Good morning everyone and welcome to this special session of the Permanent Council to commemorate the “International Year for People of African Descent”. As you are all well aware, the Fortieth Regular Session of the General Assembly of the OAS last year adopted a resolution to reaffirm the importance of the full and equal participation of people of African descent in all aspects of political, economic, social and cultural life in the countries of the Americas. The adoption of this resolution represents an important milestone for us: it is the first devoted specifically to the Afro-descendant thematic in the context of the OAS.
Ciertamente, ello cobra relevancia al tener en cuenta estudios recientes según los cuales la población de afrodescendientes en la región se eleva a más de 170 millones de habitantes, lo que equivale aproximadamente a un tercio de la población total de las Américas. Se trata de hombres y mujeres que han contribuido singularmente -y en muchas ocasiones anónimamente- al desarrollo de la historia y cultura de nuestros países.
Resumir esta contribución ciertamente es una tarea compleja, pero si tuviéramos que destacar ahora un solo aspecto de nuestra “herencia africana”, éste sería sin lugar a dudas el sentimiento libertario contra toda forma de opresión, que se dio de manera muy temprana en nuestro continente. Los casos más importantes, como el de la República de Haití y el Quilombo do Palmares en Brasil, contribuyeron en gran medida a fortalecer el movimiento libertario.
Debemos hacer mención especial al caso de Haití: Nous devrions faire une pause içi et souligner l’importance du peuple afrodescendant d’Haïti, pour sa contribution au mouvement de libération des Amériques.
Depuis son arrivée sur l’île, ce peuple s’est fait l’agent de sa propre liberté, au moyen de la lutte qu’il a menée en faveur de l’abolition de l’esclavage. C’est ainsi qu’Haïti est devenue, le 1er janvier 1804, la première nation libre d’Amérique Latine et, en même temps, la première nation afrodescendante libre des Amériques.
En lo que se refiere a la historia más reciente, conocemos los movimientos sociales que han surgido en defensa y reivindicación de los derechos civiles, y que han contribuido al fortalecimiento de la democracia en toda la región. Recordamos aquí a líderes emblemáticos como Rosa Parks y el Dr. Martin Luther King Jr., cuyo aniversario festejamos hace dos meses atrás. Dichos movimientos, liderados por organizaciones afrodescendientes y otros grupos, influyeron positivamente en la lucha contra el racismo y la reivindicación de derechos que hoy son patrimonio de todas las Américas. Estos son sólo algunos ejemplos.
Lamentablemente, pese a su extraordinario legado e impronta en la historia de nuestro continente, la realidad nos muestra que la población afrodescendiente aún se encuentra entre los grupos de población más vulnerables del hemisferio. Cerca el 90 por ciento de los afrodescendientes viven bajo la línea de pobreza y sin participación o incidencia alguna en el desarrollo de sus países.
Es por ello que la Resolución de la Asamblea General reafirma la importancia de la plena participación, libre y en igualdad de condiciones, de los afrodescendientes en todos los aspectos de la vida política, económica, social y cultural de los países de las Américas.
Este es un reto enorme para todos nosotros: se trata de traducir estas afirmaciones en acciones que repercutan en la realidad cotidiana de las personas de ascendencia africana, a fin de rescatar y otorgar visibilidad a una herencia ancestral cuyos valores y tradiciones puedan contribuir a edificar sociedades más justas, incluyentes y participativas en la región.
No podemos dejar de mencionar que la Resolución 2550 forma parte de una estructura institucional pre-existente que ha tenido por objeto, precisamente, visibilizar la causa de aquellas poblaciones que son más vulnerables y discriminadas en nuestra región.
La Carta de la OEA, los instrumentos y mecanismos de protección de los derechos humanos del sistema interamericano, y La Carta Democrática, consagran de una manera u otra la protección de los derechos fundamentales de la persona humana sin distinción de raza, nacionalidad, credo o sexo, y hemos trabajado en transversalizar esta temática en todo el quehacer de nuestra organización.
La OEA, la Asamblea General, en conjunto con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, creó en el año 2005 la Relatoría sobre Derechos de los Afrodescendientes y contra la Discriminación Racial, cuya Relatora, Señora María Guillen, nos acompaña el día de hoy.
Igualmente, en el año 2005, creamos un Grupo de Trabajo para preparar una futura “Convención Interamericana contra el Racismo y toda Forma de Discriminación e Intolerancia”. Es importante tener en cuenta que, aparte de prohibir la discriminación racial, la última versión del documento contiene referencias importantes y específicas a los afrodescendientes, por cuanto pensamos que ellos continúan siendo víctimas del racismo, de la discriminación y de la intolerancia.
Otra de las provisiones de esta Convención establece el compromiso de los futuros Estados para garantizar que tanto sus sistemas políticos como jurídicos reflejen apropiadamente la diversidad de sus sociedades.
Confiamos en que los retos que surjan durante este complejo proceso de negociación de la Convención puedan ser superados y se sienten las bases de un nuevo marco jurídico interamericano, que proporcione una protección apropiada a cada sector de la población y, particularmente, a los afrodescendientes.
La Secretaría ha desarrollado también tareas importantes en esta dirección. Quiero citar el trabajo que lleva a cabo el Departamento de Derecho Internacional de la Secretaría de Asuntos Jurídicos en el Proyecto de Cooperación para la “incorporación de la temática afrodescendiente en las políticas y programas de la OEA”, implementado con los auspicios del plan de cooperación vigente entre la Agencia Canadiense de desarrollo internacional y la OEA, y diseñado con miras a sensibilizar y promover el conocimiento de la temática y los retos que afectan a los afrodescendientes en el hemisferio, así como fomentar su inclusión en el marco de la OEA.
Hemos participado en varios eventos a los que han concurrido más de 200 organizaciones afrodescendientes de la sociedad civil, así como en la distribución de documentos sobre normas internacionales. Hemos celebrado, además, talleres con la participación de respetados expertos en temas de afrodescendientes provenientes de distintos países de las Américas.
He incluido el tema de afrodescendientes en los cursos y seminarios sobre derecho internacional que se organizan en el marco del “Programa Interamericano para el Desarrollo del Derecho Internacional”, visibilizando y promoviendo el tema entre profesores y estudiantes de todo el hemisferio, y proporcionando becas dirigidas a estudiantes afrodescendientes.
Furthermore, the Department of International Law has worked within global processes in order to harmonize our hemispheric efforts with those pursued at a global scale, such as the Committee on the Elimination of Racial Discrimination (CERD), the Office of the High Commissioner for Human Rights (OHCHR), the Durban Review Conference, and others. Through these efforts, the OAS has made a valuable contribution to the UN Working Group of Experts on Afro-descendants with regard to activities to be included in the context of the International Year of Persons of African Descent.
In closing, I hope that this year marks the beginning of a wider and stronger commitment towards the rights of the Americas’ millions of persons of African descent. They have lived too long under conditions of discrimination, exclusion, marginalization, poverty, lack of access to basic services, and in general, a deteriorated situation with regard to the respect, enjoyment and fulfillment of their human rights.
Esperamos, por lo tanto, que las actividades que desarrollemos sirvan para beneficiar tanto a nivel nacional como regional a todos los afrodescendientes, en procura de la promoción y del disfrute real y pleno de sus derechos tanto económicos, sociales, civiles, políticos como culturales. La participación e integración de todos y cada uno de esos aspectos de la sociedad, y la promoción de un mayor reconocimiento y respecto de su diversidad cultural, es una deuda aún no saldada.
Muchas gracias.