Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
FIRMA DE ACUERDO OEA – CONGRESO DE PERÚ

5 de junio de 2010 - Lima, Perú


Para mí es emocionante estar hoy aquí en la víspera de la Asamblea General, la cual comienza mañana en la tarde en este país que ha estado tan ligado al pedido consciente de desarrollo de la democracia en muchos aspectos. Todos recién recordaban los días en donde se firmó hace casi nueve años el principal instrumento de trabajo, la guía que nos indica como organización: la Carta Democrática Interamericana.

La Carta Democrática –lo he dicho muchas veces- más que una formalidad contiene realmente lo que entenderíamos como “el programa de la república”.

Tal vez nunca llegaremos a cumplirla por completo, pero si uno lee la Carta se encuentra con una definición tan amplia, tan general de la democracia, tan comprensiva, que en realidad difícilmente habrá alguna vez una democracia tan perfecta como la que ahí se señala. Pero es una guía, es hacia donde queremos ir.

La alternativa la hemos vivido en nuestros países y ya no nos gusta. La alternativa la vivimos de manera mucho más dramática, incluso en el mismo día en que se firmó la Carta, el 11 de septiembre del 2001. Mientras en otro lugar del mundo ocurrían los hechos espantosos que recordamos, aquí se reunían los cancilleres de las Américas a suscribir ese documento. Entonces este país nos trae recuerdos muy importantes de nuestro papel en el fortalecimiento de este régimen político al cual hemos dedicado nuestros mayores desvelos.

Un aspecto muy central en la definición de nuestra democracia está constituido por algunas definiciones republicanas centrales, como es la separación y equilibrio de los poderes del Estado. El poder Legislativo es pieza fundamental de toda democracia; uno podría decir que la existencia de un Congreso independiente, con poder propio, es casi lo que caracteriza a la democracia. Es difícil pensar en cualquier forma de gobierno que no tenga un Ejecutivo, como tampoco una donde no exista un cuerpo que administre la justicia y adjudique los distintos valores a la sociedad. Pero el lugar donde se discute y se hace la política –para los antiguos griegos, política y democracia querían decir casi lo mismo-, donde se asume el hecho de que en toda sociedad compleja existen opiniones y visiones distintas, y donde por lo tanto es necesario armonizar esas visiones y permitir que todas ellas contribuyan al desarrollo de la sociedad, es el Congreso Nacional. No existe otra institución como esta, que sea tan señera de la democracia.

Hoy, sin embargo, los congresos de nuestra región no tienen siempre una vida fácil; deben mantener un equilibrio de poderes con un Ejecutivo que muchas veces tiene –por razones de su función- mayores capacidades técnicas y de recursos de lo que puede tener un Congreso. Si se va a discutir una ley de educación, está el Ministerio de Educación; si se va a discutir algún tema de obras públicas, habrá una cantidad de ingenieros y de especialistas que respaldarán el trabajo técnico que el Ejecutivo realiza.

Para poder tener un real equilibrio de poderes es importante alcanzar una función mucho más moderna para el Congreso Nacional; no puede ser simplemente un lugar donde un grupo de personas discuten proyectos que reciben y despachan en pocas horas. Tiene que ser un lugar donde realmente fluya la información y se puedan analizar y examinar adecuadamente las propuestas que se realizan.

Por eso damos tanta importancia a este proyecto; porque la centralidad del poder Legislativo en nuestros países es lo que da la calidad de la democracia. Esta democracia se ha desarrollado en las Américas adecuadamente en los últimos años, sobre todo en el plano de su gestación. No tenemos dudas acerca del hecho de que los gobiernos que hoy gobiernan en cada país de las Américas han sido elegidos democráticamente. Pero desde el punto de vista del ideal republicano, precisamente, todavía no tenemos en todos nuestros países la institucionalidad y modernidad que se requieren para hacer y sustentar lo que la democracia debe hacer.

Es interesante recordar que, durante la crisis económica que vivimos el año pasado, en la Asamblea General de la OEA dijimos: “Cuidado, porque la crisis podría debilitar la democracia en muchas partes”. Claro; con la crisis aumenta el desempleo, la pobreza, aumenta la incertidumbre, y sin embargo las encuestas que hemos visto recientemente nos muestran que este año los latinoamericanos creemos más en la democracia que durante el año anterior. Eso no ha ocurrido en todos lados, pero al mismo tiempo, esos ciudadanos esperan que sus gobiernos y su clase política sean capaces de entregarles los beneficios de la democracia. Tenemos democracia hace muchos años y, sin embargo, hay muchos que aún no reciben los beneficios de eso, y nosotros tenemos la obligación de hacerlo.

En la OEA, en nuestra Secretaría de Asuntos Políticos, junto con un departamento que se preocupa de los temas de las elecciones, de los sistemas electorales, de la cooperación para tener una forma de generación del poder cada vez más sólida, hay un segundo departamento que se preocupa de las situaciones críticas. Antes la llamábamos Modernización del Estado, pero ahora la llamamos, de manera más modesta pero más directa, simplemente “Gestión Pública Efectiva”, y esto porque soy un convencido de que no son tanto los problemas electorales, sino la capacidad del Estado de hacer una gestión de calidad, efectiva, donde realmente se juega el destino de nuestra democracia.

Este proyecto tiene que ver entonces con el tema de la modernización legislativa, y su objeto es apoyar las legislaturas de los Estados Miembros en sus esfuerzos por fomentar el diálogo y la cooperación interparlamentaria, pero sobre todo busca hacer funcionar de manera más adecuada los sistemas legislativos de los distintos países.

En esta materia tenemos cuestiones sólidas, y el Memorándum de Entendimiento que firmamos hoy busca apoyar los esfuerzos que textualmente se adelantan, como dijo el señor Presidente. Ya se han adelantado esfuerzos en temas judiciales relacionados con la incorporación y el uso de nuevas tecnologías de comunicación e información, tratamiento presupuestario, fiscalización parlamentaria, técnicas legislativas, relaciones Ejecutivo-Legislativo, y también nosotros pretendemos contribuir a esto con productos prácticos que puedan ser útiles, como por ejemplo las estrategias para internalización y adecuación de normas institucionales. Sin embargo, tenemos un problema: la legislación internacional es cada vez más vasta, y su incorporación en las legislaciones nacionales no está a la misma altura.

Muchos países han suscrito una cantidad de convenios internacionales en materias de comercio o en materias de derechos humanos, y eso no está todavía completamente incorporado a la legislación nacional, designa proyectos de modernización, programas de capacitación o actualización virtual, código de ética parlamentarias, mejoramiento portales Web. Hoy todos los ciudadanos pueden saber lo que su Congreso está haciendo si van a la página Web; es tanta la competencia que hay y tanta la información que esto tiene que ser cada vez más atractivo y más directo. Nadie va a entrar a una página Web de ninguna institución, por importante que sea, más que por algunos minutos; tenemos que decir las cosas rápido, y tenemos que decirlas bien. Técnica legislativa y negociación, control presupuestario y los temas de la transparencia que son tan importantes en la posición de la fiscalización que realiza un Congreso.

Hemos tenido hasta ayer una conferencia sobre temas de corrupción y transparencia, y tenemos una Convención Interamericana contra la Corrupción. Es muy impresionante lo que se puede hacer con tecnología moderna para transparentar la gestión pública. Hoy día ya no hay motivos para tener nada oculto; todo puede estar allí, en el Internet; ser visto, ser visible. Los ciudadanos pueden ver cuando el gobierno está comprando algo, qué está comprando, cuáles son los precios, cuál es la competencia, cómo se adjudican las propuestas, y lo mismo se puede hacer con obras públicas que con otras cosas. Hay tanto por hacer en el proceso de modernización que finalmente no hay duda que va a terminar por favorecer la calidad de nuestras gestiones.

Nosotros estamos muy orgullosos de poder trabajar con ustedes, lo digo sinceramente. Queremos contribuir con ustedes, con los congresos de la región Andina y de todo el hemisferio, para llevar este equilibrio de poderes a un nuevo nivel, frente a una sociedad y a un mundo que se hacen cada vez más competitivos y veloces. Nosotros creemos que podemos mantener y perfeccionar nuestra democracia, estar a la altura de los desafíos que se nos presentan si realizamos estas tareas.

Agradezco mucho esta posibilidad; agradezco que en un día como hoy ustedes hayan tenido la gentileza de reunirse conmigo para suscribir este Memorándum, y comprometo el trabajo de nuestra institución en todas las tareas que ustedes estimen adecuados a su dictamen.

Muchas gracias.