Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
ACTO INAUGURAL DE LA NUEVA SEDE DE LA SECRETARÍA GENERAL DE FLACSO

25 de abril de 2011 - San José de Costa Rica


Buenas noches. Es un gran honor y una satisfacción personal para mí participar, junto a la Presidenta de la República en esta ceremonia de inauguración de la nueva sede de la Secretaría General de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) cuando conmemoramos su quincuagésimo cuarto aniversario.

Estoy agradecido, como todos los latinoamericanos, por la labor de FLACSO durante su más de medio siglo de existencia. Agradezco también a Costa Rica, país que durante más de la mitad de este tiempo, ha acogido a la Secretaría General de FLACSO, permitiéndole desempeñar aquí su trabajo en plena libertad. Cuando la Secretaría General vino aquí, después de haber sido obligada a salir de dos países en los cuales se vivía un duro período de dictadura, muchos aún dudaban del destino de esta Facultad Latinoamericana. Al hacer de este país estable y democrático su hogar permanente, FLACSO ha podido alcanzar el nivel que hoy tiene, con centros en un número importante de países del continente y en condición de desarrollar una Ciencia Social libre y progresista, con visión de futuro y al servicio de los pueblos de la región.

Fui alumno de la Escuela de Ciencias Políticas de FLACSO en Santiago de Chile, donde ella fue fundada y se convirtió en uno de los polos de atracción más importantes para la investigación y docencia en ciencias sociales en América Latina. El diálogo intelectual que FLACSO propició desde su fundación en 1957 ha sido no sólo uno de los más ricos de nuestra historia intelectual latinoamericana, sino también uno de los más fructíferos.

Conocí de cerca el trabajo de los científicos sociales de todos nuestros países que, en las décadas siguientes fueron cobijados por FLACSO en sus distintas sedes y desde allí irradiaron sus conocimientos y sus nuevas propuestas a todo el hemisferio.

No se puede ignorar tampoco que durante los años de recuperación de la democracia y la estabilidad política en nuestra región, FLACSO se ha constituido en un eficaz acompañante de esos procesos, con su pensamiento crítico y su actividad formadora de nuevos científicos sociales siempre a la vanguardia del pensamiento.

Como latinoamericano al que ha correspondido vivir una parte de la historia de nuestro hemisferio, he sido testido de cómo esta Facultad ha estado presente de manera muy importante en la historia de América Latina. Durante mis años de exiliado, muchas veces di clases en los centros académicos de FLACSO y cuando pude volver a mi país fue FLACSO la institución que me recibió los primeros meses.

Estoy orgulloso de sentirme parte de esta Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales que nos pertenece a todos y que a todos nos ha dejado algo durante su fecunda existencia. Comparto su inspiración en el principio de la unidad de nuestros países y nuestros pueblos, pero sobre todo el compromiso compartido de contribuir, junto a los Gobiernos que representan, al progreso de la democracia, la justicia y la paz en las Américas.

Hoy recordamos, a los fundadores, entre ellos a Fernando Enrique Cardoso, a Johann Galtung, a Edmundo Fuenzalida, a Horacio Godoy; recordamos a Ricardo Lagos y a Arturo O’Connell, que salvaron la FLACSO en su momento más oscuro; a René Zavaleta, a José Joaquín Brunner, a Norbert Lechner , a Edelberto Torres Rivas, a tantos creadores que es difícil nombrar en pocos instantes.

Creo que, más allá de su ilustre historia, los mejores años de FLACSO están delante de ella y que FLACSO seguirá entregando la mejor investigación y docencia que es posible esperar de una institución de tan alto prestigio. El sentido de esta institución, el que imaginaron sus creadores, es desarrollar una Ciencia Social propiamente latinoamericana, que se nutra del conocimiento acabado de las mejores teorías, ideas y experiencias que las disciplinas puedan ofrecer, para adaptarlas de manera creativa a nuestra propia realidad.

En un período tan crucial como el que actualmente enfrenta América Latina, cuando la gran pregunta que nos concierne es si, a partir de este momento favorable de nuestra economía, seremos esta vez capaces, como no lo hemos sido en otras ocasiones similares a lo largo de nuestra historia, de aplicar todas nuestra capacidades a consolidar el desarrollo y ampliar sustantivamente el horizonte para todos los ciudadanos de esta región, el papel de esta Facultad Latinoamericana adquiere toda su importancia.

Felicito por todo ello a FLACSO, a sus autoridades y al gobierno de Costa Rica que tan generosamente ha albergado durante las últimas décadas a esta institución. A FLACSO, le deseo muchos años más de prosperidad y que siga aportando generosamente a las ciencias sociales latinoamericanas desde su nueva sede.

Muchas gracias.