Han transcurrido ya un par de años desde que se propuso crear este estimulo en torno a una gran idea, que es finalmente aquello de lo cual hemos estado conversando hoy día y en otra reunión que hemos tenido en Ciudad de México.

En ambas oportunidades hubo consenso en cuanto a que la reducción de la desigualdad y la pobreza, o más bien, en que la magnitud de la pobreza y la desigualdad en América Latina era uno de los factores principales que afectaba la democracia en la región.

No cabe duda que América Latina no es el continente más pobre del mundo, por cierto, América Latina y el Caribe tienen un ingreso promedio parecido al promedio mundial. Lo que es particularmente saliente es que haya tantos pobres en una región que no merece tener por su grado de desarrollo y, de la misma manera, la desigualdad –por desgracia- es una realidad de muchas sociedades, pero nosotros llevamos la delantera en estas materias de desigualdad, cuestión que efectivamente hace un daño al desarrollo democrático de nuestros países como lo manifiesta muy claramente nuestra Carta Democrática Interamericana.

Estos preceptos están en nuestro diagnóstico y, por lo tanto, deseamos premiar anualmente a personas que en América Latina y el Caribe realizan contribuciones significativas para reducir la pobreza y la desigualdad, y también para luchar contra la discriminación en nuestra región.

Queremos dar una difusión a estos esfuerzos para que sus contribuciones se compartan y movilicen a la opinión pública en torno a los temas claves vinculados con estos retrasos de nuestras sociedades y fomenten también la contribución privada. Hacemos el premio en el marco de buenas noticias; nuestra región está creciendo de nuevo de manera sólida, y lo que es más interesante es que en los últimos diez años hemos reducido la pobreza de manera significativa. Incluso, es importante decir que cuando se cernía sobre nosotros la crisis económica que nos azotó en el 2009, se estimaba en más de diez millones la cantidad de pobres nuevos que habría en la región, pero fueron solamente dos millones, y en este año la situación se ha recuperado. La razón para esto no solamente tiene que ver con la aplicación de buenas políticas públicas focalizadas, sino que tiene que ver con crecimiento económico, pero también tiene que ver con muchas iniciativas que en nuestra región se desarrollan para combatir la pobreza y la desigualdad.

Por eso nosotros queremos seleccionar algunas que han innovado en el aspecto conceptual en el área de la implementación, que hayan mostrado beneficios concretos a la población-objetivo, que demuestren capacidad de continuarse en el tiempo y que puedan ofrecer experiencias que lleguen a otros beneficiarios para aplicarse en otros lugares y, finalmente, que no afecten negativamente al medio ambiente.

Las iniciativas que hoy se van a premiar cumplen con estos requisitos, pero es justo decir que esto no fue una selección fácil para nuestros jurados, porque se recibieron 261 candidaturas y eso demuestra el talento de nuestra gente y la cantidad de iniciativas que existe en este sentido. Por eso diría que es importante también reconocer no solamente a nuestro jurado, sino también a un jurado de preselección que integraron Roberto Russell, por el grupo Vidanta, Raúl Cabalgata de SEGIB, e Irene Klinger de la OEA, y que hicieron la preselección de tantos proyectos para poder llegar a un buen análisis por parte de ellos.

Es importante decir que la fundación que gana el primer premio es colombiana y que no solamente se refiere a los temas de género, sino que enfoca claramente el tema de la mujer, se llama “Mundo Mujer de Colombia”, que logró incrementar los ingresos y mejorar la calidad de vida sobre 1,293 clientes que han pedido servicios de crédito, de los cuales un 60 por ciento son mujeres.

Es importante también tener como premiado en segundo lugar a “Un Techo Para Chile”, una iniciativa nacida en Chile que cumple con creces esta idea, y que puede extenderse a otros países. “Un Techo Para mi País” ya existe en numerosos países de la región y está actuando de manera muy importante en aliviar los problemas de vivienda en Haití. Se ha extendido a 14 países de la región con 43 mil familias beneficiadas, y esto lo han logrado alianzas estratégicas con jóvenes universitarios que ya suman 200 mil, así como también con instituciones públicas y con alianzas corporativas dentro del marco de la responsabilidad social empresarial.

Es importante reconocer también el esfuerzo de “Comunidades de la Tierra de Guatemala”, tercer premio en esta ocasión, y que realiza una importante labor en el desarrollo empresarial en la incubación de empresas rurales, fomento y creación de grupos comunitarios, principalmente en mujeres en comunidades de bajos ingresos.

A todos ellos les tenemos que dar las gracias porque son los primeros receptores de este premio y, por lo tanto, han abierto junto con nosotros un camino de rectificación respecto a que la desigualdad y la pobreza constituyen problemas que restringen las capacidades de nuestra población y dificultan la formación de capital humano. Al mismo tiempo, sus iniciativas permiten dar una vida mejor a un grupo importante de ciudadanos de nuestras Américas, cuestión que esperamos siga ocurriendo en los próximos años en el marco del crecimiento y desarrollo general que estamos alcanzando.

Mi felicitación en primer lugar la Fundación Grupo Vidanta, Roberto Russell, al grupo Vidanta mismo, Presidente Daniel Chávez, y a todos quienes han contribuido a esta tarea, al gran esfuerzo que estamos realizando para alcanzar en nuestra esta región los Objetivos del Milenio y hacer realidad nuestros sueños de democracia para todos.

Muchas gracias.