Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
REPORTE DE MISIONES DE OBSERVACIÓN ELECTORAL EN REPÚBLICA DOMINICANA, SURINAME Y COLOMBIA, CONSEJO PERMANENTE

7 de julio de 2010 - Washington, DC


Quiero saludar y felicitar a las tres misiones electorales que han dado cuenta en el día de hoy de tres elecciones diversas, pero todas ejecutadas con igual acuciosidad. Una elección parlamentaria en la República Dominicana, una elección general –se trata de un gobierno parlamentario- de la República de Suriname, y un proceso electoral compuesto en realidad por tres eventos electorales en Colombia, que duraron en su totalidad casi cuatro meses desde la elección parlamentaria hasta la segunda vuelta presidencial. En ese sentido creo que podemos estar muy orgullosos del trabajo que hemos realizado esta vez, y también muy contentos del fortalecimiento de la democracia y de la manera en la que crece en nuestro continente.

Que existan 16 mil candidatos para cuatro mil puestos en la República Dominicana es una cifra enorme. Consideremos también lo que significa la existencia de cinco mil candidatos para una cantidad mucho menor de cargos en la República de Suriname, con una población mucho más reducida, hecho que demuestra que realmente tenemos elecciones participativas, poblaciones que se mueven en función de la política democrática, lo cual es una cosa que debemos saludar.

Creo que esto es una tarea muy fundamental para la organización. Voy a aprovechar que hoy estamos hablando de este “combo” –como lo llamarían en algunos países de América Latina- de informes electorales, con varios reportes de distintos países, para hacer una reflección sobre la calidad de nuestras observaciones electorales, algo que no tiene parangón en otras organizaciones internacionales. Eso es importante de señalar.

Cuando se busca indicar que una elección ha sido “free and fair”, lo mejor que se puede hacer es referirla a la Observación Electoral de la OEA. Nosotros quisiéramos realmente poder fortalecer este tipo de actividad, para lo cual tenemos algunos obstáculos. Uno de ellos, y poco conocido, es el obstáculo financiero. Se ha hablado mucho acá de que las principales actividades de la OEA -las más salientes- no son financiadas con recursos del fondo ordinario. Se habla siempre de derechos humanos, drogas y otras, pero yo quiero decirles que existe una resolución vigente de la Asamblea General de hace unos 20 años que prohíbe utilizar fondos del presupuesto ordinario para las misiones electorales. Algún día tal vez se podría derogar esta resolución; tuvimos que enfrentar en alguna ocasión la situación de que nos faltaban fondos para completar la misión electoral, pero no los podíamos ocupar porque estaba esa resolución. Yo creo que algo debería hacerse al respecto.

Esto no significa que no dispongamos nunca de recursos, porque tenemos a la gente en la OEA y también la ayuda de algunos países –han sido mencionados varias veces aquí- que contribuyen generosamente a estas misiones, pero de pronto ocurre que hay un país que pide una Misión de Observación Electoral y como el tema no presenta ninguna situación política muy complicada, resulta difícil conseguir los recursos para eso. Deberíamos tener dos cosas: lo primero es tener recursos asignados para nuestras observaciones electorales, y segundo, deberíamos recordar también que las misiones electorales están sujetas siempre a invitación. El artículo 24 de la Carta Democrática Interamericana empieza diciendo que los países pueden pedir misiones electorales; o más bien que, para mandar una misión electoral, ésta debe ser solicitada por los países. Lo cual está bien, porque finalmente no todos las necesitan. En ocasiones esto crea la falsa impresión de que los que piden una misión electoral son los países que tienen problemas; eso no debería ser así. Deberíamos tener un sistema por el cual ir controlando, en cada país de la región, e incluso no siempre en los mismo países, la calidad de nuestra observación electoral.

Creo que todos los países a los cuales hemos ido pueden dar testimonio de la calidad de nuestras misiones, de la fuerza de su trabajo, de la buena presencia que siempre tenemos y de los resultados provechosos que obtenemos, porque siempre se hace una observación acuciosa y se entregan las recomendaciones apropiadas.

En suma, Presidente, creo que esto es una muestra más de la calidad y de la importancia que este tema tiene para la OEA. El único mecanismo de seguimiento de la Carta Democrática en períodos sin crisis, el único que está consagrado en la misma Carta Democrática Interamericana, es el de las misiones electorales. Ojalá encontráramos procedimientos para hacer un uso aún mayor de ellas, y también la posibilidad de asistencia técnica para mejorar los sistemas que también proporciona la Carta Democrática Interamericana.

Muchas gracias.