I have the honor to extend to each of you a very cordial welcome to this inaugural session of the VII Inter-American Meeting of Ministers of Education, and to express my deepest appreciation to the Government of Suriname for hosting this important meeting and for extending to us such a generous and warm welcome.
Today, no one doubts that education is a pillar of the economic, social, cultural and human development of a society. That conviction is enshrined in numerous international declarations and commitments – Education for All, the Universal Declaration of Human Rights, our own Inter-American Democratic Charter, and more. Based on that conviction, virtually every country in this hemisphere has made significant strides in extending the possibility of attending school to the vast majority of children in its territory. Indeed, on the subject of access to education, governments deserve sincere congratulations for making it possible for well over 90 per cent of the children of the Americas to attend school. They also deserve recognition for having achieved gender parity in education at most levels.
Yet as every one of the Ministers of Education and other education experts in this room knows, expanding access is not nearly enough. We should ask ourselves: how much have we achieved if, on average for our countries, only about 70 per cent of children enter school at the appropriate age – generally, the rest enter later than the laws of the country would prescribe. In an age of global competition, how can we be satisfied if almost 10 per cent of our 15- to 19-year olds failed to complete primary school, and only 70 per cent enter secondary school. Looked at another way, as of 2008, only 11 out of 27 countries in our region had met the Summit of the Americas target of 75 per cent access to secondary school, and in only three of our countries had 75 per cent completed secondary school.
And how can we be satisfied when only 38 per cent of third graders fail to meet a minimum level of reading comprehension, and 43 per cent of 15-year olds are reading at below-basic level? Or when half of our 3rd graders are unable to solve basic problems in addition, subtraction, and multiplication; and nearly half of sixth graders and 43 per cent of 15-year olds fail to meet minimum expectations in science?
One of the main objectives of our countries and Organization, especially since the Summit of the Americas in Santiago de Chile in 1998, has been to put education at the center of the political agenda. Our desire has always been to promote educational issues as one of the main national priorities in the countries of the Hemisphere. Proof of our engagement toward this goal has been the six ministerial meetings that have preceded the one we are attending today.
The upcoming Summit of the Americas in Cartagena, Colombia, from April 14 and 15 of 2012, has as main theme “Connecting the Americas: partners for prosperity”. This theme underscores the importance of education in helping to advance innovation and this day technology which would indeed be the mean for generation much needed prosperity in many of our Member States. Without an effective education system it will be difficult to connect the Americas and to seek partners for prosperity.
The Ministers of Education have indeed been innovators in the Inter-American ministerial meetings by focusing each of your biannual encounters on a single key issue. Over the past eight years, for example, five Ministerial meetings have done just that, and because of their focus, they led to tangible outcomes. For example,
o In Mexico City in 2003, debate focused on evaluating quality and equity in education, and this led to the launch of the Regional Education Indicators Project (PRIE).
o The focus on Education for Democratic Citizenship in 2005 in Trinidad and Tobago led to the adoption of our Inter-American Program in Education for Democratic Values and Practices contributing to member-state efforts to strengthen a culture of democracy through education and to transform classrooms into more democratic spaces.
o In 2007, ministers of education meeting in Cartagena, Colombia, adopted the historic Hemispheric Commitment to Early Childhood Education – a commitment that continues to bear fruit, as a new hemispheric commitment to early childhood appears to be emerging in the deliberations for the upcoming Summit in Cartagena.
o The focus on improving Secondary Education in our Quito meeting in 2009 resulted, among other things, in secondary education being chosen as one of two key topics in education eligible for funding from the OAS’s Special Multilateral project Fund, FEMCIDI (the other topic being Early Childhood Education and Care).
Este trabajo que realizamos se inserta en el advenimiento de una sociedad moderna capaz de extender los ideales de justicia y de libertad que posibilitarán a los ciudadanos acceder a un mayor nivel de desarrollo equitativo y más inclusivo.
La educación no puede verse únicamente a través de un prisma económico, tenemos que ir más allá de estas discusiones puramente técnicas que menoscaban la verdadera y profunda discusión sobre el tema. La pregunta que deberíamos hacernos es cómo estamos invirtiendo en el futuro de nuestros países y cual sería el costo de no invertir en este rubro para todos los países de la región.
La educación, como ninguna otra materia política conlleva un efecto redistributivo de lo más alto, de lo más importante que de alguna manera suprimen o ayudan a paliar las condiciones del incremento de la violencia, estimulan el desarrollo económico del país y, a su vez, consolida los avances democráticos.
Muchas de estas condiciones para el desarrollo de la democracia, el de su sustento, el crecimiento de la economía, el de una mayor y eficaz participación ciudadana, tienen como base esencialmente invertir en forma seria y adecuada, en procesos educativos masivos. Precisamente por eso es necesario hacer profundos cambios y fortalecer la cartera educativa como pilar central de las políticas publicas en nuestra región.
Es fundamental entonces que nuestros sistemas educativos apunten y afirmen a un proyecto nacional de envergadura sobre educación. Somos claramente deficitarios en este plano. Parte del problema se encuentra en la separación de facto entre la relación que debería ser sustantiva entre educación y desarrollo económico, entre educación y crecimiento, entre educación y proyecto político nacional.
Se podría decir que nos encontramos nuevamente en una encrucijada, en una etapa en dónde hemos podido asentar los avances democráticos en la región acoplado a un crecimiento económico importante. Su manifestación más clara ha sido la reducción de la pobreza en nuestro hemisferio en forma constante y recurrente, desde el año 2002 hasta el año 2011 tenemos una caída de 10 puntos en la pobreza. Eso no ocurrida desde antes de la década de los 80, ahora resta el salto cualitativo que todos los ciudadanos del continente tienen el derecho de aspirar pero sobre todo, el de exigir para ellos mismos.
Se han hechos numerosos avances en el tema educativo en el hemisferio pero aún son insuficientes para que los países puedan responder a los retos educativos que plantea el nuevo milenio. La brecha tecnológica es algo que debemos imperativamente tratar de reducir ya que si no lo hacemos se mantendrá las condiciones desigualdad entre nuestros ciudadanos y en relativamente corto plazo, tendremos una nueva forma de analfabetismo: el tecnológico. El sistema educativo, tradicionalmente estaba enfocado más en su cobertura, que era, en ciertos momentos terriblemente deficiente. Superada ya esa etapa, es necesario centrar nuestros esfuerzos en la calidad y este, evidentemente implica cambios.
Muchos factores afectan el aprendizaje de los estudiantes, muchos de ellos se encuentran fuera del control del sistema educativo. Sin embargo, de todos los factores sobre los cuales los sistemas escolares tienen el control, es la calidad de la enseñaza y primordialmente la de quienes la imparten, los profesores, que tiene el mayor impacto. No es la formulación del plan de estudio que importante tanto, pero como se enseña ese currículo. No sólo es importante el monto de la inversión que mencionamos, pero la forma en que la inversión se utiliza. No es la tecnología en el aula, sino la forma en que la tecnología se utiliza para apoyar el aprendizaje.
No ha de extrañarnos que al analizar los numerosos indicadores educativos que disponemos, los peores índices se encuentran en zonas pobres y en zonas rurales, acentuando la desigualdad lo que afecta primordialmente a las familias de bajos recursos y a grupos étnicos específicos.
La igualdad tiene que regir el actuar del Estado al adoptar políticas públicas y éste tiene que ser uno de los principios que deben regir la distribución de bienes y recursos educativos, sobretodo porque la educación debería ser un lugar que distribuye las imposiciones de los ciudadanos, no que las incremente, aumentando mas aún la desigualdad.
Por esa razón es tan importante la temática que vamos a realizar en esta Conferencia. El tema pendiente, y la razón por la cual nos encontramos reunidos aquí es la calida de nuestros sistemas educativos. Para sintetizar la problemática, tenemos que ser capaces de impulsar una dinámica hacia una mayor calidad y equidad en nuestros procesos educacionales y una mayor calidad también en quienes imparten esos procesos en el elemento central humano de los procesos educativos que son los maestros y educadores.
A pocos meses, a pocos días, a pocas semanas de la próxima Cumbre de las Américas es preciso reposicionar la educación en el centro de nuestras preocupaciones, pero también tener una visión compartida como eje central de la política en los países que componen la región.
Esperamos que las conclusiones de esta importante reunión sean llevadas a conocimiento de los jefes de estado y de gobierno en 14 y 15 de Abril en Cartagena, Colombia, y les deseamos el mayor éxito en sus deliberaciones de hoy.
Muchas gracias.