y no con el uso de la fuerza y la violencia.

Ese espíritu fue lo que dio lugar a la creación del “Foro Interamericano de Paz”. El Foro tiene un carácter permanente y consiste en un espacio mediante el cual se han desarrollado diversos programas dirigidos a promover, a través del diálogo y la interacción, una cultura de respeto, tolerancia y armonía entre y dentro los Estados Miembros de la OEA.

Desde su establecimiento hace un año hemos realizado una serie de actividades con ese fin, desde la elaboración de varias publicaciones, bases de datos e informes especializados, hasta el desarrollo de talleres, seminarios y conferencias sobre distintos temas relacionados con la paz.

No puedo dejar de referirme, en esta ocasión, a la preocupación que se ha manifestado durante las últimas semanas acerca del tema del armamentismo en América del Sur. La OEA no ha discutido esta cuestión, actualmente en debate en la Unión de Naciones del Sur o UNASUR. Formulo votos para que en ese foro se llegue a buenos acuerdos sobre transparencia, cooperación y límites en este delicado asunto.

El año pasado inauguró este Foro el Presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz Oscar Arias. Hoy comenzamos el segundo año de actividades del Foro con la conferencia magistral que nos brindará la doctora Clara Rojas. En el año 2002, en medio de la campaña política colombiana, Clara Rojas fue secuestrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Luego de casi seis años en cautiverio, fue liberada de manera unilateral y se reencontró con su hijo, del cual había sido separada. Clara Rojas es símbolo de fuerza y encarna la esperanza de todos aquellos que padecen injusticias y que aspiran a la paz, la libertad y los derechos.

La OEA ha acompañando los esfuerzos de nuestra hermana Colombia de encontrar, por la vía del diálogo, una solución definitiva a su conflicto interno a través de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP-OEA). Recientemente, el gobierno colombiano ha invitado a la OEA a renovar este mandato y confiamos que juntos lograremos alcanzar la paz tan anhelada por ese pueblo tan sufrido y que las diferencias se resuelvan por la vía pacífica y no mediante la extorsión, el secuestro y el terrorismo.

Antes de darle la palabra a la doctora Rojas los invito a que también nos acompañen en las demás actividades programadas para la Semana de la Paz que hemos organizado y cuyos detalles encontrarán en los programas que se han repartido en el día de hoy.


Muchas gracias.