Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
VANGUARDIA LATINA

2 de mayo de 2008 - Washington, DC


Pensando en lo que ustedes leyeron aquí, lo primero que se me vino a la mente es que realmente ustedes son jóvenes del Siglo XXI. Yo que soy un joven de la segunda mitad del siglo pasado, pensaba que si hubiera hablado en los ’60 o los ’70, probablemente, esta reunión habría sido una proclama revolucionaria acerca de cómo había que cambiar el mundo de un día para otro y como eso tenía que hacerse fundamentalmente a través de la política pública, del Estado. Se hubiera hecho esto con mucha reticencia en esos años a la iniciativa privada, con mucha reticencia respecto de la iniciativa individual y mucho sentido de lo misionario y lo colectivo.

Si hubiera sido un joven de los ’80 o los ’90, probablemente habría llegado al otro extremo, “el Siglo XX –dice un gran historiador inglés, Erik Hobsbwan- es el siglo de los extremos”. Habría llegado a esgrimir la famosa frase de que “el Estado es parte del problema, no de la solución” que lo que realmente hay que fomentar es la política de mercado, la iniciativa individual, y olvidarse de cualquier actividad pública porque ésta es un retroceso, una negación de esa libertad individual.

Ustedes, en cambio, han llegado a plantear una serie de cuestiones que son muy concretas, mucho más orientadas a una cierta acción colectiva, porque hablan de la necesidad de mejorar las instituciones públicas, pero con un espacio de libertad importante.

Nos han hablado del desarrollo, de la seguridad, de la educación, de la migración, del medioambiente, de los problemas que enfrentan nuestras generaciones de hoy. Los jóvenes latinos que se enfrentan a la vida con un espíritu distinto, mucho menos ideologizado, en el sentido de prejuiciado, que antes, y en busca de soluciones reales para sus problemas, que entienden que no pueden ser encontradas todas a través de una ideología de Estado o de mercado, sino que requiere algo en común, algo distinto, pero que, sin embargo, pueden ser reflejadas en algunas ideas fundamentales.

Creo que una idea fundamental que se ha dado aquí y que ustedes han abrazado con entusiasmo – yo la tengo también, pienso que tiene que ser así – y es que si hemos de enfrentar esta sociedad moderna, esta sociedad globalizada, este mundo global con todos sus enormes desafíos e incorporarnos de lleno a él, a mi no me cabe duda que esta generación de ustedes va a viajar mucho más que la nuestra, se van a comunicar mucho más que nosotros, el mundo va a ser mucho más pequeño de lo que fue para nosotros; por lo tanto, ese mundo tiene que enfrentarse de manera distinta.

En nuestra Latinoamérica hoy existen utopías, pero como ha dicho aquel gran pensador y Presidente latinoamericano, Fernando Henrique Cardoso, muchas veces son utopías regresivas que buscan más la utopia en el pasado que en el futuro. Las utopías del futuro tienen que tomar en cuenta como es el mundo de hoy, y el mundo como es hoy es un mundo en el cual el sistema premia el conocimiento, premia la educación por sobre la no calificación y exige que los países hagan un esfuerzo también colectivo. Ese esfuerzo colectivo basado en la capacidad de su gente para irse incorporando en ese mundo cada vez con mayor capacidad técnica, cada vez más capacidad de innovación, cada vez más tecnología, cada vez más conocimiento.

Y ustedes, por lo tanto, con razón, exigen educación, pero claro, ese mundo que exige una inversión para poder contribuir al desarrollo, no solamente de ustedes mismos, sino también de sus sociedades. Pero ese mundo no es estático, y esta sociedad de que habla Luis Alberto Moreno de “un promedio de 23 años” es sólo un promedio, también tiene muchos que no tuvieron su oportunidad y hay que tratar de capacitarlos. Eso mismo que dice Luis Alberto, muestra que la mayor parte de la fuerza de trabajo o en veinte años va a ser la que está ahora y ya tiene la capacitación y la educación que tiene, y ya hay muchos jóvenes en este mundo, un cuarto nos dice el PNUD, uno de cada cuatro jóvenes en América Latina entre los 15 y los 24 años no va a la escuela ni trabaja. Eso trae consigo pobreza, miseria y también delito y por eso las cosas que ustedes le piden a este Estado tienen que ver con la protección y tiene que ver con las garantías de un mundo mejor para todos sus ciudadanos, con una sociedad que pueda entregarle a cada uno lo que necesita para sobrevivir, y a todos la oportunidad para progresar y mejorar.

Esos son los grandes temas que ustedes han planteado aquí. Estos son los grandes temas del siglo XXI. Los jóvenes del Siglo XXI son nuestra gran esperanza.

Quiero concluir diciendo que nuestra Asamblea General de este año en Medellín, es sobre la juventud y los valores democráticos, como lo será la Cumbre Iberoamericana en octubre de 2008 en El Salvador, y quiero invitarlos para que participen. Nosotros queremos presentar ahí, en los días previos a la Asamblea una cantidad de iniciativas de jóvenes involucrados en el desarrollo de los valores democráticos en sus sociedades. Sería muy grato y, Vanguardia Latina nos va acompañar en esa ocasión, como nos van a acompañar otros que están haciendo cosas muy distintas y desarrollando valores democráticos, ayudando a la gente más pobre de su hemisferio a construir sus viviendas; desarrollando iniciativas de organización comunitaria.

Yo creo que la juventud de hoy está mucho más involucrada que lo que la gente cree, está desarrollando una enorme cantidad de iniciativas en sus países, más de lo que muchos piensan. No comparten la idea de que cada uno por separado, por su cuenta va a lograr lo que pueda. Cree en la libertad, pero también en la solidaridad y eso es lo que nosotros queremos demostrar y por esa demostración es que los felicito hoy día.

Muchas gracias.