Consideramos importante informar oficialmente a este Consejo, de la conclusión exitosa el pasado 15 de abril, del proyecto de reasentamiento del la Comunidad de Santa Rosa, con el traslado final de las 17 familias que fueron reubicadas de la parte de Belize, la zona de adyacencia, a su nuevo establecimiento en Guatemala.
Este proyecto surgió del acuerdo sobre momentos de confianza que subscribieron Belize y Guatemala el 7 de septiembre del 2005. Las tareas de este acuerdo son llevadas a cabo por las oficinas que la Secretaría General de la OEA tiene en la zona de adyacencia. El problema mas agudo que teníamos es que la sección que administra Belize en la zona de adyacencia se hallaba un asentamiento de más de cien personas de nacionalidad guatemalteca. En el asentamiento de Santa Rosa vivían en condiciones extraordinariamente precarias y, a la cual, desde sus inicios, la oficina de la OEA prestó servicios de apoyo y asesoría.
En el año 2005, la comunidad le expresó a la OEA y a las autoridades guatemaltecas su deseo de ser reubicada en Guatemala, y esto presentó grandes desafíos. Fue un proceso complejo ya que era un asentimiento localizado en un área conflictiva alejado de centros urbanos sin servicios básicos, carencias de caminos adecuados lo que alargaba las distancias.
Resultó difícil identificar un terreno idóneo que colmara las expectativas de la comunidad. Debo decir que esto fue materia de mucha discusión en la presentación de muchos terrenos, hasta que finalmente decidimos solicitar la invalorable asesoría técnica del Instituto Interamericano para la Agricultura, IICA, a quien le pedimos que evaluara la calidad y productividad de las propiedades que estaban ofrecidas y, en particular, de la que finalmente se decidió.
Sin embargo, conseguimos mantener y respetar los tiempos y los procedimientos establecidos y mantener informada todas las partes interesadas sobre la evolución del proyecto. Entre las partes interesadas -por cierto- debo decir estaba no solamente los países sino los grupos de amigos de Belize y Guatemala, integrados por países miembros de este Consejo. Queremos agradecer especialmente a México, Estados Unidos, Reino Unido, España y Turquía las contribuciones generosas financieras que hicieron posible materializar la aspiración de ambos países para avanzar más en las medidas de confianza y establecimiento de una paz duradera entre ellos, así como el sueño de los miembros de las familias que vivían ahí.
El proyecto consistió primero en un trabajo de capacitación, censo, talleres, organización comunitarias. Segundo, identificar y evaluar los terrenos aptos mediante un fidecomiso que tiene una vigencia de cinco años. La construcción de 17 viviendas con servicio de agua potable, la parcelación destinada a la actividad agrícola, la red de aguas negras, servicios sanitarios y la construcción de calles internas. Asimismo, se aseguró la protección de un área de bosque para cada una de las familias, la construcción de una escuela y luego todo el apoyo logístico para el traslado de las familias. Finalmente, fue necesario desmantelar las viviendas que ocupaban las poblaciones de la antigua Santa Rosa.
La etapa de post asentamiento en que estamos ahora, incluirá actividades destinadas a terminar la escuela, a construir un salón comunitario, a los pasos administrativos para la titulación de las parcelas dentro del fidecomiso, así como proyectos de apoyo, sostenibilidad e inseminación agrícola.
Quiero agradecer a los países que hicieron posible esto, a los países grupos de amigos y países donantes que ya he señalado; también al Departamento de Sustentabilidad Democrática y Misiones Especiales, a su Director Víctor Rico, al director Raúl Lago que estaba a cargo de este proyecto cuando trabajaba aquí en la Secretaria General y siendo ahora nuestro representante en Panamá mantuvo, sin embargo, la tuición directa sobre el proyecto.
Muy especialmente al señor Miguel Ángel Trinidad, que dirige la oficina de la OEA en la zona de adyacencia, contribución que es particularmente difícil dada las condiciones de terreno y la dificultad de movilización y los problemas que ahí existen.
Creo que nos queda aún mucho trabajo por delante y no vamos a escatimar esfuerzos en la tarea que nos han entregado los países de avanzar hacia el acuerdo de una paz duradera entre ellos, y a la solución de sus problemas por la vía de la negociación.
El año pasado formulé una recomendación de remitir este referéndum territorial a la Corte Internacional de Justicia. Hemos tenido manifestaciones favorables de ambos gobiernos, hemos recibido ya la nota de Belize aceptando la recomendación de manera formal, estamos a la esperanzada espera de la respuesta de nuestros amigos de Guatemala, que esperamos llegue pronto y, entre tanto, vamos a seguir en las medidas de fomento de la confianza trabajando en la zona de adyacencia como lo hemos hecho hasta ahora.
Entiendo que van a circular o están disponibles fotografías, deberían haber circulado ya, solicité que así fuera al Consejo, de cómo era el asentamiento de Santa Rosa y como son las nuevas viviendas que se han construido. Me parece muy importante que esa información sea entregada al Consejo para que vea que este tema no es solo entre países sino de personas que han visto claramente mejorada su calidad de vida, su posibilidad de vida para ellos y para sus hijos.
Como digo, esto se ha llevado a cabo en el marco del Fondo de Paz para la Solución Pacífica de Controversias, creada por una resolución de la Asamblea General en el año 2000. Quiero decir que la misión continúa y, por lo tanto, hago un llamado a los Estados Miembros y a los Países Observadores Permanentes para que consideren realizar aportes voluntarios al Fondo de Paz o aporte más directos –algunos de ellos lo están haciendo- propiamente a la misión de OEA en la zona de adyacencia para contribuir así con el acercamiento, negociación y diálogo que ha resultado tan efectivo para la resolución pacífica de controversias territoriales entre Estados Miembros.
Muchas gracias señor Presidente.