Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
SEXTA REUNIÓN DEL GRUPO DE TRABAJO EN DELITO CIBERNÉTICO DE LAS “REMJA”

21 de enero de 2010 - Washington, DC


Quisiera, en primer lugar, darles la bienvenida a la sede de la OEA y agradecerles en nombre de nuestra organización, su participación en esta Sexta Reunión del Grupo de Trabajo en Delito Cibernético de “REMJA”.

Estos delitos representan un verdadero desafío para la cooperación internacional. Las posibilidades de afrontarlos, prevenirlos y sancionarlos depende, más que en cualquier otro tipo de delito, de la coordinación de esfuerzos entre las autoridades públicas y el sector privado así como entre países.

Ustedes conocen bien la complejidad de esta nueva modalidad delictiva, una conducta esencialmente transnacional de la cual ningún país está exento. El sector público en algunos países ha sido víctima de los denominados delincuentes informáticos, quienes desarrollan maneras de apropiarse de información reservada -nosotros también hemos tenido aquí en la OEA algún ataque en ese sentido- o simplemente buscan desfalcar al sector publico penetrando algunas de sus cuentas y esto afecta la eficiencia y legitimidad de las instituciones y genera una sensación de desprotección entre los ciudadanos.

El sector privado también ha tenido problemas aún mayores, el “espionaje industrial”, la creación del pánico económico, hasta los ataques vandálicos a las páginas en “Internet” para borrar, alterar o suprimir datos informáticos y también para obstaculizar el uso de sistemas causando daños a las empresas y a los usuarios.

Según “Internet Crime Complaint Center”, en el 2008 se recibieron más de 270 mil quejas, un aumento del 33 por ciento más que el año anterior y se estima una pérdida de varios cientos de millones de dólares.

Es importante decir que la ciudadanía en general también ha enfrentado problemas de actos de violación de la confidencialidad, robo de identidades y estafa, y una cantidad de delitos más complejos como la trata de personas, el abuso sexual y la pornografía infantil que están vinculados muchas veces al uso de los medios cibernéticos.

El uso de “códigos maliciosos”, según el reporte de la firma Symantec, aumentó de 113.025 en 2005 a 1.656.220 en 2008, ese es el crecimiento exponencial que va teniendo esta forma de delito y por eso la importancia de enfrentarlo.

Creo que podemos felicitar sobretodo a la REMJA, a los Ministros de Justicia de las Américas de la OEA y a la Secretaría de Asuntos Jurídicos porque hace más de una década que se entendió la importancia de prevenir y castigar estos tipos de delitos. Nos dimos cuenta hace tiempo que las acciones aisladas de unos u otros Estados, por importante que sea, no iban a funcionar si no tenemos un trabajo juntos.

Hemos alcanzado importantes avances en este proceso: en primer lugar, bajo el liderazgo de la Presidencia del Grupo a cargo del Departamento de Justicia de los Estados Unidos de América y con el apoyo de recursos de cooperación, hemos realizado año tras año estos talleres regionales de capacitación para fortalecer la capacidad técnica y jurídica en el desarrollo de legislación y las herramientas y medidas necesarias para prevenir, investigar y castigar efectivamente el delito cibernético.

Hasta la fecha se han realizado doce talleres y cinco de ellos han tenido lugar desde la última reunión de este Grupo de Trabajo en Puerto España, en Bogotá, en Santiago, en Panamá, y en Asunción. Para que la importancia y la utilidad de estos talleres se vea reflejada, es urgente adecuar la legislación de nuestros países. Muchas veces ha ocurrido que la ausencia de legislación conduce a la impunidad en estos casos; por lo tanto, es importante que con la mayor prontitud se trabaje en esa adecuación. Es positivo saber que algunos de nuestros países -Colombia el más reciente- han adoptado medidas para adecuar sus marcos legales en la materia y que otros ya lo están haciendo.

Segundo, un número importante de Estados: Argentina, Chile, Perú, Bahamas, Estados Unidos, Brasil, Costa Rica, Ecuador, México y Panamá – si me he saltado alguno me excuso- tienen ya unidades especiales para investigar y procesar jurídicamente los delitos cibernéticos.

Tercero, el Portal Interamericano de Cooperación en materia de delito cibernético, mediante el cual se puede acceder a la legislación de nuestros países de manera sistematizada por áreas temáticas, a las recomendaciones del Grupo de Trabajo, a las Guías de Capacitación, a las participaciones de los expertos en los talleres de capacitación, a los directorios de puntos de contacto en las áreas de investigación. Todo esto está clasificado en una parte pública y otra privada para facilitar el intercambio de información entre los Estados con las debidas seguridades.

Cuarto, hemos tenido avances en el desarrollo de la Estrategia Interamericana de Seguridad Cibernética que aprobó la Asamblea General de la OEA a fin de fomentar una cultura de seguridad que disuada el uso indebido de “Internet” y de los sistemas de información asociados e impulse el desarrollo de redes de información fiables. Esta estrategia involucra a otras unidades dentro de la organización: Comité Interamericano Contra el Terrorismo (CICTE), la Comisión Interamericana de Telecomunicaciones (CITEL), en lo relacionado con la infraestructura de telecomunicaciones y la adopción de normas técnicas de seguridad; y a la REMJA, en lo concerniente a procurar que nuestros Estados tengan los instrumentos jurídicos necesarios para proteger su seguridad cibernética y que exista entre ellos una efectiva cooperación en la materia. Hace apenas dos meses, en noviembre de 2009, se realizó un taller hemisférico del conjunto de estas tres instancias en Río de Janeiro, Brasil.

Quinto, hemos avanzado hacia el fortalecimiento de la cooperación con otros organismos e instancias que trabajan en este mismo frente como el Consejo de Europa. Con ellos desde hace varios años hemos venido trabajando conjuntamente para promover la aplicación de los principios de la Convención de Budapest y para considerar también la adhesión por parte de nuestros Estados Miembros. En este campo varios Estados han mostrado avances -que ya se reportaron en la anterior reunión, y es importante que se reporten nuevamente en la presente- y expertos del Consejo de Europa han contribuido substantivamente en varios de nuestros talleres de capacitación -tenemos el gusto de contar con una representante en esta reunión.

Si queremos ver mayores resultados hay que seguir avanzando en esta materia. Tenemos todavía grandes retos legales, tecnológicos y de capacitación.

En la parte legal es necesario consolidar los marcos jurídicos de nuestros países que tienen que servir para investigar con agilidad las modalidades de delitos cibernéticos que sirvan para sancionar y permitir también -cuando sea necesario- la cooperación internacional que es materia general del REMJA para evitar que los delincuentes puedan evadir la acción de la justicia trasladándose de país.

En los aspectos tecnológicos debemos trabajar mancomunadamente con el sector privado y con los centros de investigación, especialmente con las empresas proveedoras de servicios de tecnología de la información, así contando con más y mejores sistemas de protección de las redes informáticas y de sus usuarios.

Y en la capacitación, hay que trabajar prioritariamente en instruir a las autoridades, pero también idear la manera de poder instruir masivamente a los usuarios de los servicios informáticos, incluyendo a las personas comunes y corrientes, que son las que representan siempre el punto débil de penetración a los sistemas acerca de como protegerse.

Todos estos temas van a ser tratados -o algunos de ellos al menos- con la profundidad que se requiere, por parte de los distinguidos expertos y expositores que hoy nos honran con su presencia.

Ustedes, en su calidad de expertos en la materia, pueden en este momento efectuar aportes que serán valiosos en un plazo muy breve.

En menos de un mes tenemos la reunión de la VIII REMJA en Río de Janeiro, Brasil, y esperamos poder llevar allí los aportes que ustedes hagan de manera de poderlo convertir en acuerdos que involucran a toda la Organización.

Les agradezco su presencia aquí, les deseo un muy buen trabajo y les reitero la disposición y apoyo de la Secretaría General de la OEA en esta tarea que es tan importante para nuestros países.

Muchas Gracias.