Quiero enfatizar aquí sobre todo dos temas. Primero, la importancia que ha alcanzado el tema de la seguridad pública en nuestro hemisferio, hasta llegar finalmente a la mesa de los líderes. Algo de esto se discutió en la última Cumbre de las Américas pero creo que esta vez, después de varias reuniones de Ministros de Seguridad Pública, estamos preparados para un enfoque más concreto.
Esto, por desgracia, está también motivado por el aumento de la alarma pública acerca de la criminalidad, y quiero decirlo así, porque si ustedes examinan las estadísticas en materia de homicidios en nuestra región, las cifras no han aumentado sustantivamente en la última década, se mantienen relativamente igual pero con dos connotaciones importantes.
Primeramente, la alarma pública ha aumentado mucho, la cantidad de ciudadanos que en la última encuesta Latinobarómetro señalan la seguridad pública como el principal problema de su país, es mayoría de los países de América Latina y el Caribe. Por consiguiente la alarma y la preocupación creciente de la gente con este tema demandan, de alguna manera, que este tema sea enfrentado.
En segundo término, probablemente esa alarma se debe a que los temas de la violencia y la criminalidad se ven cada vez mas asociados al crimen organizado. Dentro de pocos días se inaugura en México una conferencia muy importante sobre el crimen transnacional organizado. El eje central de esta conferencia es que la mayor parte de la criminalidad gira en torno a la existencia de bandas criminales organizadas que enfrentan incluso con armas de fuego superiores el poder del Estado. Son probablemente la columna vertebral del narcotráfico y de varias series de operaciones criminales que van desde la piratería, el tráfico ilegal de armas, el lavado de dinero, los secuestros, etc. Esto permite a esas bandas la creación de una verdadera industria del crimen, que en algunos países amenaza nuestras democracias. Debo notar que no todos los países están afectados de igual manera por este flagelo, pero ninguno es inmune.
Por lo tanto, este es un tema de la mayor importancia, y con toda razón, el Gobierno de Colombia, que tiene a su cargo la organización de esta Cumbre, lo seleccionó entre aquellos que la región debe enfrentar para avanzar hacia la prosperidad. Si queremos tener una región que mantenga y desarrolle un nivel mayor de crecimiento, una reducción efectiva de la pobreza y la desigualdad, una democracia que se establezca y se fortalezca cada vez más, necesariamente tenemos que enfrentar este reto junto a otros problemas que eleva la Cumbre, los cuales también serán objeto de otras mesas redondas. Esa es la razón por la cual estamos hoy aquí.
El segundo punto que quiero recalcar es la idea -que no es nueva en esta Cumbre, pero si queremos reforzarla muy fuertemente- que para avanzar necesitamos propuestas concretas, por eso el título es “Cooperación Hemisférica para Fortalecer la Seguridad Pública”. La Cumbre no va a hacer diagnóstico sobre la situación de la seguridad pública en el hemisferio, estos ya están hechos. La Cumbre no va a hacer análisis acerca de las causas profundas por las cuales se produce la violencia. La Cumbre lo que quiere es obtener de ustedes propuestas concretas de cooperación entre los países para poder avanzar en la superación de este problema. Por lo tanto, el desafío que ponemos no solamente a nuestros Jefes de Estado sino que a nuestros panelistas de hoy -y a todos los que a través de nuestra página web quieran participar en el debate de la Cumbre, y para ese efecto está abierto nuestro portal, que permite entregar algunas propuestas- es que entreguen algunas iniciativas concretas que nuestros países puedan asumir en su lucha en contra del crimen organizado y por la seguridad pública.
Quiero agradecer a Richard Feinberg, ya lo presentó Sherry adecuadamente, a quien siempre he asociado, a pesar de su condición de académico, con la idea de las Cumbres. No solamente con la organización de la primera, sino que con la idea misma de organizar Cumbres de las Américas como la que vamos a tener ahora que, numéricamente será la sexta, pero en realidad es la octava, porque hemos tenido dos Cumbres especiales. Por lo tanto, su presencia acá y el hecho que esté dispuesto a cooperar con nosotros en la organización de esta Cumbre nos alegra mucho y nos enorgullece mucho también, se lo agradecemos mucho.
Quiero agradecer a Anthony T. Bryan que probablemente de los que están acá conozco desde antes, porque hace algunas décadas formábamos parte de una red de investigadores y profesionales en materia de relaciones internacionales; él era uno de los principales participantes del Caribe en esta red que existió por varios años y esperamos poder revivirla en el futuro.
Quiero también agradecer a Rubén Aguilar que conocí también en alguna actividad previa que ha sido destacado como portavoz, la persona que llevaba la voz oficial del Gobierno de México durante el gobierno anterior. María Victoria Llorente, Directora Ejecutiva de la Fundación Ideas para la Paz que probablemente debería ser el nombre más adecuado para esta conferencia. Una Fundación que está dedicada precisamente a la promoción de aquello que Colombia busca con tanto afinco y lo cual ha tenido éxitos importantes pero aún queda mucho por hacer, la paz dentro de nuestra sociedad y el fin de un conflicto interno que ya lleva bastantes años.
Creo que este es un grupo muy selecto de panelistas. El evento será clausurado por el Embajador de Colombia, Luis Alfonso Hoyos. A mi solamente me resta agradecerles a ustedes, y a todo el público que esta acá, a los que nos siguen por nuestra web, e invitarlos a que sigamos todos participando en el desarrollo de la discusión de nuestra Cumbre de las Américas.
Muchas gracias.