Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
SESIÓN EXTRAORDINARIA DEL CONSEJO PERMANENTE: 50° ANIVERSARIO DE LA FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES, FLACSO

29 de noviembre de 2007 - Washington, DC


La FLACSO fue creada como un proyecto de la UNESCO. La UNESCO en esa época buscaba generar nuevos conocimientos en ciencias sociales en distintas áreas del mundo en desarrollo, los países en desarrollo, países subdesarrollados como se llamaban, y se crearon facultades de este tipo en varios continentes. Sólo la de América Latina tuvo éxito, y este éxito estuvo bastante amenazado en algunos momentos, la Secretaría General se ubicó en Santiago de Chile, su primer Secretario General fue el doctor Gustavo Lagos, ya fallecido.

Como ustedes imaginarán, la FLACSO tuvo un gran auge en Chile hasta el año 1973. El año ’73 fue víctima de la represión y varios de sus estudiantes y profesores fueron encarcelados, y algunos –recuerdo a mi querido amigo boliviano Jorge Ríos- fueron asesinados por la dictadura militar chilena en esa ocasión. La FLACSO tuvo que cambiar de ubicación geográfica, se trasladó temporalmente a Buenos Aires, y el tiempo era muy difícil porque para continuar los proyectos de UNESCO requerían de tres países miembros; y habían tres países miembros, lo que era muy curioso, ellos eran Chile, Panamá y Cuba. La verdad es que la convivencia por algunos meses mientras se conseguía un cuarto miembro que firmara este acuerdo, la membresía o la sociedad que formaba la FLACSO del gobierno militar chileno y del gobierno revolucionario de Cuba era por distintas razones. El gobierno militar chileno estaba siendo expulsado de numerosos organismos interacciónales; por lo tanto, se aferraba a aquellos a los cuales pertenecía, y Cuba porque quería que la FLACSO continuara existiendo. Posteriormente ingresaron otros países y la FLACSO continuó existiendo y fue la única de estas aventuras de la UNESCO que subsistió, pero lo hizo de manera muy precaria por algún tiempo.

Sin embargo, el año 1979, la FLACSO se asentó instalando su Secretaría General en Costa Rica, donde permanece hasta hoy. Continuaron ingresando países a ella, hoy está integrada por diecisiete Estados Miembros, tiene unidades académicas en doce países de la región latinoamericana y el Caribe; asocia a más de cuatrocientos docentes investigadores y ofrece cursos de especialización y post grado a miles de estudiantes dentro y fuera de la región.

Lo más notable de todo tal vez, es que lo ha hecho con todos los avatares de los ’70 y los ’80, todos los problemas del autoritarismo, la persecución en América Latina. Lo ha hecho manteniéndose como centro autónomo de pensamiento, trabajando con los Estados de la región, en concordancia con su carácter intergubernamental, pero siempre conservando esta libertad que ha permitido a tantos académicos en este peligroso oficio de las ciencias sociales del continente, desarrollarse y mantenerse. Curiosamente, exiliados de algunos países que trabajaron en la FLACSO en otros países, llevaban una existencia que fue muchas veces precaria. Luciano Canfora ha escrito un libro fascinante -alguna vez lo he citado- sobre la vida de los filósofos griegos en la Atenas clásica, que lleva por título “Una profesión peligrosa”.,Contra todo lo que se piense sobre esta Atenas que estaba abierta para los filósofos, ser filósofo en esa época en Atenas era una profesión peligrosa, como lo era ser sociólogo en América Latina en los años ’70 y ’80, y ser sociólogo independiente, y analizar la realidad del continente en esos años era todavía aún más peligroso.

La institución que estamos festejando hoy conlleva mucha historia de nuestra región. Lleva en sí la historia de nuestra región, con sus progresos, retrocesos, con sus matices, con sus dolores, miseria y esplendores, ha sido una historia de muchos de nosotros a lo largo de muchos años. Hoy día que nuestra región ha dejado atrás las décadas de dictadura, que crece en democracia, sin conflictos interestatales, como los que también existían en esa época, la FLACSO tiene que asumir un papel más potente como un espacio de debate y propuesta ante la agenda emergente en las Américas. Lo tiene que realizar manteniendo siempre su independencia, siempre autónoma, pero estudiando los temas que tienen que ver con la democracia. Pero también con la ciencia, la tecnología, la educación, el crimen organizado, las migraciones, con la exclusión social, con la gobernabilidad democrática, todos esos temas los estudia hoy día la FLACSO son temas delicados, no son simples todavía en América Latina. Sin embargo, la FLACSO sigue constituyendo ámbitos que abordan estos asuntos con metodologías y enfoques que combinan lo técnico con una visión política y cultural de progreso en nuestra región.

Rendimos homenaje a la familia de la FLACSO, hemos querido honrar a todos los países miembros que por muchos años han contribuido a hacer de esta organización un modelo de excelencia al servicio de la docencia y la investigación. Quiero recordar con especial reconocimiento a algunos de sus Secretarios Generales, algunos de ellos maestros míos, otros colegas por muchos años: Alberto Rioseco, Arturo O’Connel, Ricardo Lagos Escobar Presidente de Chile fue secretario general de FLACSO también, Adalberto Torres Rivas, Daniel Camacho, Julio Labastida, Wilfredo Lozano hasta llegar a su actual Francisco Rojas Aravena.

Quiero recordar también con mucho cariño a mi querido amigo director de la sede de México por muchos años, Leonel Zabaleta, hoy una calle de La Paz lleva su nombre, un gran creador de las ciencias sociales latinoamericanas que falleció prematuramente. Y rendir homenaje a través de él y de todos estos nombres a tantos docentes, investigadores y estudiantes que son los principales depositarios de la misión histórica de la FLACSO; organización que se ha ganado un nombre y un lugar en la historia de nuestra América Latina y que hoy día gracias a las personas que están aquí y a muchas otras, sigue desarrollando una gran labor para el servicio de las ciencias sociales en nuestro continente.

Muchas gracias.