Agradezco al Presidente Tabaré Vázquez la espléndida acogida que su país ha brindado a esta reunión y el generoso apoyo que su gobierno ha prestado a su realización.
Siempre es grato visitar Uruguay y especialmente hoy, cuando en otros lugares de nuestra región la democracia vive momentos difíciles. Aquí se respira democracia, algo que debemos luchar constantemente por imponer en toda América, a pesar de las imperfecciones con que podemos practicarla a veces o de retrocesos que espero sean momentáneos, como el que está afectando a Honduras. En cualquier caso, como todos han podido ver, en nuestra región es hoy muy mayoritaria la conciencia democrática. Por eso los Estados de la región reaccionaron por unanimidad, rápidamente y sin vacilaciones ante lo ocurrido en ese país, y adoptaron las decisiones que manda realizar la Carta Democrática Interamericana. Estoy convencido que la presteza y la inflexibilidad de esa reacción colectiva de todos los países del hemisferio es la que está impulsando la posibilidad de solución del conflicto que estamos viviendo hoy.
En Octubre próximo los uruguayos van a elegir nuevamente a un Presidente y es gratificante ver cómo expresan su madurez política movilizándose sin estridencias y protagonizando el debate de ideas y propuestas que tanto bien hace a la democracia. La democracia, como lo ha dicho recientemente el Presidente Obama, es más que elecciones. Es también la práctica cotidiana de la convivencia civilizada y el respeto por la opinión de todos, y en ello Uruguay es un ejemplo para los demás.
Como todos los países de la región, naturalmente, Uruguay también tiene problemas y sé, por las últimas estadísticas del Observatorio de Criminalidad y Violencia del Ministerio del Interior, que, como en el resto de la región, aquí la inseguridad es un tema de preocupación. Para no perder la perspectiva debo decir que las cifras sobre criminalidad, que en todas partes son materia de creciente debate público, en el caso de Uruguay son de las mejores de la región, aunque siempre obligan a una atención especial en el plano de las políticas públicas. Me consta que se han hecho importantes avances en capacitación, en sistemas de información y en monitoreo. También son importantes los programas que se relacionan con el avance en los problemas sociales de fondo. Admiramos, en ese sentido, el éxito del Plan Ceibal y en general valoramos los esfuerzos de este país y su gobierno por mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Siempre hay más que hacer y estoy seguro que las autoridades de Uruguay seguirán avanzando en la dirección correcta.
Debemos ser conscientes que la criminalidad no es ya un fenómeno de un solo país. El crimen organizado, el narcotráfico y otros males, son de carácter transnacional y su magnitud es creciente a escala continental. De ahí que la situación relativa a la seguridad pública constituya hoy, en mi opinión, una de las principales amenazas para la estabilidad, el fortalecimiento democrático y las posibilidades de desarrollo de nuestra región. La violencia y la inseguridad en general afectan al conjunto de nuestras sociedades, aunque en magnitudes muy diversas, y deterioran severamente la calidad de vida de nuestros ciudadanos, quienes se sienten atemorizados, acosados y vulnerables ante la amenaza permanente de victimización.
Los homicidios en nuestra región duplican el promedio mundial, llegando en algunas zonas a quintuplicarlo. Algunos de los países de América Latina y el Caribe ostentan las más altas tasas de homicidio del mundo. No obstante que en la región habita sólo el 8 por ciento de la población mundial, aquí tienen lugar el 42 por ciento de todos los homicidios por arma de fuego y el 66 por ciento de todos los secuestros del planeta.
Además de la violencia interpersonal y los delitos comunes, la mayoría de nuestros países enfrenta también el crimen organizado vinculado con el tráfico de drogas, de armas y la trata de personas. Es más, la mayor parte de la violencia que se está ejerciendo contra las personas y, específicamente, los homicidios, están relacionados con este tráfico y consumo de drogas y, en general, con la acción del crimen organizado.
Ante la magnitud del problema, en septiembre de 2007 le representé su importancia a la Comisión de Seguridad Hemisférica del Consejo Permanente de la OEA, e hice un llamado a asumirlo como un tema hemisférico. En esa oportunidad señalé que enfrentar el aumento de la violencia y la criminalidad era el desafío de los gobiernos de las Américas, los cuales tenían la obligación de hacerlo con políticas públicas adecuadas, eficientes y coordinadas entre todos los países, porque todos sin excepción estaban sufriendo o comenzando a sufrir sus consecuencias.
El Consejo Permanente de la OEA respondió a esta solicitud convocando a la Primera Reunión de Ministros en materia de Seguridad Publica de las Américas, foro que se reunió por primera vez en Octubre del año pasado y que rápidamente se ha constituido en el referente técnico y político para el hemisferio sobre la totalidad de los temas concernientes a la seguridad pública.
En esa reunión ministerial se adoptó el “Compromiso por la Seguridad Pública en las Américas”, documento que expresa la voluntad política de los países de la región para enfrentar la delincuencia y la inseguridad de forma conjunta, preventiva, integral, coherente, efectiva y permanente a través de cinco áreas prioritarias: la gestión de la seguridad publica; la prevención de la delincuencia, la violencia y la inseguridad; la gestión de la policía; la participación ciudadana y comunitaria; y la cooperación internacional.
Se trata de un documento fundamental para nuestro trabajo futuro. En él se aborda la seguridad pública desde un enfoque transversal y se definen los elementos y principios esenciales de una política pública de seguridad democrática que respeta los derechos humanos. También establece, y éste es un aspecto al que yo concedo la mayor importancia, que junto con la definición de estrategias para el control del cumplimiento de la ley se debe asignar igual importancia a la definición de políticas de prevención y rehabilitación.
El Compromiso por la Seguridad Pública en las Américas encomendó acciones concretas a los Estados Miembros y a la Secretaría General de la OEA. Llevar la discusión al plano de lo concreto fue un énfasis que todos los ministros pusieron en esa reunión. Por ello, durante el transcurso de esta Conferencia Especializada Interamericana sobre Seguridad Publica, la Secretaría General y otras organizaciones presentarán algunas de las propuestas desarrolladas para poner en práctica los compromisos de la Primera Reunión de Ministros. Se espera, con estas presentaciones, iniciar un diálogo con las delegaciones y recibir sus comentarios para construir propuestas sólidas y consensuadas. Quiero referirme brevemente a algunas de ellas.
Durante la Primera Reunión de Ministros se planteó la necesidad de la profesionalización de la institución policial, adaptándola a las exigencias del Estado de Derecho y a los desafíos contemporáneos de seguridad, considerando también mejoras importantes en las condiciones de trabajo y seguridad social. En ese marco se destacó la necesidad de que la policía recibiera mayor capacitación, no sólo para aprender nuevas habilidades sino también para reforzar sus valores, cambiar actitudes y fortalecer su papel en la protección y atención a la comunidad.
La Secretaría General de la OEA presentará un estudio en el que se ha propuesto detectar la demanda y oferta de cursos de formación y capacitación para oficiales de policía y civiles responsables de diseñar e implementar políticas públicas de seguridad. Se busca con ese estudio evaluar la necesidad de crear un espacio de formación con énfasis en la difusión de herramientas de gerencia de la seguridad pública, dirigido a altos mandos directivos de las instituciones policiales, autoridades civiles y otros actores que forman parte del sector seguridad, con el objetivo de apoyar la formación en aquellos países en los cuales se detecten insuficiencias importantes.
Por otra parte el Banco Interamericano de Desarrollo y el Instituto de Investigación y Desarrollo en Prevención de Violencia y Promoción de la Convivencia Social (CISALVA) de la Universidad del Valle, Colombia, presentarán los avances de un proyecto que financia el BID para desarrollar parámetros comparables en materia de seguridad pública. El objetivo de este proyecto es desarrollar y poner en funcionamiento en tres años un sistema regional de indicadores estandarizados de convivencia y seguridad ciudadana que permitirá la medición, seguimiento y comparación regional de los fenómenos vinculados a estos temas, para fortalecer la capacidad de los tomadores de decisiones en la formulación, implementación y evaluación de políticas públicas de seguridad ciudadana. Quiero destacar esta iniciativa porque, más allá de su importancia intrínseca, expresa el interés y la preocupación de todos los organismos y agencias del sistema interamericano en este problema, así como los importantes grados de cooperación que estamos alcanzando para enfrentarlo.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por su parte, se encuentra elaborando un estudio regional que servirá como guía y proveerá recomendaciones a los Estados Miembros en relación con su obligación de proteger a sus ciudadanos de la violencia. El documento, cuyo primer borrador se presenta aquí, identificará los principales logros y desafíos que enfrentan los Estados de la región en el área de los derechos humanos y seguridad ciudadana.
La Secretaría General, finalmente, por intermedio del Departamento de Seguridad Pública de nuestra Secretaría de Seguridad Multidimensional, realizará una presentación sobre el Observatorio Interamericano de Seguridad, que tiene como objetivo recolectar, dar seguimiento, analizar y divulgar información comparable sobre crimen y violencia. El Observatorio integra información y elabora estadísticas globales y específicas sobre criminalidad y violencia en los Países Miembros de la OEA. La información disponible en este espacio multisectorial e interdisciplinario servirá de insumo para el diseño de políticas públicas de seguridad, así como para su monitoreo y para el desarrollo de indicadores que permitan su evaluación.
Además de estas iniciativas, y de escuchar a las delegaciones sobre sus experiencias novedosas en prevención y combate al delito y la violencia, esperamos que en esta reunión de expertos se genere un rico debate sobre los temas que conformarían la agenda para la Segunda Reunión de Ministros de Seguridad Pública que se celebrará a finales de este año en Republica Dominicana. Tenemos el honor de contar con la presencia del Ministro del Interior y de Policía de República Dominicana, Doctor Franklyn Almeyda, quien nos presentará las ideas preliminares de su Gobierno para la MISPA II.
Los problemas de inseguridad que sufren los ciudadanos de los países de la región no constituyen situaciones aisladas ni en los tipos delictivos ni en lo temporal, y menos aún en lo territorial. Esta elasticidad del crimen debe ser tomada en cuenta en el diseño, implementación y promoción de estrategias y tácticas que permitan disminuir la violencia y la criminalidad. Además de superar las divisiones temáticas, se debe superar también la perspectiva temporal, pues en muchos casos el delito y sus diversas manifestaciones tienen continuidad en el tiempo, mientras que las respuestas de políticas son generalmente esporádicas. En la actualidad el fenómeno delictivo no reconoce fronteras entre países y regiones y hace uso de las facilidades que éstas le brindan, mientras que los Estados pocas veces definen estrategias conjuntas para combatir y prevenir la criminalidad.
La envergadura que ha adquirido el problema sugiere que su camino de solución solamente podrá encontrarse en la medida en que los diferentes actores involucrados comprendan que esta no es una tarea individual. Quiero hacer especial énfasis en la capacidad que tiene la Organización de los Estados Americanos, como cuerpo político de la región, para observar la evolución de los acontecimientos, proponer estrategias innovadoras y promover alianzas estratégicas con otros organismos del sistema interamericano, el sistema de las Naciones Unidas, y por supuesto los propios Estados Miembros de la Organización.
Esta reunión de expertos y la Segunda Reunión Ministerial están marcando el camino a seguir para proponer esas estrategias y alcanzar esas alianzas. Por lo mismo, les deseo el mayor de los éxitos en sus trabajos.